Cap. 10: Crueles verdades
Pov. Yadira
Apenas desaparecí de la base, me deje llevar y me acosté en la plataforma de tierra que me llevaba a la guarida, como no tenía prisa me fui tranquila mente, ellos no me seguirán.
Flashback
-¿Lentes de contacto?-
-Pues claro, Yadira- me respondía Zed depositando le pequeña caja con lentes de contacto azules en mis manos - Hace dos meses desapareciste de la vida de Ruby y no se supo de "Sapphire" en mucho tiempo hasta hoy. Emocionalmente, ese chico está muy vulnerable después de ver tu cambio, y quedaría totamente destruido si ve el último encuentro con Sapphire. Piensa, ¿cómo te gustaría el encuentro con una persona desaparecida que le tienes mucho cariño? -
Fin flashback
Y así sucedió; Zed me proporcionó los lugares donde podría estar Ruby, pero después de vagar por toda la región lo encontré en una cueva a la que fue transformada en base secreta.
Todo salía a la perfección, como pude deducir, él caería rendido y le pude seguir el juego, todo hubiese sido mejr si ese otro rubio no se entrometiera y cambiara mi plan. Ahora hay otra persona que sabe de mi existencia y me será difícil que desaparezca por completo de los planes de Zed.
"-Me gustas....-"
Mi corazón latió a mil por hora al recordar eso otra vez. Estaba segura que era su voz pero no parecía algún telepata, no puedo entender que el me be-be-besara para que esas palabras se escuchen en mi mente. Podía sentir como ardían mis mejillas y por instinto toque mis labios con cuidado como tela fina.
Sin darme cuenta, mi plataforma se disolvió y se desplomó en el acto, y por desconcentrarme caí con las rocas desde el cielo a la tierra en solo unos segundos. Volví a concentrarme e invoqué a las aguas para que me ayudaran a disminuir mi caída, miré el suelo y con mi poder se creó un pequeño lago donde caí y salpiqué agua.
Salí agotada, he pasado todo el día de misión en misión, sin descansar y ahora toda empapada a mitad de la noche y decidí caminar a un bosque cercano. Miraba curiosa mi alrededor ya que nunca había llegado a este lugar, sentía las miradas de los pokémon del bosque pero de la mada dejaron de mirarme y enfocaron su vista al camino que seguía, porque a lo lejos una luz roja se comenzaba a acercar y a brillar con más intensidad, esperé tranquila al posible cazador idiota que llama la atención con una antorcha a mitad de la noche, pero grande fue mi sorpresa al divisar a lo lejos una pequeña figura que corría con una llama en su cuerpo y frente. Cuando ya estaba cerca pude reconocer al pokémon mejor llamado Quilava, afirmando en su hocico a su preevolución, Cyndaquil. Cuando ya estaba a unos metros se dio cuenta de mi presencia y cayó al suelo soltando al pequeño y siendo lanzado al aire, una extraña sensación me decía que ayudara y de un salto atrapé al Cyndaquil en mis manos. Quilava me miró sorprendido/a y yo solo pude mirarla toda sucia y con moretones, preocupada del pequeño dirigí mi vista a mis brazos para encontrarlo durmiendo sin ningún rasguño.
-¡Siganme! ¡Esa Quilava ladrona se fue por aqui!- logré escuchar a lo lejos, vi a Quilava y la ahora ella, me miraba con susto y se daba vuelta a donde venían las voces. Miró a su derecha y corrió como nunca había visto correr a un pokémon, quien antes de desaparecer escuche su grito pero entendiendo su lenguaje
-cuida a mi pequeño- y se esfumó en el bosque. Me quede quieta mirando hacia la derecha donde Quilava había desaparecido, era la primera vez que un pokémon me hablaba y le podía entender. Escuché más cerca los gritos de los desconocidos y corrí de vuelta al lugar de mi caída, me concentré al máximo ignorando mi cansancio y formé otra plataforma de roca, me subí en ella y sin distracciones volví a subir al cielo.
-.....¿Cyndaquil?...-miré mis brazos para encontrar al pequeñin despierto y mirándome extraño, pude notar por su tamaño que era solo un bebé, tal vez unos dias o semanas que había llegado al mundo. Le dediqué una sonrisa y lo acaricié.
-Hola pequeño Cyndaquil- le dije tratando de sonar alegre, y por su cara de asustado parece que no resultó.
-...¿Cynda...quil? (¿Mami?)- en mi mente, escuché con claridad su tierna y pequeña voz, recordé a la valiente Quilava que corrió hacia otra dirección y me dejó a su pequeño a cargo. Tomé aire y olvidando mi actitud le di un calido abrazo acompañado de caricias.
-No se si me entiendas pequeño Cyndaquil, pero mami estaba en problemas y me pidió si podía ser tu mami hasta que se vuelvan a ver, yo te cuidaré - le decía con ternura esperando que pueda entender,y cuando escuché unos pequeños sollozos y al Cyndaquil acercándose más a mi, el había entendido. De esta forma, me convertí en la madre de un pequeño Cyndaquil, a los pocos minutos, él bebé pokémon se tranquilizó y le podía escuchar su respiración y uno que otro ronquido.
-Sabes...- susurré - no creo que te acepten en la guarida, así que te protegeré mientras hago mi trabajo-
Pov. Normal
Mientras Yadira viajaba sin rumbo, no se dio cuenta cuando el pequeñin con su cuerpo cálido, secaba sus ropas. Además, no fue capaz de notar que una Quilava miraba desde el borde de una isla con una pequeña sonrisa, una luz comenzó a brillar en su cuerpo y mientras el destello desaparecía la Quilava había sido reemplazada por un pokémon psíquico, con una cola y de una piel rosada. El pokémon Mew, miraba alegre cómo se iba Yadira luego de llevarse al pequeño Cyndaquil que cuidó como Quilava después de quedar huérfano, de todos modos, sabía que ese bebé cambiaría las cosas al igual que la pequeña visita a su isla, mejor conocida como la "isla suprema".
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En otro lugar, en una pequeña villa donde viven una pequeña cantidad de residentes, comenzaba a salir el sol despertando a los pokémon y a los vecinos, excepto para un muchacho rubio, con vestimentas verdes corto de estatura.
Desde que Emerald trajo a Ruby a su casa, no era capaz de conciliar el sueño preocupado por su amigo que seguía inconsciente desde su encuentro de hace unas horas.
Ahora, tratando de relajarse, bajaba por la escalera a la cocina, encontrándose con el líder de gimnasio Norman y su esposa. Ambos le miraron preocupados, pero este solo movió su cabeza de un lado a otro expresando que Ruby seguía en cama. Se quedó unos minutos, charlando un rato y agradeciendo a los padres de Ruby por su atención y estancia no deseada. Así decidió volver a la habitación de Ruby, pero grande fue su sorpresa al no ver a nadie en cama.
En cambio, el estaba sentado en su ventana mirando hacia el bosque. Ruby había despertado hace unos minutos y todavia impactado por lo sucedido anoche, solo pensó en mirar el bosque; el santuario de Sapphire.
-Sabes Emerald- el rubio dio un salto al darse cuenta que Ruby sabía de su presencia- Para Sapphire, el bosque era muy importante. Cuando me encontré con ella en la ruta 119 y ver todos esos árboles derribados....yo sabía que no era ella....pero no era capaz de admitirlo- lágrimas comenzaron a salir de los ojos de Ruby y Emerald solo podía permanecer estatico en la puerta- mi mente decía "tranquilo, puedo recuperar a la chica que ama el bosque" pero.....todas mis ilusiones se fueron al ver cómo hacía añicos su base secreta. Ese lugar era como su segundo hogar, yo sólo llegué y redecore ese lugar para que fuera más acogedor y esperando que me aceptara como compañero de base..... La sapphire que conozco nunca destrozaría su hogar-
Se produjo el silencio. Uno tan incómodo para Emerald, sin saber que aconsejarle a su compañero y sólo verlo mientras sufría internamente
-Ruby...todavía hay..- pero fue interrumpido por Ruby quien alzó su brazo y extrendiendo su mano para indicar que se detenga.
-No sigas Rald, lamento ser así contigo pero alguien tenía que ayudarte a aterrizar así como yo lo hice- Ruby se levantó, se dirigió a su armario viejo, sacó la pequeña caja azul y se acercó a Emerald- No sigas pensando en soluciones cuando son simples fantasías - respondió con indiferencia, y al terminar sus palabras soltó la caja, la cual cayó al piso y se salió la tapa, revelando unas ropas diseñadas especialmente para una castaña. Ruby ya no pudo más y un río de lágrimas brotó de sus ojos -Sapphire ya no volverá, ya no existe-
Ambos se miraban fijamente sin expresión alguna, pasados unos segundos de silencio Ruby se dio la vuelta y volvió a la ventana para sentarse en ella.
-Por favor dejame solo Rald, de todos modos ya estoy solo....Su sonrisa siempre me daba una sensación de compañia y sin eso...no necesito mentirme, siempre seguiré solo-
El chico miraba muy preocupado a su amigo afeminado totalmente desanimado, y sin hacer algún ruido, se fue de la habitación y del hogar de vuelta a su casa, no podía hacer nada para ayudar un corazón totalmente destruido.
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