- No solamente lo quiero como compañero, sino como amigo, confidente y... hombre.

Nunca le había visto de esa manera, Leo se mostraba decisivo y seguro ante sus palabras. Un silencio inundó la sala, a mi alrededor todos le miraban sorprendidos y la mayoría de los periodistas tenían una sonrisa en sus bocas, pues sabían que tener ese tipo de exclusiva en directo era todo un logro.

- Estoy enamorado de Won Sik. – Continuó. – Y llevo casi dos años siendo más feliz de lo que ya era, no solo por vivir el sueño de ser cantante, sino por el hecho de compartirlo con él a mi lado.

En un gesto rápido Ravi se lanzó a sus brazos y, olvidándose de los medios de comunicación se besaron, siendo ellos mismos sin importarles nada a su alrededor, y todo se revolucionó.

Pasó todo muy rápido, los hombres de seguridad se colocaron delante de los chicos para protegerlos, pues los periodistas se abalanzaron literalmente sobre ellos, y en segundos los llevaron detrás del escenario. El cúmulo de personas y cámaras los intentaron perseguir, por suerte, sin éxito. Ángela y yo quisimos ir donde los chicos, pero descartamos la idea cuando vimos que por supuesto no dejaban pasar a nadie.

Me sentía muy inquieta, Hak Yeon ya me había contado que su intención con esta entrevista era hacer pública la relación de Leo y Ravi, sin que ellos lo supieran. Yo nunca estuve de acuerdo, pues eso debía ser decisión de ellos dos, pero él me insistió que lo hacía por su bien, o como dijo, por su felicidad. Por una parte le entendía, ver a sus compañeros tan decaídos a la larga no sería algo bueno, pero por otro lado no era lo más correcto hacer pública tal confesión sin permiso.

Fue difícil salir del edificio donde nos encontrábamos, pues el número de periodistas había aumentado. Camino a mi casa llamé a Hak Yeon tantas veces como pude, pero su teléfono se encontraba fuera de servicio, algo que me hacía preocupar más de lo que ya estaba.

Aunque todo lo ocurrido hubiera sido hace menos de una hora, las redes sociales y noticias de toda Corea estallaron en un momento. No hablaban de otra cosa que no fuera la confesión de Leo a las cámaras junto al beso que le siguió después y la fotografía de ellos dos ya estaba repartida por todo el mundo de internet.

No solo era el hecho de que dos de los miembros de un mismo grupo musical tuvieran una relación, por desgracia dieron más importancia al tema de que fueran dos hombres. Siempre pensé que el tema de la homosexualidad en Corea era algo natural, pero al parecer el ganar dinero a partir de estos temas, era más primordial y eso me ponía enferma.

Fueron pasando los días y no logré hablar con Hak Yeon en ningún momento. La exclusiva obligó a la agencia de los chicos a publicar un comunicado oficial explicando que las actividades de los chicos se suspenderían hasta nuevo aviso. No dieron más explicaciones de ninguno de ellos, simplemente pedían paciencia hasta que todo estuviese aclarado. Otra medida que tomaron fue la de eliminar sus perfiles en las redes sociales para evitar comentarios negativos.

Se dieron situaciones de apoyo incondicional a los chicos, tanto los fans nacionales como internacionales, crearon campañas para motivarles a continuar sin preocupaciones y por supuesto yo junto con Ángela y todo el equipo participamos en todas ellas, e incluso algunos famosos de otros grupos de kpop también se involucraron. Por supuesto, y muy a nuestro pesar, siempre aparecía la parte negativa que estaba en contra, pero tuvimos suerte de que nosotros éramos mayoría.

Pasaron varias semanas hasta que la cosa se tranquilizó, ya no era un tema constante y todo volvía poco a poco a la normalidad. Por parte de nuestro equipo, y como ya lo hablamos cuando salieron los primeros rumores, no hicimos ninguna traducción de aquellas noticias que los perjudicaran o que simplemente hablaran del tema, pues nuestro trabajo era el de informar sobre temas musicales.

Una mañana me levanté con un nuevo comunicado de la agencia y rápidamente lo leí. Mis ojos se fueron abriendo poco a poco mientras las palabras iban apareciendo, pues confirmaban claramente y sin tapujos, la relación de Leo y Ravi. Según explicaban, ellos eran una empresa de música y nunca les han negado a sus artistas el tener alguna relación y esta no iba a ser ninguna excepción, a pesar de esto, los chicos continuarían sus actividades después de navidades y se tomarían un descanso para volver a los escenarios con más fuerza que nunca.

Suspiré aliviada, sabía que eso era una buena noticia, aunque tuviera efectos negativos, no todas las personas tienen los mismos pensamientos que nosotros y no estarían de acuerdo, en cualquier caso, la agencia había tomado la decisión de hacerlo público y yo me alegraba por ello.

Seguí tan inmersa en la lectura, que no me di cuenta que mi teléfono sonaba sin parar. Aquel aparato captó toda mi atención, pues el nombre que esperaba leer desde hacía semanas aparecía en él. Completamente emocionada descolgué sin pensar.

- ¡Hak Yeon! – No se escuchó nada, así que me lo separé de la oreja para ver si no habían colgado, pero no era así. - ¿Yeonie? ¿Estás ahí?

- Si... solo disfrutaba del sonido tu voz. – Solté todo el aire que al parecer estaba reteniendo, y noté como me ardían las mejillas mientras el corazón me iba a mil. ¿Cómo era posible sentir tanto con solo unas palabras? – Te he echado de menos.

- Y yo a ti...

- Siento mucho no haberte contestado las llamadas ni los mensajes, entiende la locura que hemos pasado estos días después de todo lo ocurrido.

- Lo comprendo... ¿Estáis todos bien?

- De maravilla, de hecho te llamo para invitarte al apartamento. Estamos teniendo una pequeña celebración y me han dejado invitarte. – Parecía emocionado. – Dime que vendrás... Además ¡Quiero enseñarte algo!

No le hizo falta insistirme mucho, pues no tardé nada en arreglarme un poco y dirigirme hacia allí. Sinceramente me sentía algo nerviosa, hacía tiempo que no estaba con ellos a solas desde nuestra última reunión en la agencia y no fue una situación agradable. Esperaba con ansias que esta vez fuera diferente y disfrutar de su compañía como el primer día que llegué. Aunque el cumpleaños de Hak Yeon tuvo consecuencias, aquella tarde fue una de las mejores.

Entré por la puerta del edificio, saludé al portero que había en la entrada y me dirigí al ascensor, pero antes de darme tiempo de darle al botón, noté como unos brazos me abrazaban por la espalda, un tacto más que conocido y que realmente me hacía mucha falta. Sonreí mientras ponía mis manos sobre las de él.

- Bienvenida de nuevo. – Me susurró al oído. – Tienes las manos heladas.

- Hace frío. - Acto seguido me giró y me puso frente a frente con él, sin soltar en ningún momento mis manos, las puso entre las suyas y las acercó a su boca, sentí un calor entre mis dedos.

- ¿Mejor? – Asentí sonriente.

No tardó nada en juntar nuestros labios, después de mucho tiempo. La intensidad de nuestro beso reflejaba con claridad, lo mucho que nos necesitábamos. No nos separamos ni siquiera cuando el ascensor abrió sus puertas y entramos con bastante dificultad.

- Debes darle al botón si quieres subir. – Intenté coger aire.

- ¿Y si no quiero subir? - Me guiñó un ojo para seguidamente, colocar sus labios en mi cuello, fue bastante difícil hablar.

- Yeonie...

La temperatura había subido en cuestión de segundos en aquel diminuto ascensor, y si no fuera porque aún me quedaba un mínimo de cordura, hubieran sucedido muchas cosas de las que no me arrepentiría nunca. Fue muy complicado darle a la planta donde teníamos que bajarnos. Agarré ambos lados de su cara y la acerqué a la mía.

- Continuamos después... tengo ganas de ver a los chicos. – Y le di un beso fugaz. - ¿Qué era lo que me querías enseñar?

- Luego lo verás. – Me sonrió de la manera que más me gustaba. Se abrieron las puertas- ¿Vamos?

Con las manos entrelazadas, avanzamos por el pasillo hasta llegar a la entrada de su casa, Hak Yeon introdujo el código y la puerta se abrió de inmediato. La escena que presencié en ese momento, era digna de fotografiarse, Leo se encontraba, literalmente, aplastado por Ken, Hyuk y Hong Bin, Ravi por otro lado reía a carcajada limpia. Sin pensarlo dos veces el líder, separándose de mi lado, se abalanzó sobre sus menores creando una montaña de personas sobre un Leo claramente abatido.

No pude evitar reír, ver a hombres de veintitantos comportarse como niños era realmente divertido y lo que más me gustó fue el ambiente, completamente distinto al de la última vez que los vi. Me dirigí hacía Ravi, el único superviviente de la montaña humana, y éste al verme me sonrió.

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Maratón, maratón!! Nos leemos ahora!! --->

MONTAÑA HUMANA DESCRIPCIÓN GRÁFICA: