Todos los alumnos se habían vuelto a reunir en la entrada de la academia, algunos con rostros triunfantes... otros completamente desilusionados. Pensar que una nota dependía de una compra era insólito para la mayoría de ellos, sobre todo porque muchos de ellos eran nobles los cuales mandaban a comprar sus cosas, no salían ellos directamente por ellas.

-Bien, van a pasar uno por uno mostrándome que consiguieron y el precio- el profesor había preparado una silla en la cual se sentó. Había que pasar por su examen para ingresar a la institución como tal.

Uno por uno fue pasando y los puntos recibidos se fueron escuchando y no eran muy prometedores.

-Mira que este profesor es exquisito- se quejó Charles jugando con su bolsita en la mano.

Mientras Lyon sostenía en su mano una caja de color rojo que abarcaba toda su palma y donde salía un olor delicioso que tenía a los dos alumnos al lado de él babeando, pero tras lo ocurrido con los alumnos que mandó a enfermería pues preferían mantener la distancia.

Al tocarle el turno a ellos Charles pasó primero, cruzando los dedos a su espalda. Tras decir el precio y pasar por la mirada inspectora del profesor este anotó su nota.

-Te daré un 8. Impresiona, pero solo en el exterior y por la forma de obtenerla- dijo el hombre

Para Charles eso era más que suficiente. Ahora era el turno de Lyon. No sabía si pasaría, después de todo era un simple pastel pequeño. Hasta se había impresionado que hubiera gastado las 10 rupias completas sin pensarlo.

Verlo entrar sin pensarlo dos veces a la tienda y decirle a la dependiente que le diera el pastel de ese precio había sido todo un espectáculo. Y más cuando había sonreído al mostrarle uno recubierto con crema blanca y perlas rojas. La caja del mismo color rubí muy familiar para ellos dado los ojos de cierta persona, habían dado el punto que faltaba.

El profeso primero vio la caja y después el contenido, para alzar una ceja en dirección a Lyonhart como si el príncipe estuviese burlándose de él.

-¿Qué tiene este pastel de asombroso?

Lyon no mostró incomodidad alguna. Pestañeó de forma lenta.

-Es un pastel para alguien que cumple los importantes 18 años hoy y los va a pasar solo- fue lo único que dijo.

Hubo un silencio absoluto entre ellos y el profesor se limitó a escribir.

-10- le dijo y Lyon asintió.

-Wao, conseguiste el máximo- Charles lo felicitó por aquello y se alejaron escuchando los rumores de los demás chicos que querían saber cómo lo había logrado.

Al doblar la esquina Lyon estiró su mano con la caja hacia Charles.

-Llévasela a Ashary.

Charles alzó las cejas.

-¿Yo? ¿Por qué yo, si se las compraste tú?

Lyon chasqueó la lengua.

-Porque seguro no lo aceptará si se lo llevó yo- intentó darle la caja a Charles, pero este retrocedió.

Hagamos una cosa. Tú vas conmigo porque sabes que doy torpe y la puedo tirar y ya ahí se la doy- inventó rápidamente porque había que ser estúpido para no darse cuenta que era el mejor momento para que ellos hicieran las pases. Lo bueno es que él sabía muy bien como improvisar.

Lyon soltó un suspiro y asintió. Así ambos caminaron en dirección a la habitación donde residía Ashary ya que si te daban licencia era el lugar donde se debía estar sino era hora de almuerzo o comida. Mientras Charles pensaba en una forma mágica de poder hacer que ellos dos hablaran sin matarse en el proceso.

Y estuvo pensando hasta que se detuvieron delante de la puerta.

-Ya estamos aquí, toca y dale esto- Lyon parecía que quería irse y a la vez quedarse.

Charles no agarró la caja, pero si tocó la puerta sin respuesta,

El ceño de Lyon se frunció.

-Toca más fuerte- le dijo a Charles que también se había comenzado a preocupar.

Quizás Ahsa estaba dormido, o desmayado por la fiebre. Cualquier cosa podría ser. Levantó la mano para tocar de nuevo cuando la puerta se abrió y el rubio se hizo presente. Su rostro ligeramente pálido, y su cabello suelto estaba completamente despeinado. Se notaba que estaba recostado. Incluso su camisa estaba abierta los dos primeros botones mostrando su clavícula y cuello.

-¿Qué ocurre?- preguntó restregándose uno de sus ojos.

-Hola Ashary- saludó Charles- me puedes dejar pasar un momento, quiero darte algo- le dijo sin más.

Ashary frunció ligeramente el ceño y miró de uno a otro, sobre todo a Lyon que parecía que escondía algo detrás de su espalda.

-Que sea rápido- soltó un suspiro cansado, le dolía un poco la cabeza y no estaba para discutir con ninguno de ellos, ni siquiera para ignorarlos.

Se corrió a un lado para dejar pasar a Charles cuando este último agarró el hombro de Lyon y... lo empujó hacia adentro.

-Resuelvan sus problemas- y diciendo esto agarró la manigueta de la puerta y la cerró dejando a Lyon dentro junto a Ashary.

-Maldito traidor- gruñó el príncipe mirando por encima del hombro. Ya se descobraría de él cuando volviese a la habitación.

Se enderezó y notó la presencia de Ashary que lo miraba.

-Era él o tú el que me quería decir algo- fue al directo- quiero volver a dormir así que sea rápido.

A Lyon no le gustó su tono e iba a replicar, pero no abrió sus labios al ver a Asha apretarle el puente de la nariz. Y mirándolo bien no parecía estar del todo bien.

-¿Te sientes muy mal?- tuvo la necesidad de preguntar. No era normal para él ver a Ashary enfermo.

Asha negó y pareció que se recompuso, pero las ojeras y su palidez lo delataba.

-Solo necesito dormir.

Hubo un silencio algo incómodo entre ellos.

-Si solo vienes a decirme eso te pido que...

Pero fue interrumpido cuando Lyon sacó lo que escondía de su espalda y se lo mostró. Sus ojos se abrieron ligeramente

-Feliz cumpleaños Asha-

-Esto...- el rubio no sabía cómo reaccionar.

-Aun si estamos en la escuela militar los 18 años son un evento importante en todos. Comienza nuestra etapa de manifestación- lo miró de arriba abajo- por lo visto tu malestar está relacionado con ello- carraspeó la garganta sabiendo que una vez que Asha se manifestara como alfa las cosas entre ellos serían aún más complicadas- ya que no estás con tu familia al menos come un pastel.

Asha apretó ligeramente los labios y agarró la caja entre sus manos. No sabía que decir. Ni siquiera sus padres le habían enviado una carta, algo que dejarían pasar dada la fecha. Tampoco es que la esperaba.

Sonrió ligeramente y bajó la mirada hacia la caja en sus manos. Pero Lyon se había acordado y hasta llevado aquello. Lo acunó en sus manos y aunque él mismo había puesto distancia entre ellos no pudo evitar sentir calidez en ese momento.

-Gracias.

Lyon se sorprendió ante aquella sencilla palabra pero que hizo que algo dentro de él se removiera. Se rascó la parte de atrás de la nuca. Ashary agradeciéndole así no era a lo que estaba acostumbrado.

-Yo... yo me voy. Descansa- dijo dándose la vuelta en dirección a la puerta. Que había sido aquella sensación.

Cuando se detuvo agarrando la manigueta y frunció ligeramente el ceño. Se giró sobre si mismo y enfocó a Asha que se había acercado hacia el escritorio poniendo la caja sobre este. No podía ver su expresión por su cabello que caía sobre su rostro.

Las aletas de su nariz se movieron. Un olor... una fragancia inusual pero que le resulto ligeramente familiar.

-Asha, tienes puesto perfume- le preguntó caminando hacia él.

-Ya te he dicho que no uso eso- dijo Ashary alzando la cabeza para tener que girarse teniendo a Lyon de frente. Se había desplazado de la puerta hacia él realmente rápido, sorprendiéndolo en el proceso dado que lo encontró invadiendo su espacio personal. Se vio obligado a retroceder, pero el escritorio detrás de él no se lo permitió. El brillo en la mirada del príncipe le hizo fruncir el ceño- ¿Qué?

Lyon entrecerró los ojos respirando profundo.

-Quédate quieto- y diciendo esto agarró de los hombros a Ashary y se inclinó hacia adelante pegando su nariz al cuello del rubio.