Primera cita
Ya había transcurrido una semana y días de aquel día lluvioso, Jimin se quedó en la casa de los Jeon a petición de JungKook, lo cual agradecía infinitamente ya que no tenía a ningún a dónde ir. La manada del sur era mejor que su antigua manada, aquí los omegas eran respetados y tratados con amor. Aunque todo tiene su defecto, en esos días descubrió que a la manada le encantaban los rumores.
— Jimin, vamos a pasear juntos para que conozcas el lugar — habló JungKook suavemente.
— ¿Una cita? — cuestionó con emoción y una pequeña sonrisa.
JungKook se sonrojó levemente y el omega al ver eso se quiso golpear por decir eso.
— Yo... Lo siento, no quería que te sintieras incómodo. De seguro tienes omega, perdóname — hizo una pequeña reverencia.
— ¡No! — gritó, no quería que su destinado pensara que tenía omega — Quiero decir, no tengo omega. Y sí, te estoy invitando a una cita.
— Entonces, vamos — sonrió tiernamente.
JungKook sujetó con cierta timidez la mano del contrario antes de salir de la casa y empezar a caminar juntos por alrededor, algunas personas miraban la escena con asombro, nadie había visto a ese omega.
— Es el omega que rescató — aseguró evitando a toda costa ver al alfa y omega.
— ¿Es él? — la otra asintió — vaya es muy bonito.
— ¿Crees que sean algo? Me refiero a novios.
— Posiblemente, se ven muy enamorados y felices — soltó un suspiro — y pensar que hace una semana andaba rodeado de chicas.
Ambas miraron la escena del JungKook y Jimin sonriendo felizmente mientras estaban sentados en una banca.
— Jungkookie, este pan delicioso. Me encanta — siguió comiendo de los panecillos que le había comprado el pelinegro.
— Me alegra que te gusten, en la próxima cita te voy a comprar más — comentó.
— ¿Próxima cita? — preguntó con un lindo sonrojo en sus mejillas.
— Sí. Está es nuestra primera cita... ¿No quieres tener más citas conmigo? — cuestionó.
— Sí, me encanta estar contigo — sonrió levemente.
— Ven, te quiero mostrar un lindo lugar — jaló la mano de Jimin y ambos empezaron a correr hasta que el pelinegro se detuvo.
— Bien, Jiminie... Este lugar es muy especial para mí, espero te guste — caminó un poco más antes de llegar al lugar.
Jimin iba visualizando todo, esta manada tenía lugares muy bonitos. Sonrió en grande cuándo vio una pequeña cascada y el área, todo estaba verdoso y había lindas flores.
— Es muy lindo — opinó.
— Sabía que te gustaría, ven. Hay que sentarnos, déjame ayudarte — habló JungKook ayudando al castaño a tomar asiento.
— Gracias... — siguió admirando el bello lugar.
— ¿Cómo siguen tus moretones? — cuestionó JungKook.
— Mejor, ya no duelen tanto — respondió feliz.
— Me alegra escuchar eso, no quiero que nada malo te pase y más sabiendo que eres mi predestinado.
Si, ambos decidieron hablar sobre ese tema y quedaron en que se conocerían y ya verían después si iniciar una relación.
— Uh, oye. — se acercó más al mayor — tu manada es muy chismosa.
— Lo sé, pero no te preocupes, solo son chismes.
— ¿Es cierto que hacías las cositas que hacen los papás con muchas omegas? — cuestionó con un leve rubor en sus mejillas.
— Sí... — admitió, no quería mentirle.
— Oh. Yo no he hecho eso, soy muy pequeño — sonrió levemente — Si nos llegamos a casar te prometo que me esforzaré.
— No tienes porque esforzarte, estoy seguro que me va a gustar porque eres el omega que amo — confesó.
— ¿Me amas? — preguntó.
JungKook asintió levemente con una sonrisa, Jimin se sonrojó, hizo sus manos puños antes de robarle un beso de piquito al alfa. Se separó con un sonrojo, el alfa también estaba sonrojado y antes de que se alejara más, lo sujetó por la cintura para abrazarlo.
— Me encanta tu aroma — comentó el mayor.
— tú también hueles bien... Kookie.
[🐻]
— ¿Te gusta? — cuestionó su padre mirándolo fijamente.
— Me gusta.— habló sin dudar.
— Cuídalo muy bien, hay gente muy mala aquí y espero te esperes a que el tenga la mayoría de edad antes de que lo marques, te recuerdo que es un niño, apenas tiene catorce — habló su padre — también espero que dejes de revolcarte con cualquier omega, respetalo.
— Desde que llegó no he estado con ningún omega, es mi predestinado y no le haré daño, lo voy a proteger.
— ¿Sabes cómo murió tu madre? — cuestionó.
— Se cayó del caballo... — respondió.
— No. El líder de la manada del este la mandó a matar porque no le quise dar parte del territorio y como sabían que tú madre era lo que más amaba la mató — confesó — te aconsejó que si quieres a Park, no le demuestres a nadie que él es tu debilidad, que lo amas, porque le puede pasar algo malo.
— Yo...
— Vete, necesito estar solo.
JungKook obedeció sin protestar, caminó hasta la habitación donde estaba Jimin y golpeó la puerta varias veces antes de entrar. Esperaba ver a Jimin dormido o algo pero nunca escondido en un rincón mientras se abrazaba así mismo.
— ¿Jiminie, te sientes bien? — cuestionó preocupado antes de sacudirlo levemente.
— Le tenemos miedo a la pirotecnia — respondió.
— ¿Tenemos? — preguntó confundido.
Jimin levantó su cabeza y JungKook pudo ver un pequeño cachorro metido en la blusa del castaño.
El alfa miró por la ventana la pirotecnia, hoy fue un día especial y sabía que estarían lanzando hasta la medianoche. Se acercó al omega y lo abrazó junto al cachorro, empezó a acariciar el brazo del menor mientras que con su mano acariciaba al cachorro.
— ¿De dónde salió este pequeño? — cuestionó.
— Uh, no sé. Cuando llegue estaba aquí.
— Es muy lindo — opinó.
— ¿Me puedes dar un besito en mi frente, kookie? — cuestionó con un tierno mohín.
— Por supuesto... — dió un casto beso en la frente del castaño y unos cuantos más por toda la cara del menor.
[🐻]
JungKook estaba nervioso, ¿Cómo le decía a su predestinado que se tenía que casar?
— Jungkookie, mira, mi plantita creció — habló con una sonrisa Jimin mostrando la pequeña planta que estaba en una maceta.
— Jim, ven, te quiero decir algo...
El castaño lo miró confundido mientras borraba su sonrisa, al parecer era algo serio por el rostro del alfa.
— Él sucesor del líder se tiene que casar al cumplir los veinte con un omega para tener cachorros — habló.
— ¿Quien se casará? ¿Un primo tuyo? — interrogó.
— Yo soy el sucesor, yo me tengo que casar con el omega que amo y tener cachorros.
Jimin soltó la maceta que tenía en sus manos, quería llorar, sonrió forzosamente mientras juntaba los pedazos de la maceta con delicadeza.
— Déjame ayudarte, te puedes cortar.
— No. Yo puedo... — juntó los pedazos lo más rápido posible, una vez listo salió casi corriendo de ahí.
JungKook estaba confundido pero no dudó en ir detrás de Jimin, vió como se escondía debajo de una mesa. Levantó el mantel y se metió junto con él.
— ¿Por qué lloras? — cuestionó.
— Te vas a casar... Pensé que me querías — sollozó.
— Ah eso venía. Te quería preguntar si estás dispuesto a casarte conmigo, sino para escapar juntos e irnos muy lejos — limpió las lágrimas del omega.
— ¿Escapar? — cuestionó.
— Sí, se que solo tienes dieciséis y eres muy joven para casarte. Si no te quieres casar aún, podemos escapar — respondió.
— ¿Y que pasaría si no quiero casarme pero tampoco escapar? — preguntó.
JungKook se desanimó al escuchar eso, pensó que el omega quería estar con el siempre pero al parecer no.
— Me obligarán a casarme con alguien que sea adecuada para mí — contestó.
— ¿Cuando nos casaremos? — preguntó.
El alfa miró con sorpresa al omega — ¿Si te quieres casar conmigo?
— Sí. Te amo, JungKook — respondió —Se que soy muy chico, estoy seguro que quiero estar a tu lado.
Jimin sonrió levemente antes de besar los labios de su mayor con delicadeza, el alfa correspondió casi de inmediato.
[🐻]
— No te preocupes, no haremos nada que no quieras. No quiero lastimarte — habló JungKook quitándose el vestuario blanco.
— ¿Nos podemos dar besitos? — cuestionó.
— Sí, pero hay que cambiarnos de ropa. Esta es muy incómoda — comentó.
— Ayúdame, por favor — pidió.
JungKook obedeció y se acercó al omega para empezar a quitarle el vestuario. Nunca había visto el cuerpo de Jimin semidesnudo, solo una vez llegó a ver su espalda pero fue por accidente ya que se estaba bañando y el solo fue a lavar su rostro.
— Tu piel es muy suave... — susurró dejando pequeños besos en la espalda del castaño, quitó la camisa por completo antes de besar los hombros del menor y abrazarlo por detrás.
— Jungkookie... — soltó un pequeño suspiro.
— Lo siento... — se disculpó para después ayudar al castaño con su ropa.
Después de unos minutos ambos ya estaban acostados en la cama muy tranquilos dándose pequeños besos.
— Desde hoy esta habitación es de los dos, nuestro pequeño nido — habló con una sonrisa.
JungKook miró al castaño para recibir una repuesta pero este ya estaba dormido, al parecer estaba muy cansado. Dió un suave beso en la frente del castaño antes de cerrar sus ojos. Era muy feliz de estar junto a él.
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