Un apuesto jovencito de cabello alborotado detenía el auto que estaba conduciendo frente a un parque.

¿En verdad no prefieres que te deje dónde vives?, decía Gokú, con calidez, mientras posaba su mirada en su bella acompañante.

No, ya te dije que no es necesario, respondió Milk con amabilidad, haciendo una pausa para acotar con una ligera sonrisa en su rostro: No se te vaya ocurrir seguir el auto donde iré.

¿Qué?, ¿por qué dices eso?, dijo Gokú sonriendo.

Solo lo digo por precaución joven Son, mi trabajo termina aquí, a las 8 de la noche, respondió la pelinegra cambiando su tono de voz a uno más formal.

Mina, no seas así conmigo, ¿dime que estoy haciendo mal para que me trates así?, ¿o es qué si debo pagarte para que seas más cariñosa conmigo?, acotaba Gokú.

Usted ya sabe cómo es el servicio joven Son, ahora si me disculpa tengo que bajar, el taxi que pedí ya vino, dijo Milk con seriedad, intentando abrir la puerta del auto.

No, espera, respondió Gokú, tomando la mano de la joven.

¿Qué quiere?, dijo Milk firmeza.

Solo esto, respondió Gokú, dándole un beso en la mejilla cerca de los labios de la joven.

La pelinegra quedó estática ante el atrevimiento del apuesto muchacho, quien solo sonreía al ver la reacción de la joven.

Lo tomaré como parte de su contrato, pues tú no me diste ni pediste ningún beso durante el acompañamiento a pesar de que el monto que pagaste cubría aceptar su cariño y yo ser cariñosa contigo si me lo pedias, dijo Milk, antes de bajar del auto.

Sí es cierto, yo pagué por el servicio completo de acompañamiento, él que incluía que yo podía ser cariñoso con ella y ella conmigo si yo lo solicitaba, pero creí que lo más conveniente no era hacer uso de ese beneficio aún, yo no quiero que me beses porque te pago por ello, yo quiero que me beses porque lo deseas tanto como yo, pensó Gokú sonriendo, mientras la veía alejarse. ¿Y si la sigo?, pensó al verla abordar un auto, pero luego desistió de su idea pues lo que menos quería era que ella se moleste por ello.

Gokú decidió volver a su departamento y Milk fue a la agencia a entregar la ropa y accesorios que Sayuri le había dado, luego volvió al lugar donde vivía, pero al hacerlo encontró fuera del lugar donde vivía a una persona que ella empezó a detestar desde que se obsesionó con ella.

¿Qué haces aquí?, dijo con firmeza la pelinegra.

Hermosa estaba preocupado por ti, vine a verte muy temprano pero no estabas,...., respondía Broly.

Estuve trabajando, dijo Milk.

Hermosa, deja ese trabajo y se mi chica, tu bien sabes que yo puedo darte todo lo que necesites, no es necesario que trabajes,..., respondía Broly.

Ser tu chica, dijo Milk.

Sí, mi chica, acoto Broly.

¿Me presentarás con tus padres?, dijo Milk con firmeza.

Claro, pero cuando sea el momento hermosa, respondía Broly.

El momento es ahora, llévame con tu familia, y diles que me amas, que no soy adinerada como tú,...., acotaba la pelinegra.

Milk, no hay que precipitarse, somos jóvenes, tenemos mucho tiempo para formalidades, mejor disfrutemos de nuestra compañía, decía Broly.

No, no quiero, respondió Milk con firmeza, haciendo una pausa para agregar: El que me hayas prestado dinero no te da derecho a creer que puedes manipularme.

Milk, yo no quiero manipularte, además ese dinero no te lo preste te lo regale, agregaba Broly.

Pues no acepto tu regalo, te lo devolveré, es más, toma, dijo Milk, sacando unos billetes de la cartera.

No Milk, no es necesario, yo no he venido para que me devuelvas el dinero, yo solo quería verte, salir contigo, tal vez a tomar algo, acotaba Broly.

Tómalo como una parte de pago, al menos quiero ir disminuyendo la deuda que tengo contigo, dijo Milk, con calma.

Está bien, pero no era necesario, agregó Broly, tras tomar los billetes.

Necesito descansar, dijo Milk.

Bien, ya me retiro, pero mañana, ¿podrías desayunar conmigo?, respondió Broly.

Está bien, dijo Milk, para librarse del joven.

¡Gracias hermosa! mañana paso por ti, respondió Broly, al tiempo que se acercó a besar la mejilla de la incómoda pelinegra.

Departamento de Gokú:

Un joven de cabello alborotado se servía una copa al tiempo que platicaba por celular.

Una amiga padre, fui con una amiga, decía Gokú, con calma.

¿Una amiga?, escuchó.

Sí, aunque yo quisiera ser más que un amigo para ella, Mina es mi chica ideal, respondió Gokú.

¿Es hija de alguno de nuestros socios?, si es así ahora mismo me contacto con sus padres para que la vuelvas a ver hijo, escuchó.

No papá, no pertenece a nuestro círculo social, pero es más bella que cualquiera de las chicas que conoces, es más si gustas te envio su foto para que la conozcas, decía Gokú.

Pues envíamela hijo, quiero conocer a la chica que ha conquistado tu corazón y que ha dejado impactado por su belleza a los trabajadores de mi restaurante de playa, escuchó, al tiempo que ubicaba la foto que tenía de la jovencita en su celular y se la envía a su padre.

¿Qué te parece?, ¿qué puntuación le pones de cero al diez?, decía Gokú sonriendo.

Pues diez puntos sin dudarlo hijo, escuchó.

Ella es Mina, mi chica ideal, la chica que busqué por mucho tiempo, que pensé que no existía, pero existe padre, existe y no pienso dejarla escapar, respondió Gokú con firmeza.

Así se habla hijo, un Son nunca debe rendirse, escuchó.

Lo sé padre, lo sé, dijo Gokú.

¿Y a qué se dedica?, ¿acaso es modelo?, respondía una voz a través de la línea telefónica.

No padre, pero lo parece, ¿verdad?, agregó Gokú riendo.

Sí lo parece, pero no me has respondido hijo, ¿a qué se dedica esa bella joven?, ¿cómo es qué la conociste?, escuchó.

Justo cuando Gokú iba a responder, escuchó otra voz en el celular.

Hijo, escuchó.

Mamá, dijo Gokú.

Luego me cuentas hijo, tu madre quiere platicar contigo, escuchó.

Bien papá, respondió Gokú.

Departamento de Milk:

Una pelinegra platicaba con su amiga por celular mientras estaba sentada sobre una cama mirando una película.

Entonces también lo flechaste, escuchó.

Yo no he dicho eso Vados, decía Milk con reproche.

Hay Milk, no te esponjes amiga, es cierto no lo has dicho de manera explícitamente, pero implícitamente sí, escuchó.

Tu eres imposible Vados, decía Milk sonriendo.

Y cuéntame, ¿se besaron?, escuchó.

No, claro que no, solo le di acompañamiento, dijo Milk.

Pero el pago hasta por besitos, eso me dijiste antes de partir a tu cita, escuchó.

Así es, pero no hizo uso de ese servicio, agregó Milk.

¿Y te hubiera gustado que hubiera hecho uso de ello?, escuchó.

Vados, bien sabes que nosotras estamos para servir al cliente, que nos guste o no hacer lo que dice el contrato, no cuenta, dijo Milk.

Pero él es un chico lindo, no hubiera sido ningún sacrificio besarlo, escuchó.

¿Y cómo sabes que es un chico lindo?, agregó Milk con seriedad.

Pues entre las chicas de la agencia se filtró el nombre del multimillonario que estaba pagando para que le des acompañamiento, entonces lo busque por internet, y es así que pude conocer más de él, escuchó.

De seguro en cuanto se canse de mí empezará a contratar los servicios de alguna de ustedes, dijo Milk, con cierta molestia en su voz.

Pues espero que me contrate, yo le doy hasta dos horas de acompañamiento gratuito, además de darle mucho cariño en nuestra cita, escuchaba la pelinegra.

Ojalá y te contrate entonces Vados, dijo Milk con firmeza.

Te pusiste celosa, escuchó, seguido de una risilla.

No, claro que no, agregó Milk con firmeza.

Claro que sí, de hecho, te pusiste como osa, respondía a través de la vía telefónica Vados, haciendo el sonido de fiereza de los osos.

Vados, contigo es imposible, decía Milk.

Ja ja ja, amiga, sonríe, disfruta más la vida, solo estoy bromeando contigo, yo jamás te quitaría un cliente, y más si este te gusta, escuchó.

Él no me gusta, dijo Milk.

Lo sigues negando, escuchó.

No lo niego, es cierto, agregó Milk.

Hay Milk, eres tan terca querida amiga, pero a pesar de ello te aprecio mucho, escuchó la pelinegra.

Yo también te aprecio mucho Vados, dijo Milk.

Al día siguiente: "Cafetería"

La pelinegra se encontraba junto a un joven de cabello largo desordenado mirando una carta, mientras una mujer de uniforme anotaba sus pedidos.

Creo que con lo pedí es suficiente, decía Broly, entregándole la carta a la mesera.

Bien, usted señorita, ¿algo más que desee agregar a su pedido?, decía la mujer con amabilidad.

No, creo que lo que ordene es suficiente, respondió Milk, entregándole la carta a la mesera.

Una vez que la mesera se retiró Milk posó su mirada en Broly, al tiempo que decía: Luego me podrías hacer un favor.

Claro hermosa, pídeme lo que quieras, decía Broly.

Necesito ir a un lugar, pero está un poco lejos de aquí,..., respondía Milk.

No te preocupes, yo te llevo, dijo Broly.

Bien, ¡gracias! respondió la pelinegra.

En tanto:

Un grupo de jóvenes platicaban mientras bebían unos refrescos, en una de las mesas de un pequeño local.

Vaya que tu familia es de lo mejor, decía Krilín.

Si, mis padres siempre me apoyan en todo, respondió Gokú.

¿Y le puso diez puntos?, decía Vegueta sonriendo.

Sí, ¿o es qué tú le pondrías menor a mi chica ideal?, respondió Gokú sonriendo.

No, claro que no, ella tiene bien ganada su nota, decía Vegueta sonriendo, al tiempo que un par de jóvenes llegaban tras de los apuestos jovencitos.

¿Quién tiene bien ganado su nota amor?, decía una peli azul de sexy voz, mientras rodeaba con sus manos el cuerpo de su amado.

Pues la chica de nuestro amigo Gokú.

¿Ya tienes novia Gokusito?, acotó una jovencita rubia de cabello corto, mientras tomaba asiento junto a un calvo.

Bueno aún no somos novios, pero pronto lo seremos, dijo Gokú sonriendo.

¿Y dónde la conociste?, agregó Bulma emocionada, mientras el joven cabello de flama y un calvo se miraron entre sí.

Sí, ¿dónde la conociste?, y ¿cuándo?, pues hasta el año pasado andabas más solo que perrito abandonado a pesar de tener a muchas chicas tras de ti, acotaba Dieciocho sonriendo.

Hay mi rubiecita, siempre tan directa, decía Krilín, mientras la peli azul y el joven cabello de flama sonreían y el joven de cabello alborotado se tornó serio.

¿Perrito abandonado?, dijo Gokú.

Es un decir Gokusito, respondió la rubia sonriendo.

Cuenta Gokú, ¿dónde la conociste? y ¿cuándo?, decía Bulma.

La conocí fin de año, ella fue mi acompañante ese último día del año,..., respondía Gokú, mientras una amplia sonrisa se plasmaba en sus labios.

Horas después:

Una pelinegra salía de un edificio, mientras un joven de cabello largo la miraba desde su auto, tras algunos minutos la joven llegó al mismo.

Ya podemos irnos, dijo Milk, con seriedad.

¿Qué sucede?, ¿alguna mala noticia?, respondió Broly.

Más bien ninguna noticia, agregó Milk con molestia.

¿A quién andas buscando Milk?, ¿tal vez yo pueda ayudarte?, decía Broly.

No, ya estás haciendo bastante con haberme traído aquí, y haberme hecho el préstamo, no preguntes más, respondió la pelinegra.

Bien, no preguntaré más, dijo Broly, haciendo una pausa para agregar: ¿Te invito el almuerzo?

Llévame a mi casa, respondió Milk con firmeza.

Como digas hermosa, lo dejamos para otra oportunidad, dijo Broly, al tiempo que encendía su auto.

Departamento de Gokú:

Un joven de cabello alborotado miraba la foto de la pelinegra que tenía en su celular, mientras pensaba al tiempo que en su rostro se plasmaba una sonrisa: Sin duda eres mi chica ideal, tan perfecta como te soñé, aunque a la vez tan difícil de conquistar.