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Capítulo 36: "Locura de amor"

(Últimos capítulos)

Una pelinegra platicaba por celular con alguien mientras estaba sentada en el borde de su cama.

Si madrina, el abogado que contrato mi padre nos dijo que a más tardar en dos semanas seré una Ox, decía Milk, con nostalgia en su voz.

Te oigo triste hija, y se supone que deberías estar feliz no solo encontraste a tu padre, sino además descubriste que él nunca mintió a tu madre, que la amo, sino que las circunstancias no permitieron que el amor que ambos se tenían se concretaran, escucho la joven.

Así es madrina, papá es una gran persona, respondió Milk.

¿Qué te pasa hija?, escucho.

Nada madrina, estoy bien, decía Milk.

Milk, escuchó.

Creo que de alguna manera estoy sufriendo por amor como sufrió mamá, dijo Milk.

Sufriendo por amor, ¿Quién te está haciendo sufrir hija?, escucho, la pelinegra.

En tanto:

Un grupo de jóvenes bebían unas copas en un discreto bar mientras platicaban.

Pues la verdad no encuentro la forma de ayudarte amigo, no se me ocurre nada, decía Krilín.

A mí tampoco, además con una mujer tan terca, creo que nada funcionará, aunque en parte la comprendo, tuviste un romance con su media hermana, y no fue un simple romance, agregaba Vegueta.

Pero yo desconocía que ambas eran hermanas, dijo Gokú.

Es cierto, respondió el calvo.

Si Kakaroto, tu desconocías ello, pero de igual manera no debe ser fácil para ella estar con él ex de su hermana, solo piensa como sería tu vida con Milk cada vez que tengan reunión con la familia de ella, no creo que los dos estén cómodos compartiendo la mesa con Cirys, tal vez por ello Milk prefirió renunciar a una posible relación a tu lado, decía Vegueta.

Comprendo su sentir, no sería muy cómodo, pero lo mío y lo de Cirys se dio sin saber que más tarde conocería al verdadero amor de mi vida, y mucho menos hubiera imaginado que este tendría lazos de sangre con mi ex, además Milk es mi presente y la quiero en mi futuro, la amo, y no pienso renunciar a ella, si para que ella se sienta cómoda nunca tengo que compartir momentos con su familia lo haré, pero que no me aleje de su lado, es lo único que pido, acotó Gokú.

Y si hablas con el maestro y le pides que te ayude, después de todo él siempre te quiso de yerno, decía el calvo.

El maestro fue claro conmigo cuando le confesé que fui novio de Cirys hace algún tiempo pero que ya no sentía nada por ella porque mi verdadero amor era Milk, él me dijo en ese momento, que él no se opondría a una relación entre Milk y yo, pero que tampoco me ayudaría a conquistarla, si ella me ama pues él dará su aprobación, aunque Cirys sufra él aprobará lo nuestro, respondió Gokú.

Vaya, entonces no se me ocurre más para que puedas volver a verla y hablar con ella, acotaba el calvo.

Pues a mí lo único que se me ocurre es que la esperes en su centro de trabajo, en algún momento llegará a este, ¿no?, dijo Vegueta.

O que entres a trabajar en él, agregó el calvo.

Deja de decir idioteces insecto, Kakaroto es un hombre, no una chica para que vaya a trabajar de dama de compañía, dijo Vegueta.

Sí, es que pensé que tal vez en la agencia también recibían chicos, ya saben para dar servicios a chicas, respondió Krilín el calvo sonriendo.

Pues no, allí solo trabajan chicas, dijo Gokú con calma.

Bueno, entonces no se me ocurre nada, salvo que te la robes, agrego el calvo.

¿Qué?, dijo Gokú.

Sí, eso es, róbatela Kakaroto, y llévatela a un lugar donde solo estén los dos y no la dejes salir de este hasta que la terca acepte que te ama, agrego Vegueta.

Robármela, decía Gokú.

Si amigo, es más si gustas, nosotros te ayudamos separando una cita con ella, para que tu tengas la oportunidad de robártela, respondía Krilín, mientras el joven cabello de flama asentía.

Heladería:

Un par de jóvenes platicaban mientras comían unas copas de helado.

¡Disculpa que no te haya dicho nada! Pero como ya te dije, eran cosas privadas de Milk, decía Vados.

No te preocupes, yo comprendo, respondió Hit.

¡Gracias! dijo Vados.

No hay nada que agradecer, mejor dime: ¿Me acompañas hacer mis compras?, acotó Hit, con una ligera sonrisa en su rostro.

Por supuesto, decía Vados.

Tres días después:

Estuve con suerte, tenías un día vacío en la semana y ese me lo asignaron, bueno le asignaron al papá de Krilín, sin duda tengo buenos amigos, con tal de apoyarme hasta involucran a su familia, pensaba Gokú, mientras miraba desde su auto hacia un lujoso restaurante, al tiempo que un recuerdo venía a su mente.

-.Recuerdo.-

¿Pero cómo hacer para que Kakaroto pueda raptarla?, decía Vegueta, haciendo una pausa para decir: Para solicitar nuestra compañía piden nuestros datos, de hecho, Milk ya no querrá salir con ningún Vegueta Ouji, porque de hecho ya averiguo mi nombre y apellido con su amiga para advertirle a esta que no vuelva a apartar citas conmigo.

Sí, de hecho, Milk ya hizo ello, acotaba Gokú con nostalgia.

Y tú tampoco puedes apartar cita con ella, decía Vegueta mirando al calvo, al tiempo que acotaba: De hecho, ya te coloco en su lista de negra, en su lista de las personas que nunca podrían comprar una cita con ella.

Sí, es más que seguro, Milk es muy inteligente de seguro ya le advirtió a Sayuri que no aparte citas con ningún Krilín, ya que, si bien no sabe tu apellido, de hecho, recuerda el nombre de mi otro mejor amigo, agregaba Gokú lamentándose.

Así es, y lo peor de todo es que no podemos dar datos falsos, ya que la solicitud se llena con tus datos personales, hasta huella digital para identificarte te piden, acotaba el joven cabello de flama.

Vaya que precavidos, dijo el calvo.

Entonces, ¿Cómo haré para poder llevarla conmigo, decía Gokú con pesar.

No te preocupes amigo, ya se me ocurrió algo, respondía Krilín.

¿Qué?, dijeron a la vez Gokú y Vegueta.

Le diré a mi padre que te apoye, respondió el calvo, dejando sorprendido a su par de amigos.

-.Fin del recuerdo: Tiempo actual.-

¡Gracias al apoyo del padre de Krilín! hoy podre no solo ver a Milk, si no podré llevarla a un lugar donde solo estemos los dos, a un lugar donde podamos hablar con calma, pensaba Gokú, mientras miraba hacia el restaurante.

En tanto: "Dentro del restaurante"

¡Gracias por la compañía bella jovencita! decía un hombre maduro de cabello negro y bigote.

No tiene nada que agradecer, fue un placer acompañarlo a almorzar, respondió Milk.

Ya sabes, si gustas yo puedo apoyar tu proyecto, ya que yo también estoy inmerso en el negocio de la moda, es más te doy mi número personal para que puedas contactarme para orientarte en el negocio, decía el padre de Krilín, entregándole una tarjeta a la pelinegra.

Es muy amable, ¡gracias! respondió Milk, tras recibir la tarjeta.

Luego de ello la pelinegra se puso de pie al igual que el hombre y ambos empezaron a caminar hacia la salida del lugar.

Minutos después:

¡Disculpa no espere hasta que venga por ti! pero como ya te comenté tengo una reunión urgente de negocios, decía el hombre.

No se preocupe, respondió Milk.

Luego de ello el padre de Krilín abordo su auto, dejando sola a la pelinegra. Gokú al darse cuenta de ello bajo de su auto, y camino lentamente hacia la joven, y sin darle tiempo a reacción alguna, le puso un pañuelo en la boca para evitar que gritara y valiéndose de su fuerza la llevo entre forcejeos a su auto.

¿Qué haces?, abre la puerta, decía Milk en tono molesto, dándole de golpes a la ventana, mientras el joven de cabello alborotado caminaba hacia el lado que le correspondía del auto, sin prestarle atención. Abre la puerta, acotó la pelinegra, pero el apuesto joven no le hizo caso, más bien abrió la puerta del lugar que le correspondía y subió al mismo.

Abre la puerta, volvió a decir Milk, pero Gokú no le hizo caso y encendió el auto.

Tenemos que hablar, pero aquí no, dijo Gokú con seriedad.

¿Qué te crees para hacerme algo así?, me has estado siguiendo, eres un acosador, acotó Milk, mientras le daba golpes en su brazo.

Te aconsejo que dejes de hacer esto o harás que pierda el control del volante, dijo Gokú con calma.

¿Qué pretendes?, agrego Milk.

Solo quiero que hablemos, dijo Gokú.

Pues detén el auto y lo haremos, respondió Milk.

No, no pienso detenerlo, iremos a un lugar más cómodo, allí hablaremos, agregó Gokú con firmeza.

La pelinegra dirigió su mirada hacia la ventana, al tiempo que escucho: Colócate el cinturón de seguridad que voy a aumentar la velocidad.

¿Qué?, dijo Milk, pero no obtuvo respuesta, más bien, sintió que el auto salía del carril, luego de algunos segundos, sintió unas manos rozar la piel de su brazo, la pelinegra giro su rostro y se encontró con la dulce mirada del joven de cabello alborotado.

Yo te lo pondré, decía Gokú, mientras le colocaba el cinturón de seguridad, haciendo que con su cercanía la pelinegra sienta su cuerpo temblar.

Luego de ello el joven continuó manejando.

Tiempo después:

¿A dónde me trajiste?, decía Milk intrigada, mirando una casa en medio de un descampado.

Este es un terreno que compre hace poco, pienso remodelar esa casa y poner una sucursal del gimnasio, respondió Gokú.

¿Estamos en la ciudad?, agregó intrigada la pelinegra.

Se podría decir que sí, dijo Gokú.

¿Qué?, ¿Cómo que se podría decir que sí?, respondió Milk molesta.

No te molestes muñeca bella, estamos a algunos kilómetros fuera de la ciudad central, pero esta zona también es parte de ella, solo que aún no está habitada, decía Gokú, al tiempo que apretaba un botón para quitar el seguro de la puerta. Bueno bajemos, acoto.

No, lo que tengas que decírmelo, dímelo aquí, respondió Milk con firmeza.

Milk, si hice esta locura de amor, no es para hacerte algún daño, yo te amo, y a la buena, jamás haría algo que tu no quisieras, solo quiero que hablemos, pero en un auto no es un lugar cómodo para hablar, decía Gokú.

Hablamos aquí, o no hablamos en ningún lado, respondió Milk con firmeza.

Te doy las llaves de la casa si gustas, dijo Gokú.

¿Qué?, respondió Milk.

Si desconfías de mí, te las doy, dijo Gokú.

Las del auto también dámelas, respondió Milk.

Bien, acotó Gokú, colocando las llaves del auto en una de las manos de la joven.

Gimnasio:

¿Cómo crees que le esté yendo?, decía un calvo a su amigo cabello de flama, mientras ambos miraban a un grupo de jóvenes.

Espero que bien, respondió Vegueta.

Sí, yo también espero ello, dijo el calvo, al tiempo que un gigantesco hombre llegaba tras de ellos.

¿Y Gokú?, escucharon.

Maestro, decían sonriendo de manera nerviosa el par de jóvenes.

¿Dónde está Gokú?, ¿es qué no vino hoy?, acotaba el gigantesco hombre.

Si, si vino maestro, pero tuvo que ir hacer algo personal, respondió Krilín, ganándose una mirada de reproche de su amigo cabello de flama.

Algo personal, dijo extrañado el gigantesco hombre.

Si maestro, tuvo que ir a comprar cosas personales, agregó Vegueta.

Claro, claro, bueno, voy a revisar la información que me enviaron del nuevo contrato, decía el hombre.

Estuvo cerca, decía el calvo, viendo partir a su maestro.

Claro y todo por tu culpa, dijo Vegueta.

Pero si yo no dije nada, acotaba el calvo.

Sí, claro, como no, decía Vegueta.

En tanto:

En un discreto restaurante, un par de jóvenes platicaban.

Entonces Milk no ha vuelto a ir a tu casa, decía Broly.

No, y la verdad es mejor así, no la soporto, respondió Cirys.

Pero así no podrás...., decía Broly.

Hay Broly, yo no soy como tú, lento, yo si se actuar y rápido, yo me la encontré casualmente...., respondía la peliroja comentándole al joven sobre su encuentro con su hermanastra.

Vaya, tengo que reconocer que actúas más rápido que yo, decía Broly, haciendo una pausa para acotar: Brindemos por ello, de hecho, tus palabras han surgido efecto en mi hermosa Milk.

En una gigantesca casa:

¡Disculpa! aún no está amoblada, decía Gokú, mientras veía a la pelinegra observar el lugar vació.

No hay problema, creo que no es necesario que haya donde sentarnos, ya que creo que esta platica no será muy larga, respondió Milk.

Yo no lo creo así, mejor tomemos asiento, después de todo hay un par de sofás aquí, dijo Gokú.

No es necesario, respondió la pelinegra.

Bien, entonces empezare, dijo Gokú.

Te escuchó, acotó la pelinegra con seriedad.

Primero que nada, te pido una disculpa por haberte traído aquí en contra de tu voluntad, ¡discúlpame por ello! ¡discúlpame por esta locura de amor! pero estaba desesperado, no sabía cómo lograr hablar contigo,...., decía Gokú con calidez, mientras miraba dulcemente a la pelinegra, que sentía su corazón oprimirse ante aquella mirada.





Nota:

Aquí les dejo un capítulo más de "Mi número de contacto es...", espero y el mismo sea de su agrado y les brinde un poco de entretenimiento en estas circunstancias tan difíciles que estamos atravesando debido a esta pandemia.

¡Gracias de antemano a cada persona que estén leyendo esta historia¡¡Gracias anticipadas por sus vistos y votos¡ y ¡Gracias especiales por adelantado a aquellas personas que se animen a dejar algún comentario¡ además quiero aprovechar para agradecer a las personas que están leyendo mis demás historias en proceso y las concluidas¡¡gracias por sus vistos, votos y comentarios en cada una de estás¡

También les informo que debido a mis ocupaciones no me alcanza el tiempo para escribir más de un capitulo para la semana, por ello, por el momento solo estaré compartiendo un solo capitulo a la semana, sea miércoles, jueves o viernes (según como lo termine), espero como siempre su comprensión.

Ahora si me despido, con "Mi número de contacto es..." será hasta la próxima semana, si Dios me lo permite con una nueva actualización de la misma.

Con mucho cariño.

PrincesaLirio.

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