Capítulo 6 - No Te Imaginas Por Qué Me Dicen 'Zorra'?
Capítulo 6: No Te Imaginas Por Qué Me Dicen "Zorra"?
Ya en la casa, Louis y Harry se encontraban en el salón principal, compartiendo saliva y gruñidos mezclados con algunos gemidos. El mayor empujó al rizado contra la pared para comenzar a frotarse sin vergüenza contra su entrepierna. Un gemido demasiado ronco como para ser de alguien de diecisiete años salió de los labios de Harry.
Los labios de ambos se separaron con un húmedo chasquido.
-Vamos arriba- pidió Louis antes de tomar la mano del rizado y llevarlo hacia su habitación sin esperar una respuesta.
Tiró de él hasta llegar al cuarto del ojiverde y empujarlo sobre la cama. El ojiazul se subió a horcajadas sobre el cuerpo del menor y se inclinó sobre él.
-Pasivo o activo?- preguntó en un susurro.
-Q-qué?- preguntó también, desorientado.
El castaño levantó una de sus perforadas cejas.
-Que si quieres dar o recibir- dijo con un toque de diversión.
-Eh... no lo sé... ambos me asustan... sólo un poco- respondió Harry.
-Tienes suerte de que sea versátil- le dijo Louis antes de volver a besarlo apasionadamente mientras intentaba quitar sus jeans.
El rizado tenía sus manos lánguidas a los costados, no sabía qué hacer con ellas. El mayor pareció notarlo ya que se separó del beso y dijo:
-Puedes tocarme si quieres, no voy a morderte... o no voy a hacerlo demasiado...- se corrigió con una sonrisa lobuna.
Titubeando, el rizado colocó una de sus manos en el sedoso cabello de Louis. Éste, sin quitar la sonrisa, tomó la otra mano de Harry y la dirigió descaradamente a su trasero, haciéndola descansar ahí. El menor, algo incómodo, dejó su mano allí, sin moverla.
El ojiazul volvió a besarlo fervientemente. Metía su lengua en la boca del ojiverde, explorando y memorizando cada pequeño rincón.
Finalmente quitó los jeans de las piernas del rizado y comenzó a quitar su camiseta, pero Harry lo detuvo.
-Sería injusto para mí que yo estuviera en bóxers y tú enteramente vestido.
Con una especie de gruñido, Louis quitó su propia camiseta, dejando a la vista algunos tatuajes en su pecho, sus trabajados abdominales y su pezón perforado.
-No te duele?- preguntó Harry, totalmente asombrado al ver la rosada y sensible piel atravesada por un aro de plata.
-No realmente, si no... AH!- apartó con un pequeño golpecito la mano del menor- Si no haces lo que recién has hecho- gruñó. El de rizos había tomado entre sus dedos la pequeña argolla y había tirado de ella, retorciéndola con un poco demasiada fuerza-. Puedes tirar de ella y retorcerla, pero no lo hagas con tantas ganas, se siente como si quisieras arrancarme el pezón- dijo con una mueca.
-Lo siento- dijo algo avergonzado.
Esta vez fue Harry quien comenzó el beso, levantando su torso de la cama y volviendo a atraer al mayor a sus labios. Se besaron con lujuria hasta que Harry decidió tomar algo más de iniciativa y llevó sus manos a la entrepierna de los jeans del ojiazul, intentando desabrochar el botón y bajar el cierre que los mantenían arriba, pero sus manos era algo torpes, por lo que Louis lo hizo por su cuenta y arrojó el pantalón a algún rincón de la habitación.
El castaño aprovechó para también quitar los bóxers de Harry y los propios. Retrocedió en la cama para quedar frente a la erección del menor, la cual era bastante grande para un adolescente de su edad.
-No te imaginas por qué me dicen "Zorra"?
El rizado negó con la cabeza.
-Soy un adicto al sexo, cariño... y sabes cómo me gusta?
El rizado volvió a negar.
-Como sea- una sonrisa zorruna, bastante apropiada para la situación-. Literalmente, soy una zorra- dijo antes de, sin previo aviso, meterse todo el miembro de Harry a la boca.
El menor jadeó por la sorpresa, además de que la sensación era completamente nueva para él. Louis comenzó a chuparlo expertamente, sabiendo exactamente qué hacer para sacar los más obscenos y pornográficos sonidos de los labios del otro chico. Cuando las manos del menor se enredaron en su pelo, una señal de que iba a correrse pronto, inmediatamente paró.
El ojiverde gruñó.
-Por qué has parado?- preguntó con voz ronca.
El mayor volvió a subirse sobre el cuerpo de Harry sin aplastarlo.
-Yo también quiero un poco de diversión, me parece bastante justo. Tienes condones?
-Uh...
Louis rodó los ojos.
-Espera aquí- dijo antes de salir corriendo de la habitación, su relleno trasero moviéndose graciosamente.
Por primera vez, Harry se dio cuenta de cuan curvilíneo era aquel cuerpo que se escondía debajo de chaquetas de cuero, camisetas y skinny jeans; aunque también notó que estaba perfectamente trabajado, los músculos delgados y fibrosos, elegantes, contrayéndose y expandiéndose de una manera armoniosa y embelesadora.
Minutos después, Louis volvió a aparecer; traía un pequeño paquete plateado entre sus dedos, con los cuales lo hacía girar ágilmente.
-Aquí está- dijo, acercándose nuevamente a la cama-. Tienes suerte de que tuviera algunos.
Volvió a subirse a horcajadas al cuerpo del menor, frotando sus penes juntos. Ambos jadearon. El ojiazul abrió el paquetito con los dientes y miró al rizado.
-Como es tu primera vez, seré yo quien reciba, pero la próxima vez quizá los lugares se inviertan- advirtió con una media sonrisa, colocando rápidamente el condón en el miembro erecto del ojiverde. Escupió en su palma y lubricó el miembro cubierto de látex; la saliva restante la utilizó en su entrada. Sin siquiera preparación, se empaló a sí mismo en la erección de Harry, siseando un poco cuando estuvo completamente sentado en las caderas del chico. Éste echó la cabeza hacia atrás y dejó salir un gemido ronco.
-Te siento un poco más de lo que parecía- dijo Louis, mordiendo su labio inferior un poco hasta que sus músculos se adecuaron al tamaño del pene del rizado. Cuando se acostumbró al tamaño, hizo círculos con las caderas. El rizado gimió.
-Oh, santo Dios.
-¿Te gusta?- el ojiazul sonrió vanidosamente, volviendo a moler sus caderas, ahogando un agudo gemido cuando el miembro de Harry se frotó un poco contra ése pequeño nudo de nervios que tenía en su interior.
Se levantó lentamente hasta que sólo la punta del pene del ojiverde estuvo en su interior y luego se dejó caer pesadamente, empálandose como todo un experto.
-Tócame- comandó.
Harry, inseguro, acercó sus dedos índice y pulgar al pezón perforado y tiró suavemente de la argolla de plata que lo atravesaba. Su 'niñero' gimió en respuesta, volviendo a subir y bajar en el mástil del menor.
-Hazlo de nuevo- pidió.
Esta vez, el chico retorció el pequeño anillo al tiempo que tiraba suavemente de él. Louis volvió a gemir. Su polla, dura y de un bonito color púrpureo, goteaba presemen en el abdomen del rizado.
-Muévete- dijo Harry esta vez. Y, quién era el mayor para negarle eso?
Comenzó a rebotar en las caderas de Harry, ambos gimiendo al compás de sus rápidos movimientos. En un momento, cuando el orgasmo se acercaba, las caderas del menor se levantaban de la cama, correspondiendo cada bajada con una embestida. Los dos perdieron el control cuando el menor, instintivamente, dirigió su mano hacia el pene de Louis y comenzó a masturbarlo; éste sólo envolvió la mano de Harry con la suya y lo ayudó a hacerlo. Los fuertes gemidos de ambos y algunas maldiciones por parte del castaño hacían eco en la gran habitación, y seguramente también en el pasillo.
-Harry!- exclamó Louis cuando llegó al clímax, liberando blancas y espesas tiras de semen en el abdomen y pecho del chico, también en el puño que formaban las manos de ambos.
Al sentir el interior del mayor apretarse en torno a su pene mientras se corría, el ojiverde también llegó al orgasmo. Sus ojos se pusieron en blanco mientras llenaba el condón con su semilla.
Luego de recuperarse del orgasmo, Louis y Harry se quedaron mirando fijamente a los ojos del otro.
-Estás quedándote dormido, Harry- dijo el ojiazul, viendo que los párpados de el aludido luchaban por mantenerse abiertos.
-Lo siento- respondió el menor-. Es por mi enfermedad, me canso muchísimo más rápido que una persona normal.
En ése momento, la garganta del castaño se apretó. Recordó a su madre, la cual había estado en cama durante los últimos siete años de su vida, los primeros siete años de Louis. Su lado protector salió a flote, besó la frente de Harry y se levantó de su cadera.
-D-duerme, Haz- dijo con la voz algo quebrada por los recuerdos.
Vio poco a poco como los orbes verdes iban desapareciendo detrás de sus párpados, hasta que desaparecieron por completo. El ojizarco fue hasta el baño y tomó una toalla, la humedeció y volvió a la habitación. Limpió cuidadosamente el abdomen y pecho de Harry. Se inclinó sobre su rostro y acercó su oído a la boca y nariz del rizado; suspiró, aliviado. Estaba tan quieto que parecía muerto, pero seguía respirando.
-Me estoy encariñando contigo, sabes?- murmuró- Pero vas a morir y vas a dejarme, justo como todos lo hacen, así que mejor intento encariñarme lo menos posible- volvió a besar su frente, tomó sus ropas y salió desnudo hacia su habitación.
Tomó una ducha y se metió sin ropa entre las sábanas, sus numerosos tatuajes contrastando con las inmaculadas telas; recordó a su madre, a su padre, a los niños del orfanato y a... Parker. Luego de ése mal recuerdo, intentó pensar en cosas bonitas para no tener pesadillas. Pensó en Niall, en Zayn, en Liam, su pandilla, sus verdaderos amigos. Y luego pensó en el niño al que cuidaba.
Cayó dormido con una pequeña sonrisa en sus labios.
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Hola!!!
Lo sé, lo sé, quieren asesinarme y cortarme en pedacitos por tardar TANTO en subir. Pero aquí estoy :))) y con el nuevo horario, todos los benditos miércoles habrá un cap nuevo :333
Díganme qué les pareció el cap ;P
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Megakisses
Anto :*
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