❄️ Three ❄️
Taehyung estaba pasmado, ese extraño cuerpo ensangrentado, definitivamente era un humano dentro de sus tierras.
En medio del estado de shock, por no entender el porqué o el cómo, ese humano había pasado la barrera boreal, notó que abrió los ojos y lo miró fijamente.
Unos ojos negros como la noche más oscura, de aquellas que amaba para poder perderse en el océano de estrellas, esas pestañas congeladas y mejillas rojas, sumando esos gruesos labios que estaban morados por el intenso frío, de algún modo le hizo sentir a Taehyung una calidez en el pecho. No entendía cómo ese simple humano, le parecía tan curiosamente tierno.
—Un… oso de nieve… lo encontré… ¿o estoy delirando?— balbuceó SeokJin, al admirar al gran oso de nieve tan brillante y más hermoso de lo que se imaginó que eran.
Acto seguido, SeokJin volvió a desmayarse. La pérdida de sangre más el frío, estaban drenando su vida.
En ese momento Taehyung salió del shock, asustado al notar que del brazo izquierdo de ese humano, salía mucha sangre.
—No tengo la sensación de que seas alguien malo, además… quiero saber cómo llegaste aquí. Sí, sólo por eso estoy ayudando. Sólo por eso— Se repitió como un mantra, mientras cambiaba a su forma humana para poder cargar el cuerpo inconsciente y llevarlo a su pequeña choza.
En el proceso, notó que la espalda del humano, también estaba ensangrentada. Se preocupó que con tantas heridas no pasara la noche.
Una vez dentro su choza, lo llevó a su alcoba.
—Me disculpo, pero debo sacarte la ropa, si quiero curarte— susurró con las mejillas enrojecidas.
Nunca antes había visto a nadie en paños menores, su amigo Jimin no contaba, porque era igual que él; un hombre híbrido, marcado por los espíritus ancestrales.
Así que ésta era su primera vez viendo el cuerpo de un hombre como tal, y uno humano.
—¡Woah!— Tae quedó más rojo al terminar de sacar las prendas superiores —esto no es normal, no lo creo— balbuceó al ver el perfecto cuerpo del humano.
Tan blanquecino como algunos de los habitantes de la aldea, con esos pectorales tan fornidos, los hombros anchos, el abdomen más firme y marcado que pudo imaginar, terminando en una estrecha cintura que lo hizo delirar.
Su vista en la herida del brazo fue lo que le trajo a la realidad.
—Sólo estoy ayudando, nada más. No debo pensar cosas impuras— se repitió nuevamente. Golpeándose mentalmente por distraerse con algo fuera de lugar, el humano necesitaba ser socorrido.
No podía andar de calenturiento y hormonal. Ya no era un osezno. Al menos no por fuera.
Finalmente pudo concentrarse en su labor, limpiar las heridas y con ayuda de unos ungüentos, venderlas para detener el sangrado y esperar a que sanen.
—Éstas marcas... es obvio que un oso te atacó. Las marcas de garras son inconfundibles. ¿Habrá sido uno de nosotros?— se preguntó después de arropar al humano, cubriéndolo con su propia nieve. La nieve de oso, razón por la que son llamados “osos de nieve”.
Taehyung se quedó tres días enteros velando por el humano, sin moverse del lugar. Cada cierto tiempo fue cambiando los vendajes, fue un alivio el ya no sentir morir de vergüenza al ver ese torso al descubierto, ni esa espalda, que a pesar de tener 4 tajos grandes –los cuales afortunadamente estaban sanando– se le hacía muy llamativa, una espalda demasiado atrayente.
En esos tres días, su mayor preocupación fue la alimentación. Como el humano no despertaba, no podía alimentarse y eso lo tenía con mayor miedo de que no se salve, pese a que las heridas estaban casi cerradas por completo.
De repente un fuerte ruido lo sacó de sus pensamientos, el estómago del hombre tendido en su cama, sonaba como alarma descompuesta.
—A este paso, te me vas a morir de hambre y no por culpa de tus heridas profundas— renegó frustrado.
No sabía cómo hacer para alimentarlo, ser un oso mágico, no era como en los cuentos de hadas. No podían curar mágicamente a alguien como un humano, sólo funcionaba con seres pequeños.
También funcionaba, si el humano le pedía como deseo, el ser curado. Pero en ese momento, era más que obvio que el hombre no podía articular palabra.
—¿Cómo hago para que despierte?— acercó su silla un poco más cerca de la cama.
—Quizás si lo molesto— murmuró con la mano en la barbilla.
—Suelen decirme que mi canto es realmente molesto. Quizás eso ayude, al menos que sirva de algo este disque don, que a nadie le gusta— se encogió de hombros y se dispuso a cantar lo primero que se le vino a la mente.
Trató de alejar todos los comentarios de burla de sus compañeros, de los aldeanos. Que le decían que su canto era aburrido y soso.
Con esos pensamientos lo más lejos que pudo, comenzó a cantar, mirando al humano quién fue su fuente de inspiración.
—Qué hermosa voz, siento como si un manto calientito cubriera mi corazón. ¿Habré muerto? La voz debes ser de un ángel— pensó SeokJin mientras su subconsciente escuchaba la suave melodía.
Mientras tanto, Taehyung cantaba con más pasión al ver un poco de movimiento en el brazo bueno. Cerró los ojos y con más fuerza, con más sentimiento, continuó cantando.
—Creo que sí he muerto— pensó SeokJin al despertar, abrió los ojos lentamente para ver al dueño de esa increíble voz. Quien estaba con los ojos cerrados, cantando con ímpetu.
—Definitivamente he muerto, y estoy en el paraíso. Un ángel me está cantando— vio ilusionado al bello ser de cabellera blanca y piel perlada, que generaba tan placentera melodía.
Disfrutó la canción hasta la última nota, mirando fijamente al dueño de tan maravillosa voz, quien abrió los ojos y se encontró con esa mirada de asombro y emoción. Ambos perdidos en sus pensamientos, sin saber qué decir, sólo contemplándose mutuamente.
—¿Eres un ángel?— SeokJin rompió el reconfortante silencio con esa simple pregunta.
—¿Qué?— respondió Taehyung, algo aturdido, pues la voz de ese humano le hizo sentir un escalofríos para nada desagradable.
—¿He muerto verdad? Y tú eres el ángel que me recibió en el cielo— SeokJin continuó, convencido que lo que veía, era un ángel.
Taehyung soltó una leve risa, que SeokJin amó al instante, pensando que morir no parecía malo después de todo.
—Creo que también te golpeaste la cabeza, no estás muerto. Afortunadamente— respondió Tae en medio de otra carcajada al ver el rostro confundido del humano.
—¿No lo estoy? ¿Entonces por qué veo un ángel? ¿Estaré delirando?— SeokJin no comprendía la situación, sintiéndose cada vez más confundido.
—¿Por qué crees que soy un ángel?— Taehyung sentía aún más curiosidad por ese humano de bellas facciones.
—¿Cómo que por qué? Eres demasiado hermoso como para ser humano y tienes una voz extremadamente mágica y reconfortante, como para ser de este universo— afirmó SeokJin, bastante seguro de sus palabras.
Las cuales hicieron que Tae sintiera un vuelco en el corazón, nunca nadie le había dicho tan bellas palabras y tan sinceras. Mucho menos habían halagado su canto.
—Q-que cosas dices… soy común y corriente— balbuceó apenado, esquivando la mirada contraria.
—¡Te ves más adorable y hermoso con ese rubor en tus mejillas!— exclamó con toda la fuerza que su débil cuerpo le permitió.
—No sigas, eres un coqueto. ¿En tu mundo eras un casanova o algo por el estilo?— se quejó Tae, tapándose el rostro con las manos.
—Nope, esa palabra no me define para nada. En mi mundo, como dices tú, era más bien un don nadie. La gente parecía que no notaba mi existencia y cuando lo hacían, era sólo para burlarse de mi sueño— confesó abrumado por los recuerdos.
Taehyung notó inmediatamente el cambio en el ánimo del humano, se sintió culpable por haber causado ese decaimiento.
—L-lo siento, no quise…
—No te preocupes, eso ya pasó. Después de todo, estuve a punto de cumplir mi sueño. Aunque me morí en el camino— soltó una débil carcajada, que le hizo sentir dolores en los lugares que tenía los zarpazos.
—Ya te dije que no estás muerto…
—¡Ah! Creo… que es verdad. Sino, no me dolería nada— protestó, interrumpiendo a Tae.
—No te muevas bruscamente, estás débil. Te traeré algo de comer— salió de la habitación a toda prisa.
—Si no estoy muerto, entonces… ¿Dónde estoy?— pensó preocupado, lo último que recordaba era que estaba escapando de un oso polar furioso.
Además de caer y caer por un barranco, después de eso. Nada.
En medio de intentar comprender dónde fue a parar, movió la cabeza hacia su pecho, extrañado de sentirse tan calientito en un lugar que se supone es sumamente frío.
—¿Qué es esto?— SeokJin miró con asombro, aquello que lo cubría completamente.
Se veía como la nieve, brillaba como la nieve bajo la luz del sol, pero lo más extraño; se sentía cálido.
¿Acaso existía nieve que emane calor?
En ese momento su cabeza comenzó a atar los cabos sueltos, más las miles de teorías que leyó durante toda su vida y el leve recuerdo antes de perder el conocimiento por segunda vez.
—Acá te traje una sopa caliente, debes alimentarte bie…
—¡¿Eres el oso de nieve que vi?!— gritó SeokJin al pararse de golpe por la impresión, sintiendo un revoltijo de emociones.
Taehyung se asustó en demasía, más cuando el cuerpo de SeokJin tambaleó y cayó sobre él.
Como pudo logró colocar la sopa en el suelo, antes de que saliera volando por los aires.
—E-eres un oso…
—Silencio, no te sobre esfuerces. Entiende que estás débil— habló Tae con toda la calma que su voz pudo otorgarle, a pesar de tener el cuerpo de SeokJin sobre el suyo.
—Pero dime e…
—Primero te alimentarás bien, después sigues con el interrogatorio— Taehyung volvió a interrumpir al humano que parecía estar a punto de perder la cordura.
Se levantó del suelo, ayudando a SeokJin para volver a la cama. Aprovechó de revisar las vendas de su espalda y su brazo, todo parecía estar en orden; así que se puso a alimentarlo.
SeokJin sentía la curiosidad carcomer su interior, pero no quería hacer enojar al hermoso muchacho. Así que obedientemente, aceptó cada cuchara de la sopa extraña que le ofreció.
—Ya terminé, ahora sí dime si…
—Te diré todo, si prometes calmarte. No es bueno para tu estado de salud— lo miró con el seño fruncido.
Aunque la verdad era, que tenía miedo de confesar su real naturaleza. ¿Qué tal si era de esos cazadores?.
Pronto su duda se disipó, al ver en esos ojos negros una especie de anhelo por escuchar la verdad. Parecía estar rogando con la mirada, que no le mintiera.
—Bien— se aclaró la garganta, incapaz de mantener la mirada con el humano—, sí soy un oso de nieve. Te rescaté de las orillas del río y te cubrí con mi pelaje para que no pasaras frío.
En cuanto volvió a mirar al humano, sus palabras murieron. Porque ese hombre lo estaba mirando con los ojos llenos de lágrimas, aferrándose más a su pelaje, con manos temblorosas. Parecía estar haciendo un gran esfuerzo por mantener la calma como le dijeron.
Lo que no sabía, era que SeokJin estaba tan feliz, tan emocionado por haber cumplido su sueño al fin. Estaba frente a frente con un oso de nieve. Un ser que todos le decían no existía.
Claramente no sabía que también podían verse como humanos, pero lo más importante…
—Te encontré— dijo sonriendo antes de volver a perder el conocimiento. Al parecer fueron muchas emociones y su cuerpo seguía débil.
—¿Qué dijo?— Taehyung quedó perplejo con esas palabras.
¿Acaso me estaba buscando? ¿Por qué se puso a llorar?
Además, ¿Por qué me parece ahora más atrayente?.
Necesitaba respuestas, urgentemente.
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Holas pixelitos de mi corazón!! 💜
Les traigo un nuevo capítulo de este especial de fin de año!
Espero les guste ☺️
Les deseo un próspero año nuevo, que puedan cumplir con todas sus metas propuestas y gocen de buena salud!
Cuídense mucho 🥰 las amito
Bye 💜
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