34. El aprobado
Sábado 15 de Enero de 2022
Dos semanas después
El año pasado me cogí todas las asignaturas de cuarto curso e iba a clase por la mañana y por la tarde. Lo hice con tal de no estar tiempo en mi casa y no tener que ver a mi madre. La cual estaba orgullosísima de mi de lo mucho que estudiaba.
Cuando ellos se separaron, repetí Primero de Bachiller porque no tenía ánimos para nada. En esa época aún estaba con Ismael, mi ex, y ese año fue una mierda. Entre el divorcio de mis padres que fue complicado, que estaba más en la calle que en clase y entre todo lo que ocurrió con Ismael...en serio que ahora sigo sin explicarme como me pude sacar las asignaturas, de todo lo que pasé.
Cuando recuerdo los ataques de ansiedad que tenía por culpa de todo lo que tenía alrededor y como estoy ahora... me entran escalofríos por todo el cuerpo de pensarlo. Si no llega a ser por Noemi y Leo, yo no sé que sería de mi.
Total, que este año sólo tengo las prácticas y una asignatura, Psicología de la Rehabilitación. Me he presentado tres putas veces y no hay manera de aprobarla. Total, que a mi profesor se le ocurrió la idea que en vez de examen quería un trabajo sobre como afectaba un accidente o una lesión a la rehabilitación de una persona. Tengo que entregarlo este fin de semana y aquí estoy en el comedor de Ferrán portátil en mano escribiendo como una posesa.
Leo me dijo que escribiera sobre las roturas de cadera en mujeres ancianas y como afecta esa lesión al desarrollo de su vida normal. Y aquí me hallo, repasando el trabajo hasta que esté totalmente satisfecha y lo pueda enviar.
- ¿Cómo vas mi niña? -Ferrán me pone la mano en el cuello y me da un beso en la mejilla mientras yo cojo su mano.
- Bien, bien. Me queda la mitad del trabajo por repasar y se lo mando ya al cabrón de mi profesor.
- ¿Quieres algo? ¿te hace falta alguna cosa?
- No, no te preocupes. Estoy bien.
Ferrán me da un beso en los labios y me sonríe volviendo al sofá. Tengo que coger aire porque el puñetero me tiene cardiaca. Llevamos sin hacerlo unos cuantos días porque tengo la regla y sinceramente, me da algo de reparo, bueno, reparo no, que me da asco. Ferrán dice que a él le da igual, pero a mi no me da. Lo veo sentarse en el sofá y no puedo evitar mirar como la camiseta le marca los antebrazos y el pecho. Trago saliva para que no se me caiga la baba porque así me tiene, babeando constantemente por él.
Ferrán está jugando en la consola al Call of Duty. Ha creado un clan con Leo, Dani, Pau, Lucas y creo que alguien más , pero no le he preguntado quién es. Cada vez que pueden quedan para jugar, y creo que ahora mismo Pau lo está haciendo en el hotel de concentración donde está con el Villarreal. Por lo menos uno que se lo pasa bien.
- ¡Venga Pau coño a por la base! -le grita Ferrán a través del micrófono.
Yo sigo a lo mío deseando terminar ya, porque quiero darme un baño de espuma y relajarme un buen rato.
- Que si Kepa que si, que ya voy.
Aparto mi vista del ordenador al escuchar el nombre de Kepa. El muy cabrón de Ferrán no me ha dicho que se había unido Kepa con ellos a la partida. Me levanto rápidamente y voy hacia el sofá disimuladamente. Ferrán me mira y me sonríe. Se creerá que quiero estar cerca suya cuando yo lo que quiero es escuchar la voz de Kepa.
- Estoy haciendo un descanso -le digo a Ferrán mientras me acerco un poco más a ver si puedo escuchar a Kepa. Él me mira y yo disimulo sonriendo.
- Están en tu ubicación Kepa -le dice Ferrán. Casi tengo mi oído cerca de sus cascos pero no oigo nada- Rebeca, ¿Qué haces?
- ¿Yo? ¿Nada? -le digo en mi inocencia. Ferrán se ríe de lo que sea que le dicen.
- Es mi novia Kepa. Es la cuñada de Leo -le dice Ferrán mientras se quita los cascos y me los va a poner. Yo abro mis ojos sorprendida y negando con mi cabeza- anda salúdalo que sé que lo estás deseando.
Ferrán me pone los cascos ante mi mirada avergonzada. Me los coloca en el oído y pone el altavoz para seguir escuchando la partida.
- ¿Hola? -digo yo con timidez
- Hola Rebeca, soy Kepa - vale si, creo que ahora mismo me he muerto. Este hombre tiene una voz preciosa. Como todo él.
- Hola, ¿qué tal? -le pregunto balbuceando.
- Bien, aquí echando el rato, ¿y tú?
- Pues...
- ¿Has mandado ya el trabajo Rebeca? -la voz de Leo rompe mi mágico momento con el portero del Chelsea. Le hablaré muy mal a sus hijos de este cabron que me fastidia todos mis momentos felices.
- Aún no -le respondo cabreada porque quiero que se calle de una puta vez y así poder seguir hablando con Kepa.
- ¿Y qué haces que no lo mandas?
- Estoy en ello. Leo joder, que me estoy tomando un descanso.
- Si claro, para hablar con Kepa, anda, anda -me dice Leo mientras escucho risas por todos lados.
- Es que Kepa distrae a cualquiera -dice la voz de Pau riéndose.
- Y más a Rebeca, que seguro que está mirando a Ferrán creyéndose que el trabajo se escribe solo -dice Daniel por otro lado.
- Por favor no habléis todos a la vez que no me da tiempo a mandaros individualmente a tomar por culo, menos a Kepa claro -les respondo.
Los escucho a todos reír y y ruedo mis ojos fastidiada.
- Bueno Kepa, encantada de conocerte, está claro que tú eres el único que no eres retrasado en este clan, bueno, y Ferrán claro.
- Un placer Rebeca, ya me han dicho estos que me tienes loquito al niño -me dice Kepa riéndose. Jo, que risa tiene de verdad.
- Tan loco que ya le he pedido cita en el psicólogo -dice Leo- el pobre Ferrán no sabía donde se metía.
- Querido -le digo yo casi quitándome los cascos- te aseguro que meter si que sabe hacerlo muy bien y varias veces al día, no como tú que la próxima vez que te acuestes con tu mujer será cuando tus hijos hagan la comunión. Hala, buenas tardes a todos.
Les doy los cascos a Ferrán escuchando de lejos las risas de los demás. Mi novio que me ha escuchado también se ríe también. Entonces hago algo para darles por culo a todos, menos a Kepa, claro. Me pongo cerca del micrófono para que me escuchen todos bien.
- Ferrán cariño, voy a darme un baño, ¿vienes y me ayudas por favor? ¿o prefieres seguir jugando con esta panda de descerebrados?
Ferrán me mira y yo le doy una sonrisa ladeada. Algo le tienen que estar diciendo por los cascos porque él esboza una sonrisa.
- Lo siento chicos, termino la partida y lo dejo...a ver Pau, entre jugar contigo o con Rebeca prefiero jugar con Rebeca...
Ferrán se gira y me guiña un ojo mientras yo me levanto del sofá. Me quito la sudadera y la dejo en uno de los sillones. Mi novio me mira de arriba a abajo con una mirada que podría derretir a cualquiera.
- Voy llenando la bañera -le digo quitándome los pantalones antes de salir por la puerta.
- Rebeca, que tengo que terminar la partida.
- Tranquilo fiera, que yo mientras voy calentando
Jueves 27 de Enero de 2022
Un par de semanas después
El profesor de Psicología nos ha citado a lo largo de la semana, uno por uno para darnos la nota del trabajo y comentarlo individualmente. A ver, para suspenderme se podría haber ahorrado tanto show la verdad.
- Rebeca Miranda.
La puerta del despacho del profesor se abre y aparece por ella llamándome sonriente. Me levanto de mi sitio y camino los pocos metros que me separan entrando muy nerviosa.
- Me alegro de verla señorita Miranda. Siéntese por favor.
Me siento en una de los sillones que hay enfrente de él con el corazón en un puño. Mi profesor se quita las gafas y me da una sonrisa comprensiva.
- Bueno, el trabajo, no es que sea de los mejores que se han presentado, pero, la puedo aprobar.
Trago saliva deseando saltar emocionada y a la vez pegarle una buena hostia por tenerme en tensión.
- Pues, muchas gracias -le digo balbuceando y deseando irme de allí.
- Bueno, sinceramente, me daría cargo de conciencia suspender a la novia de Ferrán Torres...
Siento como el estómago me da un vuelco y ahogo un jadeo. No me puede creer lo que este hombre me está diciendo.
- Pues... -le digo sin saber muy bien que decirle porque me acaba de pillar en fuera de juego.
- Soy un gran aficionado al fútbol, soy socio del Granada de toda la vida, y su novio nos está dando la vida, tanto que creo que tenemos muchas posibilidades de ganar la Europa League...
- Si, yo también lo creo. ¿Algo más? ¿puedo irme?
- Si, si claro. Y señorita Miranda -me doy la vuelta deseando salir de aquí lo antes posible- espero que sea usted consciente de que ha aprobado por los pelos, pero por muy poquito. Casi ni lo hace, pero, como ya le he dicho, quiero que su novio esté contento. Dele recuerdos de mi parte por favor
Le doy una media sonrisa y salgo de su despacho cabreada no, lo siguiente. Este puto cabrón que me tiene manía desde el primer día acaba de insinuar que me ha aprobado por ser la novia de Ferrán.
Joder, es que ahora mismo tengo unas ganas de llorar impresionantes, pero impresionantes. Odio que hagan esto, que me humillen de esta manera y que me traten como si yo no sirviera para nada. Salgo de la facultad con ganas de pegarle a alguien, pero bien fuerte.
Me voy caminando con rapidez a la clínica. Espero que hoy no me toque nadie el coño porque salto y me lo como. El camino que normalmente hago en 15 minutos, lo recorro en 5. Llego a la clínica y dejo mis cosas en la habitación. Me pongo mi bata resoplando frustrada y todavía dándole vueltas a todo. Leo sale de su habitación y me pregunta.
- ¿Qué tal?
- He aprobado -me doy la vuelta y me voy hacia el mostrador para ver las citas de hoy.
- ¡Que bien Rebeca! -Leo intenta abrazarme y yo lo rechazo.
- Bien no, bien una mierda -le digo sumergiéndome en el programa- no preguntes ¿vale?
- Pero...
- Leo, por tus hijos no natos, déjame en paz.
Le hago un gesto a Leo y él resopla dándose la vuelta regresando de nuevo a su consulta. El resto de la tarde la paso sin apenas hablar con nadie. No soy borde pero tampoco me apetece ser simpática. Leo intenta que le cuente lo que ha pasado, pero yo me no doy mi brazo a torcer. Estoy tan enfadada y cabreada que sé que con nada voy a saltar.
Casi a la hora del cierre, y cuando ya no hay nadie, Ferrán aparece para llevarme a casa. Esta semana empezó de nuevo los entrenamientos y si no pasa nada el domingo podrá jugar contra el Barcelona, partido al que estoy deseando ir porque quiero que los goleemos, y de paso le tengo unas ganas al Eric García de los cojones. Porque cuando lo vea le voy a decir cuatro cosas y ninguna va a ser agradable.
- Hola cariño.
Ferrán me saluda muy sonriente y se pone de puntillas para darme un pequeño beso. Y si, lo miro y me acuerdo de mi profesor y siento como la furia me crece de nuevo por todo mi cuerpo.
- ¿Has aprobado? -me pregunta él muy entusiasmado.
- Uy, Ferrán, ni le preguntes porque por lo que se ve ha aprobado, y está cabreada -Leo aparece por el pasillo después de haberse quitado la bata y me da una sonrisa irónica.
-Oye, que guay que has aprobado -me dice Ferrán. Viene hacia mi para darme un abrazo y yo lo aparto rápidamente.
- Guay no, Ferrán, no. Me ha aprobado porque soy tu novia -le digo. Leo y él se me quedan mirando sin dar crédito a lo que les cuento.
- ¡Venga ya! -me dice Ferrán.
- De venga nada. Que me lo dijo en to mi cara. Que es socio del Granada y que claro tenía que aprobar a la novia de Ferrán Torres para que TÚ no te cabrear as.
- ¡Y será verdad! -dice Leo.
- Pues siendo -le contesto- ¡será cabrón!
- Bueno ¿y qué? -me pregunta Ferrán.
- ¿Cómo que y qué? -le respondo yo poniendo mis brazos en jarra- ¡que me ha aprobado por ser tu novia Ferrán!
- Pero por lo menos te ha aprobado. Te podía haber suspendido. Eso que te llevas.
- Eso que me llevo no, Ferrán. Yo no quiero que me apruebe por ser tu novia ¡faltaría más! Joder, que si me aprueba sea porque me lo merezco no porque salga contigo.
- ¡Y qué más te da! La tenías atravesada y ya está. No le des más vueltas.
Ferrán viene hacia mi y yo me echo hacia atrás apartándolo y cabreada con él.
- ¡Si que le doy si! ¿Pero es que no lo entiendes? Que yo no quiero que la gente me de un trato de favor porque salgo contigo...que si no merecía aprobar, que no lo hubiera hecho -le digo mirando a Ferrán furiosa- ¡joder! tú estarás acostumbrado a que la gente te haga la pelota, pero yo paso.
-Mira si, estoy acostumbrado -dice él cruzando sus brazos- y ser Ferrán Torres me sirve para cosas buenas y también para la malas, y yo siempre me quedo con las buenas...y deberías asumirlo cuanto antes que si sales conmigo cosas como estás te pueden pasar.
- ¡Pues no quiero que me pasen! Joder, así nunca voy a saber si realmente la gente me valora por lo que soy o por ser tu novia.
-¡Sólo ha sido un puto aprobado Rebeca!
- ¡Pues para mi no lo es! Me he esforzado mucho en esta mierda de asignatura, pero mucho, para que ahora me apruebe por ti...
- Pues si tan en desacuerdo estás ves y le dices a tu profesor que quieres un suspenso y ¡no me toques más los cojones a mi!
Miro a Ferrán tan cabreada que ahora mismo no razono. Cojo mi bolso y me pongo mi chaqueta rozándolo al pasar camino de la puerta.
- Pero ¿dónde vas Rebeca? -me pregunta él desconcertado.
- A mi puta casa. En el metro. Así no molesto más al señorito, que se ve que mis "problemillas" le agobian.
-Yo no he dicho eso Rebeca -dice Ferrán pasando su mano por el pelo.
- Pero lo piensas. Maldita sea la hora en la que me hice la puta foto contigo.
-Rebeca, te estás pasando. Estás exagerando un montón.
- Ferrán, querido...vete a tomar por culo.
Me doy la vuelta y abro la puerta de la clínica saliendo de allí todo lo deprisa que puedo. Es que no quiero que Ferrán me siga. Quiero estar sola y ahora mismo él me molesta. Camino hacia la parada de metro y entonces veo un autobús que me lleva hacia el centro. Me monto sin pensarlo. Como que me han entrado unas ganas de ir al Mcdonalds y de hablar con Vanessa. Por el camino le cuento todo y ella no me da la razón.
- Rebeca por dios que te has presentado más veces a ese examen que yo a "La Voz" tía.
- Te presentaste una vez Vanessa.
- Y no me cogieron, y si fuera ahora y me cogieran por ser la novia de Lucas Hernández me iría con Pablo López y a darlo todo...
- Vanessa...
- No, Rebeca no. Te han aprobado y punto. No le des más vueltas. Piensa que gracias a Ferrán no le vas a ver más la cara a tu profe y se acabó, que peor es lo mío.
- ¿Qué te ha pasado a ti?
- ¿Yo? Como no veo una mierda de cerca, pues le quería mandar a Lucas una cosa muy bonita que le había escrito...
- ¿Un relato tuyo de esos eróticos?
- Si, esos mismos...era una historia con Lucas y yo de protagonistas. Todo muy bonito. Nos quedamos encerrados en un ascensor durante una hora y follamos como conejos...
- Precioso Vanessa, con mucho estilo, sobre todo un buen dramón con su argumento y todo...
- No te rías cabrona que se lo he mandado a mi jefe por error...
- ¡No me puto jodas! Ostias Vanesa.
- Si, hija si. La subnormal de la ciega.
- ¿Y que te ha dicho?
- Pues nada, yo disculpándome como he podido y va y me dice que si le puedo escribir algo que el cumpleaños de su mujer es en una semana y le gustaría regalárselo...
- ¡Venga ya! ¿Y que le has dicho?
- Pues nada, aquí tengo a Manuel mi supervisor y su señora Adela, la jefa de enfermeras a cuatro patas en la sala de cirugía...
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