Allí estaba yendo hacia el mismo auto negro con el mismo chico que había rechazado meses anteriores. Solo que esta vez el no estaba tomado y yo si. Esta vez yo iba con las piernas frescas y la mente difusa, mientras que él iba con la mente fresca y el alma difusa.

La noche que lo rechacé lo vi guapo e interesante, y si bien me encantó besarlo, no me apetecía provocarlo en ningún sentido. Su conversación era tan reducida y sus manos tan llenas de urgencia que no había nada para mí en esa noche, nada que pudiese serme útil para aminorar mi malestar emocional.

Sin embargo, la siguiente noche; después de semanas y semanas de haber perdido la oportunidad de haber sido cauta, se presenta nuevamente entre medio del gentío alocado por la música y las toxinas de las bebidas alcoholicas permitidas en menores en ese sitio y otros más, como si fuese un galán que solo sabe disfrutar de mi presencia a pesar de todas las miradas fervientes hacia él, a la vez que envidiosas hacia mi persona.

Un "no" a ir a su auto meses antes se transformó en un "si". Un "no" directo, repetido en minutos, en meses fue un "si".

Un "si" a ir a su auto para besarnos, para transformar la conversación sugerente en caricias y abrazos, para pasar el calor corporal incluso con la ropa puesta, para pasar de pensar en todo a pensar en nada.

Pero no, el "si" se transformó en un silencio y el silencio en ruido. En dolor y gritos por dentro. En palabras no dichas y vomito no verbal, real.

Una puerta se abre y se evacua el terror y el silencio.

Una puerta se abre y se evacua el dolor y la vergüenza propia.

Una puerta se abre y el frío que incomodaba ahora es aire purificado y renovador para no solo mis pulmones sino mi mente.

Una puerta se abre y la oscuridad se evapora, la claridad me llega y el no aparece nuevamente.

Una puerta se abre y me bajo de su auto, después de media hora más tarde fingiendo que todo está bien y que ya nos volveremos a ver.

Una puerta se abre y entro a mi refugio, mi condena, mi hogar y mi cárcel.

Una puerta desconocida se abre, y la anterior puerta, la de siempre, la de la infancia y la inocencia se cierra.

Una puerta se abre y escribo esto para que se cierre la anterior.

Esta es mi puerta abierta para que aprendan mi lección.

Mi puerta, mi pasado, mi historia, mi pequeña locura.