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V

Rindou comía felizmente una crepa con plátano, fresas, chocolate, chispas de colores, miel y crema pastelera.

Su Hermano solamente lo miraba con resignación.

— " Eso es demasiado dulce, cariño " —.

El menor lo miro con las mejillas llenas, y el ceño fruncido.

Ran no pudo evitar pellizcar una gordita mejilla, su Omega era demasiado adorable.

Se negó ante el ofrecimiento de un bocado, sintiendo el inicio de caries desde esa distancia hacia aquel peligroso postre.

Con el día libre para ambos y el clima perfecto para salir, Ran decidió llevar a su Rin-Rin al nuevo parque de diversiones que Koko había construido.

Rindou estaba muy emocionado por probar todo tipo de comida que el codo del pelinegro millonario permitiera.

Hasta ahora su favorito era ese delicioso crepé.

— " Deberías probarlo, está delicioso " —.

Mirando al contrario abrir su boquita para morder otro poco de aquel postre, fue que Ran lo tomo del mentón, acercando su rostro al contrario, y probando el dulce en los labios manchados de chocolate, lamió ambos, disgustando.

— " Tienes razón, está delicioso " —. Finalizo besando las mejillas sonrojadas, sonriendo ante el buflido del peli morado.

— " Comportate, Nii-San " —. Trato de mirarlo con fingido enojo, solo para no verse demasiado contento con la muestra de afecto. Ran sonrió, robándole otro pico.

— " Si sigues actuando adorable, me va a ser muy difícil comportarme " —. Acercó su boca al oido contrario. — " Pero sígueme provocando para ver si aguantamos hasta la casa del terror, lindura " —. Rio ante el pequeño golpe hacia su costado, dejándose arrastrar por un sonrojado Rindou hacia los carros chocones.







                           💓RanRin💓



Pasaron la tarde divirtiéndose y probando todos los juegos, Ran le robó varios besos a su Omega en cuanto podía.

Rindou disfruto del día libre, grito un montón en la montaña rusa, casi vomito lo que comió en las tazas giratorias, y por poco se acaba casi nueve órdenes de dangos.

Ahora casi en el anochecer caminaban tomados de las manos hacia la fila para la rueda de la fortuna.

El menor recargo su cabeza en el fuerte brazo, esperando su turno para subir.

— " ¿Te divertiste? " —. Cómo respuesta, se alejo para pararse sobre las puntas de sus pies, alcanzando los labios ajenos, besando los suavemente.

— " Solo te digo que valdrá la pena los lloriqueos de Mikey por no invitarlo" —. El mayor solo sonrió divertido.

No tuvieron que esperar mucho más, llegando su turno, subieron y se sentaron juntos, Rindou pegado a la ventana, admirando con un brillo en sus hermosos ojos todo el panorama brillante que se le presentaba desde la altura, una pequeña sonrisa asomo en sus labios, sintiéndose relajado en ese pequeño espacio con su amado hermano, mirando la hermosa vista.

— " Está si que es una buena vista, ¿verdad Nii-San " —.

— " Valla que si lo es " —.

Volteo, con una sonrisa plasmada y apunto de pedirle al mayor tomar una foto, cuando se percató que la mirada de Ran no estaba puesta fuera de la ventana, los ojos tan parecidos a los suyos lo miraban fijamente.

El cariño, amor, adoración y calidez se reflejaban el la mirada del mayor.

Ran lo miraba como lo más maravilloso del mundo.

La gran mano acaricio la suave mejilla, haciendo el recorrido del pómulo a los labios, acariciando los belfos llenos y rosados.

Ambos se acercaron tranquilamente, inmersos en su mundo reflejado en los ojos del otro.

Sus miradas nunca se alejaron del rostro contrario mientras un beso esquimal daba inicio.

Rindou se derritió ante la dulzura que aquel hombre cruel, frío e indiferente para con sus enemigos y demás personas, siempre le daba en cada caricia y acción.

Ran siempre lo hacía sentir amado, querido, el Omega más hermoso del mundo.

Sus labios se encontraron, iniciando un beso suave, un beso en el que se decían cuanto significaba el uno al otro.

Las caricias en el rostro del menor no se detuvieron, Rindou tomo entre su mano mas pequeña la de su hermano, apretándola ante la intensidad de mariposas en el estómago y latidos frenéticos de su corazón.

Se separaron ligeramente, jadeando, Rindou tenía un sonrojo en su mejillas, Ran amo ser el causante de eso.

El mayor empezó a besar todo el hermoso rostro de su Omega, dejando salir un poco de sus feromonas, para envolverlo aún más en el intimo momento, Rindou correspondió de la misma forma.

Los pequeños besos terminaron con uno el la frente, Ran se separó, mirando intensamente al menor.

— " Te amo " —. Rindou abrió un poco los ojos, su sonrojo se acrecentó un poco más.

Si bien no era la primera vez que se lo decía, si era la primera en la que Ran se lo decía con ese semblante de adoración absoluta, las mariposas en su estómago crecieron ante el bonito calorcito que recorría su cuerpo.

— " Te amo, Rindou " —. Ran se acercó hasta juntar ambas frentes, su mirada no se despegaba de la contraria. — " Te ame desde el momento en que ví como Madre te tenía en brazos, te ame desde el momento en que tú primera palabra fue "Nii-san", te ame desde el momento en el que ya podias caminar hacia mi" —. Suspiro un poco, sintiéndose de repente un poco nervioso, beso rápidamente los labios del menor, quien solo se sonrojaba un poco más. — " Eres lo que más amo en este mundo, pasamos por mucho para  ser pareja oficialmente..... Fuimos aborrecidos por nuestros padres, por la sociedad, y pasamos por muchas penurias, pero aún así te decidiste quedar conmigo Rindou, a pesar de lo loco y desquiciado que puedo llegar a ser, decidiste tomar mi mano y nunca soltarla " —.

Rindou solo entrelazó sus dedos con lo de Ran, quien sonrió, mirándolo con aún más amor del que ya le mostraba.

— " hemos sido solo tu y yo por 25 años y esos han sido los días más maldita mente felices...... Tu me haces feliz" —. Pequeñas lágrimas asomaban en la esquina de sus ojos, mirando nubladamante como el mayor se levantaba, sin deshacer su agarre, adorrillandose enfrente de él. — " Somos hermanos..... Y eso no nos detuvo para amarnos.... " —. Con la otra mano, Ran busco adentro de su saco, sacando una pequeña caja de terciopelo rojo, para este momento, las lágrimas ya resbalaban por las mejillas de Rindou, quien se tapo la boca con una mano, mirando como Ran abría aquella caja, mostrándole un hermoso anillo con incrustaciones de pequeños diamantes.

— " Por eso, y por qué quiero darte aún más felicidad de la que espero haya logrado darte hasta ahora...... Te pido que sigas amando a este hombre loco y sanguinario que lo único que quiere es seguir amándote y dándote el mundo "  —.

Ran trago saliva, sintiendo el corazon acelerado, ni aún con todas las veces que practico frente al espejo, se le quitaban los nervios

— " ¿Te quieres casar conmigo? " —. Apenas terminó, fue abrazado fuertemente, Rindou dejo salir más feromonas, demostrando en su olor, la felicidad que sentía en este momento.

Ran inhaló el rico aroma, enterrando su nariz en la glándula contraria, la tensión en sus hombros desapareciendo conforme aspiraba aquel rico olor.

— " ¿Es un si? " —. Rindou soltó una pequeña risita, separándose del abrazo, para tomar con sus manos el rostro del mayor, y besarlo con intensidad, Ran le correspondió rápidamente, tomándolo de sus caderas, acercándolo aún más.

El menor se separó, aún rozando los labios contrarios. — " Si....... Si me quiero casar contigo " —.

Ran volvió a atacar los labios contrarios, besándolo con hambre y deseo.

Abrazandolo fuertemente, con la intención de nunca soltarlo.

Cuando el aire se les terminó, se alejaron, sin dejar de abrazarse, Ran colocó con delicadeza y cuidado el anillo en el dedo anular, dejando al final un beso en el dorso.

— " Por cierto....... Yo también te amo " —. El mayor rio divertido, llenando de besos todo el rostro y cuello de su amado.

Cuando bajaron de la rueda de la fortuna, lo hicieron con grandes sonrisas, y ansias por el futuro que les esperaba.














Saludos

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