Narra Saiko

Han pasado unos días desde que nació mi nueva hija, lo cierto es que ella si me dió mucho trabajo al contrario de Serafall, pero lo preocupante es que la energía de Souna es muy pequeña, no siento nada fuera de lo normal de un bebé y eso es muy malo de acuerdo a lo que me informaron.

"Grr, Grr"

— Ya despertaste —dije para mirar a la pequeña Souna quien en vez de llorar gruñe— Aún no entiendo cómo es que solo lloras cuando personas que te agradan les toca irse, pero cuando se trata de comer y otra cosas de bebes solo gruñes como un pequeño cachorro —exprese curiosa por lo que había estado presenciando durante estos días incluído ahora—

La pequeña Souna en los primeros meses de embarazo estuvo muy tranquila, rara vez hacía estragos en mi vientre, al principio pensé que algo estaba mal con su desarrollo pero era todo lo contrario, el doctor decía que ella al parecer es una bebé especial, por qué fue la primera vez que una mujer embarazada le decía que casi no tenía cambios de humor, los antojos venían solo una vez por semana, era como si fuera una bebé ausente y... muy organizada, esas fueron sus palabras.

No le puse atención, por lo cual solo me dedique a estar pendiente de ella, le cantaba canciones le contaba historias, cosas de embarazos supongo, pensé que todo estaba bien pero al 7 mes Souna empezó a mostrar signos de estar evolucionando, cuando me despertaba mi vientre estaba brillando y unos pequeños ojos brillantes me miraban con curiosidad, lo primero que se me vino a la mente fue una posible mutación mágica, decidí investigar acerca de ese fenómeno pero en los libros no había nada que pudiera ayudarme solo hablaba del Inframundo, dragones, dioses cosas que no me interesan realmente, así que hice lo que hace mucho no hacía, llame a mi madre Anubis.

Flashback

— Buenas noches... Madre —dije con respeto—

— Al fin decides llamarme... Pensé que cuando dejaste el clan no volvería a escuchar tu voz —dijo ella con una voz fría—

— Lo lamento —dije agachando ligeramente mi cabeza—

— No necesito tus disculpas Saiko... Lo único que quería era una explicación del porque lo hiciste, pero te fuiste sin decirme nada —hablo ella sin perder la compostura— Entonces fui a dónde tú compañera para que me dijera que paso.

— Pero mi compañera muri... Olvídelo ya recordé su poder —dije un poco avergonzada—

— Saiko... No sabes cuánto te extraño —dijo ella cambiando su semblante serio a uno melancólico— Yo hubiera podido intervenir y evitar ese matrimonio que no te correspondía cumplir.

Hace 400 años deje el clan Shitori por qué había decidido casarme con Ozoma sitri, no lo hice por gusto lo había echo por todos los que eran inocentes y los que me cuidaron a pesar de que soy peligrosa.

Yo nací de la sangre de Hidra por lo que esa creatura se podría decir que era mi padre, no sabía cómo ni porque nací, lo único que sabía era que logré nacer por algo así que mi misión era sobrevivir en ese mundo pasará lo que pasará, lo primero que hice fue intentar caminar para poder alimentarme y lo logré aunque con dificultades, bague por el bosque en busca de un poco de comida, en el camino me cruzaba con aldeas o casas entonces intentaba pedirles comida, pero la gente que me veía se espantaba y era normal ya que aún no podía tomar forma humana, a la vista de ellos yo era un animal peligroso eso hizo que me sintiera como un monstruo malvado, llegaron a contratar cazadores para asesinarme, por lo cual yo debía ocultar me la mayor parte del tiempo, un día salí de noche para tomar algo de agua, estaba preocupada a pesar de mi corta edad sabía que no podía vivir de solo agua necesitaba comer, mis pensamientos fueron interrumpidos por un ruido que llamo mi atención, era un Búho que había atrapado un pequeño ratón, hay me di cuenta de que yo podría hacer lo mismo en vez de estar pidiendo algo de comida.

Pero desafortunadamente no podía debido a mi escasa energía, así que comencé practicando con ratones y animales pequeños, no era lo mejor para comer pero era mejor que nada, cada presa era única porque me ayudaban a mejorar mi estado y a poder reunir fuerzas para poder cazar algo que llenará mi gran apetito, cuando sentí que estaba en condiciones de cazar algo más grande, un jabalí se cruzó en mi camino, no lo pensé dos veces y comencé a seguirlo para poder llenar mi estómago, no me di cuenta hasta donde lo había seguido pero después de una media hora de persecución pude obtener mi cena, cuando estaba por comer un poco, una persona con un objeto extraño en su brazo izquierdo se interpuso en mi camino, cuando ví que me quito mi presa me enoje, yo le había puesto mucho esfuerzo para poder comer sin tener que matar a un humano y esa persona me quitaba mi comida como si fuera el ser más importante, eso me logro irritar asi que lo ataque pero me esquivo.

Cuando pude ver mejor ese hombre tenía una armadura carmesi, del brazo izquierdo surgió una voz que le dijo al tipo que soy una creatura interesante entonces el le respondió que me iba a tomar como mascota o que aún mejor cobrar la recompensa que daban por mi, me sentía insultada, yo soy libre y no le he hecho nada malo a su especie para ser tratada como si fuera un desecho, estaba entrando en pánico y lo único que podía hacer era observar como se acercaba, sentía que todo acabaría pero antes de que me diera cuenta mi cola estaba incrustada en el pecho de ese hombre, mi cola había atravesado el corazón del tipo asi salvando me inconscientemente.

Estaba tan asustada que quería correr y esconderme pero mi cola se había quedado atorada en la armadura, el desconocido estaba por atacarme pero no pudo, algo le habia quitado su cabeza quien voló a escasos metros de su cuerpo, la causante de esa acción fue una hermosa mujer morena con vestimentas que no eran conocidas para mi, ese día conoci al asqueroso Sekiryuutei y a la Diosa Anubis...

Mis pensamientos estaban enfocados en todo lo que pasó antes de conocer a esta gran mujer, así que decidí decirle el porque de mi partida.

— No pude decirle la causa de mi partida porque no quería una guerra, solo quería que todo estuviera bien y vivir en paz —dije está vez recuperando mi compostura— Se que para ustedes soy una traidora pero era la única opción que encontré en esos momentos, si por querer mantener el equilibrio entre el mundo de los dioses y el mundo demoníaco es malo, entonces estoy complacida de tomar el papel de malvada.

La diosa Anubis al escuchar mis palabras se quedó en silencio unos momentos, al parecer estaba meditando lo que escucho.

— Tu eres mi hija... Nunca serás una traidora para mí —mi madre Anubis me dió una cálida sonrisa, esa es la mujer que me crío y a quien respeto—  Solo no vuelvas a hacer ese tipo de cosas por tu cuenta, me tienes a mi y aunque a los demás les cueste admitirlo también los tienes a ellos, tienes que disculparte con ellos.

— Le estoy muy agradecida por todo —dije con respeto y dando una reverencia a la diosa Anubis—

— Aún me debes muchas explicaciones jovencita... Pero supongo que aún no es tiempo para ello, si me llamaste es por algo... —dijo ella sabiendo como soy—

— Estoy embarazada —solte rápidamente—

— ¡¿Qué?!... Por favor no me digas que estás embarazada de ese demonio —expreso ella sorprendida para después aumentar su aura, me di cuenta debido a que al otro lado de la imagen estaba temblando—

— No, por supuesto que no, con mis conocimientos en medicina hice una mezcla de ADN de Gogoler y de una chica demonio, así dando origen a un óvulo híbrido para quedar embarazada —explique para calmar la ira de mi madre—

— Menos mal —suspiro aliviada— Si ese tipo te hubiera tocado ya estaría allá destruyendo todo.

Y por eso mejor no le digo todo lo que ha pasado en esta casa, ella es muy recta pero si algo le pasa a sus hijas se descontrola hasta el punto de destruir todo a su paso.

— Bueno, la verdad está será la segunda hija que tendré, la primera la tuve hace 122 años —dije despreocupadamente—

— Sigues siendo la misma, dando noticias importantes a último momento... Nunca cambias ehh —mi madre sostuvo su cabeza como si le doliera— Bueno nos pondremos al corriente más tarde, dime por qué estás preocupada.

Le expliqué mis dudas, ya que ella tiene más conocimientos que yo por lo que es la más adecuada para responder mis preguntas, le dije todas las dudas que tenía acerca de esta pequeña, mi madre Anubis escuchaba todo con atención.

— Así que tú conclusión es que pueda tener una mutación magica, umm —dijo ella sosteniendo su mentón para dar a entender que está buscando una respuesta— Ahhh ya recordé

— ¿Que recordo? —pregunte confundida—

— Hubo un fenómeno parecido al tuyo hace milenios... Dijiste que tú primera hija fue complicada y ahora tú segunda hija es todo lo contrario, además de que la primera la entrenaste y a pesar de su corta edad ya es Maou, se dice que nació siendo talentosa pero ella dice que no es así, además la segunda evoluciona de manera extraña y dices que ella te observaba —repite lo que dije para que yo asintiera— Bueno ese es un fenómeno único en todo lo que conocemos, al parecer es algo llamado elegidas del multiverso...

— ¿Elegidas del multiverso? —pregunté a lo que ella asintió—

— Es un fenómeno sobrenatural y unico, dónde se eligen dos cuerpos de chicas, las elegidas tienen que despertar sus energías y habilidades con un entrenamiento muy duro donde sus vidas corran peligro y sobretodo con incentivos, algo que las impulse a obtener lo que por derecho les pertenece, aunque se dice que la segunda es más propensa a que sus poderes no despierten adecuadamente por falta de objetivos además de que el parto es muy riesgoso tanto para la madre como para la bebé —mi madre explico sentándose en su asiento cruzando las piernas— Pero no podemos saber si de verdad son ellas, para saber deberás averiguarlo con la energía de la mayor además si son ellas quiero verlas en persona en cuanto nazca la segunda, así sabré si de verdad son las elegidas.

Después de esa pequeña explicación le agradecí a mi madre y me despedí, ahora lo que queda es esperar a Serafall y a qué nazca la pequeña.

Fin del flashback

La conversación concluyo de esa manera, hasta ahora mi madre Anubis ha acertado en lo que dijo, si mis hijas son elegidas significa que pasaran cosas muy malas en el futuro, como madre de ambas mi trabajo será velar por su seguridad y sobretodo prepararlas para el destino que les depara...

"Grr, Grr"

Souna volvió a gruñir para que le pusiera atención.

— Ya te doy de comer, como no te gusta tomar leche de mi pecho me toca darte biberón —le recordé a Souna la razón por la que tardo—

Está niña está llena de misterios, primero solo deja que pocas personas se le acerquen, segundo gruñe y casi no llora y por si fuera poco no quiere tomar leche de mi pecho, aunque eso solo la hace más tierna.

— Listo ya está, bien es hora de comer —dije para después cargar a la pequeña en mis brazos y comenzar a darle de comer— Serafall está tardando, supongo que está ocupada evitando algún desastre

En la habitación de Serafall...

— Ahh, Ahhh... Ya casi termino —decia una joven de cabello largo recogido en dos coletas mientras respiraba agitadamente con la cara muy sonrojada— y... Listo con esta colección podre disfrutar de mi tiempo con Souna-chan apenas entienda lo que es televisión jejeje —la joven Serafall rio macabramente mientras guardaba muchos DVDs en una caja para después esconderla en su armario—

De vuelta con Saiko

— Brrr —por alguna razón senti un extraño escalofrío recorrer mi espalda—

"Toc, Toc"

— Adelante —dije sabiendo quien tocaba la puerta—

La que apareció fue Serafall, por alguna razón estaba muy feliz, debe ser por su hermana.

— ¡Ya llegue! —exclamo Serafall sonriendo de manera extraña—

— Que bueno, porque debemos salir a visitar a alguien —dije sin dar los detalles— Pero antes —hice una pequeña pausa para levantarme con la bebé en brazos, a lo que Serafall puso un rostro chibi lleno de confusión, asi que acelere un poco el paso para acorralar a Serafall contra la pared sin dejarle escapatoria— ¿Cuando pensabas contarme sobre las elegidas del multiverso?

Apenas escucho mi pregunta ella se sorprendió.

— ¿C-como es que sabes sobre eso? —pregunto mi hija tratando de calmar sus nervios—

— Investigue, por eso quiero que respondas a las preguntas que te haré antes de irnos —dije con calma para que Serafall estuviera tranquila—

— Está bien —respondió ella—

— ¿Desde hace cuánto que sabes sobre ese fenómeno sobrenatural? —le pregunté alejándome un poco de ella—

— Desde que tengo 8 años... *Suspiro* creo que yo no soy la adecuada para responder —dijo ella para después mirar hacia el suelo— Kurai respondera a todas las preguntas que tengas.

— ¿Quien es Kurai? —esta vez pregunté confundida—

Serafall señaló para que mirara atrás de mi, en cuanto gire mi cabeza pude ver una mujer con una expresión escalofriante pero me di cuenta que a pesar de esa aura tan siniestra que tiene, es idéntica a Serafall descartando pequeñas cosas pero a finde cuentas vea por dónde se vea es Serafall.

— Holaaa Okaa-san —dijo la siniestra chica cambiando su expresión a una más amable—

Serafall se paró al lado de quién supongo debe ser Kurai.

— Madre te presento a Kurai, ella es quien me ha estado ayudando desde que apareció —dijo Serafall dándome a entender que ella es importante en la vida de mi hija—

Yo solo podía responder con una afirmación, estaba un poco intimidada por la presencia de esta Serafall oscura digo Kurai.

— ¡Bubu! —Souna hizo un sonidito para llamar nuestra atención—

— jejeje pequeña Souna-chan —dijeron ambas con una sonrisa acortando distancia para estar más cerca de nosotras—

No podía articular palabra alguna, dos  Serafalls, eso quiere decir que Souna también ¿le pasará lo mismo?, respiré profundo, si ella puede responder a mis preguntas debe ser alguien con un extenso conocimiento.

— Kurai-san —hable llamando la atención de la mencionada—

— ¿Si, Okaa-san? —ella desvió la mirada de Souna para mirarme fijamente—

Sentí como mis nervios aumentaban, de verdad da miedo, es como si ella estuviera específicamente para imponer miedo, debo calmarme. Talvez ella sea muy intimidante pero por algún razón me llama Okaa-san, bueno es hora de mostrarle quien manda.

— Necesito que responda a unas preguntas —dije con una voz penetrante y con una expresión gélida—

— (Siento como si no fuera digna de estar en el mismo lugar que ella) Por favor no nos mates —ambas se arrodillaron con una cara llena de pánico—

Creo que exagere, para calmarlas a ambas suavice mi expresión.

— Discúlpenme no era mi intención asustarlas, es que me sentí retada por Kurai-san —exprese con culpa por dejarme llevar—

— Yo nunca haría algo en contra tuya Okaa-san... Te amo con todo mi corazón —dijo la chica pálida acercándose rápidamente—

— Ajem... Kurai a lo que viniste —le recordo Serafall o debería decir se recordo a si misma—

— Esta bien, está bien, Okaa-san responderé a todas tus dudas... Primero, yo aparecí frente a Serafall a sus 8 años, por lo que sabrás su poderes maduran de una manera muy acelerada para su edad por lo cual decidí enseñarle a perfeccionar sus técnicas y sobretodo a mantener a raya sus habilidades —explico Kurai-san— Tu la entrenaste por lo que sus poderes obtuvieron un crecimiento mucho más acelerado, pero aún tenemos un problema por lo que el avance a perdido velocidad y la cantidad de entrenamiento no ayuda de mucho a la verdadera madurez de nuestras habilidades.

— Comprendo... Entonces eso quiere decir que sus poderes en estos momentos son limitados —deduje rápidamente su situación— Souna también es una elegida.

— Veo que estás muy informada sobre el tema madre —dijo Serafall—

— Así es, además nada pasa con mis hijas sin que yo me de cuenta —dije con algo de orgullo— pero ¿porque no me comentaste sobre esto?

— Yo... —Serafall fue interrumpida por Kurai-san—

— Déjame esto a mi —dijo la chica con seguridad—

Ella tomo a Souna en sus brazos quien había estado observando la conversación con curiosidad, depósito un pequeño beso en la frente de la pequeña para después dársela a Serafall quien la recibió gustosa, Kurai-san se acercó hasta que nuestros rostros estuvieron muy cerca.

"Chup"

Lo que pasó a continuación jamás me lo espere, la chica pálida me estaba besando.

— ¡N-no... Q-q-q-q-que haces Kurai! —dijo Serafall al borde del llanto mientras aún tenía a Souna en sus brazos—

La nombrada se separó de mi, para después mirar a Serafall con una sonrisa traviesa.

¡PUM!

— ¡AY! —exclamo Kurai-san con dolor debido al golpe que le dió Serafall en su cabeza—

— Nada de UPS, ¿como pudiste hacer eso?, ¿Acaso te volviste loca? —Serafall regaño a su otra yo con una vena marcada en su frente, la cual daba a entender que estaba muy molesta—

Yo solo podía observar la pelea que tenía mi hija con ella misma, Kurai quien todavía se quejaba de dolor dijo

— ¡P-pero porque me golpeas así¡... Tu y yo hemos echo cosas mucho más pasa —ella no termino de decir lo que quería debido a que Serafall le cubrió la boca con su mano libre—

— ¡N-NO LO DIGAS! —grito Serafall muy sonrojada—

— Bubu —la pequeña Souna solto otro sonidito mientras miraba la escena que hacia su hermana con desaprobación—

— *suspiro* Esto tomara un rato —susurre para mí misma—

1 hora después

— No puedo, simplemente no puedo perdonarte —dijo Serafall caminado a mi lado quien tenía un chichón en su cabeza—

— Ya te dije que no me importa si me perdonas o no... Igual lo vamos a hacer —esta vez fue Kurai-san quien dijo con autoridad, al igual que Serafall también tenía un chichón—

— Ustedes dos, ¿quieren otro castigo? —les pregunté con mi habitual tono de voz—

Ambas negaron rápidamente, debido a que no se detenían en su pequeña discusión las golpee ambas a lo que por fin se detuvieron, les dije que teníamos que partir ya que unas personas nos esperaban, la contraparte de Serafall estuvo a punto de irse pero la detuve, le dije que su presencia era muy necesaria a lo que ella aún dudosa acepto, abrí un círculo mágico para que nos llevará al mundo de los dioses egipcios, así que aquí estamos, Souna está atenta a todo mientras nosotras caminamos al lugar donde me reencontrare con mi madre.

...

En cuanto llegamos al lugar de la reunión, pudimos visualizar un templo de oro el cual alcanzaba una gran altura, de repente las puertas se abrieron revelando a un hombre moreno y a una mujer muy parecida a el.

— Los hijos gemelos de Isis —dije recordando a dos de mis compañeros—

— Por lo que dices pareces conocerlos —Serafall estaba seria— Además son hijos de Isis, entonces ellos también son Dioses egipcios.

— Así es, ellos son Dioses —se escucho una voz femenina proviniendo del templo—

Esa voz, si definitivamente estoy en problemas.

— Vamos, nuestra tía te está esperando —dijo Hathor de manera cortante—

— De acuerdo —dije para que Serafall y Kurai me siguieran—

Pase junto a mis antiguos compañeros quienes me miraron con decepción y tristeza, Hathor se quedó en la entrada para vigilar que nadie entre mientras que Nailah nos guiaba por el templo.

Hathor y Nailah son hermanos gemelos, ellos fueron mis antiguos compañeros de batalla y también eran mis amigos, Hathor significa casa de Horus ya que el fue quien le dió el nombre a su hermano, y Nailah significa éxito ese nombre lo escogió mi madre Anubis, se que estan muy decepcionados de mi, pero no importa ellos están bien y eso es suficiente para mí.

— Así que es cierto, sobre lo de que ahora tienes hijas —hablo Nailah tratando de romper la tensión—

— Si, bueno Serafall y Kurai son la misma persona pero con diferente madurez —explique a lo que la morena abrió más sus ojos reflejando sorpresa— Apenas hoy me enteré de que tiene algo parecido a un alter ego... Chicas —ellas me miraron y asintieron—

— Mi nombre es Serafall Leviathan, soy una Maou del Inframundo y la hija mayor de Saiko Shitori —concluyo su presentación con una leve reverencia—

— Kurai, soy la contraparte de Serafall y su protectora —Kurai sonrió a Nailah—

— Y ella, es la pequeña Souna, futura heredera del clan sitri y mi segunda hija —dije sonriendo—

Nailah se quedó viendo a Souna un momento, entonces dijo.

— Se ve que estás muy feliz con tu familia —dijo ella con una triste sonrisa—

— Uy ojalá pero la verdad no es así, Lord sitri es tan molesto que queremos enviarlo al olvido —dijo Serafall con cara de asco—

La hermosa morena rio a lo dicho por Serafall, ese fue el empujón que necesitábamos para romper con la incomodidad. La conversación concluyo hay ya que llegamos a dónde estaba mi madre, está al verme sonrió fríamente o no, ya me conozco esa sonrisa me va a doler y mucho.

— Bienvenidas, estaba esperándolas con ansias —dijo mi madre Anubis levantándose de su silla—

Continuara...

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Aquí termina el cuarto capitulo, aún hay cosas que estoy pensando en hacer y termina dándome bloqueo escrito jaja.

Bueno hoy no tengo mucho que decir pero espero disfruten del capítulo, nos leemos pronto.