¿Dónde estamos?
Nota: este capítulo solo es para entretenimiento, no aporta mucho a la trama.
Nota2: es como una disculpa por haber estado tan desconectada con la historia. Si se sientes un poco aburridos por mi falta de actividad pueden leer mi otra historia de Digital Circus.
Era fin de semana, uno de los días que Maquy hiba a visitar a su tío y abuelos. El abuelo Pigsy siempre la resivia con un tazón humeante de fideos, el abuelo Tang con nuevas historias y el tío MK con nuevos materiales para dibujar y de vez en cuando nuevas técnicas de pelea para mostrar.
Macaque había recibido un mensaje de su trabajo diciendo que lo necesitaban, al principio se había negado, pues era fin de semana, pero su jefe le dijo que resiviria bonificación, y como necesitaba un poco más de dinero para algo especial decidió tomar la oportunidad y luego de una despedida dejo a su hija con los demás.
MK estaba mostrando un nuevo movimiento con su bastón en su habitación, haciendo sonidos raros que según él eran necesarios para liberarse, Maquy no lo criticaba en lo más mínimo, después de todo, había oído a su padre hacer esos mismos sonidos mientras entrenaban, aunque menos cómicos y bobos.
Fue en un momento que se emocionó tanto por el echo de que en su demostración logro dominar el movimiento, que por alguna razón su bastón comenzó a emanar un extraño brillo, iluminando en un santiamén todo su alrededor, provocando que ambos cerrarán los ojos y se los cubrieran con los brazos.
–¿Que fue eso t-...– Maquy habrio los ojos, notando que estaban en otro cuarto, uno muchísimo más desordenado que el de MK, con colores mucho más brillantes y muchas, pero muchas decoraciones de duraznos. –...io– miro detenidamente todo su alrededor, sintiéndose un poco ahogada ante el sofocante olor a duraznos.
–¿D-donde estamos?– miro hacia todos lados, apretando con fuerza el bastón entre sus manos.
Logro ver qué en dónde antes estaba un póster de Monkey King, ahora lo remplasaba por uno en el que estaba un adulto de piel bronceada y cabello castaño oscuro atado en una colita alta, un mechón peculiarlente familiar cayendo por delante de uno de sus ojos y una cinta roja al rededor de su cabeza.
Lo que más llamaba la atención era el escalofriante y fascinante parecido con el mismo MK, incluso podía ver el bastón colgando de su oreja como si fuera un arito.
Ambos se miraron ante aquello, frunciendo el ceño igual de confundidos y perdidos, Maquy se levantó y camino hacia el balcón, pero fue detenida por un repentino monito salido de la nada, era blanco, con una mancha más oscura sobre su ojo, chillando de una manera amenazante y con parte de su lomo ligeramente erizado.
–wow, ¿Es legal tener un mono en un departamento?– pregunto MK, retrocediendo unos pasos igual que Maquy, estaban muy perdidos, pero podía deducir que seguía en un departamento de alguna forma.
–si tienes licencia– dijo la chica, como le gustaría poder controlar el glamour para ocultar sus partes demoníacas, o por lo menos las de dragón, quizás eso tranquilizaria un poco al mono. –veamos si logro calmarlo–
–¿Cómo harás es-...?– se cayó al oír chillidos suaves salir de la boca de su sobrina, abriendo de par en par los ojos al notar como el mono se relajaba ligeramente en su lugar.
Bueno, tener un padre y un tío de mono tenía sus ventaja.
–dime amigo ¿Cual es tu nombre?– pregunto entre chillidos cuando el mono se calmo por completo.
–Dani– respondió tras unos segundos.
–ya te me hacías conocido– sabía que había visto esa mancha en algun lado –¿Podrás decirnos dónde estamos?–
–estan en el cuarto de mi dueño–
–¿Y cuál es tu dueño?– tenía una idea de quién podría ser y eso le daba escalofríos.
–Sun Wu-Kung– Maquy hizo una mueca, ya pudiendo deducir en dónde demonios estaban.
–hey tío, creo que ya se donde estamos–
–¿¡En serio!? ¿Dónde?– apreto más su bastón, siendo ajeno ante la mirada confundida y analítica que le mandaba Dani.
–¿Recuerdas esa vez que estábamos con el tío King y él nos dijo que el bastón era como un pase VIP a cualquier dimensión e incluso al Inframundo?– sonrio con algo de tensión, las palabras de ella dando vueltas en la cabeza del mayor hasta que logro darles sentido.
Un largo y quejumbroso jemido salió de MK, cerrando los ojos y haciendo una mueca de disgusto al entender a qué se refería.
–¿¡Pero como es que lo pude activar!? ¡Ni siquiera me dijo como se hacía!–
–ese es el caso, no sabías cómo porque no te dijo y lo activaste... Ahora papá tendrá otro motivo para golpearlo– eso último lo dijo en un murmullo, evitando que el otro lo escuchará.
–¿¡Y ahora como volvemos!?– ajito los brazos desesperado, pequeñas lagrimas de desesperación acumulándose en sus ojos.
–¿Como consiguió el bastón?– pregunto Dani de pronto, llamando la atención de la dragona-mona.
–en nuestra dimensión el tío MK es el susesor de Su Wu-Kung, lo levantó en un ataque sin darse cuenta– algo en su respuesta pareció hacer “click” en la cabeza del monito.
–¿Dijiste “MK”?–
–sip–
–entonses los papeles parecieron invertirse en tu dimensión– pareció decirlo más para si que para ella, pero igualmente lo escucho.
–¿entonces el tipo en el póster es mi tío?– ignoro como el mencionado estaba divagando de los peligros que podrían enfrentar o lo desprotegidos que estaban, el mayor siempre habia sido exagerado, ya era costumbre.
–eso parece– el mono camino para acercarse –mi dueño encontró el bastón camino al museo para acompañar a su hermano, según él lo había sentido llamarlo o algo así, ni siquiera él lo tiene en claro–
–¿“Camino al museo”? ¿“Hermano”?– creia tener una idea de a qué se refería.
–Macaque es su hermano, él es un pintor que vende sus cuadros en los museos– una lenta y orgullosa sonrisa se formó en el rostro de Maquy, había oído una vez divagar a su padre sobre su sueño perdido de ser pintor y el saber que en esta dimensión lo logro la llenaba de felicidad.
–eso es exelente, oye Dani ¿En dónde esta Wu-Kung?–
–esta entrenado con su maestro–
–¿Y mi pa-... digo, Macaque?– Dani enarco una ceja, sonriendo lijeramente cuando por fin logro reconocerla.
–esta con él, suele acompañarlo a sus entrenamientos–
–¡Genial! Entonces, MK está en la montaña de frutos y flores ¿No?– el mono asintió –¿Le molestará que interrumpamos su entrenamiento unos minutos?–
–lo dudo, Qi Xiaotan es alguien muy amable, entenderá el motivo de su interrupción– Maquy se permitió suspirar de alivio.
–eso es bueno ¡Tío! ¡Calma! ¡Tengo la solución!– hablo a quien se mantuvo ignorando todo el rato, sin sorprenderse mucho al verlo tropezar con sigo mismo para llegar a ella, luciendo como si se hubiera contenido las lágrimas y eso mando una punsada de culpa hacia la chica.
–¿¡En serio!?– habia alivio en su tono y mucha esperanza, ya estando pensando en abrazar con fuerza a su padre, incluso si no pasaron ni veinte minutos.
–sip, iremos a ver a tu yo grande– el mayor pestaneo algo confundido y Maquy le explicó lo que había descubierto hasta ahora. –bueno, si todo sale bien volveremos en poco tiempo–
–aaaaayyyy Maquyyyyyyyy– el mayor la abrazó con fuerza –¿¡Que haría yo sin ti!?– la menor rio, dándole palmadas en la cabeza a su tío sin sentir vergüenza alguna ante su infantilidad.
–¿Es así todo el tiempo?– Dani no pudo evitar preguntar, ladeando la cabeza con curiosidad, había visto alguanas veces a Monkey Kid actuar cariñoso con su dueño, aunque no tan pegajoso.
–solo en circunstancias como estás– sonrió restándole importancia –muchas gracias Dani, nos diste una muy buena mano–
–no fue nada ¿Maquy siento?– sonrió al verla hacentir –disculpa el mal comienzo, solo estoy protegiendo mi hogar– ella negó con la cabeza.
–no importa, es tu hogar después de todo– su cola se movió con algo parecido a diversión mientras era soltada por su tío, escuchando la leve risa del mono –bueno, adiós Dani– agarro a MK de la mano y saludo al mencionado, este devolviéndole el saludo antes de verlos unirse en una sombra.
Justo en ese momento, la puerta de la habitación se abrió.
–hey Dani ¿Con quién hablabas?– pregunto una mona muy familiar con otro mono detrás suyo, el cual arrugó la nariz cuando el fuerte olor a duraznos lo golpeó de lleno.
–¡Rumble! ¡Savage! ¡No me lo van a creer!– camino hacia ellos, dispuesto a contarles lo que había sucedido.
•••
Emergieron de pronto bajo la sombra de un árbol, ambos saltando hacia atrás al oír un grito ahogado y se alejaron unos pasos, apenas esquivando el bastonazo que les fue dirigido a ambos.
–¡Wu-Kung, espera!– el mencionado obedeció y se alejo unos saltos, dejando que ambos soltaran un suspiro exagerado de alivio. –lo siento mucho, llegaron muy de pronto– ambos levantaron la mirada, notando como un adulto caminaba hacia ellos con ojos y sonrisa amable, solo para convertirse en una expresión de sorpresa al notar quienes eran.
–h-hola– saludo MK con una sonrisa nerviosa, apretando aún ma suerte su bastón, dejando confundido a todos los presentes.
Su versión adulta y dios era alto y con musculatura visible, el cabello mucho más largo de lo que se esperaba, luciendo una especie de kimono corto, blanco sin mangas y ajustado, algunos detalles dorados similares a líneas que se curababan en los extremos. Unos pantalones de un rojo oscuro que le llegaban hasta los tobillos y tenía vendadas las plantas de los pieses.
Los miraba con curiosidad y asombro, su mente trabajando a gran velocidad mientras intentaba deducir por si solo lo que estaba pasando, aunque empezaba a inclinarse por la idea de simplemente preguntar.
–¡Hola! Discúlpanos que llegamos así nada más, es que estamos un tanto perdidos y aún confundidos por lo que pasó hace unos minutos, no terminamos de digerirlo por completo– hablaba más por su tío que por ella.
–¿Tú...?– Macaque pareció poder reaccionar, luciendo una campera negra y camiseta morada, pantalones cómodos, descalzo y con el largo cabello peinado en una trenza cosida, –¿Quien eres?– camino hacia ellos unos cuantos pasos, curioso y atento.
–Tambien soy Maquy, solo que de otra dimensión– explicó dándole unas palmadas suaves en la espalda a su tío, logrando que se calmara un poco y respirara con más normalidad.
Encerio, aún no entendía del todo como es que ella se lo estaba tomando mejor si él era el que estaba constantemente corriendo peligro.
–¿Otra dimensión? ¿Eso es posible?– Wu-Kung miro a su maestro, teniendo el pelaje dorado igual de corto, usando una remera suelta y sin mangas, blanca y con un estampado de durazno en el centro, pantalones rojos y descalzo, sosteniendo su bastón aún en una posición de defensa pero más relajada.
–bueno, si, es posible– estubo unos segundos más en cilencio –¿Llegaron aquí por el bastón?–
–si, fue un accidente, ¡No tengo idea de cómo lo hice!– intento no sollozar y verse demaciado infantil delante de todos ellos. Pero apenas logro ahogar un gemido quejumbroso.
–vinimos a pedirte ayuda, solo queremos volver a nuestra dimensión, disculpa las molestias, no fue nuestra intención molestar de esta forma– sonrió con un ligero nerviosismo que oculto de inmediato.
Siguió calmando a su tío con suaves palmadas en la espalda, esperando una respuesta, aunque se la pudo imaginar al ver la mueca en el rostro del dios.
–puedo ayudarlos, pero... Hay un ligero problema– entrelazó sus manos, lucía calmado y con una sonrisa tranquila ahora que tenía la información.
–¿Que... Problema?– el joven temia la respuesta.
–yo no se de que dimensión vienen o como se ve, ni siquiera imaginadola con todos los detalles posibles que ustedes me den podría mandarlos devuelta, solo ustedes pueden hacertar en su dimensión– MK intenta no soltar otro quejido, obviamente nervioso mientras apretaba su bastón, haciéndolo girar entre sus dedos para no lastimarse las manos. –puedo ayudarte a controlarlo, no me tomo realmente mucho tiempo, estoy seguro que en unos días lograrás dominarlo y volverán a su mundo sin ningún problema– su sonrisa se agranda y ambos se relajan, Maquy conoce a su tío y sabe que aunque el disco delante de ella no es exactamente él, comparten algo en común, y siente que pude confiar.
MK... Se conoce a si mismo, reconoce esa sonrisa y puede notar la seguridad en su tono animado, así que se permite suspirar aliviado.
–... Pigsy me matará– murmuró al recordar a su padre-jefe, haciendo una mueca al imaginarse el largo sermón y los días de castigo.
–si te hace sentir mejor, mi papá colgará de cabeza a Monkey King por un año– le da palmadas juguetonas en el hombro y MK se ríe, sin poder evitar que la imagen de su maestro colgando de su propia cola en algún lugar alto surque se cabeza.
–¿Por qué haría eso?– Wu-Kung pregunta, luciendo curioso de alguna manera ante aquello y un poco ofendido de que se rían de él.
–ho si, bueno, parece ser que en esta dimensión los rols están invertidos, aunque no sé si todos– agrego pensativa, cabía la posibilidad de que no todo estubiera al revés –en vez de que MK sea tu maestro, TÚ eres el maetro de MK, y como nunca le dijiste como se usaba el bastón para viajar entre dimensiones, pues...– hizo un gesto y Monkey King miro a su hermano, este encogiéndose de hombros.
–entonses allá soy un dios– murmuró, una sonrisa orgullosa formándose en su rostro –¡Ja! ¡Eso sí es genial!– Macaque bufa y rueda los ojos, mientras que Monkey Kid suspira entre risas.
–si, el dios de la estúpidez– suelta una risa al oírlo exclamar con una exajeracion digna de él, mirándolo con los ojos y boca bien abiertos en una muestra de ofenza.
–¡Ven aquí maldito!– Wu-Kung se le lanza encima, empezando una extraña lucha que recuerda a dos niños jugando, logrando que los presentes rían por lo bajo ante la escena tan infantil.
–¿Tienes que aguantar eso?– Maquy los señaló, intentando no reír al ver cómo se agarraban de los pelos.
–algunas veces es divertido de ver– y como prueba de sus palabras, se escuchó un grito de guerra muy infantil saliendo de la boca del mono dorado, levantando los brazos con el bastón en mano y las piernas separadas, mientras que su hermano intentaba de alejarse con la carcajada atascada en la garganta.
–¿Pero que es eso?– exclamó MK entre risas, nunca había visto a su maestro tan infantil y el simple echo de ver a Macaque, quien era tan serio y burlón, jugando como un niño con él solo mejoraba la escena –espera, ese es mi celular– se tanteo los bolsillos al notar que Maquy grababa, sin encontrar el aparato mensionado.
–Shhhhh, 'toy grabando– mueve una mano para chitarlo, mordiéndose el labio inferior al ver otra pallasada de su tío de otra dimensión.
–casi siempre son así– murmuró Xiao sonriente, recordando las tantas veces que sus entrenamientos quedaron interrumpidos por los juegos de ambos o las peleas sin sentido, la relación de ellos era extraña, burlándose del otro y peleando pero a los segundos parecían tan pasificos como si no hubiera pasado nada.
–estoy segura que unas semanas más y mi papá y el tío King van a terminar igual que esos dos– murmuró al oído de su tío MK, él aguantando una risa al imaginarlo, tenía razón, la relación de ambos había mejorado de un día para el otro, aunque aún se notaba cierta tencion no hiba a negar que no parecían dispuestos a arrancarse las extremidades como antes.
–¿tu papá es Macaque?– Xiaotan parecía genuinamente curioso, mirándola con ojos grandes y llenos de preguntas.
–sip, ¿Aquí de quién soy hija? ¿De Mei?– sentía que Mei sería quién remplazara el papel de su padre en esa dimensión, pues MK y ella eran realmente sercanos, se llamaban a si mismos hermanos.
–ho... No, nunca te había visto antes– Xiao hace una mueca, intentando rebuscar en su memoria, pero nunca antes la había visto. A menso que Mei le aya ocultado eso, después de la pelea que habían tenido la última vez aún no habían recuperado del todo la confianza, mucho menos ella.
MK y Maquy se miran entre ellos, sorprendidos y confundidos.
–entonses está dimensión no es exactamente de roles invertidos, hay cosas mucho más distintas– MK hace una mueca, un poco dolido por el echo de que en esa dimensión aya lastimado a su mejor amiga de todo el mundo, pero así eran las cosas, no podía cambiarlas.
–parece que no– ella parece la única no afectada, no podía quejarse después de todo, las dimensiones son distintas y con reglas aun más diferentes, nunca se sabe.
Decide dejar de grabar y devolver el celular a su dueño, sonriendo cuando escucha un grito femenino salir de Monkey King al ser jalado de las patas por su hermano.
–deviste haber gravado eso– rio MK, soltando una carcajada al ver cómo Macaque caía de cara al suelo. Era extraño ver esa torpeza en aquel mono en especifo.
•••
De algún modo la pelea logro terminar y Wu-Kung volvió a sus entrenamientos, con su hermano sentado lejos y luchando por desenredar su trenza y sacarle las múltiples ramas y hojas, aunque era un poco difícil para su desagrado.
Maquy estaba a su lado, mirando el entrenamiento, pero desvió su atención hacia su tío, notando entonces como movía su bastón de un lado a otro, casi como si estuviera imitando los movimientos pero mucho más suaves y calmados, como si no quisiera llamar la atención, cualquiera pensaría que solo está jugando, pero ella podía ver perfectamente que en realidad estaba en su propia burbuja y era cuestión de tiempo para que se levantará y empezará a imitarlos sin problemas.
–Tío– llamó, pero el mencionado seguía con la mirada fija en esos dos –MK– Nada.
Hizo una mueca y lo sacudió, logrando que volviera a la realidad rápidamente, luchando por recordar que era lo que estaba haciendo o porque se desconcentro.
–ho, Maquy, ¿Que pasa?– sonrió abiertamente, sin enterarse de su anterior comportamiento.
–si quieres entrenar ve y pídeselo, después de todo es importante para ti seguir entrenado incluso en otra dimensión– el mayor pestaneo ante eso.
–¿De que hablas?–
–te estoy viendo, tienes ganas de entrenar, ve y no te hagas el tímido que te conozco– le dió un leve empujón a la espalda ajena, logrando que se levantará de la piedra en la que estaba sentado y apretara su bastón entre sus manos.
–no lo sé, no quiero ser una molestia– murmuró lijeramente nervioso. Sí quería entrenar, estaba demaciado acostumbrado y no hacerlo cuando devia se sentía extraño, casi como si su cuerpo le pidiera moverse y usar la fuerza.
Pero su mente decía que devia ser educado y no meterse en los entrenamientos ajenos, que podría molestar.
–no serás una molestia, de todas formas sería como resibir clases de ti mismo, y que yo sepa, mi tío estaría encantado de tener otro pequeño discípulo– sonrió, lijeramente divertida al ver la cara de indignación de su tío.
–no soy pequeño– hizo un puchero, frunciendo el ceño.
–de estatura no– MK tarda unos segundos en entender.
–¡Ho, Vamos!– se quejo, escuchando la carcajada de la menor y la ligera risa del mono a su lado. –okey okey, ya le pregunto– se volteo, solo para notar que Wu-Kung se había detenido para ahogar la risa en su camisa y su otra versión lo miraba con una sonrisa divertida. –¿¡Ustedes también!?– hizo un puchero, las risas aumentando.
–vamos, puedes unirte, no tengo ningún problema– hablo Xiao señalando el lado de Wu-Kung, quien sonrió de oreja a oreja, como si fuera un insentivo para que se uniera.
–¡¿Ves?!– exclamó la menor con una radiante sonría, su tío rodando los ojos con diversión.
Se unió con rapidez, logrando adaptarse a la forma de enceñar de Xiao, era distinta a la de su maestro, pero también más simple y fácil de entender, al menos para él, después de todo eran la misma persona.
–¿Cómo supiste que quería ir?– preguntó el mono una vez que pasaron algunos minutos, rindiendose con su trenza y apartandola a un lado.
–es fácil de saber lo que quiere una vez que lo conoces un poco, él suele ser muy exprecivo– era divertido ver las acciones del mayor, siempre moviéndose de un lado a otro y mostrando con facilidad lo que quería, incluso si no se daba cuenta.
–parece una versión humana de Wu-Kung– dijo mientras observaba al nuevo entrenar.
•••
–tienen que quedarse en algún lugar– hablo Xiao, sentado de piernas cruzados en algún parte de su montaña mientras los demás se mantenían a su alrededor.
Ya habían terminado el entrenamiento y Monkey King tenía una toalla colgando de sus hombros mientras Macaque estaba teniendo algunas dificultades para rearmar su trenza.
–no quiero sonar como intrusa ni nada ¿Pero sería una molestia que nos quedaremos aquí?– señaló el lugar que los rodeaba, era un lugar agradable y bonito, con buen clima todo el tiempo y lleno de aire puro.
A demas, ambos tenían modales y sabían comportarse, no serían una molestia en ningún momento.
–eso sería genial– sonrió el dios, pero unos chillidos molestos los interrumpieron, todos volteandose para ver a múltiples monos de pelaje oscuro y otros claros mirándolos con el ceño fruncido, las miradas fijas en los nuevos visitantes. –pero me temo que ellos... Son muy selosos y... Territoriales– hace una mueca, su susesor soltando un largo y molesto quejido.
–¡Eso es verdad! ¡Aún sigo esperando que lo qué sea que me arrojaron los primeros días fuese barro y no otra cosa!– gruño el mono dorado, mamdandoles una mala mirada al grupo de monitos no muy lejos.
A pesar de ser de la misma especie, él se llevaba particularmente mal con algunos de ellos aún.
–sí, lo recuerdo... Aún me preguntó cómo lo hiciste– Xiao miro a Macaque, quién había dejado su trenza de lado para acariciar la cabeza de un monito insistente.
–yo igual– el de pelaje oscuro se encojono de hombros, ni siquiera él entendía porque había sido resibido tan bien por ellos.
–hummm bueno... No tengo dinero a mano como para alquilar un departamento– hablo el único humano entre ellos, rascándose la nuca.
–¡Espera!– hablo de pronto Wu-Kung, su cola moviéndose con ánimo ante la idea que sueco su cabeza –¡Departamento! ¡Eso es! ¡Pueden quedarse con nosotros!– Macaque abre los ojos de par en par con nerviosismo, dejando de acaricuar al monito para mirarlo de soslayo.
–eso suena bien... Pero...– Maquy mira al segundo mono, notando la mueca –no creo que tú hermano piense igual–
–¡Ooooh vamos! No podemos dejarlos así nomás– se cruza de brazos, mirándolo con un puchero molesto.
–Wu-Kung, ya somos sinco, con ellos seremos siete, a demas que el viejo ese nos va a reclamar la precensia de ellos y-...–
–del viejo me encargo yo, sobre el dinero, ¡Puedo pedirle a Chu Wu-Neng que le dé trabajo! Así también aportan un poco ¿No?– sonrió orgulloso de su idea.
–tú solo quieres tiempo libre– su hermano todo los ojos, sabiendo que ese era el principal motivo de su aragan compañero.
–a parte– el mono desvió la mirada, teniendo una sonrisa que lo delataba y MK bufo, su maestro y él no eran realmente distintos.
–bueno, supongo que puedo hacer eso, no quiero ser una molestia– acepto y el mono victorío con una carcajada burlona, mirando a su contraparte.
–yo puedo ayudar en la cosina a Chu Wu-Neng, digo, si es que quiere, si no puedo ayudar de lava platos o algo así– Maquy murmuró un poco, intentando encontrar una forma de conseguir dinero.
–¡Ves! ¡Ella también ayudará! Dale una oportunidad– codeo con una sonrisa al mono oscuro, este gruñendo algo pero pareció resignado.
–bien, veremos cómo se llevan con los demás– se cruzó de brazos, ya imaginando que podría llegar a pasar.
–ya nos encontramos con Dani, fue gracias a él que se me ocurrió venir aquí– admitió la menor, recordando a aquel monito tan familiar.
–espera ¿Aparecieron en mi habitación?– Wu-Kung señaló, enarcando una ceja mientras que Macaque se reía por lo bajo.
–sip– asintieron ambos.
–de seguro casi se mueren con el olor a durazno– se ría más fuerte al ver la mirada ofendida que le mando su contraparte, quejándose con un chillido al sentir que lo tiroñaban de la trenza sin terminar –¡Viejo! ¡La estaba arreglando!– gruño enojado, su hermano devolviéndole el gruñido.
–aun no los entiendo– susurra Xiao mientras se inclina hacia ellos, los otros dos asintiendo y viendo la pelea que se desarrollaba frente a ellos.
–Yo tampoco y eso que uno es mi padre y el otro mi tío– susurro Maquy, los otros dos riendo por lo bajo ante eso.
•••
El deparatamento de los monos termino siendo unos mucho más grande que el de MK, con una cosina-comedor amplia y dos baños, con incluso una sala para invitados, era cómodo y daba una sensación hogareña, con una extraña combinación de mango y durazno flotando en el aire.
Sinceramente, la relación de sus monos con los nuevos fue mejor de lo que esperaba.
–¿Así que ellos se quedarán por un tiempo?– Rumble ladeó la cabeza, mirando a la chica de cabello blanco y pelaje del mismo color, lusiendo como una extraña combinación entre mono y dragón.
–solo hasta que puedan volver a su dimensión– agrego el de pelaje negro, la mona asintiendo en comprensión mientras que su hermano seguía con los ojos entrecerrados, visiblemente desconfiado de los huéspedes.
–no serán molestia ¿Verdad chicos?– Wu-Kung se hacerca a los dos, apoyando sus brazos en los hombros ajenos y dejandose apoyar un poco en sus cuerpos, como si fueran amigos de toda la vida.
–mi papá suele decir que parece que no existo algunas veces– rio Maquy mientras veía a su tío asentir.
–me acuerdo una vez cuando eras más pequeña y estabas tan callada que siempre miraba para mí costado a ver si seguías ahí– rio el chico, ella soltando una carcajada.
–¿Ven?– Wu-Kung los señalo, sonriendo mientras se enderezaba.
–aja– murmuró Savage, cruzándose de brazos y mirando con seriedad a quienes empezaron a charlar, lusiendo demaciado tranquilos como para haber sido enviados a otra dimensión por un descuido.
–Tranquilo Sava, parecen de confiar– Hablo su hermana, tranquila y mirando a ambos antes de mirarlo a él.
–Parecen–
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