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CAPITULO 15

Alexandra

"No puedo dormir". Me levanto de mi cama y me quedo viendo el suelo repitiendo todo lo sucedido en la tarde.

El almuerzo con los señores Conte fue muy agradable, ambos me trataron como un miembro más de su familia, me mostraron fotos de Mase de pequeño y las travesuras en las que muchas veces se metía, ya sea solo o con Dan.

Pude conocer quien fue su madre y decir con seguridad que su hermana tiene bastante parecido a ella, también pude ver quien es su papá y tal como Mase me había dicho, sus abuelos no lo aprecian mucho. En las fotos se podía ver los felices que eran, como sus miradas mostraban eso que yo tanto veo en los ojos de mis padres.

Lo que me esta inquietando es su declaración de ser parte de la mafia. Si bien mi mente en el momento de su declaración estaba dividida, al bajar del subidón y estar nuevamente tranquila, no he podido dejar de pensar en la magnitud de su confesión, "lo amo eso es seguro, y como le dije, quiero ser una compañera, no una novia que tenga que proteger".

Pero el concepto que tengo de la mafia, que es la que todo mundo maneja, no es para nada...buena. Tuve que tragarme mi incomodidad ante mis padres ya que se que el decirle quien es realmente Mase solo provocará que quieran alejarme de él y eso es lo último que quiero, "¿Por qué tenia que ser algo tan peligroso?". Voy hacia mi ventana viendo como la luna esta en lo alto, "¿realmente podré con todo lo que implica?, ¿seré lo suficiente para él?".

Las cuestionantes son bastantes como para tomar mi teléfono y escribirle un mensaje al único con el que podría hablar de este tema.

—Algunos si llevamos la fiesta en paz con morfeo —me rio al ver hacia atrás y encontrarme a un Dan adormilado, con unos pantalones de chándal y una camiseta sin mangas negra, despeinado y bostezando.

—Lo siento —se sienta a mi lado y mete los pies en la piscina imitándome.

—Dime —me revuelve el cabello —¿Qué te tiene tan inquieta que estás despierta a las 3 de la madrugada?

—Se quien es verdaderamente Mase —noto como todo su cuerpo se tensa y el sueño que antes tenía, se esfumó. Dan aleja su mano de mi cabeza y me mira serio.

—¿Qué sabes exactamente? —trago sin alejar la mirada.

—Se que es la cabeza de los malos, Dan y tu —entrecierra los ojos —lo ayudas —no se si son segundos o minutos, pero ambos nos quedamos en silencio viéndonos hasta que Dan suelta un suspiro bastante auditivo y se apoya en sus manos mirando hacia el cielo.

—No creí que te lo llegara a decir tan pronto —pasa una manos por su rostro —ya veo porque me llamaste.

—Mase me dijo que nadie de tu familia lo sabe —Dan me mira —así que no podía ir con Melina y hablar con ella —vuelve su vista al cielo.

—¿Qué quieres saber? —veo hacia el agua, notando mi reflejo.

—¿Han matado a...—la mera pregunta me es difícil de completar.

—No tenemos las manos limpias, Alexandra —giro a verlo y choco con esa mirada casi ambarina bajo la luz de la luna —en el entorno en que nos movemos, la traición es el pan de cada día, que sino sacas los dientes, mueres.

—¿Han llegado a traicionarlos?

—Lo han intentado, pero siempre fueron descubiertos —puedo sentir como todo dentro mío se encoge —no matamos a diestra y siniestra si eso es lo que te tiene con miedo —vuelve su vista al frente —si se llega a ese punto es para mantener una imagen y un dominio—bajo la mirada y aprieto las manos a modo de tratar de calmarme —pero así como llegamos a ser criminales, somos leales y protegemos a los nuestros —vuelvo a verlo —si bien hacemos cosas incorrectas —ladea su cabeza mirándome y esta vez hay algo de calidez en ella —somos gentes de códigos y reglas —me guiña el ojo logrando romper un poco el ambiente de tensión que había.

—Confío en ti —digo —y también confío en Mase —el asiente —pero...

—¿Pero? —trago y cierro los ojos evitando que las inseguridades me dominen —¿Alex?

—No se si seré lo sufrientemente buena para estar a su lado —no quiero abrir los ojos y siento como mi garganta pica, "de seguro el tiene ese mismo pensar".

Mase y Dan se mueven no solo en un mundo de empresarios grandes, sino también en un entorno en donde a la mínima demostración de debilidad puede significar tu fin, "bien dicen que las películas pueden contener algo de verdad".

—Mírame Alex —respiro entre cortado, pero le hago caso —déjame aclararte algo —se levanta y toma mi muñeca levantándome con él, plantándome en su delante —no se porque llevas un complejo de inferioridad tan arraigado en ti, pero desde ya te aclaro, tu, de todas las mujeres que existe, tienes dominado por completo al Don de Roma —siento una presión en la boca del estomago —y eso no es algo que muchas logren y créeme que lo han intentado.

—Hay mujeres mas bellas que yo —digo sincerándome.

—Pero ninguna ha conseguido que ese idiota la llame «novia» y mucho menos que ponga una foto suya en su teléfono —siento mis mejillas colorearse y él sonríe —así de perdido lo tienes por ti.

—No soy tan especial.

—Si lo eres —se apunta a los ojos —empezando por un color que muchos admiran y desearían poseer —mi humor decae e imágenes de mi infancia llegan que me aparto y le doy la espalda —aquí el problema no es que Mase sea parte de la mafia —miro al suelo —sino que tu no ves tu verdadero valor.

—Te cuesta verlo cuando te han lastimado...—siento los brazos de mi amigo rodearme los hombros y apoyar el mentón en mi cabeza.

—Pues los idiotas que te hicieron creer que no vales pueden irse a la mismísima mierda —veo hacia arriba y él me sonríe —puedo hacerles una visita y darle un poco de su propia medicina si gustas —me rio y siento unas cuantas lagrimas resbalarse por mis mejillas.

—¿No que solo agredías para demostrar dominio? —el se encoge de hombros.

—Siempre puede haber excepciones —me doy la vuelta y lo abrazo por la cintura —empieza a liberarte de esas cadenas y muestra ese brillo que todos vemos en ti —asiento sintiendo como el me devuelve el abrazo con más fuerza.

—Gracias —me alejo un poco y lo veo. El asiente y limpia mis mejillas.

—Para eso estamos los amigos o bueno en tu caso, hermanos —me guiña el ojo y yo vuelvo a abrazarlo —siempre que tengas alguna incomodidad o problema no dudes en venir hacia mí, ¿sí? —asiento sintiéndome un poco mas ligera que antes, "Dan tiene razón", tengo que empezar a dejar mis heridas atrás, el miedo solo me impedirá disfrutar del hombre que amo y todo lo que pueda vivir con él.

Al llegar a mi departamento de la forma mas silenciosa posible, camino de puntillas a mi habitación cuando veo luz debajo de la puerta de la oficina de mi padre, "¿papá de nuevo tendrá demasiado trabajo?". Despacio me encamino hacia la cocina y le preparo un poco de café ya que siempre que se desvela, el café lo ayuda a amortiguar el golpe de cansancio que le viene después.

Al tener la taza lista, me encamino hacia la puerta abriéndola despacio cuando escucho su voz —sí, ella tiene que saber que clase de persona es ese hijo de puta —me detengo al escucharlo hablar, "¿con quién habla tan tarde?". Mantengo mi respiración nivelada y muy suave —si lo sé —sigue —la prepararé para cuando se le tenga que decir la verdad —frunzo el ceño, "¿de quien esta hablando?" —bien —no escucho mas que habla, pero cuando quiero espiar un poco la puerta se abre rápidamente y me descubren tal ladrón en joyería —¿escuchando a escondidas? —mi padre se cruza de brazos mirándome con una ceja levantada, aun con piyama Marco Kiereva intimida.

—Vi la luz encendida y te traje un café —le extiendo la taza —cuando oí que estabas hablando, me detuve ya que no quería interrumpirte —mi papá me sigue mirando hasta que acepta la taza tomando un sorbo.

—Gracias —asiento y me doy la vuelta para retirarme, pero me detiene con sus siguientes palabras —¿estuvo bien tu charla con Dan? —me giro tan rápido que lo veo sonreír ladinamente y acorta la distancia para dejar un beso en mi cabeza —que descanses —camina de nuevo hacia su escritorio dejándome de piedra, "¿Cómo supo que salí y más que nada que estuve con Dan?".

Mi padre me ve y solo hace una señal con su cabeza indicándome que me vaya a mi cuarto, suspiro y tomo el pomo de la puerta cerrándola nuevamente, "siempre teniendo ojos en todos lados". No se como mi padre lo hace, pero las veces que he intentado ocultarle algo, como ser una salida o travesura, el me descubre así haya sido la persona mas cuidadosa del mundo, "quizás algún día le pida que me enseñe sus trucos".

Un escalofrió me recorre al darme cuenta de algo que me detengo a mitad de camino y vuelvo a ver la oficina de mi padre, "¿el no sabrá que...?", trago y niego retomando mi camino a mi habitación, "no, eso es imposible, si ya lo supiera no me dejaría verlo". Su primer encuentro me viene a la mente y si bien ellos no se cayeron a la primera, es imposible que mi padre sepa que Mase es parte de la mafia, "no, no es posible". Deshaciéndome de esa idea, me meto en la cama un poco más relajada dejándome caer en los brazos de morfeo.

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