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Capitulo 2

El viaje había sido largo, los dos lobos estaban cansados, pero estaban a una hora de llegar, no podían parar ahora, aunque ambos no tuvieran ya tanta fuerza.

Bakugo aunque no estaba totalmente cansado, se sentía débil por las heridas, el recuperarse le consumía mucha energía.

Ya estaban dentro de su territorio, pero necesitaba llegar a su hogar, tenía que tener la certeza de que su manada estaba bien; y que el omega no podría escapar... Tenia muchas dudas sobre él.

Apenas y puso un pie dentro de las tierras de su hogar, su manada salió a recibirles, el primero en llegar a su lado fue Kaminari, el gamma de la manada. Llego corriendo directo a Kirishima con un rostro de total preocupación, pero se detuvo cuando vio a su alpha herido y cuando percibió el sutil aroma de un omega.

Kaminari se sintió algo molesto, su instinto le hacía rechazar al omega ya que no era parte de su manada, pero su lado racional veía como esos dos alpha lo protegían y de nuevo su instinto lo obligaba a resentir al omega por esa misma razón.

La segunda persona en salir fue Tsuyu, una chica, una de las betas. Salió con la ropa de ambos, ella fue más prudente en sus acciones y actuó rápido. Cargo al omega y trato de darles privacidad a los chicos para que se transformaran y cambiaran.

Apenas y escucho el "terminamos" de los alpha, ella volteó y regresó al omega a su alpha. Nunca había visto a su alpha tan dominante respecto a alguien, pero el ver como no quería soltar a ese chiquillo pecoso, con cabellos verdes revoltosos... era algo digno de apreciar.

-Están todos bien?-el primero en hablar fue Kirishima.

-Si, los invasores no traspasaron el perímetro.- contestó Iida, que acababa de llegar.

-Nosotros tenemos unas heridas, pero el omega logró salvar a Bakugo de una bala de plata- Kirishima parecía igual de interesado en el omega que Bakugo

-Porque lo trajiste?- se atrevió a preguntar Kaminari algo incómodo.

Bakugo ni siquiera presto atención a la pregunta, estaba ensimismado viendo al omega, sabía que había algo especial con ese mocoso, su parte alpha le exigía marcarle, pero para él todo era extraño, nunca conoció a un omega y aún así en cuanto despertó lo supo de inmediato.

-Déjenlo en una de las habitaciones vacías, vigílenlo- ordeno el alpha.

-Porque es importante?- volvió a insistir Kaminari.

-Es el primer omega que encontramos de nuestra edad, sabes bien que lo necesitamos- recalco Kirishima, mientras cargaba al omega.

Kaminari sabía que sus palabras eran ciertas, sabía que ese omega salvaba a la manada, pero no podía evitar tener celos. Su lado omega lo resentía, porque él era el protegido por todos, era el consentido porque era quien cuidaba de ellos y ahora estaban invadiendo su estabilidad... más importante que eso, estaban quitándole a su autoproclamado alpha. Kirishima.

El pelirrojo por su lado, estaba pensando más por la manada que por si mismo. Estaba contento de que habían encontrado un omega que les ayudara, pero eso no quitaba que le habían secuestrado... ¿Qué se supone que deben decir cuando despierte? Si bueno... ya no estás con los humanos, no puedes salir... pero queremos ser tus amigos? Si, claro. Es más probable que trate de escapar apenas despierte.

Kirishima pensaba todo esto mientras dejaba al omega en una habitación, sobre una cama, no se había dado cuenta que Denki lo seguía hasta que se dio vuelta para salir del cuarto.

-Estas seguro de esto?- preguntó Denki.

-Pareces demasiado estresado, solo es un omega- objeto Kirishima.

-Sabes que no es cierto... él es...

-Si, el es importante...

-No debieron traerlo, no sabemos nada de él, puede ponernos en peligro- Kaminari enseño sus colmillos.

-Basta... fue decisión del alpha y no puedes ir en contra de ello- recalco el pelirojo.

-Solo... es que no lo entiendes, no me da confianza!

-Es confianza lo que necesitas? Te estoy dando mi palabra!

-Bien!- se resignó el rubio y salió corriendo de ahí.

-Estas bien dejándolo ir?- hablo por primera vez el peli morado que estuvo observando todo.

-¿Qué haces aquí Shinsou?- Kirishima no tenía la energía suficiente para discutir.

-Me encargaron proteger la casa, pero parece ser que ya no es necesario. ¿Dónde está Katsuki?

-Seguramente fue a lavar sus heridas...

-Fue el omega quien les ayudo?- Shinsou volteo su mirada hacia el peli verde  tenía curiosidad.

-Si... pero lo trajimos a la fuerza.- el alpha estaba arrepentido, obligó al omega a ayudarles y ahora hacían esto... era totalmente su culpa que este involucrado en esto.

-El chico está en peligro- fue lo único que dijo antes de irse.

Kirishima lo tomó a mal, no sabía si era una amenaza o si de verdad tomar en serio sus palabras, no podría estar tan equivocado... después de todo la guerra de manadas y la busca de crecimiento en estas ha provocado muchas muertes de betas, gammas y omegas.

El pelirrojo no se sentía cómodo dejando solo al pecoso, porque si... hasta ese momento se había fijado en el físico del omega.

Un chico de cabellos alborotados verdosos, ojos grandes, pecas adornando su rostro, complexión y estatura pequeñas, mejillas algo coloradas y podía ver unas cicatrices en sus brazos.

No le calculaba más de 21 años, sería uno de los más pequeños de la manada. Las chicas tenían 22 al igual que Kaminari, Shinsou e Iida 23 y Bakugo junto con el tenían 24, otros chicos de la manada tampoco pasaban de los 23, eran una manada joven, no porque lo buscaran... la guerra los llevo a ese punto.

Paso un gran rato hasta que Midoriya empezó a recobrar conciencia, se sentía desorientado y la cabeza le dolía. Tenía esa sensación de estar invadiendo un lugar y al mismo tiempo de que no estaba en su hogar. Los recuerdos le llegaron de golpe y se levantó apresuradamente, su vista se concentró en el pelirrojo que observaba por la ventana. Observo el lugar y definitivamente no era un lugar que el conociera, y el exterior le ponía en alerta que no estaban en el pueblo.

Su lado omega para protegerle soltó su aroma y de alguna manera forzó el que se transformara en su lobo, Midoriya estaba tan asustado que antes de que el pelirrojo captará lo que sucedía salió corriendo, pero su omega no quería irse, esa parte de él le ordenaba que esperara, que estaba buscando a alguien... y eso le incomodó.

Su parte omega nunca había estado en descoordinación con él, pero era como si algo dentro de él le suplicara no huir de ahí, aunque le dolía no hacer caso, salió de esa casa. Trato de acostumbrar su visión a la luz del sol y enseguida tratar de ubicarse por el olfato, pero nada le era familiar, no había humanos normales por ningún lado...

-Espera!- escucho gritar al pelirrojo detrás de él

-Que sucede?- salió una castaña desde detrás de la casa y eso le asustó, había más gente en ese lugar, si no escapaba ahora lo volverían a atrapar.

No lo pensó dos veces, tomo impulso y trato de salir del claro donde estaba esa casa, pero antes de poder llegar a los arbustos un enorme lobo saltó sobre el y le impidió el paso.

Bakugo sintió miedo, estaba terminando de lavar sus heridas para que pudieran en su totalidad curarse, pero tenía una sensación de ansiedad, que para el fue extraño, porque no estaba haciendo nada que lo ameritara.

Pero escucho gritos y fue cuando pensó en el omega, no dudo en dejar todo lo que estaba haciendo y aunque destrozara su ropa, tenía que llegar al lugar de donde venía el ajetreo.

Se transformó en lobo y corrió hasta la casa, cuando pudo ver al omega en forma de lobo estaba anonadado, era algo más grande que el promedio de los omegas, su pelaje era negro y hacía resaltar sus ojos verdes, pudo sentir su ansiedad... y fue cuando tuvo que interferir.

Se lanzó sobre el y le obstruyó el paso, trato de tranquilizarlo con sus feromonas, pero solo provocaba lo contrario y por primera vez su instinto no le ordenaba comportarse dominante.

A sorpresa de todos los ahí presentes, Bakugo junto su nariz junto con la del omega, lentamente trataba de hacerlo sentir en calma, hasta que el omega respondió.

Midoriya ronroneo y por fin bajo la cabeza aceptando al alpha como su superior  dejo caer su cuerpo en el suelo y espero.

Bakugo se sentó frente a él, tratando de asegurarse de que no escaparía, nadie se atrevía a moverse por miedo de asustar al omega, pero en cuanto se transformó en humano toda esa paz se perdió. Uraraka corrió por una cobija, Bakugo se enrosco al rededor del omega para cubrirlo y Kirishima solo trataba de ocultar su vergüenza hecho un bulto en el suelo.

Uraraka llegó a cubrir al pecoso y Bakugo le dio espacio, pero en  ningún momento se apartó de ahí, fueron hasta la casa y la chica fue quien volvió a correr a buscar ropa. Bakugo espero hasta que se fuera a cambiar para también hacer lo mismo, no quería perderlo de vista mucho tiempo.

Después de todo ese raro momento, decidieron juntar a toda la manada en la casa, esta vez de verdad necesitaban hablar.

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