Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

capítulo 44: Hannah y Carly

"La bondad y la maldad deben estar equilibradas."

Alfred y Elenna estaban sentados en una plaza, esperando encontrarse con aquella enfermera, con esa extraña mujer llamada Tania que afirmaba haber conocido a Margaret, y, más aún, haber sido su amiga.

—Allí está. —Dice Elenna.

Tania se acerca lentamente a ellos, y saca de su bolso unos documentos.

—¿Son de Margaret Dennis? —Le pregunta Alfred, algo ansioso.

—Sí, aunque, según estos papeles, Martha López. —Dice la mujer.

Alfred abre los documentos y empieza a revisarlos.

—Pero, nunca sabremos si esa Martha López era realmente Margaret, esto es estúpido. —Dice Elenna—, Ni siquiera...

Pero, Alfred la interrumpe, mostrándole una página de aquellos documentos.

Elenna abre los ojos como platos y abre un poco la boca de la impresión.

En aquella página decía lo siguiente:

Paciente: Martha López.
Edad: 49 años.
Trastorno: Psicosis, trastorno bipolar depresivo crónico.

Y eso no era todo... Había una foto de Margaret allí, una foto grande y seria de ella.

—Oh por dios, es Margaret. —Dice Elenna.

—Muchas gracias en verdad, señora Tania. —Le agradece Alfred—, Si quiere hablemos un momento a solas acerca de su paga.

La mujer acepta, y se va con Alfred unos metros más lejos de donde estaba Elenna.

A Elenna le resultó extraño que no hablaran sobre el dinero allí frente a ella, pero, no le tomó importancia, y continuó leyendo los documentos de Margaret Dennis.

—Es increíble. —Susurra Elenna mientras lee aquellas páginas. No podía creer que Margaret ocultara tantas cosas. No podía creer cómo ni ella misma se había dado cuenta, en aquellas visitas que les hacía al departamento.

Luego, Tania se va en su auto. Y Alfred vuelve.

—¿Qué le dijiste? —Le pregunta Elenna.

—Le dije que le pagaría el efectivo en cuanto lo tuviera completo, me pidió una cantidad poco razonable de dinero. —Le explica Alfred—, Tampoco fue que arriesgó su vida para conseguir estos documentos. Pero bueno, es una ambiciosa, se le nota a simple vista.

—Eso no importa, tenemos los papeles de registro de todo lo que padecía Margaret. —Le dice Elenna, luego hace una pausa de algunas segundos, para continuar—, ¿Sabías que estuvo hace ocho años en ese hospital psiquiátrico? Pues sí, duró más de cuatro meses en rehabilitación.

—Me sorprende. Pero no dice nada que no me haya esperado. —Le contesta Alfred—, ¿O sí?

—Hay que revisarlos bien. Pero aquí no, vamos a mi casa. —Le ordena Elenna.

~~~

Fuera de Winterpark, en la mansión Dennis, se encontraba Billy durmiendo un rato en su habitación de hospedaje.

Basilio se ocupaba de algunas llamadas telefónicas de trabajo, y Carly se dirigía hacia la habitación de Hannah, pues ésta le había pedido que fuera un momento, que debía conversar algo muy importante con ella.

—Hola. —La saluda Hannah con tono serio—, ¿Puedes cerrar la puerta?

Carly obedece sumisa. Y luego toma asiento frente a Hannah.

—Me extraña tu semblante y tono tan serio. —Le dice Carly—, ¿Qué querías hablar conmigo?

—Me vas a odiar por lo que voy a decirte. —Le asegura Hannah.

—¿Qué? Hannah, yo no podría odiarte ni aunque quisiera. —Le confiesa Carly—, Eres la chica más bondadosa y dulce que he conocido.

—No, estás equivocada. Sólo estás viendo lo que yo quiero que veas. —Le dice Hannah fríamente.

—No entiendo de qué estás hablando. —Le dice Carly.

—Escucha, cuando tuvimos relaciones sexuales por segunda y última vez, yo puse una cámara de vídeo oculta en una mesa, aquí en la habitación. —Le explica Hannah. Mostrándole una cámara a Carly, con un vídeo muy íntimo de ellas dos. 

—¿Qué? ¡¿Y por qué hiciste esa mierda?! ¡¿Por qué nos grabaste?¡ —Carly frunce el ceño con enojo—, ¡Nadie puede ver eso!

—Exactamente, Carly, nadie puede ver eso. —Le dice Hannah.

—Explícame mejor a dónde quieres llegar. —Le pide Carly. 

—Cariño, nos grabé para poder tener una prueba de lo que estabas haciendo. —Le confiesa Hannah.

—¿Qué? —Carly se paraliza—, ¿Me estás chantajeando?

—Sí, aunque no me gusta mucho el uso de ese término. —Le dice Hannah, ahora con tono muy tranquilo, esa tranquilidad en un momento como éste hacía enojar a Carly—, Yo diría más como... Pidiéndote un favor con una pequeña amenaza de por medio.

Carly se queda en silencio.

—Mira, tu relación amorosa con Billy, tu excelente reputación como escritora trabajando en esa prestigiosa editorial, tu familia amorosa, muchas cosas se irían a bajo si yo mostrara nuestro vídeo y lo hiciera público.

—Tú no harías eso, pues evidentemente también te perjudicaría a tí. —Le aclara Carly.

Hannah ríe levemente, parecía haber escuchado un buen chiste, así que le contesta a la chica frente a ella:

—A mí no me importa en absoluto que alguien me vea teniendo relaciones íntimas contigo... Francamente me da igual. Yo no tengo una buena y pública reputación como la tuya.

—¿Por qué haces esto, eh? —Le pregunta Carly—, ¡¿Qué quieres que haga para que borres ese maldito vídeo?! Es increíble que jugaras con mis sentimientos, ni siquiera sé si sentías en verdad algo por mí.

Hannah se le acerca lentamente, le acaricia el rostro a Carly, y le dice:

—No, mi cielo. No me gustan las chicas. Todo esto no fue más que actuación de mi parte, aunque veo que tú te lo tomaste muy en serio. ¿De veras creías que tan rápida y repentinamente yo había sentido algo por tí? Aunque, debo admitirlo, pensé que llevarte a la cama sería más repugnante, no me la pasé tan mal, fue divertido. Pero sólo eso... Tú no me interesas de esa forma.

A Carly se le cristalizan los ojos, y luego le pregunta a Hannah:

—¿Tú realmente serías capaz de arruinar mi relación amorosa con Billy mostrándole ese vídeo de ambas? ¿En verdad eres tan desalmada y cruel como para hacerme eso?

—Linda, me gustaría decirte que no, pero, entonces te estaría mintiendo. —Le confiesa Hannah—, Y no quiero mentirte más. Eres vulnerable como una flor, eres fácil de romper, eres manejable, manipulable, eres una perfecta marioneta cuyos actos los puedo controlar con buena habilidad. Por eso hice esto, y... No te asustes, no le mostraré ese vídeo ni a Bill ni a nadie si tú haces lo que te pida.

Carly se queda en silencio un momento, asimilando todo, no podía creer que hubieran jugado con ella así. Aunque, Hannah tenía razón, Carly era débil, y, pese a su edad, también inocente.

Era demasiado buena, y... La bondad y la maldad deben estar equilibradas.

—¿Qué demonios quieres que haga? —Le pregunta Carly, secando sus tenues lágrimas.

—Es algo muy sencillo. —Le dice Hannah, sonriendo tiernamente—, Quiero que te vayas de aquí.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro