capítulo 21: Un culpable
Al volver a la mansión, estaban Gilbert e Isabel esperando al grupo.
Debían ser cerca de las 10pm.
-¡Hannah! ¿Dónde estaban? ¡No me avisaste que saldrían de paseo! -Le dice Gilbert-, Y además, me extraña que hayan vuelto tan tarde.
-Sí, las mucamas dicen que se fueron por la mañana, ¿Y regresan aquí a éstas horas? -Les pregunta Isabel.
-Debo decirles algo muy importante. -Les dice Hannah, acercándose a la entrada de la mansión, junto con los demás.
-¿Dónde está Óscar? Nos dijeron que se fue con ustedes. -Dice Isabel.
-Óscar desapareció. -Dice Hannah.
-¿Qué? -Dice Isabel, en shock, acto seguido cae al suelo, desmayada.
Entre algunos la ayudan a levantarse, estuvo inconsciente sólo unos segundos. Luego, entre las mucamas subieron a la mujer a su habitación, la noticia le había bajado incluso la tensión.
-Hannah, ¿Estás hablando en serio? Creo que sólo estás jugando. -Le dice Gilbert.
-No estoy jugando, padre. -Le dice Hannah-, Óscar desapareció, en la otra costa. Lo buscamos durante horas.
-¿Y volvieron aquí sin él? ¿Lo abandonaron? -Les pregunta Gilbert muy acelerado.
-Duramos buscándolo desde la mañana hasta ahorita, durante unas diez horas. -Les informa Basilio-, Dimos vueltas y vueltas por toda la costa, no encontramos rastro de él.
-Hannah, ¿Cómo sucedió esto? -Le pregunta Gilbert intentando calmarse.
Y cuando Billy estaba a punto de hablar, Hannah dice:
-Fue mi culpa, papá. Lo perdí de vista.
Gilbert sólo se da la vuelta y llama rápidamente a un servicio de rescate desde su teléfono.
Casi veinte minutos después ya se encontraba allí un servicio de rescate, un grupo de hombres uniformados que se fueron en bote hacia la otra costa, en busca del niño.
-Hannah, quiero que entres a tu habitación, y no quiero verte la cara hasta mañana. -Le ordena Gilbert.
Hannah hace caso sumiso.
-Ustedes, pueden ir a sus habitaciones de visita, les pediré a las mucamas que les preparen algo de comer. -Les informa Gilbert.
Así que los cuatro se introducen a la misma habitación.
-Esto es horrible, me siento muy mal por Hannah. -Les dice Billy-, Fue todo mi culpa, yo lo perdí de vista, y luego vino ella y pagó los platos rotos, se echó toda la culpa encima.
-No sólo fue sólo tu culpa, mía también. Charlando contigo también perdí de vista al muchacho. -Comenta Basilio.
-No quiero sonar como un imbécil al decir esto, pero también, en parte, es culpa de Hannah. -Afirma Devon.
-¿Qué? -Dice Carly.
-Claro, porque ella fue la que llevó a su hermano a la otra costa, en primer lugar, la que prefirió dejarlo a cuidado de Billy en vez de hacerse cargo ella, ¿O me equivoco? -Dice Devon en tono firme.
Todos se quedan callados.
Luego Carly dice:
-En momentos como este no sirve de nada buscar un culpable, lo único que importa es hallar a ese niño.
-Y en caso de que esté muerto, ¿Igual será importante hallarlo? -Le pregunta Devon.
Todos se quejan de sus palabras.
Carly no sabía definir, si Devon era un desalmado, o si sólo era demasiado impertinente al decir las cosas.
Minutos después ya Basilio y Devon se habían ido a sus habitaciones.
Billy ya se había dormido, sus párpados parecían cerrarse sin previo permiso, y sus músculos estaban demasiado tensos y dormidos como para fingir sentirse bien.
Estaba preocupado, agobiado, eran muchas emociones juntas.
Mientras dormía, Carly a su lado sólo pensaba y pensaba.
¿En qué cosas pensaba? En el pobre niño de siete años perdido, en la desesperanza de Gilbert e Isabel, y, especialmente, en lo terrible que habría de sentirse Hannah.
Así que a Carly le surgió una idea, se puso un par de zapatos y salió de la habitación.
28 de enero, 2017.
-Entonces, ¿Va a contarme mejor la historia? -Le insiste Billy al psicólogo.
-Pero ya te he dicho lo que sucedió. -Le dice Josephus.
-No. Quiero escuchar más detalladamente, cómo ocurrió todo, por favor. -Le pide Billy.
-Bill, esto no es algo que deba contarle a un chico de quince años como tú. Un chico que está buscando superar su depresión, su trauma, o lo que sea que tengas que aún no he logrado diagnosticar. -Le explica Josephus.
-Por favor.
Segundos después, Josephus dice:
-De acuerdo... Llegué a casa, luego de la escuela, y encontré a mi madre muerta, ahorcada con una soga. Fue tormentoso para mí, a veces lo recuerdo por las noches y no me deja dormir. Pero ahora, gracias a algo de ayuda y gracias al tiempo, he logrado superarlo. Y por eso te informo, que tú también lo superaras.
Billy se queda en silencio, sólo pensando.
PRESENTE.
Carly toca a la puerta del cuarto de Hannah, y ésta, segundos después, le abre.
-¿Qué quieres? -Le pregunta Hannah.
-¿Me dejas entrar? -Le pide Carly, quién sólo la mira fijamente.
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