19
Ashary podía decir que MAL... no había salido la misión. Más bien, los objetivos habían sido cumplidos. Infiltrarse, obtener la muestra de la droga, escapar sin ser visto. Nada más faltaba entregarla a quien la llevaría al palacio que era la parte más fácil de todo.
Solo que... como siempre Lyon había llegado a echar por tierra todos sus planes.
Si, lo había ayudado y obtenido más muestra de la que había esperado, pero como iba a explicar que en el proceso había tomado parte de la droga y ahora estaba teniendo los efectos de esta.
Demonios.
Maldecía caminando torpemente por el pasillo oscuro de regreso a la habitación del príncipe, casi arrastrando a este con su disparejo peso. Lyonhart no estaba cooperando.
Ashary había puesto el brazo de este alrededor de su cuello para recargarlo contra él y su mano rodeando la dura cintura, aun así, el otro casi caminando recostado contra él. Lo hacía incluso estremecer con los rápidos jadeos que soltaba pegados a su cuello.
El cuerpo entero de Lyon estaba ardiendo, un calor no solo de fiebre sino de algo más peligroso. Deseo. Y eso hacía más peligrosa la situación. El principal problema de la droga es que despertaba la parte más salvaje de quien la consumía en la búsqueda de satisfacer el crudo placer que ardía en el interior. Y durante todo el proceso no eran conscientes de lo que hacían pues lo importante era sentirse bien. Por eso les gustaba tanto a los nobles.
Y ahora Ashary tendría que lidiar con ello... bueno no en todo el sentido de la palabra. Ni siquiera quería mirar hacia abajo, pues ahora que no tenían las capas puestas, había notado lo apretado que se había puesto el pantalón en la parte delantera de los genitales del príncipe.
Se abofeteó mentalmente. Eso... no era asunto de él. Que se tocara en el baño o quien se le bajara la calentura sola. En eso si no lo ayudaría.
Y repitiéndose eso una y otra vez llegó por fin a la puerta de la habitación, con el cuerpo empapado de sudor por el esfuerzo, y por no mencionar su espalda. Esta era como si hubiera varios puñales encajándose a la vez y que hacía que estuviese pálido. Su cuerpo no se había recuperado del todo aun con el tiempo que había transcurrido desde el ataque.
Tocó la puerta con la punta del pie esperando que Charles respondiera rápido y por suerte fue así, pues esta se abrió pocos segundos después. Se lo imaginó. Charles no dormiría tranquilo sabiendo que Lyon no estaba cerca.
-¿Qué demonios?- fue su expresión al notar el estado de ambos, sobre todo del príncipe, pero a la vez alarmado por el rostro pálido de Ashary.
-Carga esto- le dijo casi tirándole a Lyon pero casi se fue con él dado que los brazos de este no le querían soltar el cuello.
Charles por suerte se dio cuenta por sus reflejos y lo ayudó soltando los brazos de Lyon y recostándolo contra él, aunque lo escuchó protestar y hasta gruñir. Ashary se dejó caer contra el marco jadeando sintiendo que ahora que no tenía el enorme peso de Lyon su cuerpo estaba al límite por todo además del dolor.
Vio a Charles llevar a Lyon en la cama y lo dejó acostado, quitándole las botas ágilmente, y volvió para ayudarlo.
-Ven, será mejor que te sientes un momento y descanses, tu semblante no es bueno- Charles lo agarró del hombro y la cintura y lo llevó caminando lento hasta sentado en el borde de la cama donde mismo estaba Lyon.
Una vez lo dejó allí le sirvió un vaso de agua y se lo llevó. Ashary lo tomó de un solo sorbo, aunque por el rabillo del ojo revisaba el estado de Lyon, que aun con los ojos cerrados, su cuerpo seguía sudando pegando la camisa a su cuerpo, y su pecho subía y bajaba con fuerza.
Charles también lo estaba mirando preocupado.
-¿Qué fue lo que ocurrió?- estaba alarmado pero confiaba que con Ashary no sería tan terrible como maquinaba su cabeza.
Ashary tomó algunas respiraciones profundas antes de poder hablar y le narró de forma resumida todo y le mostró el contenedor con la droga. Los ojos de Charles estaban muy abiertos.
-¿Y entonces qué va a pasar con él que está drogado?
-Solo hay que esperar a que se le pase- Ashary suspiró e intentó levantarse, pero se tambaleó y volvió a caer sentado. Su estado era peor de lo que imaginó.
-Déjame ayudarte a llevarte a la habitación- se ofreció Charles.
Ashary negó.
-primero tengo que entregar esto al guardia que lo llevará al palacio- jadeó ante una pulsada que atravesó la cicatriz en su espalda- Hay que hacerlo lo antes posible si queremos atrapar a los responsables antes que se pase el efecto de la droga y nos quedemos con las manos vacías- dijo intentando levantarse para caer de nuevo sentado sobre el colchón.
-Yo lo llevaré- se ofreció Charles- quédate aquí. No podrás llegar muy lejos, tal parece que colapsarás en cualquier momento
Ashary pudo notar su sincera preocupación en el rostro de Charles y tenía que reconocer que no se equivocaba.
-Te lo agradeceré mucho- asintió con una leve sonrisa, era bueno para saber hasta donde eran sus capacidades y físicas pues no eran muchas actualmente- Pero primero trae una toalla húmeda, hay que al menos bajarle la temperatura a Lyon.
Señaló con la mirada al chico detrás de él que seguía jadeando, aunque no se movía en la cama.
Charles se movió de forma rápida y trajo lo pedido, y tras recibir el resto de indicaciones de Ashary y anotar los detalles en un papel, salió de la habitación dejándolos a los dos dentro.
Asha suspiró y movió la cabeza haciendo crujir varios huesos de su columna. Al menos ya la agitación de antes se estaba desvaneciendo, cuando Charles volviera podría volver a su habitación y dormir lo que quedaba de noche. Estaba seguro que al otro día todo sería un caos.
Por el momento se giró sentado y comenzó a limpiar el rostro y el cuello de Lyon con la toalla cuando su muñeca fue agarrada con una fuerza irreal. Los ojos del príncipe se abrieron y aunque no podían enfocarlo por la pupila dilatada si cayeron sobre Ashary, de una forma tan intensa que hicieron al rubio estremecer.
Y antes que Ashary pudiera reaccionar fue tirado hacia la cama y Lyon se puso sobre él.
-Oye, qué- mas no pudo protestar cuando una de las manos de Lyonhart agarró las de él aprisionándolas sobre su cabeza y la otra le sostuvo el rostro.
Lo próximo que supo Asha es que su boca estaba siendo devorada por la de él.
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