No, no te vallas...
Al día siguiente; en los noticieros reportaron la repentina aparición de 8 cuerpos cortados, golpeados y lastimados, se afirman que esos hombres fueron torturados hasta morir. Lo más extraño de todo es que fueron encontrados en plena calle y que no se encontraban huellas dactilares o indicio de saber con qué fueron lastimados.
Macaque apagó el noticiero al asimilar esa información y se mantuvo tirado en su sofá, se rascó la cabeza y se rió al imaginarse en la forma que su clon los acesino, se ve que se había divertido haciéndolo.
Pero su sonrisa de borró al recordar la mala suerte que tubo anoche, pues después de cerrar el teatro se había dispuesto a buscar a la niña con ayuda de sus clones. Pero su olor se había empezado a desvanecer y perdió su rastro mientra la buscaba.
Cómo su casa practicamente estaba al lado del teatro se decidió por ir ahí y solo pasar el tiempo, por alguna extraña razón, ir y solo sentarse lo hacía sentir bien y tranquilo. Pero se interrumpió al escuchar gracias a sus buenos oídos ruidos probenientes de detras de la casa; confundido y curioso, camino por el pasillo mientras activaba su Glamour para ir a ver. Mientras más se hacercaba más podía darse cuenta que se trataba de ruidos metálicos y cosas siendo movidas de un lado a otro, como si estuvieran escarbando.
No supo porque, pero apresuro el paso al definir el sonido, empezó a pensar que quizás era alguien queriendo problemas. Salió apresurado por la puerta y de inmediato los sonidos se dejaron de escuchar y fueron reemplazados por un grito ahogado. Se volteo a ver y observo que la misma chica que había visto anoche estaba rebuscando en su basura y lo miraba con los ojos bien abiertos, empezando a temblar de pies a cabeza.
Macaque noto, entonses, que la chica lucía mucho más sucia que antes, como si hubiera estado tirada sobre la tierra y se revolcara sobre está como un perro. La miro de arriba a bajo, algo asqueado por la mugre qué tenía, pero aliviado al volverla a ver, a diferencia de ella, quien sentía que acababa de cometer un grave error.
–por lo menos no te vez demaciado mal– suspiro el adulto dejando confundida a la pobre niña –deves de tener mucha ambre, te daré algo de comer. Tengo algo mucho mejor que un pedazo de pizza salido de la basura– la chica ante este comentario le echo una mirada a la porción de pizza qué tenía en la mano y la soltó, dejando su mano en el aire y sin moverse, sin sacar su expresión de asombro.
Pero Macaque habia notado como los ojos de ella resplandecieron un poco cuando menciono que le daría comida. Sonrió al ver cómo se alejaba del basurero, pero no hacia amage de querer irse, era demaciado obvio decir que estaba dispuesta a comer lo que él p le diera.
–dame un segundo– pidió mientras entraba a su casa para ser sorprendido por uno de sus clones, el cual le extendió un tazón de sopa de fideos que aún umeaba, incluso fue tan cortes de traer ya los palillos.
Noto que se trataba del mismo clon que había matado a los otros ocho borrachos. Solía usar a ese clon exclusivamente para pedir el dinero para las entradas o custodiar el teatro, pues él era el clon más familiarizado con las personas que entraba, así que podía confiar en él. Aunque no esperaba para nada que se le presentará tan de repente y con la comida ya lista; le pregunto cómo es que la había preparado tan rápido y el otro solo le contesto que fue gracias a sus poderes.
Macaque le agradeció y se fue junto a la chica, a quien se le iluminó el rostro al ver el umeante tazón lleno de sopa de fideos. Espero impaciente que le entregará la deliciosa comida para después sentarse y empezar a comer, deleitada por el deliciosos sabor y disfrutando cada sorbo.
Macaque se quedó ahí, esperando que terminara para poder llevarse el tazón y ver si lograba que entrara; pero por alguna razón estaba considerando no llamar a la policía, sabía que era lo mejor, pero quería darse un tiempo con la chica, la había visto tan asustada antes que temia que si los llamaba ella se aterrara aún más y ullera.
La chica termino tan rápido que él se sorprendió cuando noto como empezaba a tomar el jugo que quedaba. Soltó una leve risa al ver cómo le extendió el tazón felizmente.
–si que tenias ambre he– dijo mientras veía que ella sonreía ante su comentario. La chica se levantó y se fue alejando, pero antes de que Macaque pudiera detenerla ella se volteo y se despidió con un entusiasta saludo para empezar a correr.
–¡E-ESPE...! Está demaciado lejos– dijo al ver cómo ya no lo escucharía, a demás que se le había perdido de vista en tanto gentío.
De pronto empezó a escuchar todos los sonidos de la ciudad de golpe, se había consentrado tanto en la chica que no noto todo lo demás, suspiro con un repentino dolor de oído y entro. Pudo ver qué en todo momento que el clon no se había movido y empesaba a seguirlo. Se ofreció a llevar el tazón y Macaque lo dejo, viendo cómo su él veía asombrado como el interior del objeto estaba casi seco.
–si le gustó– dijo Macaque notando como el otro movía la cola feliz, sabía que había preparado la comida con entusiasmo solo por la chica, como ambos compartían la misma preocupación por la infante podia saber claramente las intensiónes del otro mono.
El cual, por más que sea ahora todo morado, podía mostrar una lijera alegría en su rostro. Una alegría que ambos compartieron.
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Las visitas de aquella chica no eran regulares, pero tampoco repentinas, desde que Macaque le había ofrecido comida ella estaba feliz de volver a verlo, resiviendo cariñosas palabras de él e incluso no protestaba al no recibir respuestas de ella; al mono no le importaba en absoluto el echo de que no le respondiera, pues lo único que quería era que estubiera bien, o por lo menos lo mejor posible.
Algunas veces simplemente le daba comida y se quedaban en cilencio, él no hablaba y como ella tampoco, quedaban en un silencio que extrañamente, no era incómodo, la niña se sentía muy bien en la compañía de aquel demonio que consideraba como un simple humano por culpa de su Glamour, y el mono se sentía bien al saber que lo mismo sentía ella; aquel clon no dejaba de preparar todo tipo de comidas para la chica, aunque algunas veces era Macaque quien lo hacía, pero el contrario siempre insistía en por lo menos hacer algo para ella, aún más extraño era el echo de que el era el único clon que se atrevían a hacer algo por la niña.
De esta forma los encuentros entre Macaque y su clon, el cual lo llamaremos “Mac”, eran cada vez más animados, el mono no solía hablar con sus clones, y como cada clon era una parte de el consideraba que sería una perdida de tiempo, pues tendrían los mismos gustos y pensamientos, pero este demostraba lo contrario, por alguna extraña razón.
De pronto, las vicitas pararon, de una forma tan repentina que era preocupante, Mac solía irse y buscar por la ciudad a la pequeña, pero siempre volvía con un aura tan apesadumbrada que Macaque empesaba a preocuparse también por su clon; intento ignorar un poco el echo de que ella no volvía, así conclullo una semana, comenzando a provocar miedo en el mono, el cual ya le había agarrado cariño.
Mac no demostraba lo contrario, siendo el quien mostraba más su preocupación, por más que él nunca había interactuado con la chica, solía quedarse desde las sombras observando, viendo cómo ella siempre mostraba una sonrisa tan amplia incluso cuando aparecía lastimada, por más que no pronunciará palabra, la alegría que traía podía contagiar a cualquier. Y ahora, extrañaba realmente ver esa sonrisa.
Ambos empezaron a impacintarse cuando la segunda semana pasaba más de la mitad, Mac salía cada vez más y siertas veces incluso llegaba tarde para tomar su puesto en la entrada y tomar el dinero para el show, Macaque empezó a disminuir la cantidad de shows que daba por semana para estar el mayor tiempo posible en su casa y ver si resivia alguna vicitas repentina de la chica; por más qué quisiera, no podía sacarlos por completo, pues nesesitaba dinero para comer y alquilar la casa.
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La sala estaba en completo cilencio, con el mono apoyando sus codos en la mesa y manteniendo sus manos entrelazadas y pegadas a su frente, mantenía sus ojos cerrados, como si estubiera rezando, pero en realidad solo se estaba consentrando para escuchar, por si la chica volvía o podía localizarla en alguna parte de la ciudad. Pero valla susto se dió cuando su propia voz se oyó, enojada y desesperada en el inmenso silencio que alguna vez reino en la sala.
–¡No puedo!– grito con frustración Mac, apareciendo y sentándose delante de Macaque, quien aún intentaba recuperarse –¡No la encuentro! ¿Cómo es posible que desaparezca de esa forma?– se pregunto rascándose la cabeza.
Macaque suspiro, tocando su pecho para solo sentir el fuerte latir de su corazón, logrando calmarse tras unos segundos.
–no lo sé, quizás se perdió– dijo rascándose la cabeza de la misma manera.
–¿Cómo es que aún no hemos dado con ella?– pregunto levantando la mirada al techo, como si en él estubiera la respuesta.
–no lo sé– respondió con frustración –ni siguiera con mi oído la e podido encontrar, los demás clones no consiguieron nada. ¿Dónde demonios se me-...?– su repentina interrupción tomo desprevenido a Mac.
Lo miro confundido, noto como el mono miraba hacia la puerta y movía sus seis orejas entusiasmado, sus ojos brillaron de pronto, dándose cuánta que era ella, se levantó de inmediato, siendo seguido por Macaque desde atrás, este activando su Glamour y su clon uniéndose a su sombra para acompañarlo mejor; podía escuchar como alguien se movía inquieto desde afuera, pero algo le hizo apretar el paso, escuchando voces enojadas a las cuales no pudo distinguir lo que decían.
Salió dando un portazo, viendo cómo demonios de altas estaturas y robustos cuerpos se hacercaban amenazantes a la niña, la cual no dudo en correr a refujiarse detrás del mono, agarrando y estrujando sus pantalones con miedo. Los demonios se escharon a carcajadas.
–¿Encerio crees que ocultándote detrás de un insolente humano te salvará mocosa? De todas formas nos lo comeremos también– exclamo entre risas el más sercano, provocando más carcajadas probenientes de sus compañeros.
–¿A quien le dices insolente? Monstruo sin gracia– protesto Macaque, sintiendo como su clon sé ajitaba con rabia bajo él.
–¿Y tú a quien le dices monstruo sin gracia?– respondió mostrando sus colmillos claramente ofendido.
–pues a ti, asquerosa escoria– contesto sonriente ante la mala cara que recibía del demonio.
El cual estubo dispuesto a abalansarse sobre él, pero en cambio, retrosedio aterrado junto con su grupo al ver cómo una sombra se extendía sobre el “humano”.
Esa sombra era inconfundible, acababa de insultar al mismísimo Macaque Six-ears, no creía ser capas de vivir para contarlo, pero un así, corrió aterrado junto con los demás, alejándose lo más rápido que pudo de él.
La niña miro confundida al mayor, no esperaba que pudiera espantarlos así de fácil, Mac quizo ser notado por la menor, pero sabía que no le seria posible, ya que podría asustarla y provocar que no se les asercara nunca más. Por otro lado, Macaque se volteo a verla muy deprisa, asustado y preocupado por el enorme moretón qué tenía en un ojo.
–ho no, ¿Ellos te lo hicieron?– pregunto hacercando una mano al rostro de la chica, quien no hizo amage de apartarse.
Cómo respuesta, nego con la cabeza, haciendo que Mac se detenga en seco, pues ya estaba por ir a degollarlos, pero al saber que no le hicieron algo decidió dejarlo pasar y volver a la sombra del mono.
–¿Te hicieron algo?– pregunto volviendo a resivir una negación con la cabeza. –¿Entonses quien te hizo eso?– ese moretón no podía ser un simple golpe, alguien la había lastimado.
La chica miro el suelo, empezando a temblar levemente, de pronto sintiendo un fuerte dolor de cabeza, pero no se sentía mal por el miedo, era otra cosa. Macaque noto esto después de ver la mueca que hacía, sintiendo lo caliente que estaba su mejilla; se dió cuenta que se estaba enfermando, se preocupo al verla con un bajón de energía de repente. Pero al sentir como ella se tiraba a abrazarlo lo tranquilizó un poco, por lo menos estaba con el, viva, y a salvó, no sana, pero a salvó.
Empezó a escuchar como sollozaba, al darse cuenta le dijo palabras de consuelo, sabiendo que eso de verdad ayudaría, diciendo cosas como “aqui estoy” “tranquila” “esta bien” o “estas a salvo”. Se enorgulleció de si mismo al saber que ella dejaba de llorar; desenterró el rostro de su hombro y secó sus lágrimas, regalandole una linda sonrisa, y él se la devolvió.
–¿Te encuentras bien?– pregunto aún un poco preocupado, pero al resivir un entusiasta asentimiento de la chica se relajo.
Tubo verdaderas ganas de agarrarla y meterla a su casa al ver cómo se alejaba, pero tampoco quería asustarla, y mucho menos forsarla.
–chica– llamo Mac, haciendo que el mono tubiera que improvisar al ver cómo ella se volteaba.
–hee– sudo lijeramente, pero después trago saliva y frunció el ceño preocupado –¿No quieres entrar?– pregunto señalando la puerta con su cabeza, notando como la chica habría sus ojos de par en par –es más cómodo, podrás comer todo lo que quieras, dormirás en un buen lugar, podrás estar limpia, estarás mejor que aquí– hizo un ademen al callejón, dando a entender que de echo se refería a la calle –no tendrás que seguir sufriendo en la calle... te cuídare, me aseguraré de que tengas una buena vida con migo... y si no es suficiente, intentare encontrar a alguien que te dé la comodidad que necesites– dijo sintiendo algo cálido creser en su interior al pronunciar esas palabras. Aunque su calidez se fue esfumando al ver cómo la chica parecía ponerse nerviosa ante esto.
Ella lo quería, si que lo quería, le gustaba su compañía, la había echo sentir cómoda y protejida, pero seguía sintiendo miedo, por confiar en alguien que decía darle un hogar y cuidarla, ahora estaba así, mal tratada y con cicatrices provocadas por esa misma persona; que, después de un examen de sangre descubrió que era su padre biológico, por eso confío en él, crellendo que no la lastimaria, pero si incluso su padre la maltrataba, ¿Él que le podría hacer? No era su padre, pero podía ser peor.
Macaque y Mac comenzaron a impasientarse por la respuesta, notando como la chica tardaba demaciado en contestar; pero un enorme vacío en el estómago del mono se formó al ver cómo se alejaba con pasos inseguros, negando con la cabeza repetidas veces. Quizo lloras, quizo llorar de verdad, sintiendo como sus ojos se umedecían ante la negación de la chica y como su corazón le daba un vuelco; trago saliva, intentado de quitar el enorme nudo que se formó en su garganta. El cual aumentaba por cada paso en contra que daba la chica.
–e-espera por favor– pidió viendo cómo la chica se alejaba –no, no te vallas... ¡No! ¡Espera!– grito.
Reprimió un grito de desesperación y desespcion absoluta al ver cómo se alejaba corriendo, sintió como su clon se movía desesperado, pero se obligaba a quedarse en su lugar, por más que quisiera ir tras ella y traerla de regreso.
Macaque entro a su casa, con sus manos empesando a temblar lijeramente, mientras veía como Mac se arrojaba al sofá y se quedaba ahí, noto su eminente tristeza; también se arrojó, pero al sillón. Se colocó en la misma posición que antes había adoptado para escuchar mejor, solo que está vez apoyando sus codos en sus rodillas.
Pero en vez de escuchar se limito a no llorar, por más que escuchará los sollozos probenientes del clon no quizo demostrar su misma tristeza. Mac se maldecia a si mismo por abrir la bocota.
–¿Por que hiciste eso?– le pregunto el mono intentando de que su voz no fuera temblorosa, empezando a temer que la niña no volviera a apareser jamás.
–... No creí que susediera eso...– empezó a decir con la voz ya quebrada, imposible de que volviera a ser calma sin nesesidad de llorar primero –sabia que lo dirías, sabía que le ofrecerias venir– siguió, sentándose en el sofá y tapándose el rostro con una mano – pero pensé que haceptaria... No que se iría... Asi– esa última palabra fue tan dolorosa que sintió un dolor orrible en su garganta por culpa de ese odioso nudo dejando caer las lágrimas, Macaque solo se limito a observarlo, sintiendo el mismo nudo, decidió por fin, soltar sus propias lágrimas.
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