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32

Ashary alzó la cortina de la ventana de su carruaje viendo como el magnífico palacio de cristal se mostraba ante él, con el atardeciendo barnizando sus paredes de un hermoso color dorado. El rostro de Ashary se ensombreció.

«No nos vayas a humillar»

Fueron las palabras que le habían dicho sus padres al salir esta mañana en dirección a ese mismo palacio, después de todo ese día era la celebración del décimo octavo cumpleaños del príncipe de ese imperio. Y al menos lo habían dejado asistir tras Lyonhart haber dejado la orden de que tenía que si o si asistir. Después de que hubiera ocurrido aquel incidente y que su reputación se hubiera manchado como había ocurrido, pues a sus padres no les gustaba que estuviera muy cerca de ellos en celebraciones tan grandes, dado que él sería el centro de atención y no por buenas razones, por lo que, aunque habían estado renuentes al inicio que asistiera, habían permitido que fuera al baile de la noche.

Sabía que ni el rey ni Ashary estarían tan contentos con aquella decisión tomada principalmente por su padre, pero al duque de Davreles no parecía importarle mucho. A veces se preguntaba que pasaba por la cabeza de su padre incluso yendo a contrario de las órdenes del mismo rey a veces. Eso podía ser peligroso a largo plazo.

-Hemos llegado- escuchó desde afuera varios minutos después sacándolo de sus pensamientos.

En el interior Ashary tomó una profunda respiración. Antes, este tipo de fiestas eran solo rutinas. Tras su accidente y el inicio de los rumores se habían convertido en una total tortura, con personas murmurando a su espalda, con miradas indecentes, ciertas manos que querían tocarlo y que él había aprendido a esquivar. Con razón sus padres no querían que lo vieran con ellos.

Enderezó sus hombros su rostro se volvió la acostumbrada máscara fría que por años lo había acompañado. Y así salió del carruaje en la entrada del palacio. Al momento pudo sentir las miradas sobre él.

En otro momento pudiera pensar que era por su aspecto, por su lustroso traje ajustado a su cuerpo de color plata con bordados en rojo con una larga chaqueta que enmarcaba su cintura, y su cabello ahora corto peinado hacia atrás dejando sus atractivos rasgos a la vista, pero no, no era por ello. Intentó no pensar en ello y comenzó a subir las escaleras hacia el interior del salón donde se haría el baile.

Muchos de los presentes ya estaban allí desde la mañana donde habían asistido al almuerzo conmemorativo, bailes y desfiles en el pueblo donde se había extendido la celebración, por lo que no miraron bien que alguien como él, hijo del duque más importante del imperio llegara a esa hora.

Ashary no le prestó mucha importancia. había aprendido muy bien que no importaba lo que hiciera sería juzgado de una forma otra. Y había aprendido a lidiar con eso.

Una vez en el interior donde la música suave sonaba y varias personas conversaban entre ellos mientras tomaban vino, pudo divisar del otro lado a su padres conversando con algunos nobles. No se acercó a ellos. Sabía que pronto sabría que ellos se enterarían de que él había llegado por los rumores.

Desvió su camino y agarrando una copa se detuvo en una de las esquinas intentando resaltar lo menos posible. Solo quería ver a Lyon, felicitarlo y volver a su habitación para cerrarla con llave y volver a dormir. Si a todo eso se sumaba que su vientre solía doler últimamente por los medicamentos que le daba su padre alegando que eso reforzaría sus feromonas alfas, y que debido a que estaba en plena manifestación el olor de las feromonas se sentían incómodamente más intenso, pues... menos ánimo tenía de estar en una fiesta

-Ashary Davreles- escuchó delante de él y se tensó, no tuvo que alzar la cabeza para saber que era alguien que tenía la intención de llamar su atención, después de todo las malas lenguas decían que con solo una invitación él los acompañaría a la habitación-

-Estoy ocupado- dijo de forma cortante escuchado un leve bufido por parte de la otra persona.

Aún era pronto para que él definiera bien las feromonas dado que solo hacía poco había cumplido los 18 años, pero era el tiempo suficiente para detectar cuando eran expulsadas y por el olor si era un omega o un alfa. y eso que tenía delante era precisamente un alfa. Arrugó su nariz. No le gustaba el olor que desprendía.

-Vamos, no ponga resistencia, aquí entre nos sabemos que...

-Ya lo oíste- una voz familiar se escuchó al lado de ellos y pronto una cabellera cobriza hizo presencia- No quiere saber nada de ti, shu, shu.

Milan abrazó el brazo de Ashary pegándose a él y expulsando al alfa. Este miró a los dos frente a él y chasqueó la lengua, dándose la vuelta y alejándose. Debido a que su estatus era más bajo tener problemas no era una alternativa.

-Esos malditos, no saben cuándo parar de acosar a los demás, ni porque es el cumpleaños de Lyon- murmuró Milan y después miró a Asha con una sonrisa.

-¿Estás bien? Deberías haberle pateado para que te dejara tranquilo.

Ashary jugó con el contenido de su copa y le dio un ligero sorbo.

-Estoy acostumbrado. Si los ignoro el tiempo suficiente ellos se van.

Milan hizo un puchero.

-Pero de igual forma, es feo como te acosan de esa forma.

Ashary no le respondió. Si, era feo como decía él, pero acaso podía hacer algo, pues no, en la corte era mejor que las cosas fueran olvidadas con el tiempo. Solo era cuestión de que pasara algún suceso relevante y al él o dejarían en el olvido.

-No te vi en las actividades de la mañana y tarde- Milan siguió a su lado, aunque soltó su brazo lentamente sabiendo que Ashary no le gustaba últimamente que fuera tocado. Su lenguaje corporal era más que claro.

-Tenía cosas pendientes que hacer en el ducado debido a que estuvimos de viaje. Mis padres vinieron primero en lo que yo me encargaba de lo demás.

-Siempre tan diligente- Milan se sonrió- Con razón el rey te quiere tanto. Hay muy pocas personas actualmente en la corte que prioricen el trabajo antes de sus cosas personales.

Si él supiera, pero Ashary no le iba a dar los detalles.

-¿has podido ver a Lyon hoy?- La pregunta salió de los labios de Ashary dado que a pesar de que era su fiesta no se veía por todo aquello.

-Sí, lo vi- los ojos de Milan se iluminaron y sus mejillas se sonrojaron- si lo hubieras visto en el desfile, saludando al pueblo, con la larga capa que fue el mejor de curso en la academia. Se veía magnífico, será un excelente rey en el futuro. Debe volver dentro de poco a la fiesta, debió irse a cambiar de ropa- decía cada palabra con una sonrisa mucho más amplia.

Ashary simplemente asintió. Por un momento se imaginó la imagen de Lyon sobre su cabello, saludando al pueblo, con su porte esbelto e impunemente. Debió ser realmente impresionante. Una leve sonrisa rompió su impenetrable máscara y Milan se quedó mirándolo fijamente.

-Ashary, no te han comentado que estás más lindo que antes- lo soltó sin pensar y se tapó la boca con vergüenza.

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