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Capítulo 9

Mejores amigas, al infinito y más allá.

Estoy terminando de alistarme he irme para el colegio, la mañana de hoy es medio aterradora, el cielo tiene tonalidades grisáceos, el fuerte viento hace que los árboles se muevan mucho, y lo peor del caso es que hoy tenemos la última clases de matemáticas, el mundo se podría estar cayendo y el profesor igual iría, es demasiado tedioso.

Salgo de mi habitación acomodándome el cabello y me quedo perpleja a mirar a Agustín sin camisa en mi cocina... ¡Wood, no está nada mal!, ok muevo mi cabeza en señal de negación no puedo estar pensando eso, aunque he pensado mucho desde anoche, doy un suspiro y me acerco hacía.

Estoy detrás de él, viéndolo como hace... ¿cereal?... ¡que sorpresa!

-¿Cereal?- Pregunto divertida en voz alta, él se gira hacia mí, repasándome con su vista de arriba abajo, me pone nerviosa cada vez que hace eso.

El mis labios se dibujó una sonrisa, y medio alce las cejas, y señale con boca su anotomía, desnuda, su piel, sexy... ¡Juliana! me regano mentalmente.

-¡Disculpa, no recordaba que...- se calló y prosiguió a colocarse la camisa, por encima de sus hombros. Esos brazos. -Lo siento!- Concluyó.

-No importa-Me encogí de hombros restándole importancia.

-¡A H! No importa- Dijo arrastrando las palabras, mi boca se secó, me quede quita en mi lugar viendo como poco a poco se acerca hacia mi.-¿ No importa que me la vuelva a quitar entonces?-  Él se encontraba delante de mí, es muy alto para mi tamaño, paso su mano por mi rostro, colocando detrás de mí oreja un mechón de cabello, y yo allí... embobada de la vida, no puede ser que me guste mi nuevo cuidador, no me gusta ¡ me encanta mi nuevo, cuidador!

- D-distancia personal- logro decir torpemente. Soy un caos pido distancia y soy la que no se mueve.

-Claro- El retroce dándome mi espacio.- Hoy hice... Cereal- culminé la frase por él.

-Aparte de eso, hice jugo niña inteligente- Dice colocando los ojos en blanco, y girándose hacia la cocina ¿Por qué se puso la camisa? Me queje para mis adentro.

- ¿Jugo? A ver sorpréndeme- Me siento en la silla a esperar el suculento desayuno

Agustín coloca una tasa de cereal con leche delante de mí y un jugo de... no sé de qué, lo tomo con mis manos y me llevo el vaso a la boca, dándole un pequeño sorbo a este, cuando el líquido cae en mis pupilas gustativas, es seguida devuelvo el líquido al vaso, toso un par de veces y coloco el vaso en la mesa de mala gana.

-¿Qué paso?- Inquiere, Agustín.

-¿Qué paso? ¿Enserio?- Me levanto de la mesa.- Te he dicho que no quiere esos jugos, ni comidas de ese tipo ni nada de eso.¿¡No lo has entendido!? ¿Cómo tengo que explicártelo?-Cierro los ojos para calmarme, realmente estoy muy alterada este tipo de temas me irritan mucho.

-Quiero ayudar, Juliana.

-Nadie te pidió ayuda, Agustín.

Nos quedamos en silencio por unos segundos, la tensión entre nosotros es fuerte, pero ya se me están calmando los humos. -Yo lo sien...El hace una seña con su mano para que me calle. -No importa. - dice serio.

Miro mi teléfono y me doy cuenta que ya es algo tarde, le dedico una última mirada, a esos ojos, que me encantan, pero me cabrean y me dirijo a la puerta, siento unos pasos detrás de mí y luego su mano, tomando mi brazo.

-¿Sucede algo?- Inquiero.

-No... solo te voy a acompañar.

-No, no... no es necesario- Juego con mis manos.

-T e voy a acompañar, Juliana. Nose se has escuchado las noticias, pero hay un grupo de delincuentes que están atracando a niñas que anden solas, y parecen indefensa.- Lo último lo dijo para molestar, estoy segura.

-¿Te parezco, indefensa?- Inquirí aterciopelando mi voz.

-Un poco- Elimino la distancia entre nosotros.

-¿Tengo otra opción?- inquiero mirándolo a los ojos.

-No querrás saber lo que tengo en mente, Juliana.

Oh por Dios, este hombre va a volverme loca, me encanta, no puedo creer que estoy derritiendo por el como un helado en la playa.- me dedica una sonrisa lobuna, me encanta. ¿Ya lo he dicho? No entiendo cómo podemos estar bien de un momento a otros, los dos somos unos bipolares,

**

Vamos camino al colegio, la brisa está soplando muy fuerte, la verdad es que a veces no entiendo este clima, unos días esta cálidos, otros fresco, otros, fríos, la verdad no entiendo, hasta el clima es bipolar como nosotros. En la entrada puedo visualizar el cabello rojizo de, Jess, esta estrenando bolso nuevo, tardo un mes en personalizar ese bolso, ella adora las plumas, asi que se podrán imaginar.

-Tu amiga me agrada- Expreso de la nada.

-¿Ah, sí?- Fruncí el ceño.

-SI- Afirmo- Es muy divertida.- Dijo con una sonrisa en sus labios.

-Ella me ha dicho que le parces guapo- Murmuro.- me da pena levantar la mirada pero sé que me está mirando en este preciso momento.

-¡ya lo sabía, Juliana!- Me encanta cuando pronuncia mi nombre con ese tono de voz, tan sexy.

-¡que autoestima, señor guapetón!

No puede evitar mirarlo más, cuando el comenzó a reírse de una manera muy abierta, no puedo evitar sentir ese cosquilleo en mis estómago, cada vez que lo veo sonreír, siento que es un trufo hacerlo.

-Vendré a la hora de salida, no quiero que te regreses sola a casa.

-Iré con, Jess- Le recuerdo.

-Igual vendré, son dos niñas indefensa ahora.- No puedo evitar sonreír con el comentario.

**

Estamos en clases, no puedo evitar un bosteceo esta clase es demasiada aburrida, escuchar al profesor volviéndonos a contar como se separó de su esposa, es una odisea. Cuando comenzamos nos contó como la consiguió en su cama, con otra tipa, de verdad fue un giro inesperado para la historia, pero ya escuchar la otra vez ya es mucho.

De repente la vista se me comienza a nublar, cierro los ojos de una manera brusca, tratando que se normalice mi visión, la cabeza comienza a palpitarme realmente me está doliendo mucho, espero que no de una crisis.

-¿Estas bien?- Susurra, Jess, desde la parte de atrás. Yo solo asiento con la cabeza, no me ha dicho nada pero sé que no se ha creído el cuento, me conoce muy bien, así que tendré que prepararme para el bombardeo de preguntas.

-Bueno, muchachos, les deseo suerte, estudien recuerde que en dos días es su examen final, estudien. - Vuelve a repetir.- Acuérdense de no irse solo, creo que ya muchos han escuchado de los casos de robos que se han registrado en el colegio.- Se pueden retirar.- El sonido de las mesas y las sillas arrastradas hace que el dolor de cabeza se incremente.

-examen que tu harás, señorita- Dice, Jess.

Me quito la mano de la cabeza.- Si lo sé, esta vez me toca a mí.- finjo emoción.

-exacto.- Ella esboza una sonrisa de oreja a oreja.- Pero de todas formas estudiare, eres muy lenta, así que es mejor prevenir que lamentar.- Concluido eso, lleno su boca de aire e hizo un sonido con su boca.

Yo solo la mire y le regale una sonrisa... triste realmente me sintiendo mal físicamente y mentalmente. Necesito ir al baño.

-Vamos a salir, ¿Qué esperamos?- La jalo del brazo y salimos del salón, ella se detiene y se deshace de mi agarre.

-¿Te gusta mi bolso?- inquiere con una sonrisa, ella ama ese bolso.

¿Plumas? Espeto con el ceño fruncido.- ¿A quién le robaste esa gallina?

-¡No robe nada!- Se quejó.- A mi tía ¿feliz?- masculla entre dientes.

-¡Oh por dios!- nos quedamos en silencio al ver que hago una mueca de dolor inconscientemente.

-¿Estas bien?- inquiere Jess, su voz es de preocupación.

-SI.- Esbozo una sonrisa falsa.- Ella entrecierra los ojos y me mira con una mirada acusadora.

-No te creo.- Se cruzó de brazos. ¿Qué tienes?- Volvió a preguntar.- te conozco, Julia. ¿Te está doliendo la cabeza verdad?¿ has tomado las pastilla?¿Haz sangra... ¡NO!- la detento.- Si tengo dolor de cabeza pero normal...es por la luz del celular.-Le restó importancia.

Sigue con los ojos entrecerrados, y mi dolor de cabeza va en descenso.- Sigo sin creerte. ¿Has hablado con tus papas? Recuerdas la última vez que no tomaste los medicamente y no comiste nada de la dieta.- Mi mirada baja hacia el suelo, ella tiene razón, no quiero volver a ir al médico por esta situación.- ¡Juliana!- Me reprocha.

-Iré al baño.- murmure.

-¡Juliana!- Me llamo.

-Ya regreso no tardare, espérame no te vayas a ir sin mí. Acuérdate de los delincuentes.

-¡Oh, chicos malos!- Dice movimiento los hombros.-¡Iré por helado, chiquita!.

-¡quiero de torta suiza!- Dije en voz alta.

Ella alzo los pulgares y se dirigió a la salida. Salgo literalmente disparada al baño de mujeres, empujo la puerta y tropiezo con una chica, nunca la había visto, me dedica una sonrisa y se va. Me detengo al frente del espejo, tratando de controlar mi respiración, estoy comenzando a hiperventilar, no quiero que nadie me vea así, hací que le paso seguro a la puerta del baño, me vuelvo a detener al frente del espejo, mirando mi reflejo en él, la sangre comenzó a salir del orificio derecho de mi nariz, el dolor de cabeza se va incrementando más, siento un chillido en mi casa, como una olla de presión. Me coloco las manos en la cabeza me la sujeto, las lágrimas salen de mis ojos y se mezclan con la sangre que ahora sale por ambos orificios, el saber a sangre mezclado con lágrimas de dolor mueren en mis labios. Odio esta sensación, odio esta enfermedad, odio esto, odio pasar por esto, y odio no poder contarle a Jess.

Me inclino en el lavado para echarme agua en el rostro y limpiar cualquier rastro de sangre, en el momento que el agua toca mi cara. Escucho un sonido proveniente de afuera y luego escucho gritos. -¿Qué pasa?- lavo rápidamente mi rostro y abro la puerta del baño, salgo corriendo hacia la entrada del colegio. Observo a varios compañeros tirados en el suelo cubriéndose las cabezas, la verdad no entiendo nada. Jess es lo primero que se me viene en la cabeza así que comienzo a buscarla con la vista, logro visualizar el carrito de helados, veo a la señora que atiende con dos helados en las manos, y algunas gotas de sangre en su vestimenta.

Niego lentamente, siento que todos me están mirando, pero nadie dice nada, veo unas personas reunidas cerca del carrito de helado, como si estuvieran mirando algo.

Mi cerebro le manda señales a mis piernas para que  avecen pero el miedo se ha apoderado de mí, no quiero saber que hay allí, no quiero. Hasta que por fin comienzo a avanzar lentamente entre las personas, todos me quedan viendo y sus miradas solo reflejan una sola cosa y es... lastima. Visualizo en el suelo el bolso de pluma... Bolso de plumas... las plumas están de color rojas.

Mis manos comienzan a temblar. No puede ser, no puedo ser, niego mientras sigo caminando, me detengo al ver un charco de sangre, coloco mis manos en sobre mi boca ahogando un sollozo, tengo una sensación de que algo se ha destrozado dentro de mí. Sigo caminando hasta llegar donde están las personas y me dan un espacio para pasar.

Mis ojos se inundaron de lágrimas, lagrimas recorriendo mis rostro sin nada que las detenga, mis piernas, tiemblan, mis manos tiemblan mi ser tiembla, el cabello rojizo de Jess esta tendido en el suelo, ella se encuentra boca abajo, corro hacia ella, y comienzo a llorar sin control alguno, la tomo por los brazos y la volteo.

-¡Levante, Jess! ¡No te puedes ir!, Jess. Comencé a desespérame mi respiración estaba agitada.

-¡Ayuda!- Gritaba con todas mis fuerzas, pero nadie hacia nada, todas las personas están perplejas mirando.

-¡JESS, Levántate!- comencé a moverla de los hombros. ¡Jess, por favor!- pedía a suplicas en medio de sollozos.

Sus ojos comenzaron abrirse lentamente.- Jess, vamos a ir al hospital, tranquila.- ¡llamen a una maldita ambulancia!- Grite con lagrima en los ojos y la garganta desgarrada por tanto gritar. -Por favor.-Susurre en el pecho de mi amiga.

Tenía mi uniforme llevo de sangre, mis manos manchadas de sangre, y con ellas le tome el rostro a JESS.-Ya viene la ayuda. ¡Calma!.

-Julia.- escupió mi nombre.- No hay nada que hacer.- Aseguraba lentamente, su voz era un susurro.

-¡NO! NO digas eso, ya viene la ayuda, no te esfuerce.- Le asegure besándole la mano.

-Te compre tu helado favorito, Julia.- Me dijo con una sonrisa en sus labios.

-¡Jess, por favor! Solloce.

-Juli.- me llamo.- Promete que harás ese examen.- Sangre comenzó a Salir de su boca.

-¡Ayuda, por favor!- volví a gritar.

-¡Ya viene la ayuda en camino!- Escuche decir.

-Escuchaste ya viene la ayuda, todo estará bien-.

-Julia, promete que harás el examen, estudias lo que puedas, te tomaras el medicamente, y te comerás... - comenzó a toser.- te comerás el hígado malo que cocina Agustín y volverás a la dieta.- seguía tosiendo.- es tu bien, por favor.

-¡No te prometeré nada porque tú no te vas a ir!

-¡Julia promételo!

Ya se acabó aunque no quería aceparlo, no quiero aceptar que mi mejor amiga este punto de morirse en mis brazos, no quiero aceptarlo, todo esto ha sido mi culpa, por mi enfermedad, si no hubiera ido al baño, si no la hubiera dejado sola, si tan solo yo...

Comenzó a toser mucho más y solo escupía sangre, se estaba ahogando con su propia sangre y yo sin poder hacer nada.

-¡te quiero!- Fue lo último que le escuche decir.

-¡JESS!- Un grito desgarrador salió de mi garganta. -¡no! ¡No!.- comencé a gritar, la movía de los hombros, la abraza tan fuerte no quería soltarla, comencé a sentir brazos tratando de agarrarme 'pero no quería soltarla, no quiera hacerlo, es mi mejor amiga, mi hermana, la personas que ha estado para mí en todo momento, cuando mis papas se van a trabajar, la única Perona que relámete estaba interesada en mí, a la única persona que relámete le importaba, se acaba de ir de mi lado, y todo por mi culpa... todo esto es mi culpa. Las lágrimas no cesaban.

Escucho el sonido de las sirenas llegando al lugar, los policías, comenzaron a alejar a las personas, una camilla salió a levantar el cuerpo de mi amiga, ellos comenzaron a tirar de mi para que la soltara pero no quería a hacerlo, mi cabello estaba sucio de sangre toda ya estaba sucia de sangre, de la sangre de mi mejor amiga. En mi pecho estaba la sensación de que me falta algo.

-¡ayúdenme a quitarla de aquí!- Escuché decir a los policías.

-¡NO QUIERO!! NO QUIERO!- Comencé a gritar. Estaba abrazada al cuerpo muerto de mi mejor amiga.

Hasta que siento que unos brazos, logran que la suelte y me tomo por la cintura.- ¡SUELTAME! ¡Bájame, por favor!- comencé a patalear, varios mechones de cabello estaba pegado a mis rostro.

Siento que me suelta ya cuando nos encontramos a una cierta distancia lejos del lugar, me voltee y comienzo a golpear a la persona que tengo al frente.

-¡Juliana, detente!- me sostienen de las muñecas, esa voz, su voz, me quedo un momento quieta mirando a la persona que me acaba de separar de mi mejor amiga.

-¡Agustín!- Es lo último que recuerdo decir, cuando mi vista se nublo...

Nota de la autora: ¡Wood! Que intenso, un beso mis queridos belinlectores, disculpen por la demora, trataré de actualizar más seguido, tenía un bloqueo de escritor, pero aquí estoy actualizando para ustedes, espero terminar la historia para este mismo años, tengamos fe que sí. Comente que le pareció el capítulo, y no olviden dejar su votivo, por favor, se lo agradecería mucho con toda el alma.

Te queremos, Jess

Con amor

Silenay








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