38
Lyon se removió incómodo sobre el mullido colchón. Su cabeza lo estaba matando a más no poder del dolor. Incluso si forzaba sus ojos a abrirse estos se negaban hacerle caso. Lo peor, no podía acomodar sus neuronas para hilar algún recuerdo o algún pensamiento coherente.
Se sentía realmente desorientado.
Solo un calor agradable que se posaba en su frente y una voz familiar calmaba su malestar que le permitía volver a dormir profundamente acompañado del agradable olor calmante de su madre.
Aun así, por momento la sensación de tocar algo suave y agradable prevalecía en sus dedos, totalmente diferente a la que lo calmaba, de algo que apretaba sus dedos, húmedo y que a la vez cedía. Sus colmillos a veces palpitaban como si estos hubieran mordido algo realmente rico. Incluso podía jurar que el sabor permanecía en su paladar. Lo más destacable de todo es que todas aquellas sensaciones... le parecían familiares.
No fue hasta el tercer día que Lyon por fin pudo abrir sus ojos. El dolor que se había extendido al resto de su cuerpo había mermado bastante por lo que ya no se encontraba en agonía. De igual forma sentía que su cuerpo estaba extraño, incluso en su boca los colmillos parecían más largos y puntiagudos de lo normal.
-¿Despertaste al fin?- esa voz.
Giró su cabeza y encontró a un Charles que levantaba su cabeza de sus brazos en el borde de la cama con un par de ojeras adornando su rostro... que parecían preocupantes. Su cabello estaba todo desordenado y parecía realmente agotado.
-¿Qué pasó?- Lyon se restregó los ojos y su voz salió pastosa al tener la garganta seca.
Charles se enderezó en la silla y agarró el vaso y la jarra en la mesita de al lado y le sirvió. Mientras Lyon forzó a su cuerpo a sentarse recostándose sobre su codo y bajó todo el líquido de un sorbo.
-Oye, dame un espacio- Charles bostezó sonoramente- Ahora que has despertado ya puedo relajarme, no he pegado ojo en tres días.
Lyon no protestó y se corrió, aunque la cama era lo bastante grande para que pudieran acostarse ellos dos y más. Charles se quitó las botas y se metió debajo de la colcha poniendo la cabeza sobre una de las almohadas. Un gemido de satisfacción salió de sus labios.
-Disculpa- dijo con voz pesada y sus párpados que apenas se podían mantener abiertos- Necesito al menos dormir dos horas, después te cuento todo. Por ahora es que te... manifestaste como alfa... en de forma... fugaz- Charles se quedó dormido.
Lyonhart miró a su amigo donde su respiración se había hecho constante. Se notaba demacrado, después de todo, cuidarlo a él como príncipe era un trabajo arduo. Se acostó boca arriba sin hacer mucho movimiento para no despertarlo intentando enlazar sus pensamientos, pero estos estaban todos dispersos y eso provocó una pulsada en su cabeza.
Realmente quería saber que había pasado.
***
-Es necesario que descanse un poco más dado que sus feromonas están un poco descontroladas y su cambio ha sido muy brusco. Normalmente se necesita alrededor de un año para que un alfa se manifieste por completo- dijo el doctor varias horas más tarde.
Lyon se había quedado dormido junto a Charles para después ser despertado cuando su padre lo había ido a visitar. Había hecho señas para no despertar a su amigo, pero este se había sentado de golpe y al mirar al rey casi se le caía la cara de vergüenza. Aunque Jeremy no le dijo nada, sino confiara en Charles como lo hacía no lo hubiera dejado junto a su hijo inconsciente.
Ahora, con el doctor en la habitación el rey tenía el rostro tenso. El doctor apuntó en su tablilla y se puso pensativo.
-Déjeme hacerle una pregunta, príncipe y disculpe la indiscreción ¿Tuvo de casualidad alguna cercanía íntima con algún omega?
La cara de Lyon fue todo un poema.
-¿Omega?- tras esto negó.
El doctor siguió pensativo.
-Si no fue así no puedo entender el detonante tan rápido de su manifestación como alfa. Es algo reamente para festejar, pero no puedo decir si tendrá consecuencias a corto plazo. De momento seguiremos revisándolo al menos los próximos dos meses. Le recetaré un supresor leve para calmar sus feromonas y su lívido sexual, el cual como ha sido muy pronto puede traerle problemas.
Esta vez fue el rey el que le agradeció y lo acompañó hasta salir de la habitación. Un gran suspiro se escuchó por parte de Lyon.
-Se puede saber porque no puedo ser normal- se apretó el entrecejo y después miró de reojo a Charles, fulminándolo con la mirada- Habla hasta por los codos o haré que mi padre te castigue.
Una gota de sudor corrió por la sien de Charles. Cuando Lyon quería algo era de armas tomar.
-¿hasta dónde recuerdas?- Charles tenía que tener mucho cuidado con lo que iba a decir pues habían pasado demasiadas... cosas.
Lyon se sobó la barbilla.
-Recuerdo que bailé con Milan y... salimos... y- hizo un sonido de molestia ante el dolor de su cabeza otra vez. Entonces recordó las sensaciones que había sentido- ¿Ataqué a Milan?
Charles era ahora el confundido. ¿Atacar a Milan? Si el que tenía el cuello lleno de huecos era otro.
-No, no lo hiciste- intentó omitir la parte de Ashary dado que Lyon no se acordaba y el mismo Ashary le había pedido que no dijera nada y aunque él no quería mentir... - Comenzaste a entrar en celo, te administré el supresor y aunque estabas algo ido pudiste asistir al brindis por la celebración de tu cumpleaños. Después de eso caíste en cama con fiebre y malestar hasta que despertaste. La reina y el rey solían venir todos los días para ver como estabas, sobre todo la reina que te cuidó cuando tu fiebre era realmente alta.
Lyon hizo una mueca.
-no recuerdo nada de eso. Mi mente es un caos.
-¿No recuerdas entonces el compromiso?
Lyon pestañeó varias veces confundido
-¿Compromiso? ¿Qué compromiso?
-Lyon, después del brindis, los condes propusieron tu compromiso con Milan, y el rey... lo aceptó.
El rostro de Lyonhart se quedó tieso.
-¿Qué?
Actualización doble
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