CAPITULO 4
Alexandra
Ha pasado varias semanas de mi encuentro con Mase afuera de la escuela de manejo. El averiguar los requisitos que necesitaba para entrar fue más un impulso idiota que algo que hubiera planeado, "solo querías sentirte cerca de él". Sacudo la cabeza para sacar ese pensamiento de mi mente, "enfócate en lo que tienes que hacer y ya Alexandra".
—¿No dormiste bien? —me pregunta Melina sacándome de mis pensamientos antes de darle un bocado a su almuerzo.
—Y quien podría dormir con la cantidad de tarea que ya dejaron estas primeras semanas —se queja Richard echando un drama que me hacer sonreír.
Me decidí por inscribirme en la misma universidad en la que va Melina así no tener que estar completamente sola. Si bien ambas no estudiamos la misma carrera, tiene algunos conocidos en distintas carreras, uno de esos conocidos es Richard Santini, con quien congenie en el momento uno que nos presentaron. Ambos estudiamos administración mientras que Melina va a ingeniería mecánica, que aunque es una carrera en la que es estudiada por general solo por hombres ella la escogió para poder algún día manejar el taller de su padre y hacerlo crecer como el mejor de Italia.
—Solo tu eres el que se queja —me apunta —Alex es la nueva aquí y no la veo quejarse.
—Yo ya terminé lo que nos pidieron —ambos me miran sorprendidos —¿Qué? —en ese momento Richard me agarra de los hombros mirándome muy serio.
—Enséñame...por favor —me sacude cosa que me hace reír.
—Basta —hago que me suelte —te ayudaré, pero con una condición.
—Soy tu fiel esclavo —hace una reverencia completa y con Melina negamos riendo.
—Quiero que me enseñes tus mañas de hackeo —este se endereza y me mira con el ceño fruncido.
—¿Por qué? —me encojo de hombros.
—Me gusta aprender cosas interesantes y por lo que me contó Melina tu manejas muy bien esa área.
—¿No será que quieres aprender para espiar a cierto castaño del cual no has hablado desde la noche de las carreras? —la mención de Mase me hace sonrojar que evito su mirada y tomo mi jugo —lo sabía.
—¿De quién estamos hablando? —pregunta Richard.
—De nadie —contesto y miro a Melina —y no quiero espiar a Mase —ella entrecierra sus ojos volviéndolos como los de un felino y me muestra una sonrisa pícara. Ella saca su teléfono y con Richard nos vemos confundidos hasta que una voz sale del teléfono.
—¿Qué sucede Melina? —"esa voz...".
—Hola Mase —me mira y yo niego —aquí alguien estaba preguntando por ti —gira el teléfono mostrándome a un Mase con camisa y el cabello peinado para atrás que me seca la boca, "¿Por qué carajos tiene que ser guapo?".
—Hola Alexandra —su voz gruesa me hace respirar profundo y puedo sentir muy bien como mis mejillas están calientes. Melina sonríe ampliamente y yo por dentro la quiero matar.
—Hola Mase —digo, una sonrisa suave se forma en sus labios que de igual forma sonrío.
—Hola —se mete Richard —soy Richard, gusto en conocer al chico que le gusta a mi amiga —lo empujo con fuerza que termina en el suelo y Melina se ríe —que bruta.
—Eso por andar diciendo cosas que no son —mis amigos se ríen, pero la única risa que le interesa a mi cerebro es la que viene de Mase, su sonrisa jovial me hace estremecer acelerándome los latidos.
—Mase, ya es hora —se escucha la voz de Dan y su expresión cambia a una más seria. Este asiente y vuelve a mirarme.
—Nos estaremos viendo, Alexandra —cuelga y siento que todo me tiembla.
—Uyuyuy creo que ya la perdimos —dice Richard sentándose de nuevo al lado mío.
—Hace rato —lo sigue Melina.
—Cállense —les reclamo —no debiste llamarlo, se ve que está ocupado.
—Alex, no importa lo ocupado que este, Mase siempre me responderá en especial si es para hablar contigo —mueve sus cejas y yo solo pongo los ojos en blanco —ay vamos, ya admítelo, Mase te gusta.
—No.
—Que sí.
—Que no —me levanto y alzo todos los envases vacíos de mi almuerzo para botarlos.
—Alex —me detiene agarrándome el brazo, pero evito mirarla —¿Qué paso el día de la carrera? —las palabras de Carla vuelven que solo me suelto de su agarre y me encamino a botar todo. Los siento siguiéndome que cuando me doy la vuelta, tanto Melina como Richard me ven esperando a que hable.
—Pelee con Carla y dijo ciertas cosas que me afectaron —digo —unas eran ciertas, otras no tanto.
—¿Qué dijo esa patas de alicate? —pregunta Melina enojada que si fuera una caricatura su cabello rizado rojizo se prendería en llamas.
—Solo que Mase nunca se fijaría en mí ya que soy una...—la sola mención me enoja y cierra mi garganta —chiquilla.
—No pues, hablo la reina de España —dice Melina frustrada mirando hacia arriba y caminando en círculos mientras se pasa las manos por el pelo —juro que esa se está ganando que le rehaga la nariz con mis puños.
—No tiene caso —digo —en todo caso tiene razón.
—¡¿Estás loca?! —grita —lo que esa está es celosa porque siempre quiso tener a Mase para ella, pero este jamás le dio alas y ni se las dará —bufo y me encamino hacia mi clase.
—No soy ciega Melina —hablo con ellos a mis lados —Carla tiene un cuerpo que llama bastante la atención.
—¿Y? —refuta —no por eso es mejor que tú.
—No, pero...
—Pero...—me mira y me hace detener parándose al frente mío —vamos sigue hablando —se cruza de brazos —¿Qué tiene ella mejor que tú que podría atraer a Mase?
—Ella tiene experiencia —lo digo en susurro para que nadie alrededor escuche.
—Espera...—interviene Richard y me hace girar en su dirección —Alex... ¿eres virgen? —mis ojos se abren de sobremanera que miro hacia los lados comprobando que nadie haya escuchado —oh por dios, ¡eres virgen!
—Shhhh...—le tapo la boca —si quieres ponlo en un cartel para que todos lo sepan—el me aparta sonriendo —no veo cual es la sorpresa.
—Que vas para los 20 y nadie te ha profanado —le golpeo en el brazo —¿Qué?, es verdad y mira que si quieres darle tu florecita a ese tal Mase, pues tienes todo mi apoyo.
—No pues gracias —le digo y mi amigo se ríe para después atraerme hacia el con su brazo en mi hombro.
—Escucha bien a este hombre antes hetero —toma mi barbilla haciéndome mirarlo a los ojos —no conozco a esa tal Carla, pero estoy seguro que le ganas por kilómetros.
—Exacto —dice Melina abrazándome la cintura —eres hermosa Alex y más con esos ojos que te cargas —mi pecho tiembla y tomo un poco de distancia de ellos.
—¿No les parecen...raros? —ellos se miran entre ambos y luego vuelven a mí.
—No —responden al unisonó.
—Alex —dice Melina —llevas el color de ojos más bonito que he visto en mi vida y mira que este de aquí —apunta a Richard —lleva el típico color azul por el que muchas babean sin mencionar que es rubio —nos reímos los tres.
—Es verdad, hasta yo te envidio por tener ese color particular —dice Richard. Los veo a ambos y no evito ir hacia ambos y abrazarlos, "sin ellos saberlo están rellenando grietas en mí que otros provocaron".
—Son los mejores —digo.
—¿Y recién te das cuenta? —dice Melina cuando nos separamos —ahora volviendo al tema de Mase —me codea —¿te gusta, cierto? —solo sonrío y corro rápidamente —¡ALEXANDRA KIEREVA, RESPONDEME!
—¡ALCANCEME PRIMERO SI QUIERES LA RESPUESTA! —los tres nos echamos a correr por el campus llamando la atención de varios y nos reímos sin control, "aún no estoy lista para decirlo en voz alta, pero si algo es cierto es que mi promesa de no acercarme a Mase será muy difícil de cumplirla".
Mase
Ya es de noche, las calles aún tienen bastante vida a esta hora que mi auto pasa desapercibido estacionado a lo diagonal del edificio de Dan. La imagen de Alexandra no salió de mi cabeza en todo el día después de esa videollamada inesperada de Melina, "labios rozados, ojos tan sinceros y brillantes, el sonrojo en su piel solo aumentaban las ganas de ir por ella". Las puertas se abren y una Alexandra en shorts y camiseta sin mangas baja a dejar la basura.
Noto como un hombre a la distancia se la come con la mirada y las ganas asesinas despiertan que apreto el volante a modo de evitar un desastre, "respira, solo estas aquí para verla en persona, no para romperle la cara a un desconocido".
Ella vuelve a entrar desconocida a su entorno y no dudo en agarrar mi teléfono y marcar su número. No atiende rápido sino que me hace esperar hasta el último timbre para contestar.
—Hola.
—Tardas bastante en responder teniendo el teléfono en la mano.
—¿Mase? —pregunta sorprendida— ¿Cómo tienes mi número?
—Cierta pelirroja me lo pasó —"mentira". Hice averiguar a uno de mis hombres todo sobre ella. A causa del trabajo de su padre ha estado en varios países, a veces repiten de lugar, otras no, pero su periodo máximo de estadía fue de 6 meses. Por lo que sus estudios más han sido en línea y pocas veces ha asistido a una escuela de forma presencial. Le gusta bastante la comida italiana y sus redes muestra más fotos de paisajes que de ella misma y en la mayoría esta con lentes oscuros, "¿Por qué ocultaría un color tan hermoso e hipnotizante?"
—¿Necesitas algo?
—Baja, hay algo que quiero mostrarte.
—Es tarde, no creo que me dejen salir.
—No será por mucho tiempo —digo —lo prometo —siento que duda, pero accede y corta la llamada. Pasan como 10min cuando vuelve a bajar esta vez de un jean negro, botas y una camisa a cuadros. No evito deleitarme con su figura antes de salir de mi auto e ir hacia donde esta.
El mismo hombre vuelve a comerla con los ojos que cuando entro en su campo de visión enrosco mi brazo alrededor de su cintura y la apego hacia mi mirándolo fijamente. Este se pone nervioso y desvía la mirada para después alejarse —¿Mase? —me llama y veo hacia abajo notándola con las mejillas super rojas y nerviosa, "es preciosa". Beso su frente para después tomar su mano y llevarla hacia mi auto —¿A dónde vamos?
—Te dije que quería mostrarte algo —ella se detiene y ve hacia el edificio —no tardaremos —al volver a mirarme noto su nerviosismo, extiendo mi mano y solo pasan segundos para que ella coloque la suya encima, el solo ver la diferencia de tamaño me satisface. La guio hacia mi auto y ella sube.
Voy hacia el lado del conductor y enciendo elmotor haciendo que todo el auto vibre, ella sonríe como niño en juguetería —ponte el cinturón y disfruta del viaje —ella asiente y me hace caso que cuando yatiene el cinturón puesto arranco a toda velocidad robándomela por primera vez.
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