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CAPITULO 29

Actualidad

Mase

"¿Por qué Alexandra está aquí?, ¿Cómo supo de la boda?", mi mirada se posa en el hombre que hay en uno de mis costados y las ganas de matarlo son como lava ardiendo en mis venas. Al volver de nuevo la mirada a mi mujer debo admitir que tengo emociones encontradas, por una parte quiero agarrarla, alejarla de todos para explicarle toda la maldita situación, pero el otro la está admirando, con ese traje totalmente negro, apuntándome con seguridad y sin titubeos, enfrentándome sin importarle nadie más que yo.

—¿Quién es ella? —pregunta la hija de Monterreal y las ganas de apartarla son demasiadas.

—Responde Mase —dice Alexandra —¿Quién soy? —"me está retando", no sé qué le habrán dicho los rusos, pero responder con la verdad es exponerme con Monterreal y perder su apoyo —eres realmente un asco —quiero moverme e ir con ella. Baja el arma y toda su postura cambia —hasta lo último mantuve una pequeña fe en ti —ve hacia los invitados —en creer que algo fue real —se detiene en mi padre —pero ya veo cual es la verdad —al verme su mirada cambia, ya no es una simple decepción, ahora se mezcla con un odio puro que hace que esos ojos violetas que tanto amo se oscurezcan y pierdan su brillo—espero que hayas disfrutado tus días con poder, porque de mi cuenta corre que pierdas todo.

—Alexandra —intento caminar cuando varios hombres entran en la iglesia, hombres que reconozco como guardias personal del capo, "¿Qué hacen ellos aquí?". En medio de ellos entra Rossi y mi pulso se acelera a mil por hora, "no, se supone que estaba fuera de Italia", miro hacia mi padre con preocupación porque ya no hay nada que oculte su rostro.

Este se detiene atrás de Alexandra demostrando respaldo —¿Qué significa esto Rossi?, estas faltando el respeto en la boda de mi hija —se queja Monterreal empeorando la situación.

—Mas bien estoy salvando a tu hija —dice este cuando su hija cae de rodillas tosiendo sangre, manchando todo lo blanco con un rojo intenso. Monterreal se apresura a auxiliarla mientras que yo solo me quedo parado viéndola como el veneno ya está haciendo lo último de su efecto.

—¡Valeria, Valeria reacciona! —Monterreal grita y sus hombres se apresuran en levantarla —dime que significa esto Conte —gruñe agarrándome del cuello y yo solo lo aparto con asco.

—Deberías llamarlo por su verdadero apellido, Vincent —habla el capo —después de todo sé que conoces bien de quien es hijo —este lo mira con la rabia tiñendo su rostro. La iglesia termina con varios hombres de la famiglia llenando el espacio sobrepasando el número de mis hombres junto con los de los españoles —¿Cuáles son sus órdenes, Ninfa? —Alexandra mira hacia los invitados encontrando a Richard y Melina, después pasa a Dan quien estoy seguro está en las misma que yo, para terminar en mí.

—El final de David Pierelli lo dejo en manos de los demonios de Rusia —mira hacia mi padre —ellos sabrán darle el castigo por todo el dolor que ha causado —dos hombres toman a mi padre de los brazos, pero este los quita golpeándolos hasta que alguien dispara y esta vez no viene de parte del ruso sino de la mujer por la que estoy obsesionado y está clavando cada clavo en mi tumba. La bala roza el costado de mi padre que gira a verla —las siguientes irán a las extremidades —"mierda", tengo que respirar para que mi sangre no baje demasiado y sea evidente como me está excitando en ver esta faceta de mi mujer.

—No solo eres idéntica en apariencia, sino que al igual que ella, eres una maldita piedra en mi camino —los hombres lo agarran y mi padre lo permite, pero la sonrisa que aparece en sus labios es la que enciende todas mis alarmas —y de la misma forma vas a terminar —el estruendo es grande que mis pies se mueven hacia lo único que me importa dentro de esta maldita iglesia.

Narrador X

Todas las imágenes religiosas caen quedando destrozadas, cada invitado corre despavorido buscando refugio de la lluvia de balas que acaba de envolver todo el lugar santo. Mase con prisas toma a Alexandra alejándola del peligro que en medio del caos puede identificar a los hombres que están atacando como hombres de su tío —¡suéltame, Mase!

—¡Jamás! —sin ningún problema la jala con él, hombre que se le atraviesa le dispara o golpea despejando su camino, Alexandra solo puede seguirle el paso hasta que se detenga y tenga forma de poder lograr que el agarre en su muñeca se afloje. Mase logra llegar hasta una de las salidas traseras y sin importar nadie más salen, en esa parte no hay ningún hombre amenazándolos.

—Estas lastimándome, Mase —este ve donde está agarrando a su mujer, al mirarla esta vez de cerca la jala hacia su pecho abrazándola, oliendo su olor, sintiendo su calor.

—Necesito que llegues a escucharme, mia piccola —besa su coronilla mientras se aferra a la mujer que sabe que está perdiendo —todo lo que viste, todo lo que te han contado no es cierto —ella no lo toca, las manos de Alexandra se cierran en puños y suelta.

—¿No es cierto que soy una heredera de la mafia? —dice y Mase la agarra de los hombros apartándola para verle a la cara —¿no es cierto que pertenezco a la familia Bernardi? —cada palabra de Alexandra suena monótonas, sin sentimiento —respóndeme Mase, ¿acaso todo lo que acabo de decir es mentira? —este frunce los labios quedando en silencio —¿acaso no es cierto que estabas comprometido con otra mujer mientras me declarabas tu supuesto amor?, ¿Qué me mentiste y usaste?

—Eso no es cierto —toma sus manos y las besa con fuerza —ninguna de mis palabras hacia ti fueron mentiras —acaricia un costado de su rostro y apoya su frente en la de ella —sí, es verdad que estaba comprometido con otra, pero nunca la amé, no la desee ni está metida dentro mío como lo estas tú, Alexandra. Su vida no me interesa —la desesperación invade a Mase que puede sentir como su mujer se le está escapando de las manos —por favor, mia Ninfa, créeme, créeme.

—Hasta hace unos minutos aun existía una posibilidad de creerte —susurra Alexandra y Mase solo cierra sus ojos controlando toda la rabia e impotencia que está sintiendo por no poder cambiar rápido esta situación —pero ya no —el piquete lo toma por sorpresa y ve que en su abdomen hay una jeringa, se aleja sorprendido y ve hacia Alexandra quien levanta su arma, sin titubeos dispara a su pierna. El dolor se siente mucho más intenso, pero aun así jamás retira la mirada de ella —la Alexandra que una vez te amó jamás existió, así como el hombre que yo amé.

—Alexandra...

—Esta es la única advertencia que te haré, Mase Pierelli —su tono sale tan acido que el dolor de la pierna de Mase no se compara al dolor en su pecho — aléjate de mi camino, porque si vuelves a presentarte en mi delante, juro que yo misma te mandare al mismo infierno —todo se comienza a poner borroso para Mase, todo dentro de él grita que resista, que no la deje ir, pero su cuerpo de forma rápida está cayendo hasta quedar completamente en la oscuridad.

Danilo

"No hay ninguna duda de que es su hija". Desde la distancia veo como mi sobrino cae al suelo desmayado mientras que la mujer que ama lo deja tirado y camina sin mirar atrás hacia un vehículo negro que ya estaba esperándola, "ella sabía cómo iba a reaccionar". El vehículo sale a toda velocidad y es cuando aprovecho para acercarme hacia donde ella estaba.

Giro a mi sobrino viendo la herida de bala que hay en su pierna —hay cosas que se repiten —rasgo su pantalón y hago un torniquete deteniendo el sangrado, escucho como alguien se acerca y veo que es David con el traje destrozado y uno que otro golpe en el rostro. Al ver en donde estoy se apresura a acercarse y cae al lado de Mase.

—¿Qué le pasó?, ¿Sigue vivo? —su preocupación me parece cómica.

—Cálmate, que tu peón favorito sigue vivo —me pongo de pie y este me mira desde abajo lleno de rabia —¿Por qué el odio? No me vayas a decir que ahora tienes sentimientos paternos por Mase —este solo gruñe y revisa la herida de su pierna —después de todo, él es la prueba viviente del engaño de Rubí —noto como su cuerpo se paraliza —el cómo tu esposa se abrió de piernas con otro hasta parirle un hijo —David reacciona agarrándome de la camisa y yo solo me rio.

—Cállate Danilo —su agarre se intensifica cortando el paso de aire hacia mis pulmones, pero yo solo sigo riéndome —¡CALLATE! —el sonido de las sirenas rompe mi diversión y lo empujo liberándome de su agarre.

—Cárgalo, es hora de salir de aquí —le doy la espalda y camino de nuevo hacia la iglesia en donde el disturbio se ha detenido. Ningún Monterreal ha quedado vivo al igual que varios de los invitados contratados de nuestro lado, veo a la mano derecha de Mase cubriendo a su hermana que cuando me ve le hago una señal para que se acerque —quiero que reúnas a cada hombre que quede vivo y pueda caminar, después vas a tu casa y desapareces junto a tu familia —su rostro se endurece —tienes una hora antes de que Rossi empiece a mandar a sus perros —sin refutar asiente, pero antes lanza una pregunta.

—¿Dónde está Mase y Alexandra? —podría mentirle, pero la hermosa Ninfa ya ha decidido su lado del tablero, "esta vez lograré poseer algo tuyo, Elena".

—Alexandra decidió irse con los rusos, disparó a Mase en la pierna para que no pudiera seguirla a la vez que le inyectaba un sedante —su rostro es todo un poema de emociones —no me sorprende su accionar, esta dolida y mi familia jamás han tomado bien las mentiras —le hago una señal con la cabeza —empieza a moverte, la policía está cerca —este se espabila y va hacia donde está la pelirroja de su hermana y su amigo y los arrastra prácticamente afuera, el chico rubio gira a verme y al poder ver su rostro de frente mi mente recuerda un nombre, la media sonrisa que se forma en mi rostro es inevitable, "sí que el destino es caprichoso" —la manzana no ha caído lejos del árbol, Santini —mi teléfono vibra y contesto sin mirar.

—El avión está listo —dice Emir —tienen que llegar rápido, la policía sabe que David está envuelto en el disturbio, han movilizado casi a la mitad de su fuerza para evitar su escape.

—Bien —me encamino hacia la salida, pasando a través de los cuerpos. Cuando llego al auto siento que alguien me está observando y miro hacia todos los lados, mas no encuentro a nadie, desconfiado entro en el vehículo y acelero rápidamente sabiendo que este es solo el primer encuentro con mi amada sobrina.

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