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CAPITULO 24

Alexandra

Todo mi cuerpo resiente el despertarme, "está muy cómodo aquí". Siento la suavidad debajo mío y me doy la vuelta aferrándome a la primera cosa que mis brazos alcanzan, "espera...esto no se siente como la cama de Mase". Mis ojos van abriéndose despacio y un ventanal de dos puertas es lo primero que veo.

Despacio voy levantándome y mi cerebro va espabilándose más, "no estoy con Mase...". El estruendo de las ventanas, Mase siendo doblegado y yo...

Rápidamente me acerco al ventanal y lo abro, "mierda que frio". Vuelvo a cerrarla y froto mis brazos a modo de entrar en calor —no debiste hacer eso —una voz barítono hace que se me forme una bola en el estómago que giro rápidamente encontrándome un hombre muy, pero muy alto y ancho, "parece un oso" —debes tener algo de sed —se acerca a la mesa que hay al lado de la cama y deja un vaso con agua. Al mirarme esboza una media sonrisa y toma un poco del agua del vaso —no está envenenada ni tiene algo que pueda perjudicarte.

—¿Quién eres? —mi voz suena muy baja y pequeña.

—Mi nombre es Dominik —otro hombre entra, pero a diferencia del primero que lleva una ropa más informal de camiseta y jeans, este lleva un pantalón de vestir y camisa blanca, "¿Por qué ambos son tan altos y musculosos?". Este no es tan ancho, pero se nota que de igual forma lleva un cuerpo muy trabajado que fácilmente me puede hacer daño si intento irme en su contra —es el mi hermano Izaac —cuando lo nombra solo asiente y deja a los pies de la cama una especie de caja de madera, mediana sin quitarme la mirada.

—Se que debes estar llenas de dudas y con miedo por como procedimos en esa casa —mi garganta es un nudo y temo hacer algo que los provoque y me duerman de nuevo —pero te aseguro que no te haremos daño.

—¿Por qué estoy aquí?, ¿Quiénes son ustedes?, ¿Qué le hicieron a mi novio?

—La única pregunta que puedo responderte es la última —"mierda su voz es igual de gruesa e intimidante que la de su hermano" —Mase Pierelli está bien, a salvo y sano en su casa —mis pulmones se descomprimen de una forma muy notoria, "él está bien" —para las demás preguntas —da dos golpes en la caja —las respuestas las encontraras aquí.

—¿Por qué debería creer algo que ustedes me dieran? No los conozco —cuestiono en mi pequeño intento de ser valiente con estos dos gigantes. El que se llama Izaac me sonríe de una forma muy...cálida.

—Tu no, pero nosotros si te conocemos, Alexandra —que sepan mi nombre solo empeora mi estado de alerta —al igual que conocemos bien a Marco Kiereva.

—¿Conocen a mi padre? —pregunto rápidamente y el asiente.

—Abre la caja y ve todo lo que hay —dice Dominik —tomate el tiempo que necesites, la comida te la traerán aquí, por favor cómela, te doy nuestra palabra que no tendrá nada —miro entre ambos hombres con desconfianza, a modo de que salgan asiento y Dominik igual sonríe amistosamente y camina hacia la puerta seguido de su hermano. Cuando vuelvo a quedar sola mis piernas no resisten más y caigo al suelo.

"¿Quiénes son ellos?, ¿Por qué estoy aquí?", recuerdo bien la advertencia que me hizo mi padre cuando lo llame —¿Qué mierda es lo que está pasando? —aun llevo la camiseta de Mase junto con unos pantalones cortos. Doblo mis piernas hacia mi pecho y oculto el rostro en ellas, "dios, esto es una puta locura".

Observo la habitación a detalle; la cama en la que desperté es una cama de tamaño King, lleva las sábanas oscuras, un armario muy grande en frente y al lado hay un espejo, pero lo que llama mi atención es la cuna que hay al otro lado de la cama, "¿hay un niño aquí?, ¿esos dos son padres?".

Me levanto y me acerco lentamente hacia la cuna. Por como esta acomodada me doy cuenta que no ha sido utilizada en bastante tiempo. Doy media vuelta y me acerco hacia el armario de madera para encontrar una pista de algo. Al abrirlo me encuentro con ropa de mujer, la mayoría son trajes elegantes, pero también hay pantalones holgados, siendo indiscreta tomo unos y me los pongo, "la tela se siente muy suave, pero no hay señales de que haya sido usado". En medio de toda la ropa hay tres bolsas de vestir, al apartar lo demás me doy espacio para poder bajar el cierre de una.

"Es hermoso", es un vestido en su mayoría blanco con detalles rojos, "si, definitivamente esos dos tienen una mujer y me dieron su habitación". Vuelvo a dejar todo como lo encontré y cierro. Aun no siento la valentía suficiente para salir y explorar. Por el sonido que hizo al cerrarse la puerta sé que no tiene ninguna traba, pero por idiota que parezca, me siento a salvo en estas paredes de esos dos.

Vuelvo a ver la caja y la duda es demasiado grande, "es bajar y exigir respuestas enfrentándolos o ver lo que hay en la caja". Con miedo de que entren de la nada, muevo la pequeña mesa que hay lado de la cama que es pesada y con toda las fuerzas que tengo la arrastro hasta la puerta como una traba, "es mínima, pero algo es algo". El brazo me palpita y al levantar la manga me encuentro que el vendaje es nuevo al que tenía, "la cambiaron...".

Esos dos hombres tienen una apariencia demasiado aterradora, cualquiera que los viera se intimidaría y saldría corriendo, pero cuando ambos llegaron a hablarme y mirarme, lo hacían de una forma...amable y tranquila. No había nada duro o amenazante en cómo me trataron, "bien puede ser una mentira para bajar la guardia", pero no le encuentro sentido, "¿para qué tratarme amablemente sino hay ganancia alguna?", sin mencionar que conocen a mi padre, el cual me hizo una advertencia segundos antes de que todo se vaya a la mierda.

"Dios todo esto es muy complicado". Sin nada que perder y no queriendo tener un próximo encuentro con esos dos. Me siento en la cama y abro la misteriosa caja que contiene según las respuestas que necesito.

Mase

"Son 3 semanas, 3 malditas semanas que se la llevaron". El humor no lo puedo tener más deteriorado. Cuando pasó el secuestro de Alexandra mi padre y tío se encargaron de ayudarme para que nada de lo sucedido llegara a oídos de los Rossi. Tuve que mover demasiados hilos para que el incidente quedara en nada.

Además que con todo lo que presenciaron Melina y Richard, fue tarea imposible seguir ocultando la verdad. Dan se encargó de explicarles a ambos en que estamos envueltos, como era de esperar Melina dio un torrente de insultos hacia su hermano que de igual forma devolvió, mientras que Richard solo asimilaba todo lo que escuchaba.

Después de la discusión, Richard se ofreció a ayudarnos en la parte de rastreo y hackeo así sabríamos hacia donde se habrían llevado esos dos a mi mujer. Melina dijo que intentaría sacar información en el entorno de las carreras, ahí siempre abundaban los rumores y si bien no todos son verídicos, algún rastro puede saltar.

En cuando volvimos a la ciudad, mi primer instinto fue ir a buscar al padre de Alexandra, pero la pared que nos topamos fue una que me brindo una respuesta que ardía en mi interior, "se habían ido". Según el padre de Dan se habrían ido por la madrugada, sin que nadie los escuchara ni viera, "él lo sabía, él fue quien envió a esos dos por ella".

Richard ha trabajado en rastrear cámaras, movimientos bancarios, cualquier cosa que me ayude a saber en donde pueden estar los supuestos padres de mi mujer, pero también...de forma discreta le pedí a Richard que averiguara todo lo que podía sobre el incidente hace 19 años en Florencia. No es que no confíe en las palabras de mi tío, pero hay actitudes que ese día en su confesión no cuadraban, "¿Por qué mostraba ese mínimo rechazo cuando aclaró que Alexandra era su sobrina?"

Y por otro lado está mi padre, he convivido bastante con él, me ha enseñado bastante como para darme cuenta cuando sus palabras son solo una fachada, y cuando dijo que apreciaba a la hermana de mi tío bien note que la mentira, "no puedo acusarlo de nada sin tener algo que me respalde". Mi padre siempre ha sido bueno manipulando con las palabras, rasgo que también tiene mi hermana, solo que ella lo usa para ayudar y no para su propio beneficio como lo hace mi padre o yo.

La información que hasta el momento tengo, es de las noticias que publicaron los periódicos, fue una tragedia que sacudió toda Florencia, no solo por la cantidad de muertos y las condiciones de los cuerpos sino porque Elena Bernardi era una mujer bastante conocida por todos.

Ella era como una joya rara para el mundo de los científicos, ya que su forma de manipulación e investigación de medicación y sustancias era impecable. "los Rivals era una familia de farmacéuticos lideres en Europa, y ella llevaba el mando de ese imperio de medicamentos con gracia y mucho éxito". Cuando se reveló que ella era parte de la familia Bernardi también fue todo un revuelo y su éxito solo aumento cuando su padre, Giulio Bernardi, la nombró su sucesora entregándole el mando completo de sus empresas de inversiones y construcciones, "¿Por qué un capo nombraría a una mujer como su heredera cuando había un varón en la familia?"

Según lo que me contaba mi padre, antes había una regla en la que solo los varones heredaban los puestos, entonces..." ¿Por qué mi tío no fue el sucesor de su padre?". Hay piezas que faltan y que no encajan bien según la versión que me contaba mi padre.

Pero antes de ese gran incidente, ya habían sufrido una perdida y es que los abuelos de mi tío murieron en una explosión en su laboratorio, según noticias hubo una falla en la ventilación y eso provoco que se descompusieran compuestos provocando el accidente, "ninguno de ellos me había contado sobre esa muerte". Y aquí va el dato más curioso que levantó alarmas en mi mente, Richard al revisar el registro familiar de los Bernardi mi tío no figura en el.

Intentó buscar su acta de nacimiento, registros médicos, algún documento que certifique su misma existencia, pero no había nada, "¿Qué mierda estaba pasando?" —ya es hora Mase —Dan me saca de mis pensamientos y me doy una última mirada en el espejo, "todo esto es por ella". Ajusto mis gemelos y me encamino hacia la última acción que necesito para enfrentarme a los que me la quitaron.

Narrador X

Las campanas de la iglesia suenan, el día esta nublado más el aire fresco anima de cierta forma a los invitados. Los trajes abundan alrededor, al igual que los vestidos de alta costura, en el lado izquierdo Melina veía a su amigo parado en el altar queriendo darle una patada por la estupidez que estaba por cometer —cambia la cara —le dice Richard.

—Pides lo imposible —recrimina Melina —¿Cómo puedes estar de acuerdo con esto?

—Porque se necesita mucha fuerza para entrar en la boca de esos lobos, Melina —la mirada azul de Richard ha estado apagada desde el secuestro de Alexandra. Melina calla y respira sabiendo que su amigo tiene razón.

Aun con sus esfuerzos, ninguno ha encontrado rastro de su amiga. Todas las noches su mente trae de nuevo esa tarde que se la llevaron y ella no pudo hacer nada para impedir algo. La música suena y todos se ponen de pie viendo a la novia llegar —dios, está muy demacrada —Richard golpea con su codo a Melina para que calle.

La novia aun con la sonrisa que carga, lleva las mejillas hundidas, la piel demasiado blanca que el brillo rosado de los labios apenas y le dan vida a su rostro, sin mencionar la delgadez que carga que si bien el vestido de mangas largas cubre gran parte de su cuerpo, las clavículas la delatan.

Mase baja unos escalones para recibir a su futura esposa y la mujer sonríe mucho más viendo el gesto —te entrego a mi hija para que la cuides Conte —dice Vincent Monterreal con falsa preocupación.

—La cuidare con mi vida —la hija de la un pequeño beso en la mejilla a su padre y ambos novios suben hasta el altar.

El padre empieza la ceremonia, todos en silencio y presenciando no solo la unión de dos personas sino también de dos organizaciones, una unión que se sellaría no solo con una firma, sino con una vida. David veía con gozo como su plan iba como esperaba en primera fila. Una vez la unión matrimonial se diera, él podría disponer a sus anchas del dinero y hombres de los Monterreal, uno que junto con los hombres que el manejaba era lo que necesitaba para acabar con los Rossi y recuperar el control completo de la famiglia.

—Mase Conte ¿aceptas a esta mujer como tu futura esposa, para amarla y respetarle, estar en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe?

—Acepto —responde Mase sintiendo acido en su boca.

—Y tú, Valeria Monterreal, ¿aceptas a este hombre como tu futuro esposo, para amarlo y respetarle, estar en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe? —la mujer intenta dar la respuesta, pero el estruendo de las puertas abriéndose llama la atención de todos y cada uno de los invitados gira la vista hacia la salida encontrando a una mujer vestida totalmente de negro.

Mase se queda de piedra al verla, "ella no puede estar aquí, no en este momento". Siente como el pecho le palpita y su cabeza intenta encontrar palabras para que expliquen todo lo que ella está viendo. Melina, Richard y Dan de igual forma están pasmados, una parte de ellos sienten una alegría de ver a Alexandra ahí, entera y viva, pero el otro lado viene el miedo, porque no hay forma de que explicar como todos ellos están en la boda y que Mase se esté casando con otra.

David gruñe viendo como todo su plan está siendo truncado, "no lo va a arruinar, no cuando estamos muy cerca". Con sigilosidad acerca su mano a su espalda, pero el disparo resuena en la iglesia quitándole las gafas que ocultaban algo su apariencia. Los invitados miran hacia una de las entradas del padre y un hombre con uniforme tactico aparece y muchos quedan de piedra ante su presencia —será mejor que dejes la manos donde todos puedan verlas, Pierelli —Mase mira a su padre y este de forma lenta coloca sus manos en frente.

—¿Qué mierda significa esto?, ¿Por qué esta aquí la Bratva? —pregunta nervioso y enojado Vincent Monterreal.

—Calla, que aquí solo eres un extra insignificante —dice Dominik cosa que encoleriza al Monterreal. Mase vuelve a ver hacia Alexandra que lleva una mirada... ¿vacía?, no, es decepción.

Ella mira a su alrededor deteniéndose tres veces que al volver a verlo esa decepción solo ha crecido —Alexandra...—Mase intenta acercarse, pero al primer paso que da tiene que retroceder porque otro disparo resuena.

—No te muevas —el odio y dolor es palpable en la voz de Alexandra.

—Alex...—Dan intenta, pero cuando ella lo mira este se calla y es que jamás había visto esa mirada en su amiga.

—¿Amor, que está pasando? —la novia se acerca a Mase agarrando su brazo, acción que solo produce que el pecho de Alexandra sangre mucho más. Mase no la aparta más la ganas están.

—Y yo creí que ellos mentían...—dos lagrimas corren las mejillas de Alexandra mirando a Mase —cuando el único mentiroso todo este tiempo fuiste tu.




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