Mello
-Matt, date prisa.- le exigí impaciente a ver que se estaba quedando atrás.
-No sé porque estamos haciendo esto.-
-Tampoco esperaba que lo entendieras.-suspiré pesadamente.-Creo que Clare me está engañando.-
-¿Pero que diablos estás diciendo, Mello?-elevó la voz.
-Demonios, Matt ¿Quieres hacer el favor de callarte? Nos van a oír.-susurré mientras le tapaba la boca.
-Pues sería lo mejor que te podría pasar ahora mismo, no me puedo creer que vayas a espiar a Clare, por fin estáis juntos, como tu querías y ahora vas a echarlo todo a perder.-
- Maldita sea ¿Se puede saber de parte de quién estás?-pregunté enfadado-Clare ya está de parte del enano así que te agradecería que me entendieras un poco.-gateé por el comedor hasta llegar a una pared que había detrás de la cocina.
-Como te pille se te cae el pelo.-ignoré a mi amigo al decir eso, pues era consciente de que si Clare me descubría lo más seguro era que se enfadara.
-Maldición.-susurré con rabia pegando un puñetazo al suelo.-¿Por qué tiene que complicar todo? Yo lo único que quería hacer era arreglarlo.-
- ¿Y se puede saber qué diablos pinto yo aquí? No debería haberte hecho caso.-
-Necesito apoyo moral.-formulé en mi defensa.
-¿Apoyo moral?-se quedó estupefacto mientras me miraba con rabia. Realmente no sabía porque le había traído, seguramente ni siquiera pueda guardar esto en secreto.
-Matt, no digas ni una palabra a nadie de esto, ni siquiera a Sofía.-
-Si, si, lo entiendo.-hice como si no hubiera escuchado lo que acababa de salir de su boca, claro que confiaba en él, pero para Matt guardar secretos no era lo suyo.
Estuvimos hablando un rato cuando de repente la puerta se abrió.
-Es Brian..-murmuró Matt por lo bajo. Saturado por la situación, pegué a Matt en la cabeza con el fin de que entendiese que no podía hablar.
Una parte de mi ya sabía que se trataba de Brian. Desde que llegó al orfanato lo único que ha hecho ha sido entrometerse entre nosotros. Por lo que no era de esperar que, una vez más, intentara crear un muro entre yo y Clare.
No obstante, una parte mi confiaba en que, tras la pelea, Brian empezara a alejarse de ella. Pero Parece ser que no.
-¿Para que me has llamado?-preguntó de repente Clare mientras entraba en el comedor.
-Respóndeme a una pregunta solo. ¿Estás saliendo con él?- se aproximó a ella.
-Así es, y por favor, Brian, te agradecería que te mantuvieras alejado de esto, no digo que no podamos llevarnos bien, claro que podemos, pero veo las intenciones que tienes con Mello.-Creo que aquella había sido la primera vez que Clare me daba la razón.
-Lo de Mello fue por intriga. Si te cité aquí es porque confío en ti y porque quiero contarte sobre mi pasado.-
-¿Pura intriga?-reí en un susurro.
Clare, estando dispuesta a escucharle, se sentó en una de las mesas vacías que había para ponerse cómoda.
-Esa noche, en el baile, cuando estábamos hablando en las mesitas, me apetecía contarte mi historia y el motivo por el que vine a la Wammy's house.- Clare escuchaba atentamente, sus ojos se mantenían firmemente sobre su figura sin perderse ni un solo detalle.-Bien, todo es por culpa de esto.-decía señalándose sus ojos.
-Pero si son hermosos, Brian.-
Haber tanto como eso..
-De veras que te lo agradezco, Clare, pero para la gente que me rodeaba esto no era más que una maldición. Yo nací en un pueblo del sur, ni siquiera podría decirte ahora mismo donde se encuentran ya que según he oído no paran de desplazarse continuamente con el fin de encontrar un lugar donde asentarse de forma permanente.- suspiró mientras se llevaba una mano al cabello y se apartaba el pelo de los ojos.-Para mi pueblo digamos que yo era la oveja negra de la familia, nadie se socializaba conmigo salvo mi madre. Pero una noche en una reunión que tuvieron mi gente y ella hablaron sobre asesinarme esa misma noche y tirar mi cuerpo al mar. Estarás pensando "Pero tu madre jamás permitiría cosa semejante", te equivocas, la idea no fue nada más y nada menos que sugerida por ella, la misma que me daba de comer y me alimentaba, la misma que me daba cariño y me decía día y noche un " Te quiero hijo mío." Recuerdo que estaba asustado, y petrificado sobre todo, ¿Qué podría hacer? Estaba solo, al parecer siempre lo estuve, mi padre murió envenenado, pues él tenía los mismos ojos que yo. Pero esa misma noche me juré a mí mismo que huiría de ahí lo más lejos posible, me di cuenta que mi vida corría peligro, sin embargo..- se le quebró la voz.-Antes de salir por la misma puerta por la que entraba cada día me encontré con mi madre, recuerdo como se empezaba a acercar a mí con un cuchillo en la mano.-se le quebró la voz.
-N-No tienes porque seguir.-reaccionó de repente Clare. Pero él no hizo caso.
-No tuve otra opción que coger el cuchillo que había en la estantería y retenerlo cerca de mi tripa, pero para cuando ella se abalanzó contra mi se enterró el cuchillo en ella. H-había matado a mi propia madre, Clare.- una lágrima se le salió de sus ojos.-Esa misma noche caminé hacia el norte hasta que encontrar una pequeña cabaña, me daba igual en ese momento si parecía un ladrón o cualquier cosa que fuese peor, entré y me encontré con un anciano sentado en un sillón e instintivamente me eché a llorar encima suyo desesperadamente y sin parar. Le conté lo que había pasado y él prometió llevarme a la ciudad y ayudarme a empezar una nueva vida una vez me recuperase. En todo el tiempo que estuve con él entré en una notable depresión, no comía, apenas bebía. Ni siquiera salía al jardín que tenía para ayudarle con sus tareas agrícolas. Pero me daba cuenta de algo, a pesar de que perdí la confianza con la gente que me rodeaba, supuse que era mejor no tener un origen propio. Semanas más tarde el anciano me llevó a la ciudad tal y como prometió, me llevó a casa de un viejo amigo suyo que me prestó el suficiente dinero como para comprarme un vuelo dirección Londres, ahí podría empezar mi vida, pero tendría que ser por mi cuenta. Sin embargo, una vez me despedí del anciano y su amigo les expresé todo mi agradecimiento. En Londres nada más llegar me fui llamando puerta por puerta en busca de cobijo. ¿Patético verdad? Por suerte una madre con tres hijos consiguió darme refugio, fue ahí donde logré crecer, instalarme y sobre todo recuperarme totalmente de mi pasado. Hasta que un día me encontré con Watari y no me quedó otra opción que explicarle mi situación y aceptar su propuesta. Extrañaría a la madre y a sus hijos, pero ella apenas podía mantenerme.- pegó una bocanada de aire. - Cuando llegué aquí fue cuando te vi, llena de curiosidad hacia mi. ¿Cómo no iba a acercarme a ti? Si hacía mucho que nadie mostraba esa curiosidad hacia alguien como yo, hacía mucho tiempo que nadie me valoraba, Clare.- cuando acabó de contar su historia se quedó mirando hacia el suelo en busca de una respuesta.
Clare
Me llevé las manos a mi boca mientras unas cuantas lágrimas se asomaban por mis ojos. Y yo que le juzgaba sin saber absolutamente nada de él pensando que no era más que un chulo y un superficial, cuando en verdad, era el hombre más valiente al que había conocido en toda mi vida.
Me lancé a abrazarlo. Sin importar nada estreché mis brazos contra su cuerpo mientras le susurraba que ahora todo iba a estar bien.
-No hagas eso.-me apartó suavemente.-No te compadezcas de mi, solo quería que entendieras lo que he sufrido. Cuando me instalé en Londres, Clare, la madre que me mantenía no paraba de decir una frase:" Es mejor si te lo tomas todo con un poco de humor". Cuando dijo eso la verdad es que me causó bastante rechazo, pero al final entendí lo que eso significaba, que por mucho que estés sufriendo hay que sonreír y tomártelo todo como una broma. Al fin y al cabo de eso trata la vida, de reírse de ella.-decía sonriendo. Pero yo no paraba de llorar, creo, que nunca me había equivocado tanto con una persona.
Lentamente, Brian comenzó a acercarse a mi. Al principio me quedé en el sitio con la esperanza de que se pararía en algún momento, pero me di cuenta de que no era así. Instintivamente, me alejé de él al notar su agarre en mi cintura, pero él insistió.
-Brian, no hagas esto, por favor.-susurré.
Él no respondió, simplemente me apretó más contra él, y, en un intento de apartar la cara, me sostuvo por la barbilla y posó sus labios contra los míos.
Con todas mis fuerzas intenté apartarle, pero era demasiado fuerte y lo único que hizo fue profundizar el beso. Estos no eran los labios que yo quería besar.
Mello..
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