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capitulo 25 ante penúltimo

Juliana

Regresar al colegio después de todo, después de tanto, es muy… extraño.

La sensación en el pecho están diferente a la que sentía meses antes.

Me gustaba venir, me gustaba ver clases, me gustaba ver a mis compañeros, me gustaba el ambiente.

Me agradaba todo. Pero ahora la sensación en mi pecho es de miedo de que alguien precione otra vez el gatillo y caiga alguien más. Me da rabia la forma en la que me miran mis compañeros con lastima, con pena.

Ahora no me gusta el ambiente me recuerda la sangre y no solo mi sangre del dia que me fui al baño y dejé a Jess sola, sino la también la sangre que salía del cuerpo de Jess tirada en el suelo, todos los recuerdos invaden mi cabeza cada vez que me acerco a la entrada del colegio.

Mi manos empiezan a temblar, los nervios me atacan y tengo muchas ganas de devolverme.

Mientras más me acercó, puedo ver a la señora que vende los helados al frente de colegio.

En lo que entre al patio del colegio, su mirada se dirigió hacia mi y me sonrió yo le devolví la sonrisa.

Veo como ese dirigí hacia mi, hasta quedar de frente conmigo.

—Me alegro en volver a verte, Juliana.— Me abrazo.

Por un momento me quedé paralizada mientra sus brazos rodeaban mi cuerpo, pero poco mis brazos fueron subiendo hacia su cuerpo y yo también la abrace a ella.

Fue el abrazo más cálido que he sentido desde hace meses. Me hacía mucha falta un abrazo. Antes decía que me hacía faltan sus abrazos. Pero no, me hacía falta un abrazo cálido un abrazo que la persona que me lo estuviera dando lo hiciera con cariño de verdad.

—gracias.—respondi mientras me separada de ella, sujetando le las manos con las mías

—Mi niña, me alegro que estés aquí. He escuchado todo lo sucedido con tus padres y de verdad lo siento mucho.—Me dio un pequeño apretón en las manos de forma alentadora.

—Esta bien, gracias por preocuparse.

—Eres muy fuerte, Juliana.

Negué con la cabeza.—No creo… no sabes las veces que me he derrumbando… sin saber cómo salir adelante.

—Pero yo te veo aquí. Firme. De pie. Porque eres fuerte y todas esas veces que te has derrumbando, en cada una de ellas te has levando, y más fuerte. No eres la misma niña de hace meses, que solía cantar canciones al salir del colegio. Ya no eres esa niña, y no es malo no serlo. Ahora eres una chica fuerte, valiente, y deberías de sentirte orgullosa de eso.

Las lágrimas amenazaban con salir, pero no queria que me viera llorando. No quería mostrar debilidad frente de nadie. No quería volver a ser esa niña que vivía llorando. Y se que llorar no está mal, de que sentirse triste no está mal, pero no quiero volver a hacerlo otra vez.

—Gracias, de verdad.

—No hay de qué hija.

Me volvió abrazar y así seguí mi camino hacia mi salón de clases.

Al entrar al salón, por un momento todo se quedó en silencio como si un fantasma se hubiera aparecido. Todos dirigieron sus miradas hacia mí. Por un momento me quedé parada allí bajo en marco de la puerta.
Le agarré la cabullita de mi mochila y seguí caminando hacia mi puesto.

Sentarme allí fue tan extraño, pero no de una forma negativa… pensé que me sentiría diferente al entrar en ese salón, pero no,todos después se giraron y siguieron con lo suyo.

Nadie me miró con lastima ni pena, pero si tenían algo diferente al mirarme y era admiración.

No pude ocultar la pequeña sonrisa que se dibujo en mi rostro. Asi que fui sacando mi cuaderno del bolso.

Una chica que nunca había visto entro al salón de clases, tenía un cuaderno en su mano derecha y un vaso de jugo en la izquierda, pero no se veía ni inteligente,ni elegante. Era totalmente un desastre. Su pelo un poco alborotado, su camisa algo arrugada, su pantalón un desastre. Paso súper rápido por mi lado y dejo caer su libro en la mesa.

Ese asiento.

El asiento de Jess.

Ya lo ocupa alguien más.

¿Me dolió? Sí un poco. Pero no era como esperaba, pensé que tendría un ataque de ira, ansiedad o algo al ver a alguien sentarse en ese  puesto, pero no fue así. Fue alivio de que alguien más ya estuviera allí, y no como remplazo, sino como Alguien nuevo.

—¿Estás bien?.—pregunte al girarme.

La chica de ojos marrones me miró algo apena, mientras pasaba la mano por su cabello aplastando los un poco .—El primer dia no es lo mío.
me levanto tarde siempre.

Una risita salió de mis labios.—Suele pasar.

—¿Te pasa? Si estás perfecta, el cabello bien peinado y …

—Y muchas ojeras cubiertas con mucho corrector.

Ella se echó a reír.—Ni se notan.

—El poder del maquillaje.

Ella comenzó a reírse más abiertamente y eso me sentir algo en el pecho. Hace meses no hablaba con alguien así.

—Me agradas, Soy Amelia.

—Me gusta tú nombre, soy Juliana.

—Me gusta.—Dijo dándole sorbo a su jugo.

Sonríe y me gire hacia el frente.

Justamente estaba entrando la profesora Madeleine. Ella se sorprendió al verme pero supo disimularlo bien. De igual forma pude notar esa sonrisa que aprecio en su rostro e intento ocultar.

—Chicos estoy muy contento y muy orgullosa que todos hayan aprobado sus materias de una forma excelente, por llegar hasta aquí a pesar de las dificultades.—Menciono mirándome.—Estan aquí. Disfruten sus últimos días, disfruten de su graduación, sigan estudiando ahora les viene la universidad, se que lo harán excelente. Sigan preparándose porque el futuro de cada uno de ustedes depende de ustedes mismo y de cuánta dedicación y empeño le coloquen.

Después de un rato, la profesora nos explico que día sería el acto de graduación, dónde seria, como sería el procedimiento y todo eso. Nos dijo que ya nos podíamos ir. Recogí mis cosas  y las guarde en el bolso, cuando ya iba a salir del salón la profesora me llamo.

—juliana, te puedes esperar un momento, por favor.

Me detuve cuando la profesora Madeleine lo pidió.

—¿Si?.

—Estoy muy felíz de que hayas vuelto.

Sonreí y asentí

—Te he visto platicando con Amelia… ¿quería saber si te sientes cómoda con ella? Si no te molesta que ocupe el lugar de Jessica.

Al escuchar el nombre de Jess sentí una punzada en el pecho, creo que eso es algo que aún no se irá.

—Si… solo es un puesto. Cualquiera puede usarlo, aparte no es mío.

—Lose, pero la institución y yo no qurrmos que te sientas mal o incómoda. —se acomodo paso la mano por su cabello perfectamente arreglado.— Amelia, no es ningún reemplazo a Jessica.

—Nadie podrá reemplazarla y verdad gracias por su interés, pero estoy bien.

—Estoy muy contenta de escuchar eso, Juliana.

—Gracias por preocuparse por mi, profesora… y disculpa por lo grosera que fue la última vez.

—No te preocupes entiendo que fui algo indiscreta.—Sonrió sin separar los labios.

—Un poco.—No puede evitar decir
Está vez si mostró sus dientes .—Si necesitas algo, Estoy aquí para lo que necesites.

—Gracias.—Me acomodé el bolso para salir del salón.

—Juliana —Me llamo.

—¿Si?.

—Eres muy fuerte.

No puede evitar que mis ojos se aguaran un poco. La verdad no me gustaba que me dijeran que era fuerte por a travesar todo lo que pase. Si fuese por mi, no querría ser fuerte nunca. Pero me gusta que me vean así con admiración y no con lastima.

—Gracias.—Me acerque a ella y la abracé, sin su permiso. Pero ellos enseguida me devolvió el abrazo, como si se estuviera contuviendo las ganas de hacerlo.

La solté, y ella solo me sonrió y así salí del salón de clases.

Ya me dirigía a la salida del colegio cuando escucho a  mi celular. Era policía.

—Bueno.—conteste enseguida.

—Juliana.—Reconoci rápidamente esa voz.—La tenemos.

Está vez las lágrimas no las contuve sentí un gran sensación de alivio al escuchar eso. Sentí como mi pecho podía respirar un poco mejor.

—¿Enserio, oficial?.—Logre pronunciar.

—Si está detenida. Se hará justicia por la muerte de Jessica.

—Gracias, Gracias, gracias.

—No hay de qué, Juliana, solo hacemos nuestro trabajo. Espero y ya puedas estár un poco más tranquila.

—Lo estoy. ¡Muchas gracias!.

Cuelgo el teléfono. La sensación de alivio y serenidad se instala en mi pecho. Se hizo justicia.

—Julia.—Escuche una voz que me llamaba.

Voltee y al girarme está Amelia, con otro jugo en su mano.—¿Vamos por un helado?.—Grito.

No puede evitar que una sonrisa que colara en mis labios.

Camine hacia ella, hasta quedar delante de ella.

—Quiero de ron con pasa.
Ella sonrió y asintió.—Y yo de vainilla.

Se engancho a mi brazo y así nos fuimos juntos hacia el puesto de helados.

Pensé que este día sería diferente, pensé que este dia, solo vería, sonrisas y miradas por lastimas a la chica que perdió a su mejor amiga, a su padre y su madre está en silla de ruedas. Pero no fue así, me sentí bien, sentí que algo dentro de mi se sano, algo dentro de mi entendío que estas situaciones son partes de la vida, y que el dolor no es para siempre, el dolor es pasajero, el dolor sana, el dolor ayuda a crecer.

Aprendí que todas las cosas pasas por algo y que eso será para ti  parte de tú crecimiento. Y que gracias a todo eso somos los que somos, y tú decides que hacer con ese dolor en que convertir ese dolor y en qué te convierte ese dolor a ti mismo.

Pensé que ver a alguien sentada en el asiento de Jess, me dolería pero no fue asi.  Pense que al escuchár su nombre me iría otra vez al baño a llorar pero no fue así.
Estoy bien, estoy tranquila, estoy sanando, y eso es lo importante en medio todo este proceso.

Al llegar a casa, abrí la puerta y lo menos que me imaginaba era la escena que hay delante de mis ojos.

—Ven, hija, siéntate con nosotros a jugar.—Me acerqué un poco dudosa al ver a la perfecta Maya con un moño recogido de forma desordenada comiéndo papita fritas con una mano y con la otra sujetaba tres cartas, mi mamá al frente de ella también comiéndo papas fritas y con otra mano sosteniendo la cartas.

—Si, Julia, siéntate con nosotros, sé mi compañera estás dos me están dando una paliza.— dijo Derry entre risas mientras comía papas fritas. 

Dudosa me senté al lado de Derry, al principio pude notar que Maya se fijó en nosotros, pero al instante algo cambio como si algo dentro de ella le digo “No te preocupes” y volvió a sus postura inicial, relajada.

Desde de pasar toda la tarde jugando con ellos, y darme la oportunidad de conocer a Maya, ya entiendo porque Derry se enamoro de ella, aparté de ser guapísima, es súper graciosa, carismática, escucha mucho, te entiende, te aconseja. Realmente estoy muy contenta. Derry está en buenas manos. Y obviamente a mi mamá piensa lo mismo.

Pudo ver la forma en que ella lo mira él, como le sostiene la mano, como le acaricia él cabello. Él la ve a ella de la misma manera, de esa manera en que él Antes me veía a mí, y ahora la ve así a ella, los ojitos le brillan cada vez que ella cuenta algún mal chiste. Estoy feliz muy feliz.

—Julia, podemos hablar un momento.—Me pidió Derry mientras nos dirigíamos a mi cuarto.

Abrí la puerta del cuarto y pasamos.—¿si cuéntame?.

Él suspiró de manera cansadas.—Disculpa si temprano Maya te hizo sentir incómoda.

Oh, quiere hablar de los celos de Maya.

—No te preocupes, no le di importancia.

—Lose… pero Maya si.

—¿Por qué le daría importancia sabe que somos amigos,no?

Se pasó la mano por el cabello.—Le conté que estaba enamorado de ti.

Vaya.

¿Qué?.

¿Derry, enamorado de mi?.

¿Desde cuándo?.

Comencé a reírme por los nervios.—¿Tú enamorado de mi?.— él permaneció serio —¿Desde cuándo?.

—Desde ese día en el hospital, supe que sería muy difícil dejar de pensar en ti. Desde ese día te metiste a dar vueltas y brincos en mi cabeza.

—Pero… yo ...

—Si tú estabas tan pendiente de tu cuidador que ni cuenta te diste. Y no,no te estoy reclamando.

—Pero…¿Estábas?.—repide ya que lo dijo en forma de pasado.

—Si, Julia, estabas. Estoy enamorado de Maya. Pero te diré un secreto entre nosotros.—Se giró para ver a ambos lados .— Siempre te amaré, pero esté amor que siento por ti y por Maya son totalmente diferentes. A ti te quiero en mi vida pero a ella la quiero para toda la vida. ¿no sé si me entiendes?.

Claro que entendí

No puede evitar que los ojos se me aguaran. No me di cuenta, Tal vez, talvez todo hubiera Sido diferente.

Pero los tal vez no existen y los hubiera Tampoco.

Es así, así es y no hay nada que hacerle.

—Seguiremos siendo amigos — murmuré.

—Claro que si,mi niña, claro que sí.— Y dicho estos nos fundimos en un abrazo.

Nota de la autora: holis mis belinlectores perdón por no actualizar tan seguido, de verdad perdón. Le agradezco a los que aún se ha quedado y los que se cada a mi ladito a pesar de mis desaparecidas. Este capitulo es el ante penúltimo lo que significa que solo quedan dos capítulos y terminamos esta historia.
Este Capitulo es muy emotivo, vemos como Julia va sanando cada una de esas cosas que le hicieron daño, que la lastimaron, vieron como poco a poco su corazón va sanando. Este capitulo va dirigido a cada Julia que está en su proceso de Sanidad, está en ese proceso de aceptar esas cosas negativa y de convertir ese dolor es algo positivo y convertirse asi mismo en una nueva versión mejorada. Van para eso amores que por miedo, nunca fue, todo tenía que pasar asi. Este va para cada uno de ustedes

Son fuertes y valientes y no importa cuál será tu circunstancia vas a salir de esta. No estás sola, ni solo. Tienes amigos, familias, me tienes a mi y sobre todo tienes a un Dios que te está esperando para que le cuentes lo que te pasa, él está dispuesto a escucharte.

Gracias de verdad gracias por el amor que le han tenido a Julia.⭐❤️

Nos leeremos más adelante.

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Con amor Silenay

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