Parte 81
(Su casa en multimedia, o sea, aquí arribita chamaa)
Abby
El aire fresco golpeaba mi cara.
Abrí los ojos y contemple la hermosa vista que el lugar donde estaba sentada me proporcionaba, los arboles perfectamente cortado y podados, el césped tan verde como siempre, las flores con aquellos colores hipnóticos.
Había pasado de llorar sin decir nada, a callarme. No tenía idea ni ganas de hablar, ¿qué podría decir que solucionara esto?
Me sentía acabada, sin fuerzas ni motivaciones, aquello que cuando eres niña tanto sueñas te lo quitan de un momento y sin poder reclamarle a nadie, tal vez no era algo que estaba buscando pero saber que no iba a poder ser madre... ardía. Me quemaba en todo mí ser.
Mis manos se encontraban en mi barriga, no las había podido quitar desde que volvimos de la clínica, tener el conocimiento que nunca iba a poder sentir tener a aquella personita que amas más que a tu vida misma, no poder tocarla ni hablarle, saber que cuidas al ser más importante que nunca has conocido, que sin verlo lo amas más que a nada. Que no puedes criar o darle aquello que tú y tu pareja esperan con ansias. No iba a poder saber qué era aquello.
Jason.
Abby estaba de espaldas a mí, sentada en la terraza mirando al paisaje, llevaba así un buen rato, trate de que comiera algo, pero todo lo dejo a un lado, me senté con ella y la abracé pero ella quería estar sola.
Ella era la persona más importante para mí, y no había cosa en el mundo que no hiciera para verla sonreír, y me sentía como un jodido imbécil al pensar que ella se sentía culpable, que ella era la causa y que me enfadaría al saber que no iba a poder quedar embarazada.
Pero, cuando amas a una persona hasta donde no hay límites, la quieres a ella, y no la ves como un medio para conseguir algo, a Abby la amé desde el primero momento en que la conocí y no había momento en que dudara de ello. Me sentí terrible al ver su cara de preocupación cuando nos dieron la noticia. Pensaba que estaba enojado y que, todavía peor. Iba a dejarla por ese simple hecho. Cuando era todo lo contrario, me quedaría con ella hasta el final de los tiempos si así me lo permite.
Me acerqué a pasos lentos hacia ella y tomé una silla para sentarme a su lado, el aire hacia que su pelo castaño tan hermoso que amaba se hiciera hacia atrás.
—Te amo — dije tomando una de sus manos — y quiero que nunca lo olvides, te amo por lo que eres, no por lo que ganaré haciéndolo. Eres la mujer perfecta para mí, y no ha cambiado el modo en que te veo, eres preciosa y estas completa para mí, eres perfecta para mí y por favor, no lo olvides — besé la palma de sus manos — haremos lo imposible, si quieres hacer tratamiento estaré dispuesto a todo por ti, si algún día quieres hacerme el honor de criar nuestros hijos juntos, podemos adoptar, y si no, yo seré eternamente feliz a tu lado — tomé su barbilla para que me mirara, aquellos ojos grises que podían hacerme el hombre más feliz sobre la faz de la tierra, o el más miserable, estaban rojos y con lágrimas en ellos — yo te apoyaré y estaré en cada momento tomado de tu mano y apoyándote.
Las lágrimas no paraban de rodar por sus regordetas y bellas mejillas.
—No llores— dije limpiando su rostro con mis pulgares.
Ella me miró directo a los ojos.
—Siento que cada vez que intento arreglar una cosa en mi vida, otra se derrumba — sorbió su nariz — hay veces que siento que trato de competir con la vida, y no puedo, no puedo ganarle.
La abracé y ella se aferró a mi espalda recargando su mejilla contra mi hombro.
—Lucharemos juntos hasta más no poder.
***
Abby
La prominente barriga de Jane se movía de un lado a otro.
—Está feliz — dijo Matt mirando a Jane recargado en su barriga.
—El día que te mueva los intestinos también estaré feliz — Le dio una sonrisa sarcástica.
Reí.
¿Cómo había podido llegar hasta aquí cuando no hace mucho, me sentía horrible, que la vida ya no tenía sentido?, y ahora me encuentro riendo al lado de Jason. Luego de terapias, platicas, y algunos medicamentos después, pero, sobre todo de la compañía de Jason pude salir adelante, sintiéndome bien conmigo misma, él había estado ahí en cada momento, cuando lloraba hasta quedarme dormida, estaba a mi lado abrazándome y diciéndome que mañana iba a ser otro día, que me amaba y que haría todo lo posible para no verme llorando. Luego de todo eso, sí, seguía yendo a algunas terapias pero boté a la mierda los medicamentos y me abrace de la persona que sabía que iba a estar conmigo en todo momento pasara lo que pasara.
— ¿Ya pensaron como van a llamar al pequeño remolino? — pregunté mirándolos. Volviendo a la realidad.
—Mathew — dijo mi hermano
—No como su padre — Jane habló al mismo tiempo.
Los dos se miraron.
—Bueno, he estado pensando en Charles — Jane sacó la libreta del cajón que tenía la mesita que estaba a su lado —Tyler y Kyle.
Miré a mi rubio mellizo.
—Yo pensé en Michael, imagina, Michael Michaelson — dijo sonriendo, Jane frunció el ceño — bueno, también me gustó James.
Reí.
—Cuando estuvimos viendo la eco-grafía, pensé que iba a ver dos bebés — dijo Amber mirándonos — así que chiste.
—Mira, el día que lleves un ser humano dentro verás que con uno basta — Jane la apuntó.
Jason tomó mi mano y la apretó.
—Eres hermosa — dijo besándola.
Sonreí y me recargue en su hombro, mientras seguíamos con la amena plática.
—Solo un mes, un mes y podré conocerte — susurró mi hermano acariciando la barriga de Jane.
Sonreí y me acerqué a ellos.
—Creo que va a sacar los genes Michaelson — miré a Jane — y eso va a ser inevitable.
Jane rio.
—Es lo único que pido — dijo peinando el cabello de mi hermano mirándolo con dulzura.
Tomé mi bolso.
—Creo que nosotros nos vamos — dije mirándolos.
Matt ayudó a que Jane se levantara y nos acompañó hasta la salida de su casa.
—Abby — dijo tomando mi mano — sé que es difícil pero estoy segura que lo van a lograr, los genes Michaelson son fuertes.
Sonreí y abracé tanto como Charles, Tyler, Kyle, James Michael Michaelson me lo permitió.
—Gracias Jane.
—Y suerte hoy.
Asentí.
***
Hoy era la pasarela de moda más importante en el año, por lo tanto era súper importante en mi carrera. Meses de preparación, dietas y ejercicio hasta morir.
Todas las chicas corrían de un lado a otro.
— ¿Nerviosa? — preguntó Amber que estaba en una silla a mi lado.
Sonreí y la miré.
—Para nada.
Ella rio.
—No sé para qué te pregunto, si eres la reina — me sonrió — felicidades.
Y no solo era eso, sino que hoy era mi presentación como una nueva modelo de la tan hablada marca de lencería.
—Todo listo — dijo la coordinadora a mi lado.
Asentí y me vi en el espejo.
Mi cabello estaba peinando en unas muy detalladas ondas que caían por mis hombros, aquel maquillaje resaltaba mis ojos grises y mis labios. La lencería rosa que cubría mi cuerpo, el brasier alzaba mis pechos dándoles más volumen, las partes de encaje de este lo hacían lucir más sexi, y la parte de abajo resaltaba mi figura. Pero lo que más me encantaba de todo, era mis preciosas alas rosas pálidas. Las plumas eran sedosas y tenían un esplendor inigualable. Me sentía la mujer más hermosa de todo el mundo y no había poder que me lo negara.
—Es tu turno — dijo la chica mirándome.
Asentí y Jane chocó la palma contra la mía y me sonrió, caminé hasta donde se encontraba el telón.
—Ya — habló un chico levantando la tela para que pudiera salir.
Y así lo hice, con la cara en alto y la actitud al máximo. Mis preciosas alas no dejaban duda de que ya era parte del equipo.
Toda la gente gritaba y se levantaba de sus lugares, mientras yo caminaba esplendorosamente por la pasarela meneando mis caderas y lanzando besos. Pero mi mente se fijó a los lados, ahí estaba toda mi familia, mamá, papá, Nick, Matt, Jane y por supuesto que Jason.
Me detuve hasta el final de la pasarela y ahí se hacía un acercamiento, así que sonreí y mordí mi dedo para dar vuelta y seguir caminando, le lancé un beso a Jason y él hizo como que lo atrapó y lo guardo en el bolsillo de su smoking. Sonreí y seguí hasta llegar nuevamente al telón.
— ¡Los destrozaste! — dijo Jason chocando las dos manos conmigo y riendo.
—Cómo debía — sonreí — pero falta rematarlos.
Ella sonrió y pronto salió a cámaras.
+
Después del desfile, me encontraba perfectamente cambiada para el after party, dejando atrás todo el concepto pasado de rosas, mi vestido negro largo cambiaba lo que antes se había presentado. De tirantes delgados y bien ceñido a mi cuerpo resaltando cada curva de mi cuerpo, y con la abertura en la parte de abajo dejando escapar parte de mi pierna, era todo un sueño.
—Te ves espectacular — la voz de Jason en mi oído hizo que todos los vellos se me pusieran de punta y una sonrisa pareciera en mi rostro.
Jason
La mujer de mi vida se encontraba frente a mí. Con ese vestido negro pegado a su cuerpo que hace que mis ojos no puedan despegarse ni un momento de ella. Pero lo que me hace despertar del trance en su sonrisa, sus dientes perfectos que los muestra para mí y aquel brillo en sus ojos.
—Tú no te ves nada mal — habló poniendo las manos alrededor de mi cuello.
Pongo mi cara de "galán".
—Me veo más que nada mal
Ella ríe y tomó su mano izquierda besando justamente el dedo anular donde se encuentra su anillo y algo dentro de mí se emociona, sabiendo que el amor de mi vida dijo que sí.
— ¿Estas lista? — pregunté tomando de la cintura.
—Mientras estés a mi lado.
Tomo su cara y la besó dulcemente.
—Eso siempre.
Cuando cruzamos la puerta, los flashes de las cámaras son lo primero que nuestros ojos captan. Pero no dejó de tomarla de la cintura y la pego más a mi cuerpo. Y sé que todo se va a ir a la mierda cuando escucho la primera vocecilla.
'¿Cómo te encuentras después de ser parte de tan famosa marca?'
Pero Abby decide no contestar y aumento el paso.
'¿Han pensado en casarse?'
'Veo un anillo, ¿la boda se celebrara pronto?'
Pero todo se derrumba.
'¿Han planeado en tener hijos?'
Abby se detiene por un momento en shock, pero no dejo un solo momento y la llevó hasta el auto.
'¿Lo han intentado?'
Lo rodeo y entro, pero los reporteros y paparazzi siguen pegados al auto, no dudo y arrancó despejándonos de personas. Cuando estamos bastante alejados, me detengo.
—Abby — digo suavemente.
La miró y tiene su cara al frente, pero veo como una lágrima resbala de su mejilla.
—No puedo más — habla sorbiendo su nariz.
—No, no, no, no digas eso — me quitó rápidamente el cinturón y la tomó de la cintura para colocarla encima de mí, y tomar su cara — mírame por favor.
Sus ojos grises me miran y mi corazón se detiene, están rojos y las lágrimas ruedan por sus mejillas.
—No tienes una idea de cómo me duele al verte llorar y no poder hacer nada al respecto — digo abrazándola — te amo y quiero que sepas que nos importa una mierda qué digan las demás personas de nosotros, ¿okey?, somos nosotros dos contra el mundo y los demás que se jodan.
Notó como ella trata de parar el llanto.
—Te amo y eso es lo que importa ¿no?
Me mira y sonríe.
—Sí.
Sonrió y la abrazo.
—Quiero intentarlo — dijo, y sé a qué se refiere.
—Mañana estaremos con el doctor.
Ella asiente y la besó.
***
Abby
Tomó mi licuado para después pasarme mis pastillas.
— ¿¡Cómo amaneció la chica más guapa de esta casa!? — grita Jason tomándome de las caderas por atrás
Rio y lo miró.
—Más vieja — finjo estar afligida.
— ¡Más vieja!, ¡correcto! — Me alza en brazos y yo rio — ¡Feliz día cumpleañera!
La camisa que tengo puesta se alza dejando expuesta mi ropa interior.
—Me siento anciana — digo abrazándolo.
— ¡Lo estas!— y me da una nalgada.
Lo golpeo en el pecho y me separo de él.
—Tú estás más viejo.
Él me sigue a la terraza, ¿lo bueno de tener un suegro y prometido arquitectos?, que tu casa en de ensueños.
La suave brisa golpea nuestros cuerpos y Jason me abraza.
—Pero soy más sexi — susurra a mi oído — felices veinticinco amor.
Rio y coloco mis manos con las suyas.
— ¿Ya has felicitado a Matt?
—Claro, si es mi prioridad de todos los días.
Golpeo su mano y rio.
***
— ¡Feliz cumpleaños Pinki! – mi rubio hermano me abraza y yo a él.
—Feliz envejecimiento Porki — digo en su hombro.
Nos separamos y veo que el pequeño amor de mi vida viene corriendo. Tyler.
— ¡Amor de mi vida!— gritó y lo tomó en brazos.
Beso toda su cara y él sigue riendo. Y Tyler es una copia EXACTA de su padre, el pelo rubio le llega a la altura de sus hermosos ojos azules, creo que la genética Michaels en hombres pega duro. Es todo un galán y sé, bueno, todos sabemos que va a ser un rompecorazones de grande. Ni idea a quién saldría.
— ¡Feliz cumpleaños! — dice y a sus dos años sabe hablar mejor que Matt a los veinticinco.
—Gracias — y le doy un sonoro beso en sus mejilla regordetas.
Lo bajó y pronto toma la mano de su madre.
—Felicidades — dice y me abraza.
—Gracias, pasen ya hay gente dentro.
Todos dijimos que no queríamos vestirnos formalmente. Mi atuendo era una falda negra de cuero con un cinto conminándole y una blusa de tirantes negra con encaje y botines estilo rudo.
Entramos y en la casa, y fuimos directo al patio, donde ya estaban Mel con una sandía de barriga, Jeff, Nick, Nat, Diana, Alexandre y Damián esperando a Tyler. Stella, Luck, Tommy, Billie Jess y Cole.
— ¡Tío! — grita Tyler lanzándose a Nick.
Él lo abraza feliz.
— ¡Ey!
Nos sentamos.
— ¿Qué te ha panzado? — le pregunta Jane a Mel.
—No lo sé — dice falsamente sorprendida — hoy desperté y ¡pum!, tenían algo dentro.
Billie comienza a reír.
—Y no era el bebé.
Notó como todas tratamos de no pensar en eso.
—Ve con Damián — le dice Nick a Tyler, él asiente.
Él y frijolito se van adentro, que, con sus cuatro años es todo un galán.
— ¿Es niño o niña? — le pregunta Nat bebiendo de su copa.
Jeff sonríe y acaricia la barriga de Mel
—Una mini yo — dice mi amiga.
— ¡Joder, eso sí va a ser el premio de oro! — Grita Jess
+
Todos estamos tranquilamente cenando y platicando de nuestras vidas de "adultos"
— ¿Quién iba a pensar que Mel iba a terminar casada? — dice Diana.
— ¿Qué, yo?, tú embarazada perra.
Rio y me sirvo más del jugo.
—Bueno, pero lo más asombroso, ¿quién iba a pensar que Billie sigue viva? — dice Mel falsamente asombrada.
Y mi amiga le saca el dedo.
—Y Stella sigue con Tommy — los apuntó.
Y El solo negó con la cabeza.
—Bueno, es momento de partir el pastel —dijo Jane levantándose —Tyler.
Y el pequeño sin renegar vino y Matt y yo nos abrazamos.
—Veinticinco años más juntos — dijo sonriendo un paso más adelante del panteón.
—Y los que nos faltan.
***
Me senté en la barra de la bañera esperando.
Mis manos temblaban y sudaban como nunca, trataba de contener los nervios pero no podía, era imposible.
—No, no — mi voz se comenzó a quebrar
La prueba cayó al suelo junto conmigo.
— ¿Abby? — Jason entró rápidamente al baño, pero yo estaba ahí, tirada en el suelo gritando con las lágrimas al máximo.
Corrió hacia mí y me tomó en brazos.
—Shh — trató de consolarme pero era imposible. Había hecho todo al pie de la letra, esperé el tiempo debido y...nada.
Jason tomó la prueba y la vio. Negativo.
—E, ey, todo va a estar bien nena — dijo poniendo mi cabeza contra su pecho.
—Yo... hice todo bien, seguí cada maldito paso, un jodido horario y todo el puto tiempo del mundo — mi cuero temblaba — estoy hasta la mierda.
—Abby...
—Solo, quiero estar sola un momento.
Él me ve y duda por un momento.
—Por favor — digo y él asiento, no sin antes darme un beso y decirme que me ama y que todo va a estar bien.
Me quedo en el baño, sola y pensando ¿qué hecho mal?
***
ALGUNOS MESES DESPUÉS.
—Hola — Jason abre la puerta de cristal para salir.
Comienza a quitarse la camisa blanca de manga larga para andar desnudo de la parte de arriba por la casa.
— ¿Cómo estás? —me pregunta mirándome.
Pongo mis manos sobre las baldosas de alrededor de la piscina para salir.
—Hoy tengo cita con el doctor para los medicamentos.
Veo su esculpido cuerpo y le digo que se acerque con el dedo, él obedece y se acuclilla.
— ¿Qué tratas de hacerme? — pregunta y enrollo mis manos en su cuello.
—Lo que tú cuando nos conocimos — y tarda un momento en adivinarlo pero es muy tarde cuando cae el agua junto conmigo.
Rápidamente los dos salimos, él tomándome de la cintura y yo pegada a su cuerpo.
—Traje hamburguesas.
Palabras clave para hacer a una chica feliz.
Lo empujo y salgo nadando de la piscina, tomó mi toalla blanca y seco mi cabello para después envolverla alrededor de mi cuerpo.
—El último en llegar no come — grito y salgo corriendo.
Trato de no resbalarme pero notó como unas fuertes manos me toman desde atrás y me alzan como un saco de papas.
—Si a eso juegas Michaels, sé jugar sucio — dice cargándome.
Rio y le doy una nalgada.
—Yo también.
***
Me pongo un atuendo de lo más casual, jeans, mis Vans negras y una blusa azul claro de manga corta, mi pelo está alisado y me pongo un poco de hidratante y Rocío un poco de perfume.
—Lista — digo y bajó las escaleras trotando para llegar al auto, donde Jason ya está esperándome.
Me abre la puerta y subo.
— ¿Todo bien? — me pregunta tomándome de la mano.
—Sí — digo sinceramente.
Arranca el auto y comenzamos a platicar.
—Aly está feliz de venir nuevamente, y le va a encantar esta casa — dice Jason.
Sonrió felizmente.
—Aw, estoy tan emocionada de que venga nuevamente, además con Nick se la llevan muy bien.
Digamos que los hermanos menores "que se creen mayores" se la llevan de maravilla, se podría decir que se convirtieron en "mejores amigos". Además que siempre habla con Nat, la aconseja y se han hecho amigas.
—Creo que le caigo mal a Will — digo mirándolo.
Jason ríe a carcajadas.
—Que su cara de culo no te deje engañar, es un amor — dice entre risas.
Niego con la cabeza y pongo música el resto del camino hasta llegar. Bajamos del auto y comenzamos a jugar a no pisar la raya.
— ¿Señorita Michaels? — dice una chica terminando nuestro juego.
Los dos dejamos de reír y toso.
—Soy yo.
—El doctor la está esperando.
Asiento y Jason me toma de la mano hasta llegar al consultorio.
—Hola, pasen — dice y entramos.
Nos sentamos en las sillas individuales que están frente a su escritorio y él se sienta.
—Bueno, ¿Cómo se han sentido? — pregunta entrelazando sus manos.
—Bien — contestamos los dos.
— ¿Han estado tomando el medicamento?
—Sí — digo.
—Muy bien, que buenos chicos — sonríe y le da una paleta a Jason —bueno, vamos a ver que el medicamento no esté causando nada malo.
Me lleva a la camilla para acostarme, desabrocho mi jeans y comienza a aplicarme el gel, que al principio se siente muy frio, Jason está a mi lado besando mis manos.
—Bueno, todo está bien — dice pasando la maquina sobre mi vientre.
Mi respiración aumenta y me siento nerviosa, miró al doctor en busca de algo nuevo.
—Lo siento, ahí no hay un bebé.
Cierro mis ojos y las lágrimas comienzan a salir sin mucho esfuerzo, Jason comienza a hablarme pero me duele todo. Sorbo mi nariz y abro mis ojos.
—Hay dos.
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Wow wow wow WOOOOOOOOOOOOOOOOOW
Say ¿whattttttt?
Comentarios aquí sobre el cappppppp
Sobre el embarao de Mellll
Sobre ¿qué creen qué pase?
Les dije que les iba a encantar.
Y aquí comentarios sobre... todo lo que quieran
Okey, ahora hay que ponernos un poco serios. Espero haber tocado el tema con el respeto que se merece, leí, me informé y traté de averiguar lo máximo posible sobre eso, leí muchos de sus comentarios al respecto sobre la condición de Abby, y traté de hacerlo lo mejor posible. Gracias.
Weeeeee el Matt y Tyler se robaron mi corazón.
Eternamente agradecida:
Daira <3
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