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¡De vicita!

Macaque había cumplido su palabra y llevo todos los martes después de la escuela a su niña al parque. Observando entonses como Wu-Kung aparecía después de minutos y los veía desde arriba transformado en distintos animales, de vez en cuando asercandose mucho o simplemente quedándose a ver.

De esa forma paso como algo de un mes, siendo descubrido sin darse cuenta por la niña, la cual había notado que alguans veces tenía animales a su alrededor de los mismos colores que el mono, dándose cuenta entonses que se trataba del inmortal; obviamente había comunicado esto a su padre, el cual le explicó lo que susedia; entendiendo las intenciones de Wu-Kung.

Aún así se sentía extraña cuando el mono se asercaba, un día, mientras jugaba con otros niños en el arenero, sintió como el inmortal le pasaba por atrás y se volteo a verlo, estaba transformado en un gato e intento seguir su camino como si nada, pero se detuvo al sentir como ella le tocaba la cabeza. Se giro a verla, sorprendido de este gesto.

holasusurro la chica, ya sin sentir miedo cuando el estaba a su lado, sabiendo que el solo quería que estubiera a salvó.

hola– respondió este echándole un vistazo a los demás niños, los cuales estaban ensimisados en sus propios juegos o charlando con sus voces chillonas.

mi papá me dijo que tú quieres que este bien, pero yo ya estoy bien con el. Me cuida, me quiere, me cuenta cuentos, algunas veces me canta, me da de comer, me ayuda con mi tarea, caundo tengo pesadillas siempre va corriendo a mi cuarto para que me sienta a salvó. No te tienes que preocupar por qué yo esté mal Wu-Kung quedó sorprendido ante esas palabras. Tomado por sorpresa por lo directa que era la niña, probablemente un rasgo que aprendio de Macaque.

Sinseramente no esperaba que él tuviera tanto empeño en cuidarla, crellendo que quizás no le daba realmente la atención que nesesitaba.

¿Y él... Que hace cuando lloras? pregunto levantando una ceja como pudo, curioso de la respuesta que pudiera resivir.

sienpre va corriendo a verme y me abraza, me consuela y me pregunta que pasó, depende que contesto me dice cosas como “esta bien” “no importa” “solo es un rasguño, no te pasará nada” “estoy aquí” “no te preocupes” y cosas así. ¿Por que? pregunto mirando como el tenía la exprecion en blanco, aunque era difícil saber cuál es su exprecion mientras es un gato.

no... Por nada, solo preguntaba. Entonses ¿Él te cuida bien? ¿Te sientes bien con él? ¿No te a gritado ni nada? pregunto imaginando cómo Macaque maltrataba a la niña, quitando esos pensamientos por miedo a que se vuelvan realidad.

algunas veces hago que se enoje sin querer, puede ser que me rete o me de sermones, pero yo sé que me lo merezco y no vuelvo a hacer lo que le molestó, pero mayormente siempre intenta no gritarme y hacerme entender que lo que hize está mal. Y si, me siento muy bien con el, se que estando a su lado estaré protejiada y cuidada; a demás que tengo también a Mac–

¿“Mac”? ¿Quien es el? antes de que pudiera terminar de preguntar, el mencionado emergió apenas de la sombra de la chica y entrecerro los ojos desconfiado aún del mono.

el es Mac, él también me cuida mucho cuando papá no puede, también me ayuda a dormir y me cocina rica comida. El es muy bueno con migo– explico con una sonrisa; mientras tanto, Mac lo fulminaba con la mirada, aunque Monkey King se le pararon los pelos no estaba muy asustado, prefirió no hacer algún movimiento brusco para así no resivir un ataque de parte del clon.

Suspiro y se alivio al saber eso, por lo menos no la lastimaba. No tenía heridas ni nada de eso, tenía en claro que esas sicatrises que veía en sus brazos habían cido provocadas por su padre biológico, por eso no culpo a Macaque. Intento encontrar algún sello en ella pero no tenía nada, mas bien estaban en su ropa, siendo bordados desde el interior y echizados para que la protejieran.

Entendió entonses; que definitivamente no se tenía porque preocupar, se acostó al lado de ella solo por si acaso, notando que Mac volvía a undirse en la sombra de la chica.

De pronto, sintió como le caía arena y se sacudía para quitársela, mirando enojado al que la arrojó, notando entonses que la chica también se sacudía. Escucho una queja de ella y la miro, viendo entonses como peleaba con otro niño para que le devolviera su juguete, tiroñandolo pero sin lograr romperlo.

Entonses se enojo de encerio, mostró los colmillos y se transformó en un perro bastante grande, comenzando a ladrar y asustando al niño que le quería quitar el juguete; el infante salió corriendo, soltando en el proseso lo que antes quería robar y empezando a llorar para llegar a los brazos de su madre; asustado por la repentina aparición del perro.

Macaque se sorprendió al ver cómo Wu-Kung la ayudaba, pues se le había adelantado, al menos su niña había recuperado sus cosas. Sonrió al sentir la molestia de Mac, quien se sintió celoso al no poder ayudarla. Ella le dió unas rascadas en la oreja al inmortal, quien movió la cola feliz al resivir las caricias y se apollo en el tonque, haciéndole una lijera buerla al clon que se movía furioso; maldición, eso significaba que empezaría a ver a ese maldito mono más seguido de lo que le gustaría.

Solo esperaba que su hija no se encariñara demaciado con él, pues aparte de verlo más seguido, también escucharía a su niña hablar de él mucho más para su desagrado.

...

también recuerdo que MK me estaba contando una historia de Monkey King– explico la pequeña Maquy, siendo escuchada por su padre mientras hacia algunas otras cosas para su segundo trabajo. –y en eso, Pigsy aparese gritando: ¡MK, los pedidos se acumulan, si no quieres que te despida ve ya a repartirlos! imitó engrosando su voz de una forma tan cómica que sacó las risas de su padre y Mac –entonses MK se cae de la silla de cara y se para de inmediato diciendo que iría encegida y vi que agarraba todos los pedidos de una y se cae devuelta cuando sale– cuánta riendo al recordar en la forma tan graciosa que cayó su amigo al suelo. Después comenzando a juntar todo apresurado para largarse a toda velocidad en el carrito característico de esa tienda.

Ambos monos rieron ante la morisqueta que hacía la pequeña, intentando de recordar otra cosa graciosa de ellos, aunque no era muy difícil, pues con las pallasadas que siempre hacia MK y los retos repentinos pero comunes de Pigsy hacia Tang y su repartidor no era extraño que siempre hubiera risas en el aire.

Papá llamo la pequeña, volteando a ver a su padre. Macaque hizo un ruidito dando a entender que era escuchada. –¿Podemos... Ir a visitarlos? pregunto con los ojos suplicantes, los extrañaba mucho, de verdad que sí, cada que los recordaba siempre se alegraba y ahora quería más que nada abrazarlos.

¿Sabes si está abierto la tienda hoy? era sábado, por lo general no había muchas tiendas y negocios habiertos esos días, pero puede que esté si.

¡Si! Pigsy mantiene su tienda habierta en todo momento– respondió feliz. Sabiendo que aquella pregunta era un claro “si”.

Macaque volteo a ver el reloj, viendo que faltaba poco para el almuerzo.

si te cambias...– comenzó a decir escuchando como su hija corria a toda velocidad a cambiarse.

Macaque se levantó y guardo sus cosas para cambiarse también, al ver a su niña desaliñada le arregló las ropas y rió al verla tan feliz, su hija siempre solía estar feliz; pero ahora no cabía en sí.

Todo el camino ella fue diciendo todo tipo de cosas sobre ellos, haciendo que el mono conocieron más de esos tres en ese momento que en todas las semanas que la había escuchado contar cosas sobre sus amigos. Era bueno saber que su niña estaba tan emocionada por volverlos a ver, incluso logró contagiar su entusiasmo.

Maquy comenzó a dar saltos a lo loco cuando diviso la tienda de fideos, empezando a impasientarse para poder entrar. Macaque soltó su mano solo para tocar su rostro, verificando por quinta vez en el camino que su cicatriz no era visible; no sabía porque, pero por alguna razón se sentía nervioso, supuso que era porque estaba por entrar a un lugar que era nuevo para él, pero nunca se había sentido así. De pronto recordó a MK, las muchas cosas que su hija le había dicho de él logró hacer que lo comparara sirtamente con su contraparte, dándose cuenta de la torpesa que ambos compartían y la inmensa iper-actividad de los dos; junto con las alegrías similares y las grandes sonrisas que tenían incluso en los peores momentos; al igual que muchas otras cosas más, podía ser solo coincidencia. Pero algo le decía que no era...

Cuando quizo tomar devuelta la mano de su hija, está salió corriendo para entrar a la tienda, fue tan rápido que levantó el polvo del suelo y por poco deja fuego; pero Macaque se quedó parado viendo cómo la puerta se cerraba lentamente frente a el, viendo por momentos como su hija movía... La cola feliz, ¿¡Cola!? ¿¡Como que cola!? ¡Acababa de ver cómo su hija dejaba tras ella una estela de color rojo sin ser fuego! ¡Y ahora veía que por momentos había tenido una cola que no supo de que animal era!.

Entro a la tienda apresurado, viendo cómo Maquy ahora dejaba de tener una cola, como si nunca la hubiera tenido, y al mismo tiempo estaba ciendo abrazada por un hombre de lentes, el cual reconoció como Tang.
Una gota de sudor le callo por la frente, sin estar seguro si se estaba volviendo loco o no. Decidió dejar por el momento eso de lado y consentrarse a lo que venían.

¡Pigsy! ¡Dios mío es ella! ¡Volvió! grito el de anteojos mientras cargaba a la menor, escuchando a continuación como algo se caía y después de eso, un demonio cerdo apareció apresurado delante de la cocina. Corriendo a ver si realmente era ella.

¡Sr. Pigsy!– grito feliz al tenerlo devuelta en frente; inclinándose para poder abrazarlo con fuerza.

ho, pequeña– dijo como si fuera un lamento y correspondiendo el abrazo, feliz de volverla a tenerla en sus brazos –¿Dónde estabas? su pregunta sonó dura, pero claramente preocupada.

tube problemas en la calle, pero alguien me ayudó. El es mi papá ahora– explico dejando atónitos a ambos dultos, los cuales no esperaron tal respuesta.

¡Maquy! Dios, por favor, no vuelvas a correr así– pidió el mono, hacercandose a paso lento, aún sin estar muy convencido de lo que vieron sus propios ojos; al tenerla devuelta en brazos intento sentir una energía distinta o algo que le dijera que su niña no era humana; pero no encontró nada.

Perdón papá; no me di cuenta– confesó arrepentida de aber asustado a su padre.

esta bien, lo entiendo– dijo sintindo como su pequeña pegaba su mejilla con la sulla, haciendo que riera y dándose cuenta que ese fue el motivo de su gesto.

entonses, tu eres su padre– Pigsy se cruzó de brazos, sientiendo que en algún momento había visto esa cara, pero sin encontrarla.

asi esrespondió acomodándo a su hija.

muchisimas gracias por cuidarla, de verdad– dijo Tang tomando todas las atenciones. Había juntado sus manos e inclinadose lijeramemte hacia delante, como una muestra de agradecimiento. –me alegra que está pequeña aya conseguido un hogar– continuo dándole unas cosillas con los dedos a la chica.

no fue nada; ella logró hacer que la amara sin siquiera decir palabras– confesó el mono viendo cómo su niña le sonreía ampliamente por sus palabras, rebosando de alegría.

Así paso el almuerzo, la familia comiendo un deliciosos tazón de fideos mientras escuchaban otra historia de Tang, quien parecía contarla con verdadero entuciasmo, al menos la pequeña lo escuchaba atenta. Macaque solo esperaba que no exajerara cosas, sabiendo que muchas de las historias de Monkey King se fueron exajeramdo DEMACIADO con el paso de los tiempos. Pero obviamente, el de lentes la exajero, mucho.

La comunicación entre Macaque y Pigsy fue escasa, se podría decir casi nula; hablándole solo para pedirle los fideos y darle las gracias, solo par después pedirle saber cuánto salía.

Sentía como la mirada del demonio no se había despegado de el, observando cuidadosamente cada movimiento sullo, sin atreverse a dejar de mirarlo.

¿Algún problema?– se decidió hablar por fin, ya un tanto incómodo por la intensa mirada.

...no– respondió secamente, con los brazos cruzados y la postura firme.

eso no es siertocontradijo notando los signos de enojo y desconfianza que eran tan claros como el agua. Enarco una ceja, desidido a saber que es lo que pensaba aquel cerdo.

¿Quien eres? pregunto secamente, tenzando los hombros y preparándose para cualquier respuesta que pudiera tomarlo desprevenido.

Shadow Macaque– respondió con su cuerpo relajado al igual que su voz, una técnica que usaba naturalmente para mentir, sabiendo que si no mostraba tencion en sus palabras ni su cuerpo, caerían en la trampa.

¿El tipo con el teatro de sombras? pregunto relajando lijeramente los hombros pero sin bajar la guardia.

el mismo– asintio sonriendo, mostrando unos pequeños colmillos que había transformado; sonrió más ampliamente al ver cómo Pigsy volvía a tensarse al verlos. –no te preocupes, no muerdo– tranquilizó haciendo un jesto cualquiera con la mano. Riendo ante la mala cara que recibía.

eres un demonio– dijo recordando la vez que fue a ver uno de sus Show solo porque MK le incistio ir, dándose cuenta al instante que no era un simple humano con gran destreza para crear sombras; de pronto, todo le fue claro, reconociendo que demonio era y viendo cómo el contrario sonreía ahora mostrando sus colmillos sin Glamour al notar como habría sus ojos de par en par. –eres... Six-Ears Macaque– su voz sonó distante, como si fuera en un jadeo, de pronto sintió como su cuerpo estaba vacío, sin huesos o carne, provocado por la extraña relajación qué tenía el demonio frente a el.

¿Pues quien más puede domar sombras como yo? dijo en voz alta, haciendo que Tang parara en seco, reconociendo el poder de manipular sombras, entendiendo ahora que el padre de su niña preferida era la auténtica contraparte de su héroe favorito.

No logro evitar tragar saliva, estando a punto de apartar a Maquy de él, pero ella fue directo a juegetear con la ahora visible cola del mono, riendo al sentir como está se enrollaba en su muñeca y se soltaba rápidamente para hacerle cosquillas. Obviamente Macaque no fue tan insensato y se aseguro de que nadie quedará dentro de la tienda además de ellos, esperando que nadie entrara mientras aún estaba en esa forma.

eres... Eres– comenzó a decir el adulto de lentes temblando, esperando que Maquy en realidad no estubiera echizada con algún cello.

Six-Ears Macaque– termino felizmente la niña, ahora estando sentada en el regazo de su padre, riendo al sentir como las orejas del mayor se movían al ser tocadas por sus manitos.

Que esena más extrana, un padre y su hija sonrientes, ensimisados en sus juegos mientras que otros dos adultos están temblando frente a ellos, uno tiezo como piedra y el otro estando a punto de mojar sus pantalones.

tranquilos los dos, no les are nada. Estoy de humor– comento riendo divertido ante sus recciones, pensando de que otra forma podría asustarlos, maldición, las mañas son difíciles de quitar.

ustedes tampoco confian ¿verdad? interrumpió la pequeña, notando sus malas reacciones. –el siempre me cuido, desde el momento en que me vio– sin darse cuenta, empezó a relatar la historia, desde lo ocurrido en el teatro asta la actualidad, dispuesta a demostrar que el no era lo que se dice.

Su padre estaba muy conmovido por el esfuerzo de su hija, abrazandola tiernamente mientras ella relataba, ayudándole en ciertas partes cuando se trababa, realmente orgulloso de su niña; no pudo evitar dejarle un suave beso en la frente.

Los otros se miraron, sorprendidos y angustiados por lo que había pasado la niña, agradecidos realmente con el demonio; de pronto, tomados tan de sorpresa que todos saltaron sorprendidos por más que abuiera cido un simple sollozo, se voltearon a ver a la puerta que daba al departamento, encontrando parado a un chico casataño que parecía a punto de llorar.

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