Capítulo 16
Tengo que aceptarlo encender el auto e irme ha sido una de las decisiones más difíciles que me ha tocado tomar, porque no quería hacerlo, pero a veces nos toca tomar decisiones que aunque no quieras tienes que hacerlo…
Respiro lentamente me y me bajo del auto, poco a poco me voy adentrando a este lugar, al lugar más odiado o más tenido por muchos.
-Hermano.- Veo a mi hermano menor correr hacia mí. Lo recibo con un gran abrazo, lo extrañaba.-Pensé que no vendrías.
-claro...- la voz de mi tía interrumpió.- Hasta que te dignas a aparecer, Agustín.
-No quiero discusiones.
-Tú nunca quieres discutir, y siempre lo provocas.
-¿Cómo esta ella?
-¿Te interesa?
-Por favor no discutan.- interrumpió mi hermano.
-No te metas, hijo.-Le reprendió mi tía.
-No vengo a discutir contigo, vine a verla, y a quedarme con ellos.- Dije mientras señalaba a Theo.
-¿Ahora si quieres cuidar a Theo?- sé por dónde viene.- Te cansaste de cuidar a desconocidos y ahora si quieres cuidar de ellos.
-No me jodas, tía.
-Ella ha estado muy mal, y tú no has estado aquí, no te ha importado nada, ni de él, ni de ella.
-No vuelvas a decir que ellos no me importan.- Me acerque hacia ella.- No lo vuelvas a repetir, porque tu muy bien sabes que eso es mentira, y si con decir eso quieres que me sienta mal, no lo vas a conseguir.
Nos mantuvimos la mirada un par de segundos y ella bajo la cara.
-Voy a verla.
-Yo quiero verla.- Dijo mi hermano.
-¿No has ido a verla?- indague.
El negó con la cabeza. Yo gire a ver a mi tía con el ceño fruncido.
-Sabes lo que sucedió la última vez que la vio.
Me gire a verlo ahora ha el.- Eso no volverá a pasar, lo prometo.
-No correré el riesgo.
-Tía.- Se quejó.
-¡No!- Sentencio ella.
-Vamos.- espete con autoridad.
-El niño no ir a verla, no en ese estado.
-Ira a verla.- Asegure.- cual sea el estado la vera, y ya no es un niño.
-¡No….
-SI.
-Si mi hijo vuelve a recaer, tú serás el responsable.
-No es tu hijo, es mi hermano, que no se te olvide, y legalmente es de ella.
-¡muy bien!
-Camina, Theo.-Le dije mientras lo tenía sostenido del hombro.- ¿sabes en que habitación esta?
Asintió.
Caminamos lento hasta llega a la hitación donde ella se encuentra, tenía miedo de abrir la puerta no sabía con qué me iba a encontrar, pero tenía que ser yo quien abriera la puerta, no él. Así que con mucho valor tome el plomo y abrí la puerta, lo primero que observe fueron las máquinas y la vi. Su largo cabello ya no estaba, su piel blanca bronceada ahora solo era blanco pálido y con toque de color rojo y morado con partes de sus brazos por l inyecciones, tenía conectado las intravenosas, la mascarilla para respirar, era la imagen que me negué a tantas veces ver.
Volteé a ver a Theo, él se mantuvo estático en toda la entrada viendo.-¿Estas bien?-Indague.
-¿Ella morirá?- pregunto en un susurro.
Justo en ese momento la imagen de Julia haciéndome la pregunta vino a mi mente.
-¿Ellos morirán?
Negué rápidamente con mi cabeza, no solo negaba la pregunta que el me acaba de hacer, sino también lo hice para eliminar su rostro de mi cabeza.
-No quiero que muera.-dijo entre un sollozo.
-No morirá,
-No suenas tan seguro.
No lo estoy.
-Haremos lo posible para que eso no pase.
-¿Y si no es suficiente?
-Lo intentamos hasta el final.
De sus ojos comenzaron a salir lágrimas, lo abrase con tanta fuerza, y él se quebró en mis brazos.
-¡No quiero que se muera!-Comenzó a decir entre lágrimas y sollozos.
-Cálmate, Theo.
Necesitaba calmarlo, la última vez que se puso así, intento suicidarse y yo no estaba allí para él, y no pienso dejar que eso vuelva a suceder.
-Vamos a calmarnos, ¿sí? ¿A ella le gustaría verte así?
Negó con la cabeza.
-Recuerda ella está allí, y ella está escuchando todo, y sintiendo nuestras emociones, entonces vamos a calmarnos.
-No voy a recaer.- murmuro como si me leyera el pensamiento.- Te lo aseguro.
Estaba vez fui yo el que se quebró y comencé a llorar
Estuvimos rato sentado en los muebles platicando un poco, mientras la observamos respirar.
-Los quiero.- Escuche un susurro casi inaudible.
Theo y yo volteamos rápidamente y la vimos, tenía los ojos abiertos observándonos, con amor, esa mirada de ella, nos seguía transmitiendo las mismas sensaciones de tranquila.
**
-Fui la excusa más tonta que he escuchado.- Se quejó Theo.
-No fue una excusa, contradije.
-Entonces, ¿que fue?- pregunto ella
-Fue una decisión sabia.-Asegure.
-Sabia mi abuela, y nunca la conocí.- ataco Theo.
Ella comenzó a reír por el cometario de él. Su risa tan suave y dulce.
-No fue sabia, creo que fue…¿ improvisada?-añadio ella
-Fue egoísta.
-Ustedes no entienden.-Me queje.
-No, si no lo explicas.
-No podía decirle.
-¿Por qué?- Pregunto ella.
-Porque hay cosas que solo nos corresponde hacer a nosotros, y no podemos involucrar a mas nadie.
-La dejaste sola, mientras sus papas se morían en un hospital!- espeto el
-Y yo tengo a mi hermana que se está muriendo en un hospital.-contraataque.
-¡Oye!- Se quejó Fabiola.- Bueno si, si estoy muriendo.
Mi semblante cambio igual que mi postura, Theo me observo y su mirad decayó.
-No ponga esas caras, solo era un chiste.- Aseguro ella.- Humor negro.
-No debiste actuar de esa manera, Agustín, tenías que decirle lo que estaba pasando y la verdadera razón por la cual te ibas, no decirle que era por dinero, ahora yulia ha de estar odiándote.
-En todos momentos te odiaría más a ti que a mí.-Mi comisura se elevó un poco al recordar lo histérica que se coloca, Juliana, cuando dicen mal su nombre.
-¿A mí, y que yo hice?-Theo alzo sus brazos en señal de rendición.
-La llamaste, Yulia y es Juliana, con J.
-¡ah!, ¿no cambian la J por la Y?
Una sonrisa se escapó de mis labios, me parece tonto y lindo que estemos teniendo esta conversación por una letra.
-No, es con J.
-Es raro, en Estados Unidos cambian la J por Y.
Y en honor de Julia, dije.
-No estamos en Estados Unidos.
Nota de la autora: sigan leyendo...
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