Narrador Universal

Una noche había pasado sin la compañía de Sebastian, por la mañana se levantó sin fuerzas y con ganas de arrebatarse la vida de una manera sencilla y que internamente a ella le gustaba.
Agarró su teléfono y marcó nueve números.

-Elizabeth, que sorpresa, ¿que quiere la drogadicta más hermosa- rió cínicamente.

-No soy una drogadicta- "¿No soy una drogadicta verdad?" se preguntó así misma.

-¿Entonces porque mierda me llamas?

-Cállate y prepárame lo de siempre más lo Benjamín.

Elizabeth colgó y se puso la primera ropa que encontró, agarró sus ahorros y salió de la casa, aún seguía lloviendo y hacía frío pero eso a ella no le importó.

Cuando volvió a casa con lo que había encargado tiró las cosas de la mesa del comedor y dejo caer las dos bolsas de cocaína que traía, sacó un billete y lo enrolló, abrió las bolsas y comenzó a meterse rallas sin controlar.

Terminó con toda la sustancia y veía como su cuerpo la estaba dejando lentamente.

"Sebastian, tu eras MI NUEVA DROGA" dijo antes de entrar en un sueño profundo del que nunca iba a despertar.

FIN

Espero que os haya gustado, sé que es triste pero si sois como yo os habrá gustado.

Muchas gracias por vuestras votaciones y comentarios 💓