capítulo 79: Huyendo de la muerte
"A veces creemos algo, y lo que en realidad sucede resulta ser todo lo contrario."
Carly se había esfumado tan rápido que ni su reflejo se había visto al salir. Se había ido tan rápido como una gacela huyendo de un león, como un ciervo huyendo de un cazador... Como una persona huyendo de la muerte.
Y ahora corría a más no poder... Hacia el bosque, pues, por allí se podría ocultar mejor, y, al correr cierta distancia podría llegar a la carretera que había del otro extremo.
-Cuatro... Cinco... Seis... -Basilio seguía contando, dejando la escopeta en el suelo y sacando su pistola.
Billy estaba nervioso, Hannah también, ¿Y Devon? Pues, él seguía inconsciente, tanto que a Basilio no le importaría dejarlo allí sin atar e irse tras Carly.
-Siete... Ocho... Nueve... -La respiración de todos allí se acelera-, Diez.
Sin esperar más, Basilio corrió, saliendo de la casa con una pistola en manos y la otra en su pantalón, había dejado la escopeta en la mansión, pues, habían dos jóvenes muy bien atados y otro herido e inconsciente, así que ninguno de ellos podría tomarla.
-La matará, llegará a ella ahora. -Murmura Hannah.
Billy no dice nada, sólo se le queda observando... Y luego gira la vista y mira fijamente a Devon, sentado en el sofá con los ojos cerrados.
Afuera, por el bosque, estaba Carly corriendo, su respiración, su ritmo cardíaco, todo de ella estaba agitado ahora.
No podía creer que ahora estuviera huyendo de la muerte, aunque, se dió cuenta que nunca se puede huir realmente, tarde o temprano te llega, por más rápido que puedas correr.
Basilio corría tras ella, no muy cerca, pero, escuchando sus bruscos pasos en la tierra y las hojas.
Sólo la luna sería testigo de lo próximo que ocurriría.
La desesperación era lo único que se apoderaba de Carly ahora; bueno, también el miedo, el cual siempre veía el momento justo para aparecer, y darnos a saber que ya estaba aquí... Para hacernos compañía.
En medio de pasos largos, rápidos y poco ágiles, Carly tropezó con una rama en el suelo... Y cayó. Bueno, era lógico que en algún momento ocurriría.
En ese momento pensó que era más sugerible ocultarse que huir, porque ya no tenía tiempo suficiente para llevar a cabo esta segunda opción.
Se había doblado el tobillo, le dolía como un cuchillo penetrando la zona, se quejó un poco del dolor, pero se tapó la boca para aminorar el ruido.
Así que decidió ocultarse dentro de una pequeña montaña de arena húmeda y piedrosa, que era lo suficientemente grande como para que su cuerpo tuviera espacio, y, no fuera visto desde fuera.
-Carly... Sal ya... -Dice Basilio acercándose a la zona.
Entonces, Basilio guarda su pistola bajo el pantalón, y dice:
-No te haré daño, créeme. No quiero matarte, no a tí... Tú me agradas.
Carly se mantiene escuchando todo desde su escondite, cree que tal vez Basilio esté hablando con veracidad, cree que tal vez éste la dejará escapar.
-Confía en mí, sólo quería matar a mi testigo, a Billy, dejando de lado todo el cariño que le he podido tener. -Explica Basilio, sacando un enorme cuchillo de hierro de su pantalón.
Carly traga saliva, se seca las lágrimas de sus ojos, y sale de su escondite.
Basilio pone el cuchillo tras de él, y le dice:
-Así es, qué bueno que me haces caso.
-No entiendo por qué haces esto, creí que querías ayudar a Billy... Creí que eras nuestro amigo. -Le dice la chica, estando a un metro de distancia de él.
-A veces creemos algo, y lo que en realidad sucede resulta ser todo lo contrario. -Le aclara Basilio-, Es normal que eso nos pase, de hecho, en cualquier momento de nuestra vida siempre pasa. Aquí no hay nada sorprendente.
-¿Por qué lo haces? -Carly frunce el ceño, con miedo, con intriga. Por lo menos se sentía un poco mejor de que Basilio no tenía ningún arma mortal en manos.
-Porque si no ejecutaba este plan, en cualquier momento iba a caerme de la cuerda que estaba sujetando mis pies, en cualquier momento vería el suelo golpearme la cara. -Explica Basilio, con tono firme y serio.
-Ojalá pudiera entender. -Dice la chica, sollozando.
-Sí, ojalá pudieras. -Al decir esto, Basilio tira el cuchillo y saca la pistola, luego apunta hacia la cabeza de la jóven frente a él.
Pero, en ese momento se escuchan unos pasos tras de Basilio, y este al girar el rostro, queda sorprendido al ver a Billy, allí, apuntandole con la escopeta.
-¡¿Qué?¡ ¡¿Cómo pudiste desatarte?! -Pregunta Basilio desconcertado.
-Devon estaba despierto, sólo fingía. -Contesta Billy, con la escopeta firme en manos-, Y Hannah fue a llamar a la policía al teléfono público... Vendrán aquí en sólo minutos.
-Entiendo, pero, no te ha salido todo perfecto. -Dice Basilio-, Tú me estás apuntado a mí, y yo estoy apuntando a tu, probablemente, ex novia.
Carly veía a Billy, Billy veía a Basilio, Basilio lo miraba detenidamente.
-Baja la escopeta o yo le disparo a la chica. -Le advierte Basilio-, Tienes cinco segundos... O la mato.
Billy piensa y piensa, tomando en cuenta que sólo tiene unos segundos antes de que una tragedia pueda pasar.
No puede bajar el arma, si lo hace Basilio tendrá el poder entonces, y los matará a ambos antes de que la policía pueda llegar a intervenir.
-De acuerdo, la bajaré. -Dice Billy, pero al hacerlo, sube nuevamente la escopeta.
Dos disparos se escuchan a continuación.
Basilio le dispara a Carly en el pecho, y, Billy le dispara a Basilio en el abdomen.
Los dos caen al suelo, con sangre adornando sus cuerpos.
Billy abre los ojos como platos... Sabe que ha actuado mal. Sabe que ambas personas junto a él están a sólo segundos de fallecer.
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