CAPITULO 9
Alexandra
Debo estar soñando o ese roce de bala debió golpearme fuerte y ahora estoy metida en mi mente porque esto se ha convertido en una locura, "¿Cómo pasé de ganar la carrera a ser la novia de Mase?".
Bien, admito que me deje llevar cuando me besó, pero es que todo pensamiento lógico se fue volando en el momento que me dominó, "porque si", Mase no solo me besó, sino que me domino por completo dejándome completamente a su merced y voluntad.
Soy sacada del tumulto de gente hasta que al fin puedo sentir nuevamente el aire en mi cuerpo y unos brazos me envuelven el cuello haciendo que suelte la mano de Mase —¡ganaste Alex!, ¡ganaste! —Richard salta y grita al mismo tiempo que me le uno, pero soy sacada de su abrazo y mi espalda choca con un pecho duro.
—No te tomes tantas libertades con mi novia —la voz grave de Mase me eriza los vellos y giro a verlo, "mierda, esto es malo", su expresión es demasiado seria y veo como todo su cuerpo esta tenso.
—Mase —lo llamo más el no deja de mirar de forma asesina a Richard que tengo que tomar su rostro con ambas manos y hacer que me mire, "tiene los ojos más oscuros que su color normal" —es solo un amigo —su agarre en mis caderas se endurece un poco.
—No me gusta que te toque mucho —siento mis mejillas calentarse, "carajo, no me debería estar gustando este lado posesivo, por dios".
—Bájale a tu testosterona —llega la voz de Melina quien le da un zape en la cabeza rompiendo la tensión —que la que debería estar mostrando celos es Alex y no tu —apunta hacia Richard —este batea para nuestro mismo equipo —Mase abre sus ojos de sorpresa y ve hacia mi amigo.
—Muy cierto y que por cierto tengo que admitir que mi amiga tiene muy buen gusto —Richard ve a Mase de abajo hacia arriba para después guiñarle el ojo cosa que me hace sonreir —aprobado —todos nos reímos y siento a Mase más relajado cuando vuelvo la atención hacia él.
—¿Mas tranquilo? —pregunto y este me acaricia la mejilla asintiendo.
—Pero bueno —Melina me separa de Mase y me abraza tal koala —que no acapares totalmente a mi amiga, mira que yo vengo primero —se interpone entre nosotros y me agarra de los hombros antes de saltar como loca —¡ganamos carajo! —me uno a su celebración igual de feliz.
—Me alegra que mis enseñanzas no hayan caído en saco roto —la voz del padre de Melina nos llega y esta va rápidamente a abrazarlo e igual yo me acerco.
—Mucha gracias por enseñarnos —digo mientras igual lo abrazo.
—Nada que agradecer —peina mi cabello hacia atrás y deja un beso en mi frente —pero una carrera ganada no significa nada sino logran mantener esas habilidades pulidas y al día.
—No te preocupes de esa parte viejo —dice Dan quien coloca ambos brazos alrededor de Melina y mío —que ya me encargaré de explotarlas como se debe a cambio del casi infarto que sufro.
—No exageres —Melina lo golpea en el estómago y se aleja —que hablando de explotar —mira hacia un lado —Richard —este la mira —tu computador —este abre su mochila y rápidamente se la pasa. Al girarla los ojos de Dan se abren de sobremanera que toma el computador viendo más de cerca la pantalla —necesito de su ayuda para repartir esos recursos.
—¿Qué significa esto Melina? —pregunta Dan y Mase se le une teniendo la misma expresión.
—Pues pensamos en una forma de ayudar a la gente de una forma un tanto...especial.
—¿Qué significa especial? —pregunta Mase y se cruza de brazos tomando una postura de que lo siguiente que va a escuchar no le va a gustar.
—Sabemos que aquí hay todo tipo de gente —explico —tanto los que vienen solo para disfrutar y distraerse como con otras intenciones.
—Por eso planeamos los tres el usar las habilidades de Richard para el hackeo y pues...
—Robar dinero de las cuentas de los competidores —completa Dan que cierra el computador con algo de fuerza que Richard se lo quita rápidamente — ¿saben que esto los puede meter en graves problemas? —todo el ánimo de hace unos momentos se fue por el desagüe. Dan mira a su padre —¿tú lo sabias?, no me respondas, es obvio que sí.
—No le hables así —lo empuja —así él no lo supiera igual iba a realizarlo —Dan la mira enojado que ambos se retan con la mirada. La diferencia de altura es algo bastante notorio, que cualquiera que lo esté viendo desde lejos pensaría que Melina flaqueará primero al sentirse intimidada, "lo que no saben es que estos dos comparten no solo la sangre sino también la terquedad y el tener una mecha bastante corta".
Aunque si los comparo a detalle, Melina tiene la mecha solo un poco más corta que Dan, "mierda tengo que aplacarlos o esto va a ponerse peor".
—Es por eso que queríamos su ayuda —hablo y miro hacia Mase —ustedes abarcan mayor conocimiento y contactos que nos puedan ayudar a repartir ese dinero de forma anónima. Por la parte de rastreo no habrá problema, Richard es bastante cuidadoso y sabe cómo no dejar rastro de sus movimientos en la red, la prueba es que ninguno de ustedes supo donde estábamos las semanas que nos fuimos, ¿cierto? —ambos se quedan en silencio por varios segundos dándome la razón. Mase respira profundo y se acerca hasta quedar en mi delante.
Así como Melina tuvo su batalla de miradas con su hermano, yo ahora la tengo con Mase, "no tengo que flaquear, si quiero la ayuda no debo acojonarme, debo ser firme".
—Hay una condición para ayudarlas —levanta un dedo —cada nueva idea que tengan, por más loca que sea, nos la dicen y entre los cinco —mira hacia todos —armaremos un plan de acción —vuelve a mirarme —¿queda claro? —sonrió ampliamente que asiento y miro hacia Melina y después a Richard —Dan —lo llama teniendo su atención —trabaja con Richard sobre los donativos que se harán con ese dinero —este suspira y mira la cielo poniendo sus manos en las caderas.
—Deja de quejarte y solo muestra tu apoyo —Dan mira hacia su hermana y después de unos segundos la atrae bajo su brazo despeinándola —¡no, Dan! —se ríe y este la termina poniendo sobre su hombro haciéndola reír y gritar aún más.
Unos brazos me envuelven la cintura y veo hacia arriba encontrándome con la mirada de Mase —gracias —este sonríe y baja hasta estar de nuevo muy cerca.
—Te apoyaré en todo lo que desees a excepción de una cosa.
—¿Cuál? —besa mi frente para luego apoyar la suya.
—Dejarme —susurra con voz grave que mi corazón late deprisa y mi respiración se contrae —eres mía Alexandra Kiereva —miro sus labios que mi mano va a tocar su rostro apoyando la palma en su mejilla.
—¿Y tú eres mío, Mase Conte? —pregunto dubitativa temiendo la respuesta, se bien que Mase no es un monje, "aún recuerdo mi primera visita a la carreras", sé que le es fácil encontrar con quien calentarse en las noches y si bien tengo sentimientos por él, no desearía que me tomara como una más, "quiero ser su única". Este se separa y siento como un dolor va naciendo en mi pecho hasta que agarra mi mano y caminamos hacia su auto. Miro hacia Melina no entendiendo nada y vuelvo a verlo cuando nos detenemos y me suelta para subirse al techo de su auto, "¿Qué está haciendo?"
—¡Atención a todos! —grita haciendo que todos lo vean y presten atención —esta mujer que está aquí —me apunta con una sonrisa traviesa en el rostro —es mi novia, mi mujer y única dueña —su declaración hace que todos lo alienten y silben —la Ninfa —sonríe pícaramente— es totalmente mía — "trágame tierra", puedo sentir las miradas de todos, unas más amigables que otras cuando Mase baja y me agarra de las caderas con ambas manos —¿aun tienes dudas de mis palabras?
—Bastaba con que me hicieras la pregunta como todos hacen —me tapo el rostro con ambas manos y el me abraza que puedo sentir su pecho vibrar por la risa.
—Jamás te haría esa pregunta —dice en mi oído y descubro mi rostro mirándolo —porque hacerla es darte la opción de dejarme y eso no lo puedo permitir —todo dentro mío es un revoltijo, uno que se siente bien, pero que de igual forma abruma por lo intenso que es. La mano de Mase va hacia mi nuca, enterrando sus dedos en mi melena, pero esta vez soy yo quien lo atrae hacia mí al tomarlo de su camiseta, "este hombre es mío, así como yo soy suya" — mia Ninfa —susurra sobre mis labios.
—Mia vita —mi respuesta lo hace sonreír, al ver hacia un lado en donde noto a mis amigos de igual forma sonriendo y alegrándose por mi felicidad que siento una mezcla de vergüenza y alegría por todo este momento, "a los dioses de arriba, por favor que esta felicidad perdure y que esto con Mase sea para toda la vida".
Mase
Estaciono en mi garaje y no puedo evitar seguir con la sonrisa en mi cara, "la reclamé, pero aún falta para tenerla por completo". Saludo al guardia y subo hasta mi departamento con la intención de recordar su sabor y su voz al llamarme «su vida» —buenas noches, hijo —la voz de mi padre me recibe y todo rastro de alegría que había queda sepultado al verlo sentado en mi sala con un vaso de licor en la mano.
—Papá —cierro la puerta —no sabía que ibas a venir —este se encoje de hombros.
—Nunca he avisado antes —toma un sorbo de su trago —¿tengo que hacerlo ahora? —su pregunta puede ser inofensiva, pero se leerlo bien.
—No — dejo las llave y me siento en su delante.
—Bien —sonríe y deja en vaso en la mesa que hay en medio —he hablado con Vincent y he preparado una presentación con su hija —el cuerpo se me tensa —así que esta semana llévala ligera para cuando tengamos que reunirnos puedas ir.
—Sabes bien que eso no siempre está bajo mi control —respondo y la tensión aumenta. Ambos nos miramos y si bien podemos tener la misma altura y color de cabello, el carácter de mi padre es volátil y si lo desea puede dejarme varios huesos rotos aun con la edad que se carga.
Mi padre se levanta y va hacia mi licorera —¿tu contestación tiene que ver con tu trabajo realmente o con tu nueva puta de paso? —mi cuerpo reacciona ante la mención de Alexandra que tengo clavar las uñas en el respaldar del asiento en donde estaba para evitar avanzar y golpearlo por faltarle el respeto a mi mujer. Se da la vuelta y me ve detenidamente —así que es por esa mujer.
—Ella no tiene nada que ver —respondo lo más calmadamente posible, como él me ha enseñado —hace poco encontramos un topo del anterior Don —explico —tengo que cuidar mis movimientos ya que ese imbécil no ha estado trabajando solo —mi padre termina su trago y lo deja suavemente sobre el mesón, camina calmadamente hasta que queda a un lado mío.
—Eso espero, porque si por tu culpa este plan falla, no me temblara la mano para tomar tu vida, figlio —retoma su caminar y no giro hasta que oigo la puerta cerrase, "maldita sea". Tiro el sillón hacia un lado y voy hacia mi licorera tomando la primera botella que hay bebiendo directo de ella.
"Nada me hará renunciar a Alexandra cuando al fin ya es mía". Camino hacia los ventanales que hay y abro uno de ellos dejando que el viento entre —no eres al único al que no le temblará la mano si te interpones en mi camino, padre.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro