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Pensar en ese momento, cuando su cabeza dolía, tenía fiebre y su malestar general no permitía que sus neuronas hicieron circuito pues... era complicado. Además, no era como si simplemente pudiera decir algo al azar cuando quien tenía delante era el Lyon actual, no al que podía decirle cualquier cosa como el del pasado.
Mentir no era una opción, solo no... debía dar todos los detalles. Porque muy detalles no habían sido y ellos no debían cruzar más la línea, y menos cuando el príncipe estaba comprometido.
Le agarró la muñeca de Lyon en un intento por soltarse, pero los dedos de este estaban férreamente apretados alrededor de su brazo.
-Me dejarás una marca- dijo tranquilo o eso intentaba aparentar.
Al parecer eso hizo reaccionar a Lyon pues miró sus dedos y los aflojó, aunque no lo soltó. Ashary soltó un suspiro.
-Digamos que mientras Charles iba por el supresor para calmarte, yo tuve que mantenerte bajo control para que no descubrieran tu estado.
Lyon lo enfocó.
-Pero esas mordidas, están cerca de tu glándula. Tragó en seco- Acaso...
-No- Ashary negó- Mi glándula no está formada como la tuya, tu fuiste un caso anormal. La mía aun es pequeña, además que crees que tendrías la cara intacta si me hubieras mordido en ella- alzó una ceja.
Sin embargo, Lyon no se rio. Por el contrario, estaba sumamente serio y fruncía el ceño.
-¿Por qué Charles no me dijo nada? ¿Las mordidas tuvieron que ver con que estés así ahora? ¿Las toxinas...?
-Ya pasó y no creo que sea importante recaer en ello- agitó su brazo soltándose por fin y escondiéndolo nuevamente bajo la capa que ajustó en el cuello ocultando las marcas- No hubo consecuencias notables. Y no me trates como si fuese débil. Ya había tenido síntomas desde antes de las toxinas de tus colmillos. Ahora, enfócate en lo importante que es la guerra.
Si había algo que a Lyon siempre lo frustraba era la habilidad que tenía Ashary para desviar la atención del tema principal, y llevar las riendas en la conversación. Como ahora, quitándole importancia a lo realmente importante
-Ashary- pero él necesitaba respuestas.
-Se supone que debes irte Lyonhart- aunque su voz sonó suave el mensaje había sido claro. Ashary no le diría más nada.
El príncipe se encontró gruñendo sin saber por qué estaba tan interesado en saber más. Mucho más. Sin embargo, no pudo seguir interrogando a Ashary pues este ya se había dado la vuelta y entraba al interior de la mansión.
-Cuando vuelva me vas a tener que dar respuestas- le gritó.
Asha que ya estaba a varios pasos lo miró por encima del hombro.
-Estaré esperando mi collar de vuelta- y con eso sus miradas se entrelazaron para después romper el contacto visual cuando esta vez fue Lyon el que dio la espalda y se fue alejando.
-Cuídate- murmuró Ashary, pero Lyon ya se había alejado lo suficiente para no oírlo.
Y se quedó allí parado hasta que el caballo desapareció de su vista. Y aunque le había hecho una promesa Ashary no sabía si era sería la última vez que se volverían a ver... esperaba que no.
***
-Lyon- Charles dijo casi con alivio cuando el alfa se incorporó al grupo encabezándolo nuevamente- Por un momento pensé que te habías acobardado-
-Charles- su tono era serio- Cuando lleguemos al campamento, aprieta los dientes.
El nombrado se estremeció sabiendo a que se refería. Sabía que era solo cuestión de tiempo antes que uno soltara la lengua. Porqué siempre terminaba siendo él el del medio.
-Me va a dolor ¿verdad?
Y Lyon solo lo miró. Si, le iba a dolor. Y eso que se lo había avisado con anterioridad.
Así ambos junto al grupo de los soldados siguieron su camino... hacia una guerra que nadie deseaba, pero era inevitable.
Cuatro años y medios después.
Ashary estaba parado en el balcón de su casa mirando a lo lejos perdido en sus pensamientos... que analizaban como estaba saliendo todo hasta el momento. Y algo no estaba bien. Por muchas vueltas que le diera, su padre, el principal consejero del rey estaba fallando en algo, porque no era posible que con el paso de los años... estuvieran en un punto muerto de la guerra.
No era una situación sostenible. Los recursos ya comenzaban a hacerse notar. Habían tenido bajas, no tanto como el otro bando, pero si eran notables. Por las noticias que habían recibido Lyon había mantenido un frente duro evitando la invasión, pero las tropas estaban cansadas. El clima se estaba volviendo frío y faltaban pocos días para que comenzara la nevada. Y eso era una desventaja.
Algo no estaba funcionando. Aquello se había convertido en solo una situación de resistencia, no de bandera ganadora, pero por mucho que le había dado vueltas al asunto su padre no escuchaba, el rey se encontraba agotado, los demás nobles parecían renuentes a seguir con aquello. Si seguían así podrían tener un golpe de estado.
Eso hizo que algo resonara en la mente de Ashary. Acaso... se apretó el entrecejo. La situación no era nada buena, más bien era bien estresante. Suspiró profundamente. Tenía que hacer algo, solo que tenía que ver cómo, ya que no tenía aun el poder para lograrlo.
Caminó por el pasillo de la mansión pensando en alguna forma cuando escuchó unos murmullos saliendo de la oficina de su padre junto con un olor peculiarmente dulce, un dulzor que sentía haberlo olido antes.
-Este es el último depósito que nos queda- Ashary pudo ver por la rendija de la puerta como un hombre le entregaba un sobre abierto con un polvo rojo a su padre y este sonreía... una sonrisa que le heló el alma.
-Con esto es suficiente. Ya su cuerpo se ha debilitado lo suficiente, y con esto cuando llegue le dará el golpe final.
-Tome- le dio con la otra mano una pequeña botella con un líquido blanco- este es el antídoto, recuerde tomarlo ya que estará en contacto con la sustancia.
El duque agarró la botella y la guardó en uno de los cajones de su escritorio.
Ashary no sabía de quien estaba hablando, pero algo bueno no era. Polvo, dulce, golpe final, solo podía ser... retrocedió alejándose antes que su padre se diera cuenta, pero su mente seguía analizando hasta que recordó un detalle.
Si había algo que se le había desarrollado había sido el olfato por lo que podría reconocer ese olor y la última vez que lo había sentido... había sido... alrededor de Jeremy... el rey.
Ashary se estremeció.
-Acaso su padre... quería dar un golpe de estado.
En eso se escuchó el sonido de una trompeta que anunciaba la llegada de un visitante, y no cualquier visitante. Era precisamente el rey.
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