Frustración.

Si Lyonhart esta frustrado a más no poder.

Estar soñando toda la noche que tocaba el cuerpo más delgado y suave de alguien debajo del duro y más grande suyo, que le arrancaba la ropa, que le encajaba los colmillos en el cuello, que tocaba sus nalgas abriéndolas donde estaba el agujero más lindo del mundo y que lo penetraba hasta la base con su miembro palpitante haciendo que se sintiera lo más rico del mundo, para después abrir los ojos quedando solo de evidencia una mancha húmeda sobre la sábana, una almohada con la tela destrozada por las mordidas, y estando completamente solo... no era nada bueno para la salud.

Tener las hormonas como si fueran un volcán no era nada cómodo.

Lo peor... por muy rico que se lo hubiera pasado con ese cuerpo no podía recordar quien era. Incluso la sensación había seguido por toda la semana, donde se había negado a salir de la habitación. Sus feromonas eran tan fuertes que hasta su padre se sentía incómodo por no decir que podía tener una erección a cada rato.

Hasta le había prohibido la entrada a la habitación a todos a menos que fuera a sus padres y Charles que se encargaba de traerle lo necesario. No quería... no podía ver a más nadie. Era como si sus síntomas en vez de mejorar empeoraran con el paso de los días.

-Toma esto- Charles le ofreció un vaso con un contenido espeso que hizo que Lyon arrugara la nariz.

-¿Qué mierda es eso?

-primero tu vocabulario, eres un príncipe- le reprendió Charles- y segundo es una bebida supresora para controlar tu cuerpo y bajar tus niveles de excitación. El doctor lleva unos días trabajando en esto para ti y ya casi está terminando con los comprimidos que te ayudarán hasta que puedas regular tus instintos por ti mismo.

Lyon gruñó y se tomó todo aquello de un sorbo. El sabor fue desagradable pero la sensación de alivio fue inmediata. Se dejó caer hacia atrás soltando un suspiro.

-Deseo tanto que esto me ayude dormir un poco. Soñar que me follo a alguien desconocido todas las noches puede llegar a ser extenuante-

Ante esto Charles se atoró y tosió.

-¿Qué qué?

Lyon alzó una ceja.

-Como si no nos conociéramos nuestros más oscuros secretos como para que te de vergüenza que te diga algo como eso.

Charles se recompuso rápido.

-no fue por eso- se rascó la nuca pensando que tal vez... había pasado más de lo que Ashary le había dicho- ¿Y qué es lo que sueñas? Le has visto el rostro.

La ceja de Lyon se alzó más alta.

-No te pienso contar como me follo a esa persona, y no, no le he podido ver la cara, simplemente veo su cuerpo, más abajo, siento su piel y cuando me levanto pues... tú sabes que nuestros amigos allá abajo tienen vida propia.

Charles se apretó el entrecejo. Acaso Ashary le había mentido a él también. Ah, se sentía mal metido en medio de ellos dos. Le era leal a Lyon, pero más que eso debía velar por la seguridad de este y relacionarse de más con Ashary, ahora que estaba comprometido podría ponerlo en un lugar complicado en la corte, sobre todo si los condes hacían alguna réplica debido a su hijo.

-¿Qué ocurre?- Lyon notó que Charles estaba extraño.

-No, nada- negó este pero el rostro del ahora alfa hizo una expresión... esa expresión.

-Voy a ser sincero contigo Charles. Sé que me estás ocultando algo- notó como el semblante de su amigo se ponía ligeramente pálido- Sin embargo, sé que si no me has dicho es por algo, nos conocemos desde hace mucho como para que me puedas mentir tan descaradamente, solo te aviso que cuando me entere te voy a estampar mi puño en el rostro ¿entendido?

Una gota de sudor corrió por la sien de Charles. Eso iba a doler.

En eso la puerta de la habitación fue tocada con vehemencia. Charles frunció el ceño y caminó hacia allí. Al abrirla notó que el guardia estaba jadeando y parecía bastante alarmado.

-¿Qué ocurre?

-El rey solicita su presencia joven Charles. Los límites del reino están siendo atacado por los bárbaros-

-¿Qué?- Lyon que estaba escuchando se levantó y caminó hasta allí poniéndose al lado de su amigo- ¿Qué has dicho?- gruñó mostrando sus colmillos y miró a Charles- Ayúdame a cambiarme rápido.

-¿Lyon, estás seguro? Tu cuerpo no está del todo bi...

-Estoy bien. Soy el príncipe de este reino, tengo que ir.

Charles no dijo nada y rápidamente ayudó a Lyon a ponerse un traje con su chaqueta. Ambos salieron en dirección a la sala de reunión y al entrar encontraron que ya la mesa tenía varias personas. Entre ellos el capitán de la guardia y sus manos derechas, el duque de Davreles, consejero del rey, y el mismo rey que abrió ligeramente más los ojos al ver a su hijo parado allí. Mas no dijo nada.

Los dos se sentaron y la reunión comenzó.

***

Los Bárbaros eran un grupo de exiliados de varios reinos que se habían estado organizando desde hacía años. En tierras blancas, bastante áridas, al norte, y que con el tiempo se habían solidificado lo suficiente para ser considerados casi un estado. No habían sido considerados una amenaza, pero al parecer... los habían subestimado.

-Nos han declarado la guerra- dijo Jeremy con el ceño fruncido- Y tenemos que responder. No podemos permitir que esa banda de criminales invada el reino que tanto nos ha costado mantener estable y crear caos. Muchas vidas dependen de nosotros.

Eso era una declaración de inicio de una lucha armada. Sin embargo, estaban preocupados. Normalmente el rey era el que dirigía la armada principal, y Jeremy Lancaster, actual rey de Gless no tenía la salud suficiente para una batalla de la magnitud que ellos se esperaban.

Lyon, que había escuchado toda aquella reunión y solo se tensaba más. Por lo que había escuchado y sabido esto no era algo que se podía evitar. No era la primera provocación después de todo. Y lo otro que le preocupaba era que, si el rey moría, además del choque para él, sería un problema en todo el reino. Los nobles lucharían por hacerse del poder y... manipularlo a él dado que aún era joven.

Podría haber un golpe de estado. Él, a pesar de ser el heredero no tenía una posición tan sólida como para reemplazar a su padre. Ahora entendía perfectamente porque Ashary había sido tan estricto con él. Es que solamente un paso en falso y todo lo que se había construido se podía perder.

Por lo que, tras pensarlo seriamente dijo lo más sensato en ese momento.

-Padre, yo, como príncipe heredero, iré a la cabeza de nuestras tropas.

Y el silencio en la sala fue perturbador.

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