56. Sólo Quiero Dormir
Miércoles 21 de Diciembre de 2022
Días después
Granada
España llegó a las semifinales del Mundial. Cayó derrotada en los penaltis ante Francia. Fue un palo muy grande para todos los jugadores porque estaban haciendo un buen campeonato. Acabaron terceros en Qatar. Al día siguiente, después del partido por el tercer y cuarto puesto, todos volvieron a sus casas. Ferrán estuvo unos días con sus padres en Foios y después se fue a Granada a ver a Rebeca. Tenía muchísimas ganas de ver a su novia y ya habían hablado de pasar la Nochevieja juntos en Manchester.
Díez días hacia que su padre había muerto y su novia no levantaba cabeza. Iba a trabajar porque no tenía más remedio. Echaba de menos a su padre. Se acordaba de él todos los días. Y no era capaz de superar que él no iba a estar más con ella.
Cuando llegaba a casa se acostaba directamente. Noemi quería que se fuera a su casa, pero Rebeca quería estar sola. No quería que nadie la molestara ni estuviera pendiente de ella. Quería dormir.
No dormía bien de noche. Tenía pesadillas con su padre y con Ismael. Sus miedos e inseguridades volvieron de nuevo con más fuerza. Tenía horribles sueños y se despertaba en mitad de la noche, sola, llorando desconsolada.
Pero ella decidió callar y no decir nada. Bastante tenian cada uno con sus cosas. Fue al médico porque no podía dormir y le recetaron unas pastillas para que descansara. Media si acaso. Pero es que ni con una conseguia conciliar el sueño.
Aquella tarde, la tarde que Ferrán fue a verla, ella estaba acostada. Estaba tan agobiada y tan cansada que se había tomado medio blister de pastillas mientras lloraba pensando en su padre y en Ferrán. Sólo quería dormir y pensaba que si tomaba más dosis, lo haría antes.
Él le había avisado que iría a verla.
Ella pensó que se despertaria cuando él llegara, pero no fue así. Ferrán llamó a la puerta varias veces y nadie le abrió. Llamó a Rebeca al móvil y escuchaba el sonido de su tono de llamada dentro del piso. Esperó una media hora pensando que se estaba duchando o algo, pero al ver que no respondía llamó a Noemi. Estaba empezando a preocuparse.
- Hola cuñado, ¿has llegado ya?
- Si, estoy en casa de tu hermana, ¿está ella ahí contigo?
- No, no está, ¿Porqué lo dices?
- Pues porque llevo un rato llamando y no me abre. Y la llamo al móvil y tampoco lo coje, de hecho lo estoy escuchando dentro...¿sabes si íba a salir o algo?
- Que va Ferrán, si decía que te estaba esperando. Mira, Rosalía está aquí. Cojo las llaves del piso y voy para allá ¿vale?
- De acuerdo.
Ferrán colgó el teléfono y se llevó las manos a la cara muy preocupado. Tenía el presentimiento de que algo no andaba bien, un gran presentimiento que le tenía el corazón "apretao". Volvió a llamar al timbre, y nada. Lo único que podía hacer era esperar a Noemi.
La mayor de las Miranda llegó 20 minutos después. Saludó a Ferrán con un gran abrazo y sacó las llaves del piso de su madre. Menos mal que tenía una copia. Abrió la puerta y encendieron la luz del pasillo. Todo estaba en penumbra y no se escuchaba nada.
- Lo mismo está dormida, Ferrán. Lleva unos días que no descansa bien -le dijo ella mientras se encaminaban al dormitorio.
- Si, pero tu hermana no tiene el sueño tan profundo.
Noemi abrió el dormitorio de Rebeca. Dentro todo estaba oscuro pero podía escuchar la respiración pausada de su hermana. Encendió la lamparilla que había en la mesita y efectivamente, para alivio de los dos, Rebeca estaba dormida.
Noemi se acercó a ella y se sentó en la cama acariciando su mejilla. Estaba tan tranquila y tan relajada. Aunque tenía mala cara y unas ojeras que le llegaban al suelo.
- Rebeca cariño, despierta. Está aquí Ferrán -Noemi le habló a su hermana pero ella no despertaba- venga nenita, despierta que ha venido tu novio.
Ferrán se acercó a ella y la llamó, pero ella no despertaba. Noemi empezó a zarandearla intentando despertarla, pero no había manera.
- ¡Rebeca por favor despierta! -le gritaba Noemi a su hermana mientras la pequeña castaña emitía unos raros sonidos. Ferrán se acercó a ella e hizo lo mismo llamándola también. Pero no había manera de despertarla, y ambos empezaron a pensar lo peor.
Noemi se levantó de la cama llevándose las manos a la cara tremendamente asustada, hasta que allí, encima de la mesita las vió, las pastillas para dormir. Cogió el blister y vió que faltaban muchas, demasiadas. Le puso una mano a Ferrán en el hombro y él se dió la vuelta mirándola desesperado.
- Ferrán, llama a urgencias, mi hermana se ha tomado una caja de pastillas.
Más tarde...
Hospital HLA Inmaculada
Ferrán se llevó las manos a la cara apoyando los codos en las rodillas. Todo esto era irreal. No se creía que estuviera aquí. Él, que venía a ver a su novia, a estar con ella, a apoyarla, y ahora estaba muerto de miedo con la posibilidad siquiera de que Rebeca hubiera querido suicidarse. Es que ni quería pensar en eso. Pero todo esto era más real de lo que querría.
- Mi hermana no ha querido suicidarse Ferrán -le dijo Noemi sentándose a su lado- tiene que haber otra explicación.
- Yo tampoco lo creo, Noe.
Un médico salió de la habitación donde ella estaba. La habían traído al hospital del club. Rebeca no dejaba de ser una trabajadora del Granada y la novia de Ferrán Torres, y aquí tendrían algo de privacidad. Ambos se levantaron como un resorte en cuanto el doctor se acercó a ellos.
- Le hemos hecho un lavado de estómago y ahora va a bajar el psiquiatra a verla -les dijo el doctor- es el protocolo de actuación a seguir cuando se sospecha que ha podido haber un intento de suicidio...
- ¿Pero usted cree que mi hermana...? -le preguntó Noemi con lágrimas en los ojos.
- El psiquiatra es quien nos lo dirá. Hablará con ella y lo valorará. Sólo les puedo decir que siempre hay una explicación para todo y que por favor no descarten nada. Les seguiré informando.
El doctor se fue dejando a Noemi peor de lo que estaba y a Ferrán totalmente decaído. Su Rebeca, su luz, no podía haber intentado suicidarse, no, ella no. Se volvieron a sentar en las sillas y Noemi cogió las manos de Ferrán temblando.
- Si hubiera estado más pendiente de ella Ferrán... -dijo Noemi empezando a sentirse muy culpable.
- Y yo tenía que haber venido a verla directamente y no haberme ido a Foios a ver a mis padres, ¡joder!
Ferrán se llevó las manos a la cara y empezó a llorar. Ambos se lamentaron, ambos se sintieron culpables pensando que la habían dejado sola y esta era la única opción que ella había encontrado. Pasó una hora, una horrible hora donde los porqués eran cada vez más evidentes. El psiquiatra apareció por el pasillo y entró directamente a la habitación de Rebeca mientras Ferrán y Noemi se miraban con el corazón en un vilo. Sobre todo porque esperaban conocer la verdad, la amarga verdad y deseando con todo su ser que Rebeca no hubiera intentado quitarse la vida.
Eva apareció como siempre cuando nadie la necesitaba. Una vecina le había contado que a su hija se la había llevado una ambulancia. Llamó a Noemi y ella no le cogió el teléfono y fue Leo quien se lo acabó contando todo. Desde el momento que apareció, trató a su hija como si realmente se hubiera intentado suicidar y no hubiera otra explicación.
- Creo que lo mejor es que cuando le den el alta ingresemos a Rebeca -dijo Eva con firmeza- hay una clínica en Marbella que es especialista en personas de alto riesgo.
- ¿Ingresarla? ¿Pero tú estás loca mamá? -le preguntó Noemi cada vez más enfadada- aún no sabemos lo que ha pasado y tú ya la estás condenando.
- Está claro que tu hermana tiene un problema y cuanto antes la tratemos mejor - le dijo ella con seriedad.
- Y precisamente tú eres la más indicada para tratarla -le dijo Ferrán harto ya de oir a la bruja que su novia tenía por madre.
- Pues si, soy su madre. Tú sólo eres el tío con el que sale, nada más -le dijo ella mirándolo con desprecio.
- Ferrán es más que eso mamá, y lo sabes -le dijo Noemi apretando sus puños - no vas a tomar decisiones por mi hermana.
- Soy su madre, y te recuerdo que soy abogada, con un chasquido podría conseguir que me dieran su tutela por incapacidad.
- ¡Eres una hija de puta! -le dijo Noemi caminando hacia ella. Ferrán la cogió del brazo porque no sabía de lo que su cuñada era capaz.
- Y de un chasquido le cuento a la prensa que la suegra de Ferrán Torres se ha follado a Pau Torres, su mejor amigo, eso si que va a ser interesante -le dijo Ferrán a Eva viendo como la cara le cambiaba a otra más pálida.
- ¿Te has follado a Pau? -le preguntó Noemi muy sorprendida- ¡eres una zorra!
La puerta de la habitación de Rebeca se abrió, dejándole a Eva la imposibilidad de réplica. El psiquiatra se acercó a ellos con semblante serio.
- ¿Familia de Rebeca Miranda? -les preguntó.
- Nosotros -respondió Noemi levantándose cómo un resorte.
-Si vienen por aquí, por favor.
El médico les hizo un gesto con la mano para que les acompañaran a una habitación que había justo al lado del pasillo. Noemi entró seguida de Ferrán, pero entonces Eva puso una mano en el pecho del chico impidiéndole el paso.
- Es sólo para la familia, Ferrán -le dijo ella con una sonrisa irónica.
- Mamá, o dejas que Ferrán pase o te juro que te arrastro de los pelos -le dijo Noemi con toda la rabia que tenía acumulada contra esta horrible mujer- y me va a importar una puta mierda que me denuncies. Tú serás abogada, pero Ferrán tiene más pasta que tú y te hunde.
Ferrán miró a Noemi alucinado. Estaba tan orgulloso de su cuñada. Cogió la mano de su suegra y se la apartó entrando al despacho. Se sentó al lado de su cuñada musitando un gracias. Cuando todos estuvieron sentados el psiquiatra, un hombre joven, les habló.
- He estado hablando mucho rato con Rebeca -dijo él- me ha contado que su padre murió hace poco y que lo está pasando muy mal. Y que su novio, ¿usted, supongo?
Ferrán lo miró asintiendo y el doctor le dió una sonrisa tranquilizadora.
- Que su novio vive fuera. Rebeca fue al médico de cabecera y le mandó pastillas para dormir. Pero la dosis que le mandó no le hacían efecto y ella aumentó la dosis porque necesitaba descansar. Ella solo quería dormir, no quería suididarse.
Noemi y Ferrán se agarraron de la mano aliviados por sus palabras.
- ¿Y usted la cree? -le preguntó Eva cruzando sus brazos.
- Pues si que la creo. Rebeca no presenta para nada los indicativos de una persona suicida ni que quiera hacerlo. Hay varios estadios para distinguirlos según nuestro protocolo, y ella no está en ninguno. Es más, me ha hablado con auténtica pasión de sus tres sobrinos y sobre todo de su pareja. Créame, su hija no ha intentado suicidarse.
- Si usted lo dice, pero me gustaría una segunda opinión... -dijo ella no muy convencida.
- ¡Una puta mierda vas a pedir tú! -le dijo Noemi harta ya de escucharla- ¿le va a dar usted el alta?
- Quiero que pase una noche aquí en el hospital por lo de su estómago, y le van a poner un tratamiento natural para el insomnio, aparte que quiere hablar con un psicólogo...pero si, mañana le daré el alta sin problema.
- ¿Porqué ha pedido un psicólogo? -le preguntó Ferrán algo extrañado .
- Tranquilos, no es por nada, es que quiere desahogarse, es normal cuando alguien pasa por una situación así.
Noemi y Ferrán se levantaron de la silla agradeciendo al psiquiatra toda su ayuda. Eva le dió una mirada despectiva y salió por la puerta.
-Y señora, si yo fuera usted estaría contento de que su hija está bien, y no buscando razones para que no lo esté.
*** Hola bonitos. Me ha resultado un poquito complicado escribir éste capítulo por el tema del que trata. Así que espero haberlo hecho con toda la delicadeza del mundo.
Espero que nadie tenga que llegar nunca a una situación como ésta, y que nadie se sienta tan solo como para acabar haciendo alguna locura.
Muchos besos y abrazos, y aquí estoy para lo que necesitéis ***
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