capítulo 81: Día del asesinato
Billy había salido ya de la comisaría, y ahora se encontraba yendo al hospital.
Iba a ver a Basilio.
Al llegar, estaciona su auto, entra al lugar, sube por el elevador y camina por los helados pasillos.
-De acuerdo, recién se acaba de despertar hace unos minutos, se encuentra muy débil aún. -Le explica una enfermera, mientras camina junto a Billy hacia la habitación de aquél hombre asesino.
-¿Entonces puedo verlo?
-Claro, tienes algunos minutos. -Le dice la mujer.
Billy entra en seguida a la habitación, y ve a Basilio sentado en la cama con una bata de hospital.
Esta era la primera vez que ambos se veían desde que ocurrió todo esa noche del 03 de diciembre y madrugada del 04.
-Hola. -Lo saluda Basilio fríamente.
-¿Sabes? hubiese preferido que no te salvaran la vida de ese disparo que te dí. -Admite el chico.
-Pues desafortunadamente estoy vivo.
-Sí, desafortunadamente para tí, porque ahora te darán la máxima sentencia del estado. -Le aclara Billy-, Mataste a dos personas inocentes hace siete años, y ahora, mataste a varias personas esa noche, incluyendo al pequeño e indefenso Óscar.
-Me hubiese encantado estar en el funeral de ese niño... Ver llorando desgarradamente a Gilbert y a Isabel me hubiese resultado placentero, la verdad es que ninguno de los dos me cae bien. -Afirma el hombre en la cama.
-Eres un completo desalmado.
-Lo sé, dime algo que no sepa.
-Te diré algo que quizás no sepas, yo jamás iba a descubrirte... Estaba cegado, traumado, obsesionado, en ese estado no hubiese podido recordar tu cara. -Confiesa Billy.
Ambos se quedan en silencio unos segundos, cuando Basilio habla:
-Es asombroso, ¿No? Todo lo que pasó hace siete años en el apartamento de Kevin. Aún recuerdo cada detalle.
24 DE NOVIEMBRE, 2016.
|Día del asesinato|
9:20 AM.
-Lo sé, Kevin y Margaret no me pagaron el dinero para entregárselos a ustedes. -Les dice Basilio al teléfono-, Pero, es culpa de ellos, no mía. A mí no me deberían hacer nada.
-Mata a esos dos ya mismo, y te habrás saltado la deuda. -Le dice la persona tras el teléfono-, Hazlo de la forma que quieras, pero deseo verlo en las noticias. Nadie se burla así de nuestra banda.
-No te preocupes, ahorita mismo los voy a matar. Esos dos dementes creen que yo me puedo hacer cargo de todos sus problemas, y las cosas no suceden así. -Explica Basilio.
9:35 AM.
Basilio ya había llegado al apartamento de Kevin, salió muy despacio de su auto y verificó que no hubiera nadie cerca.
Estaba todo vestido de negro, tenía una capucha puesta junto con su abrigo negro que tapaba su cabeza.
Se había llevado una pistola bajo el pantalón, aunque, también cargaba un cuchillo del otro lado.
Sube las escaleras, y llega a la puerta del apartamento.
Se acerca a un pequeño depósito y toma el machete que había ocultado allí esta misma madrugada, y con dicha herramienta se dispone a tocar la puerta.
Toc toc.
Nadie abre.
Toc toc.
Abre Kevin.
-¡Hola, Kev! ¿Puedo pasar? -Le pregunta el hombre con el machete en sus manos tras la espalda.
Kevin al no notar nada raro, decide dejarlo entrar.
Días anteriores el pobre Kevin Malkovich había tenido múltiples pesadillas en las que Basilio los intentaba matar por no haber cumplido con devolver el dinero, pero, ahora creía que quizá debía intentar pensar de otra manera, y bajarle un poco a su obsesión con que alguien lo fuera a asesinar.
-¿Te puedo invitar a tomar algo? Te noto tenso. -Le dice Kevin.
-No, una bebida no me hará relajarme en este momento. -Al decir esto, Kevin deja su machete en el suelo, y saca la pistola y apunta fijamente a Kevin.
Kevin abre los ojos como platos, era como si su peor pesadilla se estuviese haciendo realidad, pero, aún así, se queda inmóvil.
-Debo matarlos, Kevin. No quiero hacerlo, pero es mi deber. -Dice Basilio-, Y quizá lo haga lentamente, porque hacerlo rápido probablemente impida mi disfrute.
-Basilio, por favor. -Le dice el hombre con cara pálida del miedo.
Al instante se acerca Margaret y se le monta encima a Basilio para intentar quitarle el arma.
Basilio la golpea fuertemente y la mujer cae al suelo. Entonces, sin esperar más, Basilio toma su machete y golpea con fuerza a Margaret en la cabeza, uno, dos. Y la deja allí.
Margaret pierde la conciencia.
Segundos después abre los ojos.
Ahora la pobre mujer agonizaba del dolor, era como si su cuerpo estuviera esperando, con brazos abiertos, a la muerte. Así que decide sentarse en una silla e intentar calmar su dolor, aunque sabe que no es posible.
-¡Maldición! ¿¡Qué has hecho!? -Exclama Kevin.
El hombre se intenta acercar a su esposa para ayudarla, pero, Basilio lo toma fuertemente y lo apuñala dos veces en el abdomen.
Kevin cae al suelo adolorido, llenando la superficie plana de sangre.
Margaret sólo ve la escena, aún con un poco de vida.
Entonces, Basilio toma la cara de Kevin, y, mostrandosela a Margaret, le empieza a cortar la cara con el cuchillo, con movimientos verticales, al mismo tiempo que le tapaba la boca.
-No, basta. -Dice Margaret con pocas fuerzas, tocando su cráneo ensangrentado. Estaba en un tipo de shock por los golpes.
Segundos después, Basilio dice:
-Acabemos con esto ya entonces.
Pero, Kevin se levanta del suelo e intenta atacar a Basilio, este reacciona rápidamente, toma el machete y le da en la boca, haciendo volar varios de sus dientes.
Kevin cae al suelo, gritando del dolor, con la boca ensangrentada, al igual que su camisa y su cara.
Basilio se da cuenta que está haciendo mucho ruido, no quiere alertar a los vecinos... Así que apuñala a Kevin dos veces más, al rededor del abdomen y las costillas.
Basilio respira hondo ahora, e intenta descansar después de tanto movimiento brusco.
PRESENTE.
08 DE DICIEMBRE, 2023.
-¿Por qué les causaste tanto dolor? Se suponía que sólo debías matarlos. -Le dice Billy, con lágrimas en los ojos-, Tenías una pistola, pudiste haberles disparado y ya.
-Necesitaba disfrutar del proceso, no puedo hacerlo si mato a alguien rápidamente. -Confiesa Basilio.
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