Un silencio rodeó la sala, silencio en el que las tres personas en la mansión Black observaban las cartas que Sirius había escrito.

-¿Deberíamos leerlas? Siento como si estuviéramos invadiendo la privacidad de Sirius.

Dijo Teddy preocupado.

Deborah negó con la cabeza.

-Es tu elección, pero recuerda que los muertos no tienen intimidad.

Harry miró a su hermana con el ceño fruncido.

-No digas esas cosas Deborah.

La nombrada se encogió de hombros, sin importarle la queja de su hermano.

Ignorando la pequeña discusión entre los Potter, Teddy cogió la carta que más antigua parecía. El sobre tenía ya un color amarillento y estaba algo arrugado, en él se podía leer en tinta: Para Remus Lupin. 20 de octubre de 1975.

Teddy suspiró y abrió el sobre sacando el papel para comenzar a leer.

20 de octubre de 1975.

Querido Mooney:

Ayer nos confesaste al resto de los merodeadores que eras un hombre lobo. A pesar de que ninguno de nosotros se lo tomó mal y Prongs te preguntó cómo podíamos ayudarte, ahora nos evitas y no nos miras a los ojos.

Por todos estos motivos he pensado que sería buena idea escribir cartas recordando nuestros momentos juntos para luego mandártelas y que te des cuenta de que va a hacer falta mucho más que esto para acabar con nuestra amistad.

Voy a empezar por como nos conocimos.

Recuerdo que cuando entré a aquel vagón huyendo de los Slytherin con los que mi madre me había dicho que me juntara no me miraste a los ojos, estabas muy metido en tu libro, pero tan pronto como James se dio cuenta de mi presencia y me saludó, recuerdo que me sonreíste de la manera más cálida en la que alguien lo había hecho en mucho tiempo.

Me senté a tu lado en el vagón y comencé a hablar con James de las casas a las que queríamos ir. Cuando tú dijiste que querías ir o a Gryffindor o a Ravenclaw deseé en mi cabeza que estuvieras en la primera conmigo, pues a pesar de que te acababa de conocer ya no quería separarme de ti.

Eso es lo que consigues cuando entras a una habitación Mooney. Tienes una gran habilidad para hacer sentir a las personas cómodas y a salvo a tu lado o al menos así es como yo me siento siempre que estoy cerca tuyo, seas un gran lobo que podría matarme o no.

En fin, creo que he llegado a mi límite de escribir sin desmayarme, gracias a estas cartas tendré excusa para no hacer la redacción de Minnie.

Espero que esto te haga reflexionar.

Se despide tu merodeador favorito.

Padfoot.

Cuando Teddy terminó de leer la carta el silencio se hizo en el salón de la mansión Black.

Harry tenía una sonrisa nostálgica que adornaba su rostro, como siempre que se acordaba de sus padres o los amigos de estos.

Por otro lado, Deborah se mantenía con una expresión indescifrable algo forzada, casi como si supiera algo de lo que el resto no eran conscientes y no planeara contarlo.

Teddy miró el papel con una sonrisa.

-La verdad es que es muy bonito que Sirius hiciera algo así por mi padre. Aunque me pregunto por qué nunca llegó a entregárselas.

Deborah soltó un suspiro y se levantó del sofá.

-Supongo que la única forma de averiguarlo es seguir leyendo, pero no ahora, tenemos que terminar de recoger pronto, tengo que ir al hotel a ayudar a Jade a hacer las maletas.

Teddy asintió y se puso de pie.

-¿Cuándo os vais?

Su tía se había ido a vivir a Grecia junto a su novia Jade una vez la guerra terminó, y aunque Harry le había explicado mil veces el por qué de la decisión de su hermana, Teddy no podía evitar ponerse triste cuando la partida de la mujer llegaba.

Sus ahora castaños cabellos fueron revueltos por la morena, quien, una vez más, parecía haberse dado cuenta de sus preocupaciones.

-Nos quedaremos para acompañarte a la estación, después de todo este será tu último año en Hogwarts.

Teddy asintió con una pequeña sonrisa una vez más antes de guardar la carta en el sobre y meter este en la caja para luego agarrar esta y apretarla a su pecho.

La curiosidad le estaba comiendo vivo, se moría de ganas de saber aún más sobre cómo había sido su padre en sus años de Hogwarts. Quizás incluso le ayudaría a descubrir que haría el una vez acabara esta.