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CAPITULO 17

Alexandra

Después de ese día que Mase me confesó su mayor secreto empecé a ver detalles que antes no me había percatado, o más bien, no estaba prestando atención.

Las veces que llegábamos a las carreras, el organizador mostraba un respeto hacia Mase y Dan que si bien su gestos no son tan notorios, si uno observa bien, puede percibir como hasta su postura cambia a una menos relajada.

Hay cosas que no me atrevo a preguntar sobre el entorno de la mafia, "Dan mismo me confesó que sus manos no están limpias". Pero en mi cabeza no entra la imagen de ellos matando o si quiera lastimando a un punto crítico a alguien, no cuando son super protectores con Melina y conmigo.

Otra cosa que empecé a darme cuenta, es que Mase y Dan son los únicos que usan su nombre de pila en las carreras, todos los demás tienen apodos o sobrenombres para llamarse entre ellos. Una vez le pregunté si no tenía miedo de que alguno de ellos no lo delatara con la policía a lo que Mase solo sonrió ladinamente y me beso en la coronilla para después susurrarme, "todos aquí conocen las consecuencias de estar de boca suelta". Si bien esas palabras me estremecieron, no fue únicamente por miedo, sino que otro sentimiento estaba presente, uno que sentí cuando Mase me masturbó ese día en la casa de sus abuelos.

"Poder", sé que no debería estar cómoda con sus acciones, que lo correcto sería terminar todo y alejarme, pero el tener un hombre con un lado oscuro y peligroso, es como un afrodisiaco del cual uno puede volverse bastante adicto.

Al llegar a las carreras saludo con la mano al organizador y este solo me mira antes de seguir hablando con los dos hombres en su delante, "debe ser algún pez gordo". Esta noche solo correré yo, así que manejo hasta colocarme en la línea de salida con mi moto —¿no te vendrán animar tus amiguitos, Ninfa? —la voz de Carla la escucho desde un lado, más la ignoro ya que lo último que deseo esta noche es gastar mi tiempo con una idiota —de seguro Mase ya se está empezando a cansar de ti —detengo el acomodar mis guantes y la miro —una «niña» jamás podría saciar el hambre de un hombre como él.

—En eso tienes razón, Carla —esta se gira para ver detrás encontrándose a Mase con una camisa blanca desabotonada en los primero botones, "ha venido directo de la oficina" —por eso es que escogí a una mujer capaz de saciar totalmente mi hambre —camina hacia mí y sin más toma mi nuca besándome de una forma para nada tierna ni suave, una que yo correspondo enredando mis dedos en su nuca, mis ojos se abren y van directo hacia la cara de Carla que le esta haciendo competencia a su top rojo ya que su enojo es palpable.

Sin dejar de verla muerdo el labio de Mase jalándolo un poco —¿celosa? —resopla y se da la vuelta alejándose con sus amigas siguiéndola —la detesto —Mase toma mi barbilla y me hace verlo.

—Me gusta verte así —levanto una ceja interrogante —posesiva —me besa castamente —marcándome como tuyo.

—Es porque lo eres —su sonrisa me altera todo por dentro que vuelvo a besarlo, "es mío". Un carraspeo nos devuelve a la realidad y veo al organizador mirando hacia otro lado.

—Es hora de comenzar —Mase asiente y este se retira.

—Ten cuidado.

—Lo tendré —Mase besa mi frente y se une a los espectadores. Me acomodo nuevamente y termino de abrochar mis guantes de cuero antes de colocarme el casco. Los demás corredores empiezan a hacer rugir sus motores y yo igual, una de las amigas de Carla se coloca en medio y levanta el pañuelo blanco —¡TODOS LISTOS! —la gente hace la cuenta regresiva y cuando llega al uno...apenas baja el brazo todos salimos disparados teniendo un único objetivo.

Narrador X

La noche envuelve toda clase de secretos y acciones, y muchas de esas acciones tienen consecuencias bastantes peligrosas. Cada corredor aceleraba a todo lo que daba sus motocicletas, esta vez la carrera consistía en recorrer una parte de la ciudad en máxima velocidad, volver hacia el punto de encuentro, pero evitando que la policía los alcance.

Alexandra manejaba con agilidad evitando el acercamiento de otra moto ya que conocía el riesgo de estar cerca de una. Si bien llevaba un arma en su espalda, no quería usarla hasta que sea su única opción.

Al llegar a uno de los callejones una de las motos se acerca con la intención de golpearla, pero Alexandra se agacha y acelera —¡vamos preciosa, baila para mí! —su risa enerva la sangre su sangre.

Al volver a intentar golpearla de nuevo, Alexandra suelta el manubrio de la moto y agarra el bate con ambas manos para empujarlo logrando quitárselo y estrellárselo en la cara rompiéndole la nariz y desestabilizándolo. Este se choca contra una pared justo antes de que termine el callejón y Alexandra vuelve a acelerar para evitar que los autos de la policía puedan si quiera seguirle el paso.

La carrera sigue hasta que vuelve a la parte de afuera de la ciudad y Alexandra va a la cabeza, pero escucha dos motores y al voltear confirma que son dos motos que se acercan bastante rápido a ella. Al momento de querer acelerar una bala choca muy cerca de su mano que la hace volver a girar dándose cuenta que no son dos personas las que están detrás de ella, sino 4.

Alexandra se coloca nerviosa y sin más acelera evitando por poco que otra bala choque en su moto, "mierda, esto es malo". Las balas continúan y ella hace zigzag evitándolas sintiendo los latidos de su corazón en sus oídos —¡ALEXANDRA! —el rugido de un tercer motor aparece y esta vez de frente.

Intenta gritar, pero una bala impacta contra la rueda de su moto haciéndola salir volando por los aires —¡ALEXANDRA! —todo a partir de ahí en la mente de Alexandra ocurre en cámara lenta, su cuerpo se desconecta y lo último que invade su mente es su deseo de poder seguir viva.

Mase

Mi interior va rompiéndose y ardiendo, "no...no por favor". El cuerpo de Alexandra sale disparado de su moto y aterriza de una forma horrible contra el asfalto dando vueltas sin fin. Siento que no entra el aire suficiente para respirar y veo como los hijos de putas responsables comienzan a dar la vuelta, "ni lo sueñen" —rescata a Alexandra —ordeno por el intercomunicador hacia Dan recibiendo una respuesta afirmativa y acelero hacia los hijos de puta que se atrevieron a tocar a mi mujer.

Noto como desean escapar tal ratas, pero mi auto los alcanza interesándome una maldita mierda si destrozo parte de mi auto, voy contra uno de ellos arrollándolos, sale por los aires y el otro rebota por todo mi auto, "uno menos". Disparo dos veces mi para brisas logrando que se rompa dejando mi campo de visión libre.

Sin falla, logro darle en la espalda al de atrás, que hace que el conductor me mire y doy en su pecho. Ambos caen como saco de papas en el asfalto, vivos, pero bastante heridos.

Detengo mi auto y con arma en mano me acerco hacia los responsables de que mi mujer ahora este peligrando. El de la herida en el pecho empieza a arrastrarse, pero no avanza mucho antes de que lo tome del pelo levantándolo —¿Quién. Te. Envió? —este tiene los ojos cerrados, su tez tostada me hace dar cuenta que no es local, apoyo en cañón en su mentón —si me lo dices te doy el regalo de matarte rápido —entre abre sus ojos —sigue callado y prolongaré tu vida para sumirte en un dolor mayor al que ahora estas sintiendo y después destrozare tu cuerpo por partes dejándolo como comida para las ratas de las alcantarillas.

—No...sabemos— tose expulsando sangre —fue...un pedido...anónimo.

—¿Qué decía el pedido?

—Matar a —gruñe de dolor —matar a la chica de ojos violetas —lo suelto y ahora ya no siento solo furia, sino también un terrible temor, "¿Cómo saben de ella?". Estoy seguro que he controlado cada información que se ha corrido sobre mi tanto para el mundo licito como ilícito. Nadie más que mis cercanos saben de mi relación con Alexandra, "entonces... ¿Cómo...?"

Un único nombre se me viene a la mente, uno que yo mismo he recurrido para saber de rumores o información, uno que no es mi cercano y que ahora se convertirá en un muerto más en mi lista. Veo como el hombre agoniza y como soy hombre de palabra le disparo en la frente matándolo al instante, "aún quedan tres..."

Al querer avanzar una bala cruza por mi lado aterrizando al frente mío que giro rápidamente y apunto a la nada, mi teléfono vibra y sin dejar de mirar mi entorno lo saco y contesto —¡ven rápido, Alexandra no deja de sangrar! —sin importarme que gane una bala doy la espalda y corro hacia mi auto acelerando para llegar hacia lo único que me importa.

Desconocido.

Salgo de la oscuridad al ver como el bastardo se aleja. Camino silenciosamente y me pongo delante del otro idiota que está agonizando, noto como sus ojos se agrandan y su respiración de altera —por tu reacción sé que me reconoces.

—No me mates...por favor.

—Debiste pensar eso antes de atreverte a dañarla —unos gruñidos se acercan y ve más abajo notando a mis acompañantes —siéntete halagado —este niega e intenta alejarse —servirás de comida para mis perros —este se paraliza —съесть —ambos caninos se lanzan llenando el aire con gritos de dolor y agonía, "esto no le gustará".

Cierro los ojos tratando de yo también controlarme y evitar que la imagen se siga repitiendo en mi mente, tomo mi teléfono y marco el número de mi hermano —tenemos un problema.

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