-¿Alfred? ¿Qué haces aquí? -Le pregunta Billy algo extrañado al ver al mismo.

Alfred pasa a la casa sin previo permiso, y se acerca hacia Carly y Elenna.

-Necesitaba hablar contigo, Billy. Y necesito que todos escuchen. -Alza Bennedick la voz.

-Claro, sólo dime. -Insiste el jóven.

-No sé cómo decirte esto, pero... Debes aceptar la invitación de Hannah, debes ir a su casa y pasar unos días allá. -Le sugiere Alfred, casi en tono de orden.

-¿Qué? ¿Cómo sabes lo de Hannah? -Pregunta Billy extrañado, frunciendo el ceño.

Alfred mira a Elenna.

-¿En serio? ¡¿A cuántas personas más se lo dijiste, mamá?¡ -Le pregunta Bill en desacuerdo con la situación.

-Discúlpame, fuí la primera en ver esa carta cuando llegó aquí. Te llamé, te lo comenté, y luego le informé a Alfred, y finalmente a Carly. Sólo nosotros cuatro sabemos acerca de esa carta. -Explica Elenna.

-Está bien, como sea. Escucha, Alfred; no voy a ir a visitar a Hannah, si es por mí, que se pudra mientras me espera. -Expresa Billy.

-¿Acaso la odias? -Le pregunta Carly.

-No, nada parecido. Odiar a una persona es tomarle importancia al asunto, por ello, no la odio; sólo no anhelo volverla a ver, siempre me trató como una basura pese a que yo la tratara bien. -Le explica Billy escogiendo bien sus palabras.

-Te conozco, hijo. Y no es por eso que no la quieres volver a ver, no te importa cómo te haya tratado, o, si te importa, entonces te importa poco. -Le afirma Elenna-, No quieres volver a ver a Hannah porque eso te traería muchos recuerdos de tu padre, de Margaret, del apartamento, y no quieres recordar nada de eso, intentas superar lo que pasó, ¿No es cierto?

Billy se queda callado.

Alfred entendió que a veces el silencio respondes por nosotros. Y a Carly también le quedó claro.

-¿Por qué no quieres recordar esos momentos con tu padre? -Le pregunta Carly-, Deberías de verlos con felicidad, por tantos momentos buenos que pasaron juntos.

-No sólo fueron buenos momentos. -Afirma Bill-, También hubieron malos.

10 de diciembre, 2013.

-Papá, no me gusta que salgas con la mamá de Hannah; ella me trata muy mal, y además es rara. -Le dice Billy, aquél niño con casi doce años.

-¿Quién es rara y quién te trata mal? -Le pregunta Kevin.

-Hannah.

-Bien, escucha, hijo; yo no me voy a casar con Hannah, sino con Margaret. Ella es una mujer muy hermosa, y sé que tenemos poco tiempo de conocernos, a penas algunos meses, pero no me importa. -Le explica Kevin.

-Entiendo, pero, si te casas con Margaret eso significaría que yo también debiera pasar mucho tiempo con ella y con su hija... -Hace una breve pausa-, no quiero eso.

-¿Por qué no? Elenna te llevó a casa de Margaret a estudiar con Hannah, y cuando me pidió que te fuera a recoger, me comentó que tenías una nueva amiga.

-No, ¡Hannah no es mi amiga! Ella es rara, y egoísta, y maleducada. Lo que sucede es que no tenía opción, me iba mal en matemáticas y el profesor me pidió que estudiara en casa de Hannah, que ella me enseñara. -Explica Billy-, Y por más que yo me negué, el profesor me insistió demasiado y ya me tenía harto.

Ambos estaban sentados en el auto, aún conversando.

-Mira, hijo; tu relación con Hannah se puede mejorar con el tiempo, lo importante es que Margaret nunca te ha tratado mal, ¿Cierto? Y... Estoy enamorado de ella, necesito que comprendas eso.

El carro permanecía estacionado en frente de la casa de Margaret Dennis, y Kevin y su hijo no se habían bajado debido a la conversación que estaban tomando.

-Yo... Quisiera que... -De repente Billy se deja escapar una lágrima-, Quisiera que tú y mamá restablecieran su relación, quisiera que estén juntos, estar de nuevo los tres, como antes.

-Eso ya no es posible, Billy. -Le confiesa su padre-, Elenna ya no me ama, y... Yo tampoco a ella.

-Pero hace unos meses ustedes estaban bien, ¿Qué fue lo que hizo que ustedes terminaran? ¡No lo entiendo! ¡Nunca me lo han querido decir! -Exclama el niño.

-No tienes porqué saberlo. -Dice Kevin seriamente.

Luego salen de la casa Margaret y Hannah, e inmediatamente Kevin sale del carro sin previo aviso y las abraza a ambas, entre los tres se rien y bromean.

Billy ve la escena desde adentro del carro, se sentía mal por ello, se imaginaba el hecho de que su padre lo había cambiado a él y a Elenna, por Margaret y Hannah, sintió que ahora su padre tenía una nueva familia en la que él no participaría con la suficiente constancia.

¿Se sintió celoso? Quizá un poco, pero, no pudo evitar que se cristalizaran sus ojos, sentía a su padre lejos de él, lejos de su verdadera casa.

Y allí, Billy se dió cuenta que nunca nada sería como antes.

Multimedia: Viggo Mortensen como Kevin Malkovich.