Prologo
—¡Chicos, chicos! —grito alegre —, ¡Por fin después de tres años termine la historia de mi futuro comic! —
Edd sonrió de oreja a oreja al mostrar una libreta algo gorda por las múltiples hojas y un poco chamuscada.
Había pasado un mes y medio desde que Tord los traiciono y gracias al seguro que tenían de su antiguo hogar lograron conseguir una nueva casa, aunque no era tan grande como la anterior, si era lo suficiente para no tener que vivir en esos estrechos departamentos.
Edd le costó un poco de trabajo superar la traición de su mejor amigo, en cambio Tom prefirió dejar eso en el olvido ahora que el noruego estaba muerto.
Y Matt, bueno, él ni siquiera se acuerda del porque viven ahora ahí.
—¿Mmm? —volteo —, ¿Qué tanto dices Edd? —bostezo.
—No me digan que no me escucharon...—suspiro al ser ignorado.
El narcisista estaba tan enfocado en su burrito que no se dio cuenta que su amigo estaba frente a él con los brazos cruzados. En cambio Tom (algo ebrio) se encontraba mirando la televisión, aunque en realidad solo fingía verla puesto que no quería que lo molestaran.
Cosa que no estaba funcionando por el amante de la Coca-Cola.
—Chicos no sean así...—suspiro —, ¿Qué no les importa escucharme? —
—Sin *hip* ofender Edd—lo miro —, Pero estoy m-muy ebrio *hip*—dio un sorbo a su botella—, Como... como...—
Tom se quedó dormido de golpe y su botella cayo bruscamente al suelo lográndose romper en el acto, pero gracias a que casi estaba vacía solo logro manchar una pequeña parte de la alfombra.
El ruido del cristal romperse logro sacar a Matt de su trance y al mirar a los lados se encontró con su amigo castaño.
—Oh, hola Edd —risilla —, ¿Qué sucede? —
—Matt —sonrió —, Aprovechando que me pusiste atención...—se sentó en el sillón—, ¿Te gustaría escuchar la historia de mi futuro comic? —mostro su libreta.
—Esto... claro —asintió la cabeza —, Cuéntame Edd. —
El peli naranja dio un último bocado a su burrito antes de mirarlo con atención.
—Bien —abrió la libreta —, Toda comienza con un chico llamado Edw...—
Edd dejo de hablar en cuanto escucho un ronquido, al mirar a su amigo noto que este se encontraba dormido y su comida logro caer al suelo junto con el plato, aunque no se logró romper el plato, la tortilla se logró abrir dejando que todo su contenido quedara algo esparcida en la alfombra.
—Genial...—bufo—, Nunca tienen tiempo para mi ¿Verdad? —
El castaño molesto dejo su libreta en la mesa de la cocina para después intentar limpiar el desorden que sus amigos dejaron.
Al terminar de limpiar, camino hasta una pequeña habitación en donde guardaban varias cosas, entre ellas saco dos cobijas pequeñas para acobijar con sus amigos, a pesar de estar molesto con ellos no podía odiarlos.
Eran sus amigos.
Pero al recordar la palabra "amigos" le vino a la mente a cierto chico de ojos plateados.
▂▃▄▅▆▇█▓▒░ Flashback ░▒▓█▇▆▅▄▃▂
—¿Tord? —abrió la puerta —, ¿P-Puedo pasar? —
—¡Edd! —sonrió —, ¿Qué haces ahí amigo? ¡Pasa, pasa! —
El mencionado sonrió feliz al ver el entusiasmo de su amigo noruego, mientras Tord cerraba su comic y se sentaba en el borde su cama, su amigo de playera verde camino hasta poder sentarse al lado suyo.
—Perdón por venir sin avisar... — se rasco la nuca —, Tu madre me vio pasar y me invito a cenar. —
—Ya sabes como es mi mama contigo Edward —golpeo suavemente su hombro.
—Si... —risilla —, Te quería preguntar algo...—
—Adelante, pregunta. —
—Hice una pequeña historia—mostro la pequeña libreta —, Pero no estoy seguro si es buena... —lo miro —, ¿Me podrías decir si es buena? —
—Claro —se encogió de hombros —, Anda cuenta. —
El castaño de cabello largo comenzó a contar la historia que había creado, Tord le estaba escuchando con mucha atención y mientras le seguía escuchando camino hasta un mini refrigerador en donde saco dos latas de su bebida favorita.
Todo el tiempo Tord miro a Edd con mucha atención, cada vez que el de sudadera verde contaba la historia, el noruego se ponía más emocionado al imaginárselo.
—Y así termina —cerro la libreta —, ¿Qué te pareció? —
—¡Es genial! —dijo después de darle un sorbo a su lata.
—¿Lo crees? —miro su libreta —, Siento que tiene muchos fallos en la historia. —
—Tal vez los tenga —asintió la cabeza —, Pero eso es algo que podrás corregir con el paso del tiempo amigo —dio un sorbo a su lata —, No te desanimes, es fantástica. —
—No lo sé...—
—¿Te gusta el desarrollo que tiene no? —
—Sí. —
—Pues no lo parece —negó con la cabeza —, Anda mírame a los ojos y dime que te gusta cómo está tu historia. —
El castaño algo nervioso le hiso caso, o intento hacerlo puesto que sus ojos no podían durar más de cinco segundos estar conectados con esos ojos brillantes color plata.
—L-Listo. —
—No, no es cierto —cruzo brazos —, No lo estas haciendo. —
—¿Cómo estas tan seguro? —
—Porque te conozco Edd. —
El noruego uso su mano derecha para alzar el cabello largo del castaño que le lograba cubrir casi más de la mitad del rostro.
—Deberías cortarte el cabello amigo —rio —, Un día ya no se podrá ver ni tu boca. —
—T-Tal vez lo haga...—
—No te voy a obligar—sonrió —, Venga, mírame a los ojos. —
—Yo...—
—Vamos, ignora este rostro con acné y mírame a los ojos. —
El castaño nuevamente intento hacerle caso, solo que esta vez si los conecto de tal forma que sintió que esos plateados lograron dejarlo paralizado, no de miedo claro está.
—Ahora dime que te gusto tu historia. —
—Me gusto. —
—Más fuerte. —
—¡Me gusto! —
—Así me gusta —rio.
—¿Chicos? —abrió la puerta —, La comida esta list... —sonrió —, ¿Interrumpo algo? —
La mujer no cabellera castaña miro sonriente a los dos chicos que estaban muy pegados, Tord y Edd no estaban haciendo algo fuera de lo normal, pero a la vista de la mujer noruega, esa posición era sumamente prometedora.
—No mamá —volteo —, ¿Verdad Edd? —
—No para nada. —
El noruego de prendas negras soltó el cabello del castaño para que volviera ponerse cómodo como cuando llego a su habitación.
—Está bien —risilla —, Vengan a comer. —
Los dos asintieron la cabeza y se levantaron de la cama para seguir a la mujer con pasos tranquilos, al llegar a la cocina, Tord estaba a punto de sentarse en su silla hasta que la mujer le llamo la atención.
—Tord, querido. —
—¿Si? —hablo avergonzado por el apodo.
—¿Puedes ir a comprar algo? —mostro el dinero —, Se me olvido comprar el azúcar. —
—Uh, claro —se encogió de hombros —, Ahorita vengo Edd. —
—De acuerdo. —
—Con cuidado—dijo la mujer al verlo salir.
—¡Sí! —grito al cerrar la puerta.
El sonido del seguro logro resonar en la casa y lo único que se podía escuchar en la cocina era el sonido de la tetera. La mujer al apagarla tomo un taza algo grande y se sirvió ese líquido hirviendo para después sentarse en la mesa frente a su invitado.
—Gracias Edd. —
—¿Cómo? —hablo sorprendido —, ¿Gracias de que señora? —
—Por ser amigo de mi hijo. —
Las palabras solo lograron confundir más al castaño con cabello estilo emo, su rostro tenía el ceño fruncido y mientras intentaba encontrar respuesta de las palabras de la mujer, esta comenzó a hacerse un café.
—Tu sabes cómo era mi hijo desde un principio —rio —, Él ya tenía actitudes agresivas desde que era un bebe, y fue algo preocupante para mi... y su padre. —
Silencio.
—Desde que te hiciste amigo de él en el jardín de niños, él se volvió más tranquilo y podría decir que feliz —suspiro —, En verdad te agradezco eso. —
—Él es un buen amigo señora...—
—Ya veo —lo miro —, Espero que su amistad dure para siempre Edd. —
La mujer volteo a mirar a una pared específica, lo cual esto llamo la atención del amante de la Cola y al seguirle con la mirada se encontró con una fotografía en la pared, se lograba ver a un señor con rasgos sumamente parecidos a su amigo y tenía puesto un traje militar.
—Cuídalo Edd — pauso —, Estoy seguro que si tu no estas para él, tal vez todo se salga de control. —
▂▃▄▅▆▇█▓▒░ Fin Del Flashback ░▒▓█▇▆▅▄▃▂
—Tord...—suspiro —, Tord siempre escuchaba mis historias—tomo su libreta.
Dejando a un lado la tristeza y la melancolía, comenzó a caminar hacia la salida de su hogar. Un pequeño paseo con helado no le caería mal, incluso se podría encontrar con alguno que otro conocido y posiblemente escuche sus historias.
Su caminata fue rápida y tranquila, como se lo había planteado se compró el helado más grande que le alcanzaba y al tener medio helado se sentó debajo de un árbol logrando disfrutar de la tranquilidad del ese bello día.
A lo lejos podía ver familias disfrutar su fin de semana y alguno que otro chico de su edad se encontraba haciendo alguna actividad con sus amigos.
Desearía ser alguno de ellos.
El tiempo se fue volando y sin darse cuenta ya se había comido el pequeño cono de galleta para dar con finalizado su pequeño antojo.
Edd se quedó mirando a la nada, sus pensamientos estaban totalmente opacados por sus recuerdos de cuando estudiaba y había conocido al noruego, no podía evitar recordarlo, no podía evitar recordar las palabras de la madre de Tord.
La cual había muerto antes de que cumplieran la mayoría de edad por una extraña enfermedad, podía recordar como Tord estaba totalmente roto, podía recordar todas esas noches en las que él se durmió con el noruego para calmarlo, fue duro, fue duradero, pero se recuperó.
El castaño no pudo evitarlo, sus lágrimas comenzaron a salir y lo único que podía hacer era dejar que el viento lograra llevarse sus pequeñas gotas de agua, estaba triste, desecho, quería volver a ver a su mejor amigo amante de las armas y el hentai.
El único que le ponía suma atención y nunca lo ignoraba, ¿Dónde se fue su amigo? ¿Por qué al regresar se comportó de esa forma? ¿Acaso todo el tiempo mintió?, no, algo debió haber pasado para que su amigo actuara de esa forma.
Solo que nunca lo sabrá, porque ahora su amigo está muerto.
Muerto.
Esa pequeña palabra solo le hacía sentir la garganta cerrarse.
—Ni siquiera fui a comprobar si en verdad murió...—suspiro.
Sus palabras salieron sin pensarlo, aunque al darse cuenta de lo que dijo no le importo, sabía que era verdad, estaba tan molesto y triste con él en esos momentos que ni siquiera fue a comprobar los escombros del robot. Estaba mucho más enfocado en su amigo de ojos negros, que para acabar, lo terminaba ignorando al igual que el narcisista, aunque este último lo hacía sin querer.
Al ver un hospital cruzando la calle se le ocurrió una idea, sabía que había gente que se tomaba la molestia de ir a los hospitales para leerle un poco a los enfermos, los cuales estos últimos agradecían puesto que casi siempre eran niños o ancianos y lo único que pedían era un poco de compañía en esas paredes blancas que podía dejar ciego a alguien.
Decidido y un poco emocionado comenzó a dirigirse a ese lugar, al entrar noto que el hospital estaba totalmente tranquilo a pesar de ser un lugar que se supone debería haber un caos.
Tras mirar algunos carteles en la pared logro encontrar el que estaba buscando, al leer un poco se dio cuenta que podía usar su propia escritura para entretener a alguien, al darle nuevamente una pasada al poster camino hasta la recepción en donde se encontraban dos mujeres, una era bastante joven mientras que la otra ya era de la tercera edad pero muy bien cuidada.
—Buenas tardes jovencito —sonrió —, ¿En qué te puedo ayudar? —
—Hola señora —inclino la cabeza —, Vine por lo que dice el cartel de ahí —señalo.
—Oh —entrecerró los ojos —, Entiendo, muy bien —lo volvió a mirar —, Que bonito que alguien tan joven como tu venga hacer eso. —
El castaño solo se rasco la nuca chiveado mientras la mujer comenzó a teclear en su computadora, tenía que checar que pacientes estaban disponibles para esa obra de caridad, como al mismo tiempo checar que estuviera disponible.
—Listo —camino hasta la pequeña puerta —, Sígueme, te llevare con la persona con la que le podrás leer. —
Edd junto con la señora de tercera edad comenzaron a caminar por el pasillo.
—Genial—sonrió al mirar su libreta —, Según por lo que leí, puedo usar una escritura mía, ¿Verdad? —
—¿Escritura tuya? —lo miro —, Oh, vaya —risilla —, Hace tiempo que no venía alguien que usara su propia historia —asintió la cabeza —, Claro que se puede, tienes suerte que el chico que vas a atender tendría casi tu misma edad. —
El castaño de sudadera verde sonrió de oreja a oreja al escuchar eso.
Ambos caminaron entre pocos pasillos hasta llegar a una puerta casi hasta el fondo del edificio.
—Veamos...—
La mujer saco de la pared un portapapeles para leer la información.
—Este chico sufrió quemaduras graves, casi pierde el brazo, por el momento está ciego aunque en una semana vendrá un doctor del extranjero para operarle los ojos y...—
Edd abrió los ojos como platos por todo lo que estaba escuchando, estaba sorprendido de que alguien tan joven estuviera tan herido.
—Tiene amnesia—suspiro triste —, Pobre chico, lamentablemente por los estudios que le hicieron daba entender que no podría recuperarla. —
La mujer chasqueo la lengua de forma delicada y constante.
—Wow...—miro el suelo —, Eso sí que es triste. —
—Lo es...—volvió a suspirar —, Su tutor lo dejo aquí y pago todos los gastos, dijo que no podría venir hasta finales de este mes —miro la puerta —, Justamente cuando debería estar ya recuperado. —
—¿Significa que ha estado solo todo este tiempo? —
—Si —dijo al tomar el picaporte —, Por eso, él acepto la compañía de alguien. —
—Daré mi mejor esfuerzo —hablo decidido.
—Me alegra escuchar eso —risilla.
—¿Cómo se llama por cierto? —pregunto al ver la mujer abrir la puerta.
—Tord, Tord Larsson. —
Edd sintió el tiempo detenerse al escuchar el nombre, de un momento a otro el miedo comenzó a invadirlo.
—¿Tord? —pregunto la mujer.
El castaño miel que se encontraba sentado en la cama giro la cabeza hacia donde creía estar la puerta.
—¿Si? —
—Un lindo joven ha venido a hacerte compañía. —
El castaño con ojos casi en blanco sonrió débilmente mientras apretaba la sabana, estaba feliz de que alguien fuera hacerle compañía en esa eterna soledad que ha sufrido todo un mes.
Edd en cambio miro en shock a su ex amigo que creía muerto, aunque lo que más le llamo la atención fue su rostro sumamente relajado y pareciese que estaba mirando el más allá.
—G-Genial...—agacho la cabeza —, Ya me estaba desesperando de estar en esta habitación en total silencio. —
El de sudadera verde no solo se logró sorprender de ver al noruego hablar de esa forma, sino también al ver como su cabello estaba casi tapándole los ojos, los cuales estos últimos estaban soltando pequeñas lágrimas.
—No llores Tord —dijo la mujer triste al sacar una pañuelo.
—P-Perdón...—sollozo —, Es solo que estar aquí solo es algo que me está aterrando, tengo miedo de estar solo... —
Definitivamente, ese no era el Tord que conocía.
—Descuida —limpio su rostro —, Este chico vino por razones nobles para hacerte compañía. —
El noruego sonrió tímidamente mientras asentía la cabeza algo emocionado.
—Anda no seas tímido —dijo la mujer.
El castaño con pasos nerviosos entro a la habitación.
—Ho-Hola...—
—Hola...—sonrió—, ¿Cómo te llamas? —
—Edward, mis amigos me llaman Edd. —
—Mucho gusto Edward. —
Le dolió, le dolió mucho al escuchar esa voz noruega decir su nombre completo, nunca lo hacía, todo era igual como cuando lo conoció, la única diferencia era que este Tord era más tranquilo, y miedoso.
—Bueno Edward, te encargo mucho a Tord —palmeo su hombro.
La habitación quedó en total silencio en cuanto la mujer de la tercera edad desapareció por esa puerta, Edd sabía que noruego no podía verlo y que tampoco no lo recordaba.
Con pasos algo nerviosos, camino hasta la pequeña silla que estaba al lado de la cama del paciente.
—Así que... Tord —rio nervioso —, ¿Cómo estás? —
—No sabría cómo responder eso, ni yo lo sé. —
Edd quiso morderse la lengua por preguntar eso, podía ver la tristeza en ese rostro neutro de su ex amigo y eso lo entristeció mucho.
—Yo...—miro su libreta —, Te vine a contar una historia, espero que te guste. —
El noruego no dijo nada, en cambio solo alzo el rostro y mostro una débil sonrisa intentando mirar al chico, pero al estar ciego no pudo evitar mirar al lado equivocado.
●▬▬▬▬▬▬▬▬ Tiempo Después ▬▬▬▬▬▬▬▬▬●
—Y es así como el súper Edd salvo a la ciudad de las terribles garras del doctor pulpo. —
—¡Increíble! —hablo emocionado —, ¡E-Esa historia estuvo genial! —
El amante de la Cola sonrió de oreja a oreja, podía ver el entusiasmo del noruego sin memoria, podía disfrutar nuevamente de esa sonrisa y podía jurar que era una exactamente igual a cómo eran más chicos.
—¿Te gusto mucho? —
—¡Me encanto! —apretó las sabanas —, Fue realmente emocionante, me imagine todo en mi cabeza. —
—Te alegrara saber de qué te conté el capitulo uno. —
El noruego no pudo evitar cerrar los ojos mientras le temblaban las manos, estaba emocionado de que apenas estuviera comenzando.
Edd estaba a punto de cambiar de página hasta que la puerta se abrió dejando mostrar a la mujer de la tercera edad.
—Se acabó el tiempo de la visitas. —
—Oww...—dijo Edd triste —, ¿Tan pronto? —
—Bueno... —risilla —, Ya paso dos horas desde que llegaste, y algo tarde. —
—Está bien...—suspiro al levantarse.
Tord mostro una mirada triste, toda su emoción se fue de golpe al escuchar a la señora y sabía que no podía hacer nada.
—¿V-Vendrás otra vez? —
—Claro que si —sonrió —, Vendré mañana a las...—volteo —, ¿A qué hora comienzan las visitas? —
—Las visitas comienzan a partir de las diez de la mañana. —
—Entonces a las diez ya estaré aquí para seguir con la historia Tord—tomo su mano —, ¿De acuerdo amigo? —sonrió.
El noruego sintió sus mejillas calentar al sentir el contacto de la mano del chico, con una tímida sonrisa, asintió la cabeza levemente.
—Bien, entonces nos vemos mañana Tord. —
La mujer sonrió al ver felicidad en el rostro del noruego.
—N-Nos vemos mañana Edward. —
—Edd, llámame Edd —risilla —, Somos amigos, ¿No? —
—Está bien, Edd—asintió la cabeza —, Hasta mañana... amigo. —
El de sudadera verde sonrió al caminar hasta la salida y antes de salir miro unos momentos a su nuevo amigo que se encontraba totalmente feliz.
—¿Qué te pareció el chico Tord? —pregunto la mujer al quedar solos.
—Es genial —apretó las sabanas —, Realmente espero que mañana venga...—pauso —, Mi amigo. —
—Lo hará, estoy segura que lo hará—dijo al palmear su hombro —, Es hora de que descanses, ya son las ocho de la noche. —
—Entiendo...—
Mi olvidado favorito.
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