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#2. Completamente sola.

Hago

Caely:

-Mamá- la llamo sentadome en uno de los taburetes que dividen la sala con la cocina.

-Dime, cariño- no voltea a verme mientras no deja de revolver su masa de galletas, pero se que me escucha.

Hoy iremos a visitar a la abuela juntas, es algo que hracemo pocas veces gracias a sus viajes, pero hoy está en casa y yo no tengo clases en la universidad, es el día perfecto. Observo su masa que está más líquida de lo que debería estar, pero no lo menciono porque le emociona hacer ella las galletas y llevársela a su madre.

-¿Por qué nunca te cásaste?- pregunto mordiendo mi labio inferior.

Mamá ha dedicado su vida a mi y la abuela, por lo que me ha llevado a preguntarme si alguna vez se ha ligado algun hombre, y aunque la escena gráfica me pareció asquerosa, mi curiosidad aumento hasta el punto de preguntarme porque no rehizo su vida junto a alguien más, porque ella es preciosa y pretendientes nunca le han faltado.

-¿Por qué lo preguntas?- se ríe dándose la vuelta, va con la cara llena de harina y unas manchas de chocolate.

-Curiosidad- me encojo de hombros, restándole importancia.

Aún que me importa bastante, mamá es feliz con su vida o al menos es lo que me ha dejado ver de ella, siempre está sonriendo pero a veces su mirada se vuelve nostálgica y triste, algo en su interior aún no sana y yo no puedo hacer nada para ayudarla.

-Mmm- lo piensa un momento y sus ojos se vuelven nostálgicos -. Supongo que no me dió tiempo, mamá y tu ocupaban todo mi tiempo, y no me arrepiento de eso.

-¿Crees que sin mi serías feliz?

-Cal, creo que ya pasamos la edad de las preguntas - se burla-. Se supone que en esta edad debes odiarme.

Ella es la única persona que me llama de esa manera, bueno la abuela suele llamarme Carly, confunde constantemente mi nombre así que no me molesta y en algún punto de mi infancia tuve una amiga que también me llamo Cal, pero ambas crecimos y nos distanciamos, y con ella se fue toda mi vida social.

-Mamá, responde - me quejo haciéndola reír.

-¿Quien dijo que contigo no soy feliz?

-Responder una pregunta con otra es trampa- ella soltó un bufido y giro para darle forma a las galletas-. ¿Tu vida no sería diferente sin mi?

No iba a soltar el tema hasta que mis dudas salieran de mi cabeza y dejara de sentirme como la carga y la culpable de su infelicidad en la vida, y está opresión en el pecho que me decía que yo no merecía vivir con esta increíble mujer.

-Claro que sería diferente- responde haciéndome contener la respiración -. Pero nadie dijo que mejor, mi vida sin ti es tan incierta que no me interesa descubrirlo o siquiera plantearmela, tu me diste madurez, sabiduría, amor y aprendizaje, tu llegaste para completarme, sin ti estoy segura que estuviera perdida en la vida, tu eres el amor de mi vida.

Mis ojos se humedecen, me impulso para levantarme del taburete, corro hacia ella envolviendo la con mi brazos y besando su mejilla repetidas veces, lo que la tiene riendo.

-Te amo, te amo, te amo - le digo aún sin soltarla.

-Yo también te amo, cariño- se voltea separándome y poniendo las manos en mi hombros-¿Terminaste con las preguntas?

-Sí- sonrío de lado.

-Bien, ahora tienes que despertar-frunzo el entrecejo confundida.

¿Despertar?

¿No debería estar haciendo las galletas de la abuela? Sus manos me aprietan demasiado fuerte por lo que suelto un quejido.

-Mamá, ¿Estás...? ¿Que pasa?

-Despierta, debes despertar- me grita en la cara y yo trato de retroceder asustada pero sus manos lo impiden-. Debes despertar Cal, despierta, despierta, despierta, ¡Despierta ya!

****

Me despierto temblando, sudando frío, con la respiración agitada lo que me hace atragantar con mi propia saliva obligando me a toser, estoy cubierta por algún abrigo de tela gruesa y pesada recostada sobre un piso frío y rígido, parpadeo sintiendo mis párpados pesados obligando me a cerrarlos, aún así en los lapsos que logro mantenerlos abiertos puedo distinguir entra la oscura noche la silueta de una persona, aunque mi mente difusa me dice que yo sigo en esa cocina con mamá.

-Mamá...- la llamo entre balbuceos.

El movimiento de alguien acercándose y luego descansando su mano sobre mi frente me hace removerme, suelto un quejido, balbuceo muchas cosas, luego sostienen mi cabeza y me obligan a beber agua, me atragantó con ella tosiendo.

-Con calma- dice una voz gruesa cerca de mi oído.

No logro comprender que está pasando pero no me da mucho tiempo a analizarlo porque vuelvo a quedarme dormida.

****

Cuando vuelvo a ser conciente de la realidad me levanto tan rápido que me mareo, me llevo una mano a la cabeza pero está vendada así que vuelvo a bajarla, observo a mi alrededor y de nuevo he perdido mis lentes, me quito el abrigo de encima sintiendo calor, mis piernas quedan descubiertas; solo llevo un short corto de pijama manchado de sangre y tierra, y a pesar de que veo todo borroso puedo distinguir que las rodillas y los pies también están vendados.

Trato de mover los dedos del pie pero el simple movimiento me hace gruñir de dolor, inclino la cabeza hasta arriba, cierro los ojos y muerdo mis labios. Estoy hecha mierda definitivamente. Vuelvo la vista a mi cuerpo maltratado, luego busco mis lentes hasta que un movimiento a mi costado capta mi atención.

-Estas despierta- dice una voz ronca, así que me volteo en esa dirección.

Aún que miro borroso logro distinguir a Ivan que está sentado con la espalda recargada en la pared mas cercana a mi, las rodillas flexionadas y los codos sobre ellas. Verlo allí frente a mí me hace ser conciente de mi realidad por primera vez.

Todo este tiempo he estado pensando que es un sueño, pensé que en el momento que abriera los ojos estaría en mi habitación, me despertaría desconcertada y con el libro en mi regazo porque me había quedado dormida y eso me había hecho tener pesadillas, le contaría a mamá y ella se reiria de mí, le contaría a la abuela entre gritos y tazas de café, iría a la universidad y olvidaría ese sueño tan rápido como sucedió.

Pero viendo fijamente al chico frente a mi caigo en la realidad que no es un sueño, que por más que parpadee no desaparecerá, veo mi cuerpo maltratado, la habitación que está poco iluminada y destartalada.

¿Cómo llegue aquí? Esa pregunta se forma de pronto en mi cabeza, ¿cómo es posible que yo esté aquí? ¿Cómo regreso a casa? ¿Es siquiera posible regresar?

Mis pensamientos se cortan cuando veo a Ivan ponerse de pie, lo escucho suspirar, luego entre pasos entrecortados se acerca a mi, se acuclilla para quedar a altura de mi cara, desde esa distancia puedo ver claramente sus ojos que miran directamente a los míos, son del color del plomo aunque también podrían ser del color del cielo cuando se acerca una terrible tormenta con los destellos de los rayos dibujados en ellos, puedo leer el desconcierto y cierto odio en ellos, eso me asusta porque están dirigidos hacia mí.

-¿Cuánto...?- trago con fuerza incapaz de continuar pronunciando palabra, me intimida bastante.

-Dos días - explica con desinterés y sin apartar sus ojos-. Estuviste inconsciente por dos días, no pasabas de balbucear y tenías fiebre.

-Las heridas- señalo mis pies.

-Saque los vidrios y las he mantenido limpias -pasa su mano por su cabello, luego suspira y cierra los ojos-. Te he cuidado por dos días, he salido a buscar comida aunque solo encontré unos botes de agua y barras de granola, aunque afuera no es seguro, ya no hay más vendas así que tendrás que hacer algo con tus heridas.

-G-Gracias- tartamudeo, el asiente pero no sé aleja ni se mueve.

Se rasca una ceja, luego sus manos juegan con algo, así que bajo la mirada y allí entre sus dedos hay una navaja, ante eso mi corazón se acelera y alzó los ojos para verlo, tiene la quijada apretada y me observa fijamente.

-¿Quién eres?- pregunta con voz controlada.

-Me llamo Caely- digo temblando.

-Bien, Caely- alza la navaja y la muestra frente a mí, abro mis ojos asustada-. ¿Quien demonios eres?

-¿Que...?- me callo cuando de pronto el filo de la navaja está en mi cuello, suelto una respiración entrecortada y mi corazón bombea como loco en mi pecho -. ¿Qué demonios hacés?

-¿Quién eres? ¿Cómo sabías mi nombre? ¿Cómo sabías el nombre de...- se calla y se lo que quiere decir, como se el nombre de su novia muerta.

-No se a qué te refieres-me hago la desentendida, aunque eso solo lo hace enojar y presiona aún más la navaja haciendo un corte superficial y siento el hilito de sangre recorrer mi cuello.

-No me creas estúpido, sabías mi nombre, lo dijiste varias veces inconsciente y también dijiste que lo sentías por ella, yo nunca te dije mi nombre ni el de ella- acerca su rostro más al mío haciendome retroceder y casi estar acostada y el sobre mí.

-El mundo se está yendo a la mierda allá afuera- digo con voz entrecortada-. Y tú solo piensas en como se tú maldito nombre, ¿Estás mal de la cabeza?

-¿Crees que no se lo que está sucediendo afuera?- una sonrisa amarga se dibuja en su rostro-. ¿Acaso tu lo sabes? Llevas inconsciente mucho tiempo, no sabes nada. Lo único que me importa saber ahora es quien mierda eres, ¿Fue tu culpa que ella muriera? Porque por más que lo pienso no llego a otra conclusión.

-Tu solo buscas a quien culpar de tu perdida- aprieto los dientes molesta -. No es mi maldita culpa, ni tuya, ella se murió fue cosa del destino no mi mía.

-¡Cállate! Ella no merecía morir- me grita.

-¡Pues está muerta! No puedes hacer nada al respecto más que vivir como Meera hubiera querido- mencionar su nombre es como un detonante.

Sus fosas nasales se abren con furia cuando suspira, avienta la navaja a un lado, lleva ambas manos a mi garganta cortándome el aire, trato de golpear su pecho con mis puños para conseguir liberarme, aunque es imposible porque me gana en fuerza y tamaño, así que con mis pies busco patear lo que sea para liberarme de él, hasta que uno de mis golpea con el suyo haciandolo caer y me suelta.

Suspiro tan profundo como puedo lo que me hace toser por la brusquedad en la que el aire entra por mi garganta, me alejo de él arrastrandome, sobó el área y trato de ponerme de pie pero el toma mi tobillo y jala de mi, suelto un grito y con la adrenalina corriendo en mi alzo mi pie libre golpeó su nariz haciéndola crujir, suelta un chillido pero eso hace que me suelte, logro ponerme de pie pero suelto un gruñido al sentir el dolor en las cortadas de mis pies, cojeando por el dolor trato de caminar hacia una salida.

Antes de poder seguir caminando el toma una de mis manos y me jala, luego me estampa contra un pared haciéndome jadear, vuelve a rodear mi cuello con sus manos, con mis trato de empujarlo, aruño su rostro, pataleo, hago hasta lo imposible pero no logro liberarme de su agarre, hasta que veo la sangre en su nariz y siento el aire casi abandonad por completo mis pulmones, estoy perdiendo la fuerza peron aún así tomo su nariz en mis dedos y la doblo hasta que la escucho crujir de nuevo, eso hace que me suelte.

-¡Mierda!- grita tomando su nariz en sus manos.

Caigo al suelo sin fuerzas, trato de manera desesperada conseguir aire, por el esfuerzo arcadas vienen a mi así que vómito lo único que llevo en el estómago que resulta ser agua, recibo una patada en el estómago por parte de Ivan haciendo que mi espalda choque contra la pared, el vuelve a ponerse de cuclillas, y respira pesadamente cerca de mi, su cara esta roja y llena de sangre gracias a mis golpes en su nariz.

-Eres una maldita perra escurridiza- se queja.

-¿Por qué demonios hacés esto?- aprieto los dientes, siento un nudo en la garganta, quiero llorar pero no le daré el gusto de verme quebrada frente a el.

-Alguien tiene que pagar- su labio tiembla, luego pasa una de sus manos en mi cabello peinandolo y colocándolo atrás de mi oreja, mi labio tiembla y me alejo de su tacto.

-Estas demente, yo no tengo culpa de nada, solo dejame ir - le suplico.

Sus ojos tormentosos me ven antes de asentir con lentitud, se pone de pie y da vueltas en el lugar, luego se acerca a mi, saca algo de su bolsillo y lo tira a mi lado.

-Tus lentes, te dejare algo de comida, espero no volver a verte- asiento rápidamente, yo tampoco espero volver a verlo-. Una última cosa.

Antes de que pueda reaccionar su pie se estampa con mi cara haciendo crujir mi nariz, el dolor es tan insoportable que pierdo la conciencia de nuevo.

****

Observo a los lados alerta, espero que la noche pueda ayudarme a avanzar aunque si me encuentro uno de los malditos exterminadores estoy muerta. Me asomo sobre el capo de un turismo que está en medio de la calle, no veo movimiento por ningún lado pero sé que no debo confiarme, los exterminadores pueden ver tan bien como si fuera de día.

Ha pasado una semana desde el desafortunado encuentro — para mí — con el imbécil y mal nacido de Ivan, sabía que su personalidad no era la mejor pero no esperaba manifestarla tan pronto. Es apenas el primer capítulo para mí por lo que conocer la personalidad que poco a poco va adquiriendo en el libro de primera mano fue un shock completo y más aún sobrevivir a ello.

En el primer capítulo nos muestran a Iván recibiendo la carta de aceptación para entrar al army Ranger wing, era la unidad de operaciones especiales de las fuerzas de defensas del ejército. Había sido su sueño desde que se enlisto al servicio militar con diecisiete años y escucho de los Rangers, entreno arduamente, siendo el más veloz, fuerte, mejor tirador, mejor en combate y había pasado todas las pruebas de su escuadrón.

Su razón para postularse era el dinero, tendría bonificaciones, mejor salario, un seguro medico, todo eso para poder salvar a su mamá del cáncer de páncreas, cuando la diagnosticaron el decidió buscar algo pudiera beneficiarlos por lo que el el servicio militar fue su mejor opción sin saber que años después se arrepentiría de haberse ido, su mamá había empeorado y su hermana menor vendía su cuerpo para poder tener dinero, pagar sus estudios y ayudar a su madre.

Su papá había muerto cuándo era un niño apenas por lo que nunca habían contado mucho con ayuda ni con una figura paterna, esa responsabilidad le había sido entregada a él. Quería que ambas dejarán esa vida de sufrimiento así que el pensó que su mejor opción eran los Rangers y había sido aceptado ese mismo día, le había llegado la carta de confirmación, fue tan rápido como pudo al hospital donde estaba su madre y le dió la noticia, estuvo con ella unas horas, luego fue con Meera, su novia.

Habían decidido ir a tomar un cafe y luego en la noche celebrar con sus amigos la buena noticia, incluso tenía pensado invitar a su hermana aunque su relación era complicada, estaba feliz, la vida le sonreía, hasta que ocurrió el exterminio, donde perdió a su novia, la historia original relata que el se queda allí durante todo el día es golpeado y quedaba inconsciente, al siguiente día decidía buscar al resto de su familia luego el capítulo había terminado allí, supongo que esa parte yo la habia cambiado al llevarlo conmigo.

Ahora por eso estás completamente sola.

Suelto un gruñido bajo recordando esa noche, amanecí con la cara hinchada y estaba segura que mi nariz estaba panda, me quedé en ese mismo lugar hasta que los cortes en mis pies comenzaron a sanar, no eran muy profundos por lo tanto tres días después ya podía caminar bien.

Apesto porque no me he bañado desde que llegué a este maldito lugar, he pensado en todas las posibilidades de como regresar a mi realidad, pero cada idea es mas descabellada que la otra. Vienen desde ir de nuevo al lugar donde había aparecido, a ponerme a rezar, luego venía la idea de buscar un hoyo y enterrarme, y la que menos sentido tenía pero se había quedado en mi cabeza más tiempo que el resto era el suicidio.

Aunque la idea de insertar un vidrio en mi yugular, o amarrarme una soga al cuello me aterraban por lo tanto esa es mi última opción. Intentare primero regresar al lugar donde desperté aunque con la ciudad destruida me es imposible reconocer nada. Inhaló y doy otra ojeada alrededor, esta despejado así que en cuclillas camino hasta llegar al auto más cercano.

Puedo sentir el pavimento frio y los trozos de piedra en mis pies ya que van descalzos, no tengo mucho frío ya que el imbécil tuvo la consideración de dejarme su abrigo por lo tanto agradezco no estarme congelando el culo, en la semana que he pasado se me han agotado los barras de granola y solo llevo dos en uno de los bolsillos, también tengo un bote con agua, el cual emite un pequeño sonido cada vez que me muevo por lo que tengo que parar a mitad de camino para no llamar la atención.

El viento sopla haciendo que mi cabello pique en mi cuello, lo llevo recién cortado y se que está chueco, pero creo que es mejor llevarlo así, lo corte con un trozo de vidrio; continuo mi camino hasta que logro llegar al carro, veo hacia todos lados y decido probar suerte tomando e intento abrir la puerta del carro, es un alivio que se abra asi que entro en el. Cierro con el mayor cuidado posible tratando de no hacer ruido, y cuando lo logro me dispongo a buscar.

Primero reviso la guantera y lo único que encuentro es un paquete de chicles así que los guardo en el bolsillo de las barras, reviso la parte trasera y hay una mochila con stickers de rayo McQueen por lo que deduzco era de un niño, pero luego se me viene a la mente mi habitación decorada con estrellas fosforescente, unicornios y muñecas, asi que decido que no sacare conclusiones y que me quedare con la mochila.

La vacío y meto mis pocas provisiones en ella, continuo buscando en la parte trasera, hay un par de calcetines que no dudo en ponerme y luego nada más. He venido haciendo esto por todo el camino y hasta ahora es el único que he encontrado algo util, los demás estaban destrozados o saqueados.

Salgo del auto y me acuclillo de nuevo, sé que cerca de aquí deben estar los restos del café donde conocí a Iván, así que aún medio encogida corro por las calles, varias veces choco con cadáveres y escombros, evito los vidrios a toda costa. Estoy cerca de llegar a la calle del café cuando escucho pasos haciendo que me detenga abruptamente, alzó la vista y en medio de la luz lunar puedo ver la silueta de alguien saltando tan alto y luego aterrizar con estruendo a unos cuantos metros, asustada me tiró al suelo y luego ruedo hasta quedar bajo un auto.

Tapo mi boca y trato de tranquilizar mi respiración para no llamar su atención, mi corazón bombea como loco en mi pecho y siento mis dedos temblar, es miedo o adinalinq, tal vez ambas combinadas por el hecho de estar tan cerca de la muerte. El exterminador camina entre los escombros pateando los cuerpos sin vida, suelta risas y otro más se le une, está vez una chica, escucho los gritos de alguien en un callejón y ellos también al parecer porque deciden seguirlos, aprovecho la distracción y salgo de abajo del auto corriendo en la dirección contraria.

Doy gracias que la electricidad haya sido cortada hace dos días por lo que puedo esconderme entre los autos, llegó hasta el callejón entre tropezones, la mochila brinca en mi espalda, estoy a medio callejón cuando alguien enrolla su brazo en mi cuello, siento la necesidad de gritar, pero eso sería estúpido así que doy un cabezazo y quién me sostiene suelta un gruñido por lo bajo, salgo corriendo de nuevo y el atacante se lanza sobre haciéndose caer a los dos, me quedo sin aire por el golpe.

El atacante se trepa sobre mi, trato de patalear pero atrapa mis piernas entra las suyas, sostiene ambas manos sobre mi cabeza con una sola mano y con la otra tapa mi boca, me remuevo como loca tratando de liberarme pero es demasiado fuerte. Así que mi única opción es morder la mano con la que tapa mi boca, suelta otro gruñido y luego vuelve a colocar la mano sobre mi boca solo que está vez sostiene un pañuelo, el cual suelta un olor extraño.

—Tranquila—dice en un susurro, dejo de luchar y el mundo me empieza a dar vueltas.

No de nuevo— digo en mi cabeza antes de perder el conocimiento, de nuevo.

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