-No te creo, tú eres una persona, un extraño desconocido que quiere ver muerto a Billy, pero, antes, quiere verlo sufrir. -Le dice Lucas.

-Exactamente, soy tú. -Le dice la grave y extraña voz tras el teléfono-, Todo lo que yo deseo, lo deseas tú. Todo lo que yo pienso, lo piensas tú. Somos uno solo. Soy parte de tí. Soy esa parte malvada que llevas dentro, cuya presencia has estado reprimiendo un largo tiempo.

-¿Y por qué hablo contigo por teléfono? -Lo cuestiona Lucas.

-Pues, realmente no estoy al teléfono, estoy en tu mente, y ésta es tu forma de ver las cosas un poco más reales. -Le responde la voz.

Lucas se mantiene en silencio, pensando.

-Ahora, ¿Vas a hacer lo que debiste haber hecho hace mucho tiempo? -Le pregunta la voz-, ¿Mandarás a Billy directo al infierno?

-¿Entonces por qué me ordenaste apuñalar a Billy sin matarlo? ¿Por qué no lo mataba de una vez y ya? -Lo sigue cuestionando Lucas.

-Porque queremos verlo sufrir, ese es su mayor miedo.

PRESENTE.
03 DE DICIEMBRE, 2023.

-Lucas, por favor, no nos mates a ambos. -Le pide Hannah-, Y tampoco le hagas daño a Billy, porque soy yo quien quiere hacerlo.

-¿Qué? -Expresa Lucas sin comprender la situación.

-Quiero asesinar a Billy tanto como tú. Tú y yo tenemos nuestras razones, ambas distintas, ambas personales. -Le dice Hannah-, Por ello, yo no seré testigo de nada, y tú tampoco.

-Hannah, ¡¿Qué mierda dices?! -Billy frunce el ceño.

Y el afroamericano frente a ellos permanece callado observando a Hannah y analizando sus palabras.

-Lucas, no habrá ningún testigo aquí, quiero a Billy muerto con mis propias manos. -Le dice Hannah-, Si tú me das tu arma, o, cualquier otra cosa, yo misma lo mataré, haciendo que sufra.

-¡Por dios! -Exclama Billy aterrado, sin poder creer la posición en que se encontraba.

Lucas piensa unos segundos, observando a aquellos dos jóvenes de tez clara en el piso.

-Está bien, no quiero asesinarte, Hannah. -Le dice el hombre de segunda edad-, Tú no eres mi objetivo... Sólo quiero matar a Billy por lo que hizo hace cuatro años. Pero, si tú quieres hacerme el favor, entonces me parece buena la idea.

Hannah sonríe, se levanta del suelo y toma la pistola que le entrega el ex jardinero Lucas.

Hannah se sentía aliviada, todos estos días se había obsesionado con la absurda idea de que Lucas también la querría matar a ella, pero, lo que ella no sabía, es que ambos tenían en común el deseo de enviar a Billy Malkovich a la tumba, para que recibiera un descanso eterno y tranquilo, con la notable presencia de gusanos bailarines que le harían buena compañía.

-¿Qué? No hagan esto, por favor. -Les pide Billy-, Se los suplico.

-Ya no hables más. -Le ordena Hannah, apuntandolo con el arma, mientras Lucas se mantiene parado firme junto a ella.

-Escucha, Hannah, mi padre no asesinó a Margaret, te lo juro, alguien te ha hecho creer esa idea fuera de lógica y de razón. Y Lucas, yo no maté a Josephus intencionadamente, fue un total accidente, un ataque de ira por una discusión que tuvimos ambos... Pero yo no quise matarlo.

-Cierra la boca ya. -Le ordena ahora Lucas.

-No, deben escucharme. -Les dice Billy, aún tirado en el piso-, Las razones que ustedes tienen no justifica que quieran liquidarme.

-Billy, lo que vamos a hacer te lo tienes merecido. -Le dice Hannah-, Nunca debiste haber matado a tu psicólogo, y nunca debiste haberte acercado a mí y provocado que nuestros padres se conocieran.

-No necesitan hacer esto. -Les vuelve a decir Billy.

-Yo sí lo necesito, mi voz, mi subconsciente, me ordena hacerlo. -Dice Lucas-, Estamos de acuerdo en lo mismo, me ha ayudado a llevar este plan a cabo.

¿Ahora de qué demonios está hablando éste tipo? Se preguntaba Billy. Pero, había una mejor pregunta que se estaba planteando ahora: Entre las tres personas que aquí se encontraban, ¿Cuál estaba más loca?

Y, antes de que Hannah pudiera disparar, unos pasos extraños fuera de la casa la distraen a ella y a Lucas, quiénes voltean hacia atrás. Y justo en ese momento, Billy corre con todas sus fuerzas hasta llegar a la puerta, en eso, sale de la casa y apresura su paso.

Corriendo llega hasta el bote que yacía a orillas del lago, lo toma y lo intenta encender, para su mala suerte, parece no tener combustible.

-¡Billy! ¡Regresa aquí! -Le grita Lucas.

Entonces Billy abandona el bote y corre hacia el bosque, se adentra entre los árboles, entre las ramas, entre la oscuridad y la noche.

Hannah y Lucas corren tras de él, lo más rápido que pueden.

Hannah con la pistola en manos, y Lucas con la escopeta.

-¡Somos dos personas armadas! -Grita Hannah-, ¡TÚ ERES SÓLO UNO!

-¡Salga ya, Billy! No hagas las cosas más difíciles. -Le dice Lucas.

Billy se había escondido bajo una enorme roca cubierta de hojas.

Y, tanto Hannah como Lucas se encargaban de buscarlo, muy despacio, entre el bosque.

-No te escondas... Te vamos a encontrar... -Dice Lucas con voz macabra-, No tienes a dónde ir...

Billy temblaba, temblaba como una persona en un helado océano frente a un enorme barco luego de naufragar.

Temblaba como una persona con pánico escénico a punto de hablar frente a cientos de personas.

Sus labios estaban morados, del frío de la noche, o, del miedo que poseía, no era de importancia.

¡Pero, estar tan cerca de la muerte sí que daba miedo!