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capítulo 49: El resplandor

Billy sólo se recostó en la cama, se quedó pensando un buen rato, y finalmente cerró sus ojos y se dejó llevar por un sueño.

Billy estaba allí, frente a la ventana, bajaba la mirada y veía el cuerpo muerto del viejo Josephus.

-Espero que te pudras, anciano. -Decía Bill-, Y que tus teorías de mierda se vayan a la tumba.

Luego de eso, en una habitación blanca se encontraba Hannah, pero una Hannah de quince años. Ésta le cortaba la cabeza a pequeños pajaritos con un bisturí, y entonces le decía a Billy:

-Recuerda, no puedes decir nada de esto.

Bill sólo permanecía callado, viendo a aquél pequeño animalito indefenso quejarse del dolor.

-Pero, le duele. -Le dice Bill.

-Pronto estará en el cielo, ¿No? -Le responde Hannah.

Luego, en otra parte, aparece Billy en el apartamento, en el viejo apartamento que tanto solía visitar.

Estaba el cadáver muerto de Kevin y de Margaret, había mucha sangre.

La sangre le causaba escalofríos a Billy, le causaba náuseas, de alguna forma le alteraba.

Sangre, sangre, sangre. Sólo eso se podía apreciar.

Poco a poco todo el apartamento se inundó de pura sangre, parecía que un río de sangre había caído por una tormenta de sangre.

Parecía una escena de el resplandor, así, de la misma forma, caía la sangre.

Entonces, Billy abre los ojos con desespero, y nota que todo fue una pesadilla. Una muy horrible, en dónde la sangre lograba describir todo... O casi todo.

Aún era de noche, era plena madrugada del  primero de diciembre.

18 DE NOVIEMBRE, 2016.

Billy nuevamente estaba de visita en el apartamento. A Hannah aún le seguía pareciendo tedioso que él los visitara tan a menudo, pero nada podía hacer.

Los cuatro estaban viendo una película, una comedia romántica. Al terminar, cuando estaban recogiendo las cosas y limpiando un poco el desastre, Margaret dice resaltada:

-¡Acabo de oír algo! ¡Hay alguien afuera!

Kevin se asusta un poco y los cuatro van a ver. Salen del apartamento, y no ven nada.

-Yo también escuché algo. -Dice Kevin-, Sonaban como martillazos.

-Sí, y gritos femeninos. -Agrega Margaret-, Creo que algo anda mal.

Hannah y Billy sólo permanecían total y completamente extrañados.

-Vamos niños, vamos adentro ya. -Les ordena Kevin.

Los cuatro van adentro. Kevin y su hijo van a una recámara. Y, cuando estaban en la cocina, Hannah le dice a su madre:

-Mamá, debes intentar calmarte. Recuerda que esas voces, gritos y sonidos extraños que escuchas están sólo en tu cabeza. Debes intentar disimular, o Billy se dará cuenta de que estás más o menos demente.

-Pero ésta vez sí escuché algo. De verdad. -Le dice Margaret-, Tengo miedo, alguien viene por nosotros. Alguien quiere asesinarme a mí y a Kevin. Va a haber mucha sangre aquí, van a esparcirse por las paredes, por el suelo, por la cocina.

-Respira, calma. -Le dice Hannah en tono bajo-, Todo está en tu cabeza.

Luego Margaret se le acerca y le dice:

-No entiendes nada. Tenemos un problema, Kevin y yo. Y ahora quizás nos harán daño. Temo por tí, pues deberás irte con tu padre si yo muero. Gilbert no es el mejor papá que se pueda tener.

Hannah sólo suspira, y le contesta:
-Calma. Si sigues así volverás loco a Kevin también.

PRESENTE.
01 de diciembre, 2023.

El sol ya había salido, se veía tan hermoso y radiante.

Billy casi no había dormido, sus pesadillas eran algo intolerante.

Las mucamas habían ido a llevarle algo para desayunar, y él sólo permaneció con la bandeja en las piernas, aún en la cama.

No tenía hambre, sólo quería estar solo para pensar.

En eso entra Basilio, quién lo saluda, se sienta en una silla, y le pregunta:

-¿Te sientes bien?

-¡Claro! -Asiente Bill-, ¿Por qué no habría de estarlo?

-Pues, se te ven unas enormes ojeras, tienes los ojos como decaídos, y se te nota algo de cansancio a simple vista. -Le explica Basilio.

-Tranquilo, Basil. No te preocupes por mí, estoy bien, sólo algo desanimado. -Le responde el jóven.

-Sabes que si necesitas algo yo estaré aquí, no me iré hasta que te mejores y te vayas tú también. -Le dice el hombre.

-Gracias, pero me extraña que lo hagas. ¿Qué hay de tu trabajo?

-Puede esperar, lo importante es que esté contigo. Pues me preocupa que alguien haya intentado matarte. -Le dice Basilio-, Y no quisiera que se repitiera.

-¿Crees que se repita? ¿Crees que Lucas vuelva por mí? -Le pregunta Billy, algo nervioso.

Luego, cuando todos estaban desayunando, Gilbert les informa:

-Debo irme hoy por la tarde, Isabel me acompañará. Es un viaje de negocios que ha surgido de improviso.

-¿Qué? ¿Entonces se van hoy? ¿A dónde? -Les pregunta Billy con cierta ansiedad.

-A New York. -Le responde Gilbert-, Ha surgido un problema en mi compañía y me necesitan allá. Estaré en un pequeño pueblo llamado Búfalo.

-Volveremos aquí en una semana y media, aproximadamente. -Agrega Isabel.

-Pero, no pueden irse. -Les dice Billy-, ¿Y si Lucas regresa?

-Ya hablamos sobre eso, Bill. Él no volverá aquí. -Le dice Gilbert, con tono dominante.

-No estarán solos, están las dos mucamas, Carmen y Vera. -Comenta Isabel.

-Genial, entonces si Lucas intenta matarme, les digo a las mucamas que me defiendan porque aún tengo heridas en mi abdomen y costilla que me impiden caminar con fluidez. -Dice Bill sarcásticamente-, Las mujeres son fuertes, ¿No?

-Bill, por favor. -Le pide Hannah-, Nada pasará. Estoy yo, está Basilio. Están los oficiales al rededor de la zona.

Billy suspira, y dice:

-De acuerdo, váyanse entonces. Los esperaremos aquí.

Se supondría que todo resultaría normal, que al llegar Gilbert e Isabel todo estaría bien. Pero, ¿Y si las cosas no terminaran bien? ¿Y si algo malo pasara? Eso se preguntaba Billy.

Billy se sentía más seguro con Gilbert Dennis allí. Pues, si algo llegara a pasar, sólo bastaría una llamada del prestigioso Gilbert y en pocos minutos se encontrarían oficiales y guardaespaldas allí.

Pero, Gilbert se iría con su esposa unos días.

Y ahora, Bill tenía el extraño presentimiento de que alguien intentaría arrebatarle la vida. Seguramente sería Lucas, ¿Vendría con un cuchillo o con tijeras afiladas?

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