¿Devon Steven?
Pov Sky.
Mi pecho se llena de dolor mientras el resto de mi ser se desborda de ira.
Me quitaron a mi Rick, él... que tenía toda una vida por delante, que apenas comenzaba a buscar estabilidad por cuenta propia, recuerdo cuando me comentó sobre varias chicas, al final llegó con un kilo de helado diciendo que ninguna era digna de él.
Cuanta razón, ahora sabía que nadie jamás lo sería, él era único.
El llanto de la madre de Rick solo hace que mis oídos escuchen un pitido y mi sangre comience a bombear, la sed de venganza abriéndose espacio por mis venas.
Quiero sangre, quiero su sangre.
-Skyler, hay que irnos.-dice mamá en un susurro y solo puedo mover mi cabeza asintiendo.
Me acervo al bulto de tierra donde hace menos de quince minutos mi amigo fue sepultado, coloco con delicadeza el ramo de rosas blancas sobre la lápida leyendo la inscripción.
"Buen hijo, buen hermano, buen tío, buen amigo, buen soldado y más que nada, buen ser humano.
Descansa en paz querido Rick"
-Vengaré tu muerte, aunque sea lo último que haga en este mundo.-susurré mientras lágrimas descendían por mis mejillas.-él y cada ser que lo sigue pagará lo que te han hecho con sangre, te lo juro.
Y cerré mi promesa tocando su lápida, una promesa que no rompería, y que llevaría acabo aunque me costara la vida.
(...)
1 semana después..
-Hola mamá, ¿cómo estás?.-pregunta Luca bajando las escaleras.
La muerte de Rick aún quema mi pecho, pero e sabido sobrellevarlo, más que nada por los niños y porque estoy llevando una investigación profunda sobre aquellos mal nacidos.
-Bien cariño.-respondí haciendo de lado las fotos que había mandado a imprimir.
Ya había conseguido los rostros de varios seguidores de este tal Bradik Lisbon, y sabía su paradero de las próximas 12 horas.
-¿Vamos?.-pregunté y el se rascó una oreja.
-¿Estás segura de que quieres ir?.-pregunta de vuelta y yo me levanto para acercarme a él.
-Cariño, faltaron una semana a clases, debo ir a justificarlos. Y de paso aprovecho para aclarar que la única persona a cargo de ustedes soy yo, ¿bien?.-pregunté quitando un mechón de cabello de su frente sin dejar de mirarlo.
Mi hijo era muy guapo.
Él asintió y luego de un momento bajó Barbara con sus cosas.
Hoy era Viernes, y los chicos no habían ido a el instituto desde... lo que pasó con Rick. Les dije que era por su seguridad y ambos estuvieron de acuerdo, así que hoy decidí dejarlos ir, para de paso hablar con el director del tema "padre" y avisarle que mis hijos tendrán seguridad disimulada.
Ellos lo saben, y conocen a su seguridad, los gemelos Harrison. No creo que haya alguien mejor que ellos, aparte de mi o Fer, claro está.
-¿Quién me va a cuidar a mi?.-pregunta Barbie rompiendo el cómodo silencio del auto.-¿Eliot o Esteban?.
-Esteban cariño, el dice ser mejor con los niños pequeños.-dije y miré a Luca.-dice que los adolescentes le causan mucho dolor de cabeza.
Él soltó una risita mientras negaba levemente con la cabeza.
-En su lugar Eliot podrá interactuar mejor contigo y tu amigos.-le dije a Luca.-su actitud es bastante parecida a la de tus amigos, si lo conocieras más se llevarían bien.
Siempre quise que mis agentes se llevaran bien con mis hijos, es mas fácil para mi que en caso de una emergencia mis hijos sean buscados por todos como si fueran su propia sangre.
-Eliot es interesante.-dijo Luca antes de quitarse el cinturón de seguridad. Ya habíamos llegado.
Nos bajamos del coche y caminamos hasta la entrada del instituto, allí reconocí a Kabet y Endial, por el rizado más que nada, su cabello es genial.
-Ho..hola señora Morgan.-saludó bajito Endial, se veía tierno todo rojito.
-Buen día señora Morgan, que lindo es verla por este mísero camino a tan bellas horas.-saludó Kabet haciéndome reír un poco y ganando un empujón leve de Luca.
-Buen día chicos.-los saludé.-que lindo es saber que no llegan tarde al instituto.
-Mamá suele regañarnos si nos levantamos tarde.-soltó de inmediato Kabet.-un par de veces nos levantó con baldes de agua.
-El simple recuerdo me enfría el alma.-dijo Endial fingiendo un escalofrío.
-Es lindo que sean correctos en ese sentido, yo solía saltarme las clases... o directamente no asistía.-dije recordando y rápidamente miré a los 4 jóvenes frente a mi.-y eso es algo que nunca deben hacer.
Ellos rieron un poco antes de volver a hablar, al parecer faltaban 5 minutos para que inicien clases.
-Hey chicos!.-llamó alguien detrás de mi.
Miré sobre mi hombro a un jovencito con tres personas más siguiéndolo y dirigiéndose a los chicos, había notado que todos los que estaban fuera no paraban de mirarme, sé que llamo la atención, pero la manera en que me observaba ese grupo me hizo arrugar la frente, algo no me gusta y no se que es.
-El es el capitán del equipo de los chicos.-me susurró Barbie antes de que ellos lleguen frente a nosotros.
-Hola cap.-saludaron Endial y Kabet al mismo tiempo. Luca solo asintió en su dirección.
-Buen día señorita.-me saludó el muy atrevido mirándome de pies a cabeza.
-Buenos días niños.-dije resaltando la última palabra.-y llámeme señora por favor.
-Disculpe señora.-se corrigió el capitán sin dejar de observarme.
-Una foto te dura más.-soltó Barbie rompiendo el silencio incómodo. Kabet soltó una carcajada nada discreta y el chico dejó de mirarme cuando sus mejillas se volvieron carmesí.
-Y..yo.-se aclaró la garganta.- Yo solo venía a avisar que se cancelan los entrenamientos de hoy...-comenzó a hablarles y yo dejé de prestar atención cuando vi al director pasar por un lado sin tomarnos en cuenta.
Ese hombre tiene una charla pendiente conmigo.
-Lleva a tu hermana a clases cariño.-le dije a Luca antes de darle un beso en la mejilla a Barbara.-Los veo en casa amor.- avisé y le di las llaves del coche y un beso en la frente.
- Adiós mamá.-dijo Barbie.
-Nos vemos chicos.-dije descuidadamente apretando con cariño el brazo de Endial y desordenando el cabello de Kabet.
-Adiós amor de mi vida.-escuché a alguno susurrar mientras me alejaba.
Llegué al despacho del director y entré sin tocar, él se encontraba sentado ahí mirando algo en su computador. Me miró sobresaltado cuando entré y se puso de pie rápidamente.
-Señora, se debe tocar antes de entrar, es de mala educación no hacerlo.-dijo y cerré la puerta detrás de mi con pestillo.
-De la misma forma que es de mala educación aceptar una burla y ponerla en práctica con dos alumnos.-dije acercándome.-Dos alumnos que no tienen una figura paterna.-rodee el escritorio.-Dos alumnos que son mis hijos.-me puse frente a el y agarré con delicadeza su corbata.-Dos hijos por los cuales yo le escupo la cara a cualquiera.-susurré ajustando su corbata con fuerza, él se agarró de mis muñecas, forcejeando para que lo suelte.-y de esa misma manera le puedo meter un plomazo en la frente hasta al mismísimo presidente.
Lo solté y me di vuelta para sentarme frente a él.
-Así que señor director, usted es quien decidirá si a las buenas o a las malas.-metí la mano a mi bolso y saqué una navaja.-primero siéntese, se me hace feo verlo de pie.-dije y dudó, clavé con fuerza la navaja en el escritorio.-o se sienta o le arranco las piernas.
-D..de acuerdo, de acu..erdo.-dijo antes de sentarse.-¿que..-tragó grueso.-se le ofrece?.
-Primero que me le justifique las faltas a mis hijos, no quiero faltas injustificadas.-dije y e solo me observaba.-¡Pero muévase!.-exclamé.
Él rápidamente comenzó a teclear mientras me miraba de reojo.
-¿Algo más?.-preguntó en un susurro.
-Si, mucho, pero no todo puedo pedirle a las buenas, de momento solo avisarle que dos agentes policiales estarán al pendiente de mis hijos ya que usted se pasa por los huevos la seguridad de cualquiera.-dije sacando una carpeta vacía.-son los agentes Harrison, de momento ellos solo observarán de lejos, pero a cualquier cosa que ellos consideren amenaza no quedará más que poner una puta silla en cada clase a ambos.
-Si, señora.
-Ahora quiero que me de las carpeta del capitán del equipo de baloncesto, también quiero que me diga quien fue el o la infeliz que dijo que iba a venir por mis hijos haciéndose pasar por su papá.
-Yo no puedo darle los documentos de los estudiantes, eso está prohibido para mi.
-O me lo da usted.. o voy y lo tomo, y de paso le corto un par de dedos ya que está cerca.-amenacé agarrando la navaja.
-De acuerdo, pero tranquila por favor.-dijo pálido. Se asusta con mucha facilidad este hombre.
Él se levantó y agarro unos papeles, los puso sobre la carpeta y se volvió a sentar, tecleó algo y luego me miró.
-Ya están justificadas las faltas señora.
-Bien.-dije y lo miré fijamente, él solo miraba la navaja en mis manos.
-¿algo más?
-Aún no me a dicho quien fue la persona que lo llamó.
-No tengo idea quien fue señora, solo llamaron diciendo que era el papá de los alumnos y que un tío los vendría a recoger, es lo ún..
-¡Es que no puede ser!.-interrumpí golpeando la mesa.-¿cómo mierda es capaz de entregar a dos alumnos a ciegas?, disculpe si lo ofendo pero ¿acaso usted es imbécil?.
-No señora, pero lamento haberlo hecho, discúlpeme en serio.-suplicó en un susurro.
Yo en cambio estaba enojan dome.
-Quiero que me de su móvil.-dije y el me miro extraño.-¿no sabe que es un móvil?.-pregunté y el director asintió.-entonces mueva el culo y démelo.
Me entregó el aparato y le coloqué un aparato que hace que sus llamadas se desvíen a un sitio creado por Mike y la llamada queda grabada y guardada ahí. Le regreso el celular y me pongo de pie guardando mi navaja.
-Tenga buen día señor director.-dije sonriéndole y saliendo de la oficina.
Los pasillos estaban vacíos, hace varios minutos había sonado la campana, así que los chicos debían estar en clases. Estaba por salir al estacionamiento donde me iba a esperar uno de los Harrison, pero antes de lograrlo choqué contra el pecho de alguien.
Por suerte tengo buen equilibrio.
-¡Lo siento!.-exclamó la persona que chocó conmigo.-No te vi, discúlpame.
-No hay problema.-dije mirándole la cara, su cara me suena.-¿te conozco?.-pregunté con el ceño fruncido.
-¿Cómo?.-preguntó confundido.
-Nada, adiós. Tú.-dije y me fui.
-¡Soy Devon Steven!.-exclamo y frené en seco.
Su nombre... yo conocía a este chico, pero.. ¿Qué hace aquí?
Me di vuelta para preguntarle, pero ya no estaba, ¿caminaba tan rápido?.
-¡Sky! ¡Mueve el culo que yo debo cuidar el culo de tu hijo!.-exclamó Eliot desde el estacionamiento.
Caminé hasta él y tomé las llaves de su choche, se lo entregaría en casa.
-Quiero que investigues a Devon Steven.-dije ya dentro del coche.-si tiene a alguien estudiando aquí, sea familia o amigo, también si es un profesor, lo que sea.
-Listo, te daré lo que necesitas esta misma tarde.-dijo alejándose.
Yo solo asentí y conduje hasta casa de Monique, sin embargo, en todo el camino no saqué de mi mente a Devon, apenas lo vi por un tiempo cuando estudié aquí, y nunca me hablo, pero su vibra no me gustó, y si él iba a estar en ese instituto yo debía saber todo, sobre todos.
En estos momentos cualquiera puede ser mi enemigo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro