II
La temperatura empezó a subir por todo su cuerpo, apenas Ran le dijo esas palabras, los besos por su cuello desnudo comenzaron, no importaba las pocas miradas que todavía se centraban en ellos.
Para nadie era una sorpresa.
Un pequeño gemido escapó de sus labios al sentir la lengua del mayor pasearse por su glándula sin marcar que desprendía el pequeño olor a fresas con crema y chocolate que amaba el mayor.
— " No me has respondido Rin-Rin~ " —.
El menor suspiro al escuchar el tono ronco de su hermano, completamente enamorado de ese alfa posesivo.
Trago saliva, rezando por qué su voz no se escuchará demasiado necesitada.
— " R-Ran...... Vamos a casa " —.
Su entrada empezaba a mojarse con sus jugos, y sus feromonas empezaban a salir un poco más, Rin deseaba que no se le haya adelantado su celo.
Ran dejo de darle mimos a su cuello, se separó un poco, mirando la mirada vidriosa de su menor, quien empezaba a respirar un poco más rápido, Ran sonrió divertido, oliendo la excitación del menor.
El mayor quería molestar aún más al Omega, pero al percatarse de que el olor iba aumentando de a poco, sus celos le ganaron a su diversión.
Se paró correctamente y ayudó a el menor a hacer lo mismo, caminaron hacia la salida, Ran abrazaba por la espalda a Rindou, quien sonrojado se apoyaba completamente en el cuerpo ancho y fuerte de su hermano mayor, sintiendo el duro miembro entre sus glúteos endurecerse y hacerse más grande con cada roce que se producía por la caminata.
— " ¿Ya te vas a comer el postre? " —.
En el camino se encontraron a Kazutora, quien rodeaba la pequeña cintura de Chifuyu, quien sonrojado escondía la cara en el cuello de su Alfa, con ambas piernas envueltas en la cintura del más alto.
Al parecer no eran los únicos que se iban a divertir.
— " Espero no encontrar resto de tu semen en mis paredes, o te las cobró " —. El contrario solo igualó la sonrisa que tenía pintada Ran.
— " Diviértanse " —. Después de esa despedida, los hermanos Haitani abandonaron el bar.
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Apenas subieron al automóvil del mayor, Rindou se permitió soltar todo el aire que tenía retenido, soltando completamente sus feromonas, inundando todo el interior del auto. Ran apretó los dientes, sintiendo su miembro completamente despierto, apretó el volante fuertemente, y tenso todos sus músculos para evitar arrojarse sobre su hermanito y hacerle cachorros.
La humedad que salía de su entrada lo hacía jadear fuertemente, necesitado de algo que calme aquella pequeña picazón que sentía entre sus glúteos.
Sin nada más que hacer, empezó a meccer su trasero en el asiento, no sintiendo alivio del todo, pero tranquilizando aquella sensación desesperante que sentía al no tener nada dentro de él.
El mayor apretó su mandíbula, siendo consiente de lo que hacia su Omega, acelerando un poco, para llegar rápidamente a su hogar, mantuvo todo el tiempo los ojos en el camino, respirando fuertemente mientras escuchaba los jadeos y gemidos del contrario, quien ya se estaba empezando a tocar los pezones por sobre la ropa.
El dolor en su miembro ya despierto aumento, pero se negó a tocarse.
Ya a unas cuadras por llegar, Rindou soltó un pequeño gemido diferente a todos los demás, aquel gemidito que todos los Omegas hacían para llamar sexualmente a su pareja.
Ran piso el acelerador al máximo, aprovechando la vacía carretera.
— " R-Ran~ " —. Con desespero froto su trasero en el cuero del asiento, queriendo ese dulce final que no le sería placentero, pero serviría para calmar su desespero por ser llenado con la escencia de su hermano.
— " Ya casi bonito, sigue preparándote para mí, ¿Si? " —. Gimió fuertemente al sentir la mano contraria en su muslo, acariciando de arriba hacia abajo, sin tocar más allá, más jugos salían de su entrada, imaginando todo lo que harían al llegar a casa.
Con la piel demasiado caliente y sensible, y la caricia en su muslo, más la pequeña solución que se estaba dando, termino por llegar al climax, sintiendo nadamás que desesperación por no sentirse completamente satisfecho.
Jadeaba fuertemente, sintiendo aún más fuerte aquella picazon en su vacía entrada.
Apoyo su mejilla en la fría ventana, sintiendo algo de alivio hacia su alta temperatura.
La casa grande que le ganaron en una rifa a Baji se empezó a notar.
Rindou sintió su ansiedad y emoción aumentar al por fin estacionar el coche en su garaje.
Ran apagó el auto, bajo lentamente y tranquilamente, cerrando con cierta fuerza la puerta, camino hacia el lado del menor.
Lo ayudo a bajar, abrazandolo por la espalda, pegando completamente su cuerpo en el contrario, haciéndolo gemir al sentir la dureza en su trasero.
— " Ahora........ Camina lentamente hacia la entrada, Rin-Rin~ " —. No pudo evitar soltar un fuerte gemido al sentir la pequeña embestida del mayor después de decirle aquello con el tono ronco y exitado que le encantaba.
Con todo su cuerpo temblando, colocó sus manos sobre los brazos que cubrían toda su pequeña cintura.
Avanzo unos pasos, gimiendo en cada uno al sentir el roce en su necesitada entrada, el tono rojizo de su rostro se extendió hasta el cuello, sus ojos estaban llorosos, su entrada punzaba mientras sus jugos lo mojaban aún más, intento caminar más rápido, queriendo ya llegar a la habitación y que Ran lo haga suyo, más el pequeño gruñido y unos dedos pellizcando sus endurecidos pezones lo detuvieron.
— " Rin-Rin, dije lentamente " —. Los movimientos entre los dedos y la palma a sus sensibles pezones lo hicieron gemir, sus piernas ya se sentían demasiado débiles para avanzar los pequeños pasos que quedaban para llegar a la puerta, gimió de nuevo, está vez con molestia. — " Pórtate bien o me veré obligado a castigarte " —.
Notando lo tembloroso del menor, Ran apretó su agarre en la cintura, y empezó a dar el los pasos que faltaban, Rindou cerro sus manos en puños apretando la tela del traje del mayor, moviendo lo poco que le permitía el agarre y movimiento, su trasero hacia aquella dureza entre sus glúteos.
Sus sentidos estaban perdidos, todo su cuerpo temblaba y su cabeza daba vueltas, el placer que sentía al restregarse contra el cuerpo detrás suyo lo tenía atontado, ni siquiera noto cuando Ran abrió la puerta, ni cuando la cerro.
Su mente y todo su cuerpo solo le pedían el alivio que necesitaba.
Fue el fuerte olor a sándalo y romero lo que lo hicieron volver a la realidad.
Lo primero que noto es que estaba encima de las suaves sábanas de su cama, y lo segundo y más importante, que Ran ya se encontraba encima de él y entre sus piernas.
— " Ahora si, bonito " —. El mayor comenzó a desabrochar su camisa. — " Voy a mostrarte otra vez lo hermoso que eres " —. Sonriendo bajo su rostro hasta rozar nariz con nariz. — " Asegúrate de gritar muy fuerte, como me encanta " —.
Rindou solo pudo gemir felizmente, alcanzando los labios contrario para iniciar un necesitado beso.
Dando comienzo a su noche.
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