Perth
La primera vez que vi a ese castaño tan hermoso fue cuando estaba en la playa frente al hotel hace 1 mes atrás, había decidido tomarme un descanso de todo el ajetreo y necesitaba inspiración para escribir una nueva canción, no hay mejor lugar para relajarse que estando frente al mar, el sonido de las olas hace sentir en paz a cualquiera.
Bueno me salí del tema, lo vi llevando una bebida a uno de los huéspedes que se encontraba descansando, supuse que era uno de los empleados de servicio, grande fue mi sorpresa al saber que era de recepción. Al parecer se encontraba cansado y pude notar sumamente nervioso.
Decidí no adelantarme y solo lo observaba, su sonrisa era hermosa, era muy amable con todos, siempre encontrando las soluciones rápidas a los problemas, y su cuerpo era un pecado total, una tentación andante, su ropa lo único que conseguía era que todos los hombres y mujeres lo miraran con ganas de comérselo, eso en partes iguales me daba celos y orgullo, pues había decidido que este hombre seria mío.
Mi detonante fue cuando vi a un joven del personal con él, y como él le seguía el juego, me lleno de tanta rabia, pero sabia que debía controlarme, primero debía hacerlo mío antes de reclamarlo ante todo el mundo.
Así fue como llame al administrador del hotel y le pedí si su recepcionista Saint podía venir a mi habitación, pues deseaba pedirle un favor, por supuesto el administrador encantado le dijo que lo mandaría inmediatamente, colgué el teléfono y sonreí malvadamente, "demasiado fácil" pensé.
Un rato después escuche los toques en la puerta, para mi buena suerte acababa de salir del baño por lo que no traía mas que una toalla, esto seria mas interesante de lo que planeaba, pues en un inicio planee simplemente hablar, conocerlo, conquistarlo poco a poco, pero esto es mejor saltarnos a la parte interesante primero.
Lo deje llegar al tercer toque, tratando de jugar un poco, cuando sentí el golpe de sus zapatos en la alfombra al parecer dispuesto a marcharse decidí abrir la puerta, supe en el momento que se percato de mi por su mirada que me recorría todo el cuerpo, pude ver que se lamio los labios, enrojeció hasta las orejas y cuello, además de que se quedo sin habla, y si necesitaba otro indicio de que me deseara el bulto en el frente de sus pantalones fue una buena pista
- ¿Te gusta lo que ves? – pregunte, "ya tengo a mi presa" pensé para mis adentros y sonreí de manera engreída.
Lo vi sacudir la cabeza tratando de despejar sus pensamientos y poder mirarme a la cara a lo que no podía evitar sentirme orgulloso de todos mis esfuerzos para tener un buen cuerpo, "Maldición este chico es bueno para mi ego" pensé, traté de contenerme un poco más quería bromear un poco mas con este pequeño hermoso y asustadizo.
- Bu... Buenas Tardes, Joven Tanapon fui enviado a limpiar la hab... – lo escuché tratar decir mientras me aclaraba la garganta, sin embargo, verlo tan tímido frente a mí, tratando de no mirar mi cuerpo, rojo como una cereza, moviendo su sensual cuerpo de manera nerviosa me hizo perder el control.
Di un fuerte tirón a su brazo haciéndolo entrar en la habitación y luego lo besé de manera desesperada rodeándolo con mis brazos, sentí como me correspondió con la misma pasión, siendo tal vez demasiado al mordernos un poco demasiado fuerte y probar una gota de la sangre del otro, pero no nos importó. Patee la puerta dejándola para que se cerrara sola, entre besos lo lleve a la cama y lo recosté escuchando su suspiro cuando toco el colchón y sintió mi peso sobre él, lo cual me lleno de satisfacción, sin embargo cuando escucho el clic de la puerta al cerrar pareció recordar algo y trato de separarse, cosa que para este punto no iba a permitir, no a menos que estuviera loco, por ello con una de mis manos tome sus muñecas y las puse sobre su cabeza. Para este cachorro ya no había vuelta atrás seria devorado por mi un depredador que no lo dejaría ir.
- Eres una cosita bonita, ¿no? Déjate llevar, sé que lo quieres tanto como yo – susurré con voz tan ronca y sensual en su oído, luego lamí, sentí como se estremeció y gimió, ahí super que había acabado con lo poco de su resistencia
Sonreí como un zorro, poco a poco quite prenda por prenda mientras lamia todo su cuerpo, disfruté de conocer todo su cuerpo y darle placer algunas veces antes de poseerlo completamente. Sabia que el podía sentir mis deseos de poseerlo, al igual que sentía cada marca que le hacia en su cuerpo, pero no le asustaba lo podía comprobar al verlo entregarse de manera tan completa, sin reservas y en su placer mi joven hombre es hermoso, sensual, hay tantos adjetivos con los que puedo describirlo y sin embargo jamás podría abarcar expresar todo de manera correcta, pero si puedo decir que algo que si lo describe un poco es "Maravilloso".
Aproveche todo el tiempo que tenía para disfrutar con mi bebe, después de esa noche alucinante y placentera de mi vida, para conocernos, al principio gustos; cuando tuvimos más confianza hablamos de nuestras familias, lo bueno y malo de nuestras vidas.
Me quede más del mes programado, pero no me importo la regañada que me lleve por mi manager, yo era feliz. Cuando Saint supo que me iba pensó que terminaríamos, lo tranquilice diciéndole que seguiríamos en contacto y que lo vendría a ver.
Al principio fue difícil, pues mi manager no estaba de acuerdo, mi familia no puedo decir que estuvieron felices, pero tampoco molestos, solo me dijeron que, si eso me hacía feliz, entonces estaba bien para ellos, los ame más por aceptarme. Debo admitir que me sentía constantemente celoso por la distancia, pero nunca lo exprese para evitar hacer daño a Saint; comenzamos una rutina donde yo iba dos meses al mes a verlo.
Al año de ser pareja le pedí a Saint que viviera conmigo lo cual emocionado me dijo que si, ese día fui el hombre más feliz. Desde entonces hemos estado juntos, y no pienso soltarlo, la razón lo amo con toda mi alma, no sé cuándo ocurrió, pero sé que voy a cuidar este sentimiento, y soy consciente que él me ama, veo el reflejo de lo que siento en sus ojos y me hace sentir tan dichoso.
Porque a pesar de todo el estrés o los malos momentos, las heridas, al final del día nada importa más que ser recibido por un beso y disfrutar del amor de Saint, del hombre que amo, porque él es mi paraíso en esta tierra, aquel que me brinda felicidad, seguridad y amor, es decir un hogar.
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