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Lucha

MK esta volviendo a su casa después de una caminata, suele hacerlas cuando está muy aburrido y sus amigos están ocupados como para pasar el rato, está tranquilo, respirando profundo y escuchando la melodía que se repite en su cabeza.

Pero todo se borra en un segundo cuando escucha un estruendo, se voltea de inmediato, sintiendo la repentina ráfaga de viento y como alguna personas lo chocan en intentos de alejarse, ve con sorpresa como una figura se está lavantando lentamente, soltando un feroz ruguido caundo termina de ergirse.

Es grande, quisas tan grande como la tienda de fideos de Pigsy, es de color oscuro, con enormes cuernos y osicuda, una afilada cola moviéndose de un lado a otro, puede notar que es una máquina por su brillosidad y las uniones de las extremidades.

Red Son es la primera persona que crusa su mente, pero sabe que ese chico es inteligente y no aria algo para destruir la ciudad, después de todo hicieron un trato y ahora son amigos.

Debe ser alguien nuevo, o quisas otra vez Spider Queen, pero no lo cree ante la falta de similitud con una araña. Solo le queda sacar su bastón y luchar, pero justo cuando se lanza a golpearlo puede ver algo en sus ojos metálicos, una sombra moverse en el interior y sabe que esa máquina funciona como la suya.

Siente una repentina ola de inseguridad que no entiende de dónde salió.

Logra ensestar un golpe a la cabeza, pero es apartado con brusquedad por un manotazo.

Es estampado contra un edificio y cae, pero logra aterrrisar de pie, empezando a luchar, con él esquivando algunos golpes y mandando otros, corriendo por los brazos del robot para golpear el rostro al saber que hay alguien ahí, aunque no quiera lastimar de más es la única opción para hacer eso más rápido. Pero la inseguridad que lo invade es extraña y no le gusta, a sentido esa inseguridad antes, pero fueron las primeras veces que lucho para protejer la ciudad, a pasado un año, incluso más, ¿Por qué está cintiendo esto?.

No tardó mucho en que los noticieros se llenarán de sus imágenes peleando contra la vestía, Mei se entera por redes sociales y no duda en ir a ayudarlo, dejando todo lo que hacía e ignorando los reclamos de sus padres, decidida a arrancarle la cola a ese pedazo de metal, pero también ciente inseguridad al llegar, aunque eso no impide que lo intente.

Ese robot tiene poderes y está echo con un material demaciado resistente, ni siquiera el poder de su espada logra destruirlo mucho, aunque si unas cuantas abolladuras y cortes.

Macaque obviamente fue el primero en enterarse gracias a su audición, así que se mantiene callado y analizando lo que escucha, prendiendo la televisión para ver con claridad. Es fuerte y lo sabe, pero ni siquiera el sucesor y la decendiente de dragón pueden hacer realmente mucho, eso es malo, logra ver qué tiene una especie de escudo a su alrededor, eso demuestra que tiene varios cellos, también tiene la capacidad de mandar rayos de poder puro, pero no está muy seguro de que sea por la tecnología que se usó para fabricarlo o por el poder de quién esté dentro.

–papá– devia la mirada para ver a su hija, puede notar que lleva puesta la remera que el dios le dió la vez que accidentalmente se teletransporto a su montaña. Alexis levitando de cabeza a su lado –¿Irás?– no es nesesario preguntar para saber a qué se refiere.

–lo estoy pensando– es la verdad, no está muy seguro si sería correcto, puede utilizar sus poderes para mandarlos a otra parte y luchar, pero la destrucción será la misma.

–tines mucho poder y conocimiento en batallas, después de todo eres un gran guerrero, podrías ser de ayuda– Macaque sabe que esas palabras de aliento tienen también otra función, sabe que su hija está enterada de su “mala fama” de acesino sádico y manipulado, y también sabe que ella quiere que lo vean de otra forma y realmente lo aprecia.

–lo se, pero esta cosa también tiene mucho– logra ver cómo la máquina se mueve tan rápido que aparece detrás del sucesor y lo golpea, mandándolo tan lejos que sabe que sus huesos apenas resistieron, la velocidad del robot es demaciado para su gran tamaño y peso, una muestra más de su poder –demaciado– frunce el ceño, si nesesitan ayuda.

Se levanta, su hija mirándolo con atención y sabe que está por venir, sonríe y es rápida en undirse en una sombra para volver y entregarle la ropa al mono, quien la acepta y se unde en otra sombra, apareciendo poco después en pantalla con un veloz movimiento, un golpe certero y directo a la cabeza, probocando que el robot caiga de golpe.

Maquy festeja, saltando de emoción y gritando un sonoro “¡Si!” de aprobación, se sienta en el sofá con Alexis sentado en sus hombros sin hacer realmente peso, los monitos imitandola con rapidez y Mac se apoya en el respaldo del mueble.

Logran ver la pelea a la perfección, pero algo no anda bien, pueden notar como Macaque parece dudar de sus movimientos, algo que sería imposible, pero lo están viendo y se preocupan notoriamente, habían notado esa desconfianza en los demás y llegan a la conclusión que esa cosa tiene algo que ver.

Macaque al aparecer para ayudar un poco, una repentina ola de desconfianza lo inunda, es débil pero se siente, y tiene la sensación que el ser que controla el robot es el culpable, piensa demaciado sus movimientos y eso lo distrae y lo frustra, solo haciendo que el sentimiento cresca al punto de desesperarse, su corazón late en su cabeza y su respiración es pesada.

...

A este punto a recibido muchos golpes y apenas a logrado que MK y Mei se mantengan a salvó.

Están heridos, los tres, y eso no le gusta. La máquina delante de ellos también está algo rota, pueden ver las múltiples abolladuras por los golpes de clones y los bastones, también de los puñetazos y patadas, hay muchos rayones y cortes profundos, producto de los ferozes golpes de la chica, pero si tan solo ese sentimiento de inseguridad no estubiera precente lo hubieran acabado en minutos.

–¡Vamos chicos! ¡Podemos con esto!– escucha a Mei gritar, su ropa está rota y tiene baras heridas, sus manos tiemblan lijeramente por el cansancio y la frustración, su cabello despeinado y suelto.

Él está más o menos igual, con el pelo alborotado y la ropa sucia, lijeramente rasgada en algunas partes y su cola se mueve con nerviosismo, su labio inferior sangrando ante un corte y su bastón firmemente agarrado con sus manos en un intento de darse confianza.

–¡Si! ¡Vamos! ¡Hemos enfrentado cosas peores!– MK intento seguir con los ánimos, su campera tirada lejos para que no se rompiera ni la prenda ni el celular, sus brazos llenos de moretones y sus pantalones y remera sucios, ahora está sin su cinta roja porque se terminó desatando en algún momento y él no logro atraparla, así que debe estar perdida en algún lugar serca.

–si, no vamos a perder contra un pedazo de metal– hace girara su bastón, corriendo y gruñendo al mismo tiempo que esquivaba un golpe, convirtiéndose en un ave y volando al rededor del cuerpo, intentando de distraerlo.

Los chicos de quedan unos segundos quietos, notando que Macaque solo esquiva y no ataca, saben que significa.
Son rápidos en correr, deciden entre miradas que golpearan las piernas del robot, así que MK hace crecer su bastón y Mei toma el otro extremo, alejándose lo suficiente y corriendo con fuerza, chocando contra las enormes piernas y logrando que cayera de espaldas.

Macaque se convirtió en otra ave y cae en picada hacia el ojo del robot, esperando poder destruirlo y entrar, pero antes de que su pico toque el material una ola de repentino poder lo aleja de golpe, mandándolo lejos y probocando que vuelva a su estado de mono, su Glamour cayendo y revelando por segundos que la mitad de su pelaje es blanco y las seis orejas coloridas junto con la cicatriz, pero una vez que lo nota se apresura a ocultar todos eso detalles. Puede sentir como algo caliente sale de su nariz y escurre por su mentón, y no tiene la necesidad de verificar que es.

–¡Macaque!– es MK, este corre de inmediato a su lado para verlo y mostrar su preocupación –M-Macaque ¿Que paso?– hubiera preferido preguntar si estaba bien, pero era obvia la respuesta.

–algo me empujo, es demaciado poder– se detubo de pronto, mirando a Mei y levantándose de golpe para tomar sus hombros, ella sin entender nada pero tampoco quejándose. Macaque abre los ojos al tope, notando que los poderes son similares –¡Maldita sea! ¡ES UN MALDITO DRAGON!– todos se tenzan ante sus palabras, incluso los que estaban en sus casas mirando el noticiero, su grito había sido lo suficientemente fuerte para escucharse a la perfección.

Mientras tanto, Maquy y los demás se miran entre ellos, notoriamente confundidos y atonitos.

–¿Un dragón? ¿Entonses porque Mei no puede contra él?– pregunto Kosmo, sin entender cómo es que había tantos problemas.

–¿Tiene algo que ver con la especie?– Rubí miro a Mac, este aún repasando todos sus conocimientos sobre los dragones.

–si, la tiene, este dragón debe ser superior a la especie de la que Mei viene, quisas hasta más antigua. Pero no logro identificar cual es, tiene la capacidad de rayos y protección, incluso se que los otros sientan inseguridad. No se cuál es– está nervioso y todos lo saben, sus hombros están tensos y Maquy se apresura a colocar una mano en su espalda, acariciendola con cuidado. Alexis intenta ayudar acariciando su cabeza –esto es malo–

Maquy vuelve a mirar el televisor, notando como el robot lucha un poco por levantarse pero lo logra, ahora manda una oleada de poder haca todos lados, probocando que viaje a gran velocidad, es tan grande que incluso choca contra ellos, probocando que la casa vibre notoriamente y todos se sientan espantosamente sacudidos a esepcion de Alexis, quien solo está un poco mareado por el choque.

Pero a diferencia de lo demás, Maquy está estática, su corazón doliendo al igual que su pecho, su estómago se remueve y la punta de sus dedos cosquillean, un brillo rojo siendo apenas visible en sus ojos y la punta de su cabello levitando casi de manera inperseptible.

–eso fue espantoso– se quejo Kosmo levantándose del suelo, mirando a su familia con preocupación –¿estan bien?–

–si, solo mareada– asintio su hermana-mono sacudiendo con suavidad la cabeza.

–igual– se queja el fantasma.

–mas o menos– siguió el clon sentandose en el sillón sercano, tambalendose un poco –... ¿Maquy?– todos la ven, pero ella no escucha, siente un silbido en sus oídos que le impide oír, uno molesto y tapa sus oídos en un intento de no seguir escuchandolo, pero no sirve.

Los demás insisten, ignorando la repentina aura morada roja y blanca que la empiesa a envolver, no entienden porque los últimos dos colores, pero están demacaido preocupados para sentrarse en eso.

La chica siente que algo se remueve en su interior, como si le estuviera gritando que fuera con él, pero se niega, se niega porque no quiere ir con ese dragón, se pregunta si habrá otro que lo siente pero está más consentrada en resistirse, poco a poco se acurruca cada vez más en el sofá, intentando de no usar sus poderes.

Algo se quiebra en su interior, lo puede sentir, pero no está segura de que es eso, lo ignora, ignora todo, quiere abrazar a su padre, quiere abrazar a Mac pero por más que abra los ojos no ve nada, quiere abrazar a sus hermanos y lucha por encontrarlos, sintendo una mano contra las suyas y es rápida en envolver al ser en sus brazos y acorralarlo contra su pecho, sollosando y escuchando esta vez las palabras de consuelo que logra identificar que salen de Rubí.

Su vista se empieza a acomodar lentamente, logrando ver cómo Kosmo y Alexis la miram preocupados y se apresura a abrazarlos a ellos tambien, naturalmente el mono suele quejarse un poco, pero se deja está vez, acurrucandose y anrollando con su cola la muñeca ajena.

Mac se acerca y rasca la cabeza de la menor, ronronenado y tarareando una suave melodía, ella se pude calmar después de varios minutos, el aura desapareciendo y la calma inundandola, está aliviada y lo agradece. Levanta la vista para mirar la televisión, notando que siguen luchando y el robot cada vez está más destruido y sonríe, por fin, van ganando.

Pero una repentina ola de ganas de ayudar la choca.

Sus ojos brillan de rojo, ahora también de blanco, afloja su agarre en los monos pero no los aparta, haciendo una mueca ante el impulso de soltarlos e ir con su padre, el grito de ayudar en su cabeza haciéndose más fuerte al ver cómo el mono recibe un feroz golpe del que apenas pudo protejerse.

Cuando ve a MK caer al suelo algo se estremese en su interior y suelta a los monos, manteniendose sentada. Pero se unde en una sombra cuando ve que Mei lucha por mantenerse de pie mientras utiliza su espada como escudo para protejerse de un rayo.

No tiene el entrenamiento de su padre, pero si la ajilidad y sus poderes, unde a Mei en una sombra y la mntiene alejada, hace lo mismo con los otros dos, quienes la miran atonitos al estar juntos.

–¿¡Maquy!? ¡No no no no no no!– Macaque la toma de los hombros, haciendo que se volteara y lo mirara a los ojos, pero la chica solo frunce el ceño con preocupación al ver lo herido que está y al sangre que mancha parte de su rostro –¡Tines que volver a casa! ¡No voy a dejar que estés aquí!– está desesperado, la sola imagen de su hija luchando contra eso y terminando herida lo llena de miedo y escalofríos.

–me está llamando– murmura de pronto, notando que lo ojos de los demás se abren al tope –no quiero ir con ella– porque siente que es una mujer por alguna razón –pero creo que se cómo calmarla– todos están demaciado confundidos, MK y Mei se miran entre si, pero Macaque suda, un nudo en su estómago demaciado molesto al punto de hacerle mal.

No le gusta como suena eso, no le gusta para nada, su hija fue llamada por un dragón y no sabe porque, no le gusta, no quiere, pero al ver el brillo en los ojos de la chica algo le dice que debe confiar, así que traga, confiado en su niña y en su instinto pero listo para sacarla si es nesesario. La suelta y la mira a los ojos.

–Maquy por favor, prométeme que sabes los que haces– frunce el ceño, tiene miedo.

–lo prometo– abraza a su padre y el corresponde.

Lo suelta y camino hacia el robot, quien se mantubo quieto al verla la primera vez, casi como si no tuviera más vida, pero saben que aún está activo al ver cómo él la sige con la mirada.

–¡Estoy aquí! ¿¡Que quieres!?– es lo primero que grita, dispuesta a hacerle frente todo el tiempo que sea nesesario, incluso a patearle el trasero si la cituacion lo requiere.

–Li Kong– el nombre le pone los pelos de punta a Macaque, pero Maquy ya ni siquiera se inmuta, a aprendido con los años que ese es su nombre y tiene que haceptarlo, incluso si tiene malos recuerdos –cuanto as crecido– todos fruncen el ceño, notoriamente confundidos y perdidos.

–¿Te conozco?– sabe su nombre real y eso la inquieta un poco, pero el último comentario la toma por sorpresa.

–a pasado mucho tiempo, no sé si me recuerdes– el robot se agacha, quedando acostado boca abajo y con el mentón apoyado en el suelo, Maquy apenas de mueve, desconfiada.

Los ojos de la máquina parecen abrirse y una persona sale, caminando por el ozico metálico y quedamos serca de la chica.

Usa una vestimenta tradicional, de colores blancos y detalles rojos, una piel clara a diferencia de la bronceada de Maquy, su cabello blanco y largo, con ojos azules brillantes. Hay escamas recorriendo parte de sus manos y cuello, grandes cuernos blancos asomandose por el cabello y una cola de dragón algo escondida con detalles rojos.

Sonríe, cálida y feliz, pero el corazón de la joven late más fuerte de golpe, esa sonrisa es falsa, la a visto tantas veces dibujada en el rostro de su padre biológico que ya es imposible equivocarse, y una suposición llegando a su mente tan rápido que fue incómodo.

Mira hacia atrás solo para ver cómo se lo estaban tomando los otros, puede ver el pelaje erizado de su papá y su clara molestia, su cola ajitandose con nerviosos y su bastón firmemente apretado en su mano, MK parece jenuinamente sorprendido y confundido mientras que Mei está estatica tal cual estatua.

Sabe que el resto de su familia debe estar más o menos igual.

–¿Quien eres si se puede saber?– la mira, directo a los ojos y puede ver muy oculto el fuego ardiente en ellos.

–Quiki Kong, la hermana de Ying Kong, tu padre– sonríe más, pero Maquy profundidad su ceño fruncido, crusandose de brazos, es igual a él, no pienza ir con ella, pero algo en su interior se remuebe con confucion, ¿Su padre? ¿Realmente es lo que cree que es?.

Macaque analiza esas palabras, el recuerdo de su pequeña hija corriendo para entrar a la tienda de fideos por primera vez desde que él la tubo vuelve a su mente, la cola, esa cola que apareció en segundos y volvió a desaparecer, no lo podía creer, ¿Pero como era posible? No había sentido nada nunca, su energía o aura no eran demoníacas y mucho menso probeniente de dragón, estaba confundido y atonito, demaciado perdido para su gusto ¿Su hija era un dragón de verdad? ¿En cerio mato al padre de esa chica con tanta facilidad siendo un dragón? ¿Por que ese hombre había trabajado para un demonio tan insignificante como el que mato? ¿Un dragón lo había ayudado a devolver a Kosmo y Rubí a la vida? Estaba muy perdido.

–mi padre... ¿Vienes a recordarme lo que no me importa?– sintió satisfacción al ver cómo la sonrisa ajena se borraba y era cambiada por una exprecion de espanto e indignidad.

–no deberías habrá así de tu familia, ser criada por ese manipulador te corrompió– gruño mirando a Macaque, quien enfureció aún más, dando pasos amenazantes hacia adelante pero se detuvo cuando su hija lo miro y nego con la cabeza.

–él me dió algo que nunca me diste tú o tu hermano– la mujer frunció el ceño.

–¿Que es?–

una familia– y Macaque sonrió, junto con sus demás familiares ubicados en su casa –amor y libertad, cariño y protección, cuidado y felicidad, si no hubiera sido por él, yo no tendría nada y seguiría comiendo de un basurero– su firmeza hizo al dragón temblar, de rabia y umillacion.

–vine aquí para buscarte y devolverte a tu verdadera familia, con migo y con tus demás tíos, con tus abuelos, no voy a volver con las manos vacías– todo rastro de amabilidad se esfumó. Dejando paso al verdadero monstruo en su interior.

–una familia verdadera no es de sangre– y con esa simple frase, se undio en un sombra, apareciendo junto a su padre –una familia verdadera es quien te ama y te cuida, te apoya y te da la confianza para que te levantes y sigas adelante, tuviste toda mi vida para buscarme y no lo hiciste. Ahora que tú y los demás se pudran, yo ya tengo mi familia– sonrió, el cabello de la mujer tornandose rojo y prendiendose fuego, la furia segando su mente.

No volvió al robot, pero si se convirtió en un inmenso dragón de color blanco, con algunas escamas rojas y garras afiladas, su melena y parte de su lomo igual de peludo de un vibrante color rojo.

Maquy siente que algo se rompe un poco más dentro suyo, una grieta sumada a lo que sea que tiene en su interior y eso no pasa desapercibido por su padre, quien la mira de reojo al sentir otro poder emanar de ella y ahora lo comprende, tiene un cello que la retiene.

MK se pone en guardia junto con Mei, Macaque está por apartar a su hija, pero ella se niega.

–tengo que hacer algo más pero– antes de que el mono pudiera hablar, son undidos en otra sombra para esquivar la llamarada que escupió el dragón.

–¡Vendrás con migo quieras o no!– gruño, girandose para ver a Maquy.

–¡Que lindo sueño! ¡Sige soñando que nadie te lo impide!– y los presentes se ríen, sin poder saber exactamente como es que lo están haciendo por la ceriedad de la cituacion pero ríen.

Sus risas enfurecen más a Quiki, quien escupe otra llamarada pero Maquy la esquiva con un rápido movimiento, hace aparecer un bastón, casi idéntico al de su padre si no fuera por los detalles blancos y rojos, aunque los rojos son algo nuevo. Suele usar el arma para entrenar con su padre, pero parece que ahora la va a estrenar un poco.

Es rápida en correr al rededor del dragón, esquivando las patas y colazos que quieren derribarla, golpea una de las garras del dragón con tal fuerza que Macaque juro oír qué algo de rompía y no pudo evitar sorprenderse, su hija había desarrollado mucha fuerza en el último año, pero nunca se espero algo así.

–¡Mocosa!– grito Quiki con dolor y elevándose en el aire, pero se desconserto al no ver a Maquy.

La chica había sido rápida en agarrar la cola ajena, trepando con rapidez mientras intentaba que su peso no se sintiera, era lo suficientemente pequeña y rápida para saltar y acortar la distancia a varios metros, así que Macaque solo se río con orgullo al ver cómo su hija golpeaba con facilidad la cabeza del dragón, probocando que se mareara tanto que terminara cayendo al suelo con un terrible gemido de dolor.

Apenas la chica logró bajarse el dragón intento azotarla con una garra, pero MK fue rápido en lanzar su bastón para interseptar el ataque y Maquy se alejo rápido, undiendo el bastón ajeno en una sombra y devolviendoselo al dueño.

Quiki se levantó algo tambaleante, volando con rapidez hacia el sucesor y la decendiente, MK intento golpear el rostro del animal, pero fallo cuando de movió demaciado rápido y termino apresado en las garras de este, Mei logró cortar el osico del dragón pero resivio una llamarada y termino presa en otra garra.

–escucha Li– dijo volando para no ser alcanzada, Macaque gruño, dispuesto a ir tras los chicos que se movían con desesperación para liverarse, Mei intentaba quemar las patas ajenas pero no lo conseguía, después todo era un dragón. –si los quieres vendrás con migo– gruño, fuego formandose en su boca, –si no, tu amigo morirá insinerando...– acercó su osico a MK y este se desesperó, intentando usar toda su fuerza para liberarse –..y tu amiga aplastada– apretó su agarre, probocando que Mei gritara con dolor.

Maquy estaba al borde de matarla, nunca había tenido la necesidad de degollar a alguien, pero ahora lo estaba decenado con cada fibra de su ser, ver a sus amigos con esa desesperación solo lo arruinaba y podía jurara ver cómo su padre parecía dudar de si moverse o no, removiendose en su lugar, sabía que Quiki tenía algo que ver, pero ella no sentía inseguridad, era extraño.

Su atención volvió a sus amigos al oír otro grito de dolor, una llama ardiente de furia y deceso de matanza incrementando en su interior y siente que otra parte se quiebra. Lo sabe, ahora lo entiende, el cello se está rompiendo y pude sentir como algo sube desde su pecho a su garganta, acumulandose con lentitud en su boca.

Puede sentir el fuego ardiente asentándose dentro suyo, esperando por salir, sabe que si abre la boca saldrá desmedido y sus mejillas luchan por no incharse, pero el fuego sale por su nariz, siendo blanco a diferencia del rojo bribtante del de su “tía”. Puede ver cómo los ojos del dragón se iluminan al ver su fuego.

–cuanto poder– murmura, sonando extaciada –tenia razón, eres tú–

–¿¡De que estas hablando!?– grito Macaque, desviando la mirada para ver a su hija, notando su esfuerzo y hace una mueca.

–tardaste mucho para reen-...– Maquy abre la boca, gritando y alzando la cabeza para que una potente llamarada de fuego puro choque contra el rostro de la dragona.

Solto a sus tíos y estos cayeron con un grito, pero MK se transformó en un Alcón para tomar a su amiga de los hombros, intentando de detener la caída un poco. Macaque imitó al chico y ayudo a aterrizar, corriendo una vez terminado hacia su hija, quien cayo de rodillas y jadeando, cansada ante el esfuerzo.

–¡Maquy! ¡Maquy!– repite arrodillándose a su lado.

Su hija se acaba de transformar, es una extraña combinación de demonio-mono con dragón: su pelaje es blanco con detalles rojos, parte de sus manos y cuello tinene escamas, las patillas notoriamente más peludas de tal forma que caen como si fuera más cabello. Sus ojos ahora son rojos con detalles dorados y en vez de tener seis orejas (que es un alivio tanto para Macaque como para ella) tiene los mismos colores que su padre en las suyas. Hay una mancha blanca rodeando sus ojos, pero está parece como si alguien le hubiera dado una gran pinselada.

Tiene dos cuernos pequeños del mismo color que su cabello, son escamosos pero Macaque tiene la sensación de que son suaves al tacto. La cola es lo más extraño de todo, sinedo que es la de un mono, pero empieza a tenés escamas al final, para completar tiene una especie de cartílago rojo y blanco ondulado que suelen tener solo los dragones.

(Es difícil de explicar lo de la cola)

A pesar de su extraña apariencia Macaque la ignora a favor de agarro los hombros de su hija y hace que levante la vista con cuidado y suavidad.

Maquy ¿Estás bien?– ella sonríe algo débil pero lo suficiente para mostrar que tiene colmillos más grandes y afilados, aciente segura, abrazando a su padre e intentando levantarse.

Macaque se relaja un poco, el sentimiento de inseguridad desapareciendo de pronto y eso lo llena de alivio, ignorando como Quiki se queja entre dientes ante el dolor en sus ojos.

–creo que me pase– murmura con la voz lijeramente ronca.

–¡Eso estubo genial!– grito Mei, ignorando el dolor de cuerpo y el repentino cambio de la chica, corriendo hacia ella –¡Fue increíble!– salto de la emociona, Maquy sonrio.

Gracias tía Mei– murmuros abrazándola y sintiendo su correspondencia entusiasta, la chica movio la mano para que la espada de la mayor apareciera emerguiendo de una sombra.

–gracias pequeña dragonsuela– dice mientras agarra su arma –¡No puedo creer que mi pequeña sobrina sea una dragón! ¡Mírate nada más! ¡Hasta pareces un mono también!– Maquy sonríe, estando conciente de su cambio después de verse las manos y brazos.

–Wow– MK por fin se acerca, sorprendido y encantado ante la imagen –¡Te ves increíble!– sonríe entusiasmado, agarrando las mejillas de la chica y mirándola a los ojos –¡Tus ojos son preciosos!– parecen tan brillantes como diamantes.

Ella sonríe, su cola moviéndose sin su consentimiento pero no le importa, está feliz porque siente que la dragón no se levantará pronto, siente que está libre, con una tencion en su cuerpo que nunca había notado desapareciendo, como si un poder dentro de ella ahora puede fluir con libertad. Sabe que el sello aún no está roto del todo, pero ahora le permite sentirse mejor.

MK sabe que Maquy puede ronroneara, pero nunca la a escuchado y ahora que tiene la oportunidad, entierra un poco sus manos entre el pelaje de la menor y empieza a rascar su nuca. Solo pasan unos segundos antes de que la chica se apoye en el toque y empieze a ronronear, su cola mobiendose con gusto.

Ambos adolecentes arrullan, encariñados ante el sonido y Macaque ríe, ya sabiendo que lo escuchará un poco más seguido porque al principio es dificil detenerlo.

Quiki decide gruñir entonses, soltando maldiciones hacia la chica que poco le importa y se asegura de que su padre no empiece a intentar arrancarle la cabeza, así que con un rápido movimiento, que hasta ella se sorprende, ya estaba al lado del dragón, levanta su bastón dispuesta a golpearla solo para callarla.

–buenas noches– antes de que Quiki pudiera moverse o gritar, Maquy azotó con fuerza su nuca con el bastón, no solo logrando clavar las púas en su nuca sino que también desmallandola. –wow, eso fue rápido– murmuro, sinseramente esperaba que tardará un poco más en noquearla.

–¡Eso!– Grito Mei, dando un salto con alivio de que la dragona no se levantará.

Macaque tiene ganas de undir el cuerpo del dragón y dejar que se queme en un volcán, pero sabe que no le pasará nada así que lo unde en un río, no sabe si se ahogara o no, pero lo deja por si acaso.

Maquy bosteza, notoriamente cansada y se estira, su cola retorciéndose un poco, se da la vuelta y caminar con pereza hasta llegar a su padre, quien abre los brazos por puro reflejo al verla inclinarse y la atrapa, puede notar entonses que es lijeramente más alta. La alza cuando siente que empieza a removerse e intenta treparse a él, sabe que ese es un instinto de mono y bufa divertido.

Deja que ella se acomode un poco y siente que se duerme al instante, la cola de Maquy enredándose en su cintura como si no quisiera perderse.

–awwww– Mei arrulla ante la imagen, mirando hacia todos lados para correr cuando logra ver su teléfono y volviendo para sacar una foto... O cincuenta.

–ya déjala– a pesar de la clara orden no fue brusco como suele ser y Mei sabe lo que significa, está feliz.

–pasame unas fotos después– pidio el chico para ir a buscar su campera, moviéndose un poco más rápido al ver de reojo a la noticiera hacercarse a grandes pasos y vuelve corriendo con los otros, ya sabiendo lo que se viene –oigan ¿Nos vamos o...?– señala dicimuladamente hacia atrás, los demás notando a la mujer que corre y los llama.

–¡Oigan esperen!– pide la mujer, Macaque se queda callado y Mei hace una mueca, esa mujer los a estado persiguiendo durante semanas, es irritante a cierto punto. –¿Cómo se siente al saber que su hija es-...?–

–lo ciento, pero no es de su incumbencia– apresura a cortar, sin tener ganas de hablar mucho. La mujer parpadea y cierra la boca, notoriamente sorpendida –no tengo porque decirle a usted y a un montón de chismosos el como pienso o me ciento, solo quiero volver a mi casa y darme una ducha, no hablar hasta que me quedé sin cuerdas vocales– volvió a no ser brusco a pesar de su clara decicion en sus palabras. Mira de reojo a los demás, sabiendo que piensan igual –y ellos tampoco, así que gracias y buen día– antes de que diga algo más se undio en una sombra y apareció en su casa, los demás chicos apareciendo en sus propios hogares.

–¡Pa!– llamo Rubí con ojos brillantes, mirando asombrada la nueva apariencia de Maquy –wow, que rara– se trepa al hombro del adulto, este sonriendo un poco por la obvia curiosidad en los ojos ajenos –¡Me gusta!– chilla con gusto, su cola moviéndose un poco, tentativa de tocar el cabello ajeno.

–se ve extraño pero de una buena manera– murmura Kosmo haciendo lo mismo que su hermana, pero él acariciando la cabeza ajena.

–aun no digiero lo dragón– Mac hizo una mueca, mirando con atención a la chica pero acercándose para acariciar su frente con un dedo, escuchando el débil ronroneo que se escucho por eso.

Alexis duda un poco, sin entender del todo la situación pero no le importa realmente, se acerca y la ve con curiosidad infantil, sintendo el calor emenat de su cuerpo.

–que linda~– se derrite ante lo tierna que ahora de ve dormida, ya de por sí Maquy siempre tubo una cara adorable, pero ahora es el doble.

Mac se ofreció a llevarla a su cuarto para que el mono pudiera curarse y descansar, así que simplemente la dejo dormir en su habitación, con los dos monitos acurrucados junto a ella, Rubí colada entre sus brazos y Kosmo durmiendo en la almohada serca de su cabeza, con Alexis acomodado con medio cuerpo sobre el de ella en una posición cómoda.

Macaque sabe después de una hora que su hija no despertara pronto.

~°~°~°~°~

5494 palabras hasta aquí, es un capitulo extralargo.

Por cierto:

⚠️espoiler⚠️:

En el próximo capítulo se viene el sentimentalismo gente. Preparen los pañuelos.

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