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Parte 80




Meses después.

—Perra con suerte.

Billie me sonrió y le lancé la prueba, ella la tiró nuevamente con asco al suelo.

—Eres una maldita con suerte — Jess se rió.

— ¿Tomaste algo después? — dijo mirándome desde el lavamanos.

—Solo un gran trago de Champaña — contesté levantándome.

La prueba de embarazo había salido negativa.

—Lo diré nuevamente, perra con suerte — Billie me sonrió.

Negué.

— ¿Le abrías puesto mi nombre? — preguntó Jess

—Le quedaría mejor Billie, es un gran nombre — dijo mi amiga pelirosa.

Unos pasos se acercaban rápidamente hacia el baño de mi casa y luego la puerta se abrió.

Mel de la mano de frijolito mostrando su mano izquierda gritando.

—Ahhhhhh — Mel estaba emocionada.

Todas nos vimos entre sí, hasta que prestamos atención a lo que había en su mano.                                                                     Un anillo.

— ¿Es tu primer anillo? — preguntó Billie sin entender.

Pero Jess se levantó y comenzó a gritar y a saltar con ella.

— ¡Te vas a casar! — gritó Jess.

Reí y fui a abrazarlas, en especial a Mel.

—Estoy tan feliz por ti — dije abrazándola.

Nos separamos y su cara estaba llena de felicidad.

—Primero fui a casa de Di, y pase media hora gritando junto con ella, luego vine lo más rápido que pude hacia acá, y de paso me traje a frijolito.

Billie se levantó también.

—Pues felicidades — le sonrió — ¿tu boda va a ser en el campo de futbol?

La sonrisa de Mel desapareció.

—No, va a ser en el baño de la casa de los padres de Abby, ahí se han dado muchos buenos momentos — contestó Mel levantándole el dedo del medio.

Puse una cara de asco recordando lo que pasó entre Billie y Luck.

—Y vaya que sí — dijo Billie limpiándose los extremos de los labios.

Cerré los ojos.

—Por favor, no sigan.

Las dos rieron y Billie la abrazó.

— ¿Qué es esto? — la ligera voz de Damián nos sacó de nuestra conversación.

Todas volteamos y vimos que tenía la prueba de embarazo en la mano.

—Termómetro — dijo Jess quitándoselo de las manos.

Damián giró su cabeza.

— ¿bouche? — preguntó señalando su boca.

—Emm...sí, la temperatura se toma por la boca — contestó ella.

—Pero no la que crees — susurró Billie.

Todos nos quedamos en silencio. Y frijolito esperaba a que Jess se levara la prueba de embarazo a la boca.

— ¿Quién quiere helado?  — dijo Mel.

Los hermosos ojos café de Damián se iluminaron al oír esa palabra, a su corta edad de apenas un año, era una dulzura.

— ¡Sí! — gritó entusiasmado corriendo hacia Mel.

Ella lo tomó en brazos.

— ¡SEEEEEEE! — La voz de un hombre se escuchó por las escaleras.

Todas salimos del baño y vimos a Tommy en la entrada de la mano de Stella.

— ¡HELADOOOOOO! —Gritó como todo un loco, lo que a Damián le pareció gracioso y a nosotras... ¿miedo?, ¿terror?, ¿pavor?

***

— ¿Segura que está bien? — preguntó Jess mirando a Tommy.

Mel, Stella y yo lo miramos también.

Estaba con la cara y ropa llena de helado de chocolate que parecía mierda y había estado jugando con Damián en el tobogán, sí, pero eso no era lo más raro, (Ojala lo fuera), sino que Frijolito estaba al lado de Mel tranquilamente comiendo helado, mientras que él estaba dormido en los juegos manchado de helado de mierda.

— ¿Segura no te tiene secuestrada? — Mel tomó a Stella de los hombros — un pequeño asentimiento y llamaré a la policía, tranquila, no eres la única que pasa por esto.

Stella la miró y frunció el ceño.

—No — contestó con su seriedad que la caracteriza — solo que está cansado, ayer se pasó toda la madrugada ayudándome a estudiar.

Todas volvimos a verlo, Damián se había bajado de los brazos de Mel para ir con él.

— ¿Cómo es posible que Frijolito teniendo un año ya sepa hablar dos idiomas y Diana todavía confunde la izquierda con la derecha? — preguntó Jess mirándolo.

El pequeño niño de pelo café se acercó a Tommy y le picó la mejilla haciendo que él se despertara y lo canchara en sus hombros. Aunque Tommy no fuera nada de sangre con frijolito, o fuera gran amigo de Alexandre, se alegraba al tener al pequeño.

***

Me quité el brasier debajo de la blusa y lo arrojé al sillón.

—Llegue — la voz detrás de mí hizo que sonriera.

Volteé y me encontré a Jason con su traje, desabrochándose la corbata.

— ¿Pero quién eres y que has hecho con Jason? — dije cruzándome de brazos.

Su cara de fastidio, al verme se convirtió en una enorme sonrisa.

—Está arriba esperándote en la cama — dijo besándome.

Sonreí y lo empujé.

— ¿Solo piensas en sexo? — levanté una ceja.

—Cuando tus pechos están libres y cazados por mi mirada, sí.

Se dio la vuelta y yo reí.

— ¿Qué haces vestido así? — pregunté yéndome a la cocina.

Él comenzó a quitarse todo el traje.

—Los socios de mi padre están aquí, y él me pidió que yo los atendiera — se quitó la camisa blanca de botones dejándome ver su esculpido cuerpo.

— ¿Así que ya eres parte del proyecto? — saqué una tabla y cuchillo para comenzar a picar verdura.

—Eso lo sabré en una semana — sus manos se posaron en mi cadera y su respiración en mi cuello haciendo que toda mi piel se enchinara.

— ¿A qué hora debemos de estar en el aeropuerto? — pregunté con la poca cordura que me quedaba.

—Aly va a aterrizar a las seis — contestó separándose.

Estaba feliz ya que su hermana iba a pasar unos días con nosotros y así iba a poder convivir con ella en circunstancias menos... raras.

—Estoy nerviosa — admití.

Jason frunció el ceño.

— ¿Por qué?, Aly te adora mucho antes de que tú al conocieras — tomó un pedazo de zanahoria que estaba cortando y se lo empezó a comer.

Sonreí.

***

— ¿Por qué soy tan imbécil?

Bueno, ahí se podía notar que no era una persona muy... madrugadora. Me había puesto dos zapatos diferentes.

—Carajo — dije sentándome en la sala de espera.

Y para ser todavía peor, le habían llamado a Jason de la junta y él se había tenido que ir, dejándome ir por Alysson yo sola y con zapatos diferentes.

Oí como por las bocinas del aeropuerto avisaban que el vuelo de Aly estaba por aterrizar, así que me levanté y fui a la cafetería que estaba ahí.

—Hola, ¿en qué le puedo ayudar? — preguntó la chica con su mandil verde.

—Quiero dos...

— ¡Oh por Dios! — Gritó interrumpiéndome — ¿eres tú? — Me miró de arriba abajo — ¡eres tú!

Quedé con la boca abierta y sin saber a qué se refería.

—Yo... yo amo todas tus revistas, compro toda tu ropa — dijo emocionada.

Sonreí.

—Gracias — dije sinceramente.

— ¿Me la podrías autografiar? — dijo sacando una revista de su bolso.

La tomé y vi que ahí estaba yo, ¡en la portada!, wow, era una emoción indescriptible al verte ahí.

— ¡Claro! — dije emocionada.

Me dio su plumón negro y escribí  su nombre junto con algunas palabras de cariño.

—Aquí está — le entregué su revista sonriendo.

—Gracias — la tomó y me sonrió — ¿Qué vas a tomar?

—Dos capuchinos por favor

Ella asintió y fue a prepararlos. En menos de cinco minutos, ya estaba en la línea de espera con dos cafés en la mano y viendo dónde estaba Aly.

Una chica pelinegra tomó sus maletas y supe que era ella.

— ¡Aly! — grité y ella volteo y me observo, sus profundos ojos azules me analizaron para luego sonreírme y venir hacia mí.

Me abrazó y yo a ella.

—Tienes diferentes zapatos — susurró en mi oído.

***

Aly iba tomando su capuchino mientras yo manejaba la camioneta de regreso a casa.

—Jason tuvo que salir a...

—Una junta, lo sé, padre me aviso que no iba a poder recogerme — concluyó para luego  darle otro sorbo a su bebida.

Asentí.

—Bueno, hoy tendré un poco de trabajo, así que vendrás conmigo.

—Claro

La miré por un segundo para luego volver mi vista al camino.

—No estoy juzgándote ni analizándote — soltó de repente.

Fruncí el ceño.

—Yo no... — ella me miró sin ninguna expresión en su rostro. Bueno, sí, pensaba que cada vez que me miraba encontraría algo mal en mí — solo que... la primera vez que nos vimos no fue la mejor, y pienso en que no te agrado.

Ella sonrió ligeramente.

—Me agradas — dejó su café — aunque Jason sea un idiota, que vaya que lo es. No deja de ser mi hermano y lo quiero mucho, y quiero lo mejor para él, y estoy cien por ciento segura que tú eres lo mejor para él. Así que, que no te afecten los comentarios de los demás hacia ti, no te debería de importar a quién le agradas y a quién no, si a ti te gusta tu forma de ser y estas feliz con ello — levantó un pulgar — a la mierda lo demás.

Reí y le sonreí.

—Gracias Aly.

Ella se encogió de hombros.

—No hay de qué.

Estacioné la camioneta y bajamos, el sol comenzaba a salir.

—Vaya que es linda tu casa — dijo tomando una de sus maletas mientras yo tomaba la otra.

—Gracias, no es igual de sofisticada que tu casa pero me gusta.

Entramos y subimos hasta su cuarto.

—Tienes tu propio baño por allá y el cuarto de Jason y el mío esta al final del pasillo — dije dejando su maleta — tenía pensado hacer hot cakes pero mi hermano me mandó un mensaje y vamos a ir a desayunar a la casa de mis padres, espero no te moleste.

Ella negó.

—No, en absoluto.

Sonreí.

—Bien, vamos.

—Abby.

Volteé.

— ¿Si?

— ¿No te vas a cambiar los zapatos?

***

—Esto no es una casa, es un país entero — dijo Aly cuando entramos.

Reí.

—Cuando era pequeña solía creer que vivía como en Narnia.

Bajamos de la camioneta y entramos directo al desayunador.

—Hola enano — dije besándole el pelo.

Él me abrazó y sonrió.

—Hola gigante.

Reí.

—Ella es Alysson, el al hermana de Jason — dije apuntándola con la barbilla — y él es mi hermano Nick.

Alysson lo miró por un momento y Nick se levantó.

—Hola — saludó amablemente.

—Hola — dijo ella.

—Eres igualita a Jason pero con ojos azules y menos... — trató de buscar la palabra — eres igualita a él.

Ella rio.

— ¿Menos idiota?

Nick rio igualmente.

—Tú lo dijiste — levantó las manos inocente.

Las puerta se abrieron dejando ver a Sus con bolsas en las manos.

—Hola mis niños — saludó dejándolas en la isla — ¿pero a quién tenemos aquí? — preguntó  mirando a Aly.

—Ella es Aly, Sus, es la hermana de Jason, y Aly, ella es Sus — las presenté.

Y Sus no tardó ni un segundo en abrazarla.

—Pero que belleza de chica — dije separándose — ¿qué quieres de desayunar?, hoy acabo de comprar comida y prepararé un pastel de chocolate, no, tarta de frutas, ¿o un tiramisú? — Nos miró a todos — mejor haré los tres. Pero primero te prepararé un rico desayuno, hot cakes, fruta, pan, jugo...

Y Sus siguió hablando de comida, Aly solo sonrió.

—Gracias.

Me senté en uno de los bancos del desayunador.

— ¿Y mamá osa? —pregunté tomando una fresa y comiéndomela.

—Tuvo que ir a la empresa, tía Andy y ella están planeando un nuevo lanzamiento — dijo Nick volviendo a su desayuno.

Asentí.

—Que lindo es verte sin tu traje de marinero — reí.

Nick rodó los ojos.

—Que no era de marinero, además, ustedes también lo usaron — dijo apuntándome con el tenedor.

—Noup, yo no, Porki sí

—Matt ha usado vestido, así que ya no me sorprende nada — Nick se encogió de hombros.

Aly nos miró raro.

—En nuestro cumpleaños — respondí sonriente.

Ella asintió y se sentó en el desayunador.

— ¿Cuánto tiempo te vas a quedar? — preguntó Nick llevándose un gran bocado de desayuno a su boca.

—No lo sé, me agrada aquí y no tengo muchas cosas que hacer en Italia.

La miré.

—Hoy en la noche vamos a ir a celebrar que Mel está comprometida, por si quieres venir.

—Perfecto — dijo sonriendo.

Sus puso frente a ella muchos platos de comida, y repletos.

—Te preparé unos hot cakes, waffles, huevos revueltos, jugo de naranja que es bueno para que no te enfermes, tostadas y le puedes poner lo que quieras — y siguió nombrándole comida.

Reí.

—Sus vas a hacer que explote — le dije.

—Pero si es un palito — dijo tomándole el brazo — al igual que tú mi niña, a estás más flaca, te voy hacer algo — y se fue.

Aly me miró.

— ¿Qué hago con todo esto?

***

—No me gusta

Reí.

—Eres muy linda y sé que no te hace falta, pero hay que resaltar esa belleza, ¿no? — terminé de ponerle labial y me alejé.

Aly estaba hermosa, le había dicho que tenía ganas de maquillarla, al principio no aceptó pero terminé convenciéndola.  Su pelo negro azabache estaba alisado y caía por sus hombros, se había puesto un vestido negro de tirantes con una blusa blanca debajo y tenis del mismo color que el vestido.

—Cómo cambia la gente cuando se baña — la voz de Jason nos interrumpió. Estaba saliendo del cuarto de baño con su pantalón negro al igual que su camisa pero esta estaba desabrochada.

Aly sonrió.

—Lo mismo digo — se levantó del banquito y lo abrazó — no hueles a Whiskey.

Él rio y la abrazó.

—Estoy feliz de que estés aquí Einstein.

Se separaron y la tomó de los hombros para verle la cara.

— ¿Tienes maquillaje? — preguntó levantando la ceja.

Ella lo miró.

— Creo que los dos cambiamos por Abby

Sonrieron y los miré.

—Hey, que yo no he hecho nada — levanté las manos lo más inocente que pude.

Jason se acercó a mí y me besó suavemente.

—Has hecho más de lo que te imaginas.

Comencé a abrochar sus botones.

—Hay que irnos porque se nos hace tarde — dije terminado el ultimo botón.

—Solo me peino y listo — besó mi frente y Aly y yo bajamos las escaleras para subirnos al carro de Jason.

—Me gusta tu atuendo — dijo sonriéndome.

Bajé mi mirada para ver mi ropa. Tenía puesta una blusa gris sin mangas con una falda café y una abrigo del mismo color con tacones combinándolos, y mi pelo lacio al igual que el de Aly.

—Gracias, tú te ves espectacular y eso no hay ni que mencionarlo.

Jason bajó las escaleras y los tres nos subimos al coche. El caminó fue muy ameno, Aly y Jason contaban historias todo el tiempo, ella parecía ser su hermana grande discutiéndole por todo y regañándolo.

—Hemos llegado preciosas señoritas — dijo Jason abriéndonos la puerta del carro.

Las dos bajamos y entramos inmediatamente al restaurante, no tuve que complicarme en buscar nuestra mesa, aparte de que era enorme y con un gran número de personas en ella, Tommy parecía estar esperándonos.

— ¡Su alteza! — gritó pero lo empujé.

—Ah no cara culo, esta vez no me tumbas.

Él sonrió y luego miró a Alysson.

— ¿Eres la hija de Jason? — preguntó mirándola muy de cerca.

— ¿Eres policía? — dijo ella con el mismo tono.

Mi primo sonrió y me tomó por los hombros.

—La chica me agrada — nos encaminó a la mesa — la prometida alcoholizada está por allá.

Mel reía a carcajadas con Jeff de lado.

—Gracias — los tres fuimos a saludarla.

— ¡Hey! — Gritó ella levantándose, me abrazó y se lo devolví — vinieron.

Reí.

—Por supuesto — me separé  — ella es Alysson, la hermana de Jason.

Mel con botella en mano la abrazó.

—Pero si eres igualita.

—Sí, eso ya lo he oído.

***

Todos cenábamos amenamente.

— ¿Y cómo le va al señor universitario? — preguntó Matt comiéndose asquerosamente una alita.

Nick le lanzó una servilleta.

—Pues, todo bien. El director sigue insistiendo en que entre al equipo de futbol americano — dijo negando con la cabeza.

— ¿De porrista?, porque te jugador te patearían el trasero — Matt rio.

—Bueno, mejor platicamos cómo te va en tu vida de señor casado, ¿ya te enviaron al sofá a dormir?

Un gran "Uhhhh" se escuchó en toda la mesa.

—Eh, déjenlo en paz, que se ha portado bien — dijo Jane riendo.

—Que amable eres — el sarcasmo de mi rubio hermano se notaba.

—Pero qué tal si mejor nos platica nuestra invitada — Billie miró a Aly — eres de la edad de Nick ¿no?

Ella asintió.

— ¿Y cómo te va en la universidad? — preguntó mirándola.

—No voy en la universidad — contestó ella.

Todos teníamos una cara de confusión, excepto Jason, él se moría por reírse.

— ¿Por qué? — dijo Stella interesada.

Alysson dejó los cubiertos sobre la mesa y nos dio una mirada a todos.

—Ya la he acabado hace tiempo — dijo sin una pizca de broma.

La mesa se quedó en silencio, hasta que Jason soltó una carcajada monumental.

—Ah que no se la esperaban — dijo entre risas.

Y Alysson siguió comiendo.

—Pues no, con lo idiota que eres no pensamos eso — dijo Luck mirándolo.

Las risas de Jason se detuvieron.

—Eh — lo apuntó — que lo ha sacado de mí.

Y ahora Alysson fue la que estalló en risas.

—Tú no sabes la diferencia entre perejil y cilantro.

***

Las semanas habían pasado y todo estaba increíble, nos habíamos divertido un montón con Aly, pero era momento de que ella regresara.

Y una de las partes que más me preocupaban era que... nosotros íbamos a ir a Italia también, y no solo a ver a la familia de Jason, sino a... a Lia.

— ¿Abby? — la voz de Jason me sacó de mis pensamientos.

Lo miré.

— ¿Si?

—Ya todo está listo nena.

Asentí y me levanté de la cama. Mis padres nos prestarían el avión para así llegar más rápido.

Los tres nos subimos y abrochamos nuestros cinturones. Pero mis manos temblaban exageradamente.

— ¿Estás bien? — me preguntó Aly mirándome.

Negué con la cabeza.

—Créeme que ella no está furiosa ni mucho menos, le caerá bien que la visites — dijo con una sonrisa.

Asentí y me tomé mis pastillas, odiaba enormemente los vuelos muy largos.

—Ey, todo va a estar bien — Jason tomó mi mano y la besó — lo prometo.

+

—Me quiero ir a la mierda — dije tomando su mano.

Jason me miró.

—Yo no te voy a forzar a hacer nada amor, si no quieres entrar nos vamos.

Mordí mis labios y apreté su mano.

—Entremos.

Él asintió y abrimos la puerta.

Y ahí estaba, Lia en su silla de ruedas a espaldas de nosotros viendo por el gran ventanal que estaba cubierto por grandes cortinas rojas.

—Lia — Jason habló.

Ella giró y nos sonrió. Su cabello rubio plateado estaba a los lados de su cara, y su antes delgado cuerpo, ahora se encontraba más relleno. Los moretones que antes tenía, ya no estaban, parecía una persona totalmente diferente.

—Pensé que no entrarías. — dijo guardando lo que supuse era un dije.

Le di una sonrisa triste.

—Lo siento, estoy nerviosa.

Una risa tierna salió de sus labios.

—Ni que fuera un matón — hizo una broma. — bueno, veo que están bien.

Sonreí y me acerqué a ella.

— ¿Cómo sigues tú? — sé que sonará malo, pero en verdad me importaba cómo se encontraba ella.

—Creo que sonará ilógico, pero me siento mejor que nunca — dijo mirando no necesariamente a nosotros — he estado comiendo mejor y ya no he tenido recaídas.

Tomé sus manos.

—Me siento muy feliz de ti y quiero darte las gracias de verdad por lo que has hecho — algunas lágrimas rodaron por mis mejillas — y al mismo tiempo quiero disculparme por todo lo que has pasado, sé que directamente no eres culpable de nada.

Sus ojos comenzaron a enrojecerse.

—Creo que Beckett solo trataba de llamar la atención de mi padre, no fue su culpa haberse convertido en ese monstruo.

Sorbí mi nariz.

—Pero creo que está en un mejor lugar, tal vez no será a mi lado, pero quiero creer que él estaba arrepentido de lo que hizo — su llanto comenzó a aumentar — no hay día que no pida por su alma, porque sé que hizo mucho daño a las personas, y no quiero pensar que está en el mismo lugar que mi padre.

La miré a los ojos.

—Te admiro por ser tan fuerte — le sonreí dejando que algunas lágrimas saladas entraran por mi boca.

Ella me sonrió igualmente limpiando sus mejillas.

—Hay que avanzar, sin dejar que el pasado nos afecte, tú eres el que decide si dejar que eso te consuma o dejarlo pasar y vivir el presente

AÑOS DESPUÉS.

Mi carrera había despegado como nunca, Jason trabajaba en la corporación de su padre. Hacía algunos años que entre los dos habíamos comprado una nueva casa, más grande y linda, con más privacidad ya que desde que empecé a trabajar con marcas más importantes, los fotógrafos comenzaron a invadir nuestro espacio.

Una semana, una semana sin ir a trabajar.

— ¿Abby? — la voz de Jason me hizo voltear hacia atrás.

Negué con la cabeza y le enseñé la prueba.

Me había estado sintiendo mal, pero no le tomé mucha importancia, hasta que en medio de una sesión de fotos me desmaye. Y llegué a casa, pero ya tenía un indicio de qué era. Así que compré una prueba de embarazo y me la hice.

—Bueno, pero hay mucha probabilidad de que falle — dijo Jason tomándome del hombro.

Abrí el cajón que estaba a mi lado y saqué las otras diez.

—Todas dan negativo.

Y exacto, el problema no era que estaba embarazada, sino, que no lo estaba.

—Nos vamos — dijo levantándome del piso del baño, puso una mano bajo mis rodilla y otra sosteniéndome de la espalda, me cargó hasta su auto y me puso el cinturón.

Las luces en rojo le importaron poco a Jason, él aceleró llegando al hospital conmigo. Luego de un rato el doctor salió y entramos a su consultorio. Me comenzó a hacer preguntas, comida, ejercicio.

— ¿Se han estado cuidando? — preguntó mirándonos.

Los dos negamos.

—No doctor — respondí.

Él frunció el ceño.

— ¿Por cuánto tiempo han mantenido relaciones sin protección?

Respiré tratando de pensar.

—Dos años — dije mirándolo.

Él se levantó y fue a un cajón para abrirlo y tomar algunos papeles.

—Bueno,  aquí están los exámenes que te realizamos hace algunas semanas — dijo dándomelos.

Los tomé y comencé a leer, mis ojos re enrojecieron y las lágrimas no tardaron en aparecer.

Jason los tomó y comenzó a leer rápidamente, pero mi corazón dolía.

— ¿Qué significa esto? — preguntó mirando al doctor.

Yo estaba perdida, mi pulso no sabía si estaba o no.

—Que su mujer es infértil.

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HOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

¿QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE?

Je je je.

Sus comentarios acerca de todo el cap en general aquí merengues.

Me voy sin decir nada.

Eternamente agradecida:

Daira <3

















Lo prometido es deuda, así que aquí merengues les dejo una imagen de nuestro bello Damián

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