Puse mi mano en la perilla y la gire lentamente. Lo que vi me dejó en shock. Eran varios cuerpos humanos totalmente destrozados, cubiertos de sangre y aplastados como si la persona que hubiera hecho esto, no tuviera sentimientos y mucho menos un corazón.

No podía moverme por el terror que sentía, mis piernas temblaban y mis brazos estaban estáticos que hasta dejé caer una pequeña mochila que llevaba. Sentía que me iba a desmayar pero alguien me atrapó antes de poder hacerlo.

Era Yuli que muy preocupada y asustada al igual que yo, me preguntó que era este lugar.
No supe que responderle, luego me preguntó si había visto a Suga. La verdad que hasta me había olvidado que estábamos los tres juntos.

Yuli me ayudó a caminar hasta la escalera, aún sentía que iba a desmayar pero intenté mantenerme en pié para que ella no hiciera tanta fuerza.

Bajamos y ahí estaba Suga, arrimado a un pilar cerca de la puerta de entrada.
Levantó su mirada al oírnos bajar y su rostro de
seriedad cambió a preocupación al verme en muy mal estado.

Fue corriendo hacia mí y me sujetó en sus frios brazos y puso mi cabeza en su pecho. Su corazón casi no latía, cosa que me asustó mucho debido al estado en el que me encontraba.

No aguanté más y sentí como mi cuerpo se desplomaba sobre el pecho de Suga.
Estaba horrorizada por lo que había visto y el solo pensar que yo podía ser una de las personas que esté con ellos me hacía querer salir corriendo de ese lugar.

Lo que pasó después de eso no lo recuerdo.

Desperté en mi cama, con una toalla en la frente y Suga estaba sentado a mi lado. Le levanté alterada a lo que él me tranquilizó y dijo llevaba cuatro horas desmayada.

Me volví a acostar pensando en lo que había visto en ese cuarto de aquella mansión abandonada; pero mis pensamientos fueron interrumpidos por las suaves manos de Suga posarse en mi cintura.

Él se acercó a mi oído y me dijo lo que me iba a decir cuando estábamos en la mansión. Un:

"Me gustas"

Fue lo que oí salir de sus hermosos labios antes de sonrojarme a un nivel que ya parecía un tomate.

Suga sonrió, cosa que nunca hacía, al ver mi rostro sonrojado y se levantó de la cama.
Se asomó a la ventana de mi cuarto y dijo que en realidad lo que quería decirme era más una prengunta.

Me dediqué a escucharlo y lo que dijo casi hace que muera en mi propia cama,

¿Te gustaría ser mi novia?

Quería llorar enserio, jamás había tenido novio ni siquiera amigos ya que todos me veían como un bicho raro, jamás entendí el porqué.

Me levanté de la cama y abracé a Suga por la espalda, él estaba algo nervioso porque no sabía si que le contestaría.
Mirándolo a través del reflejo del vidrio le dije sí con la cabeza.

Suga se volteó, me miró unos instantes para luego sujetarme la barbilla y besarme muy apasionadamente, nuestros labios eran como frío y calor, que chocaban para  hacer un caos completo en mi paladar, pero era la sensación más bella de mi vida.

Después de unos minutos él y yo nos separamos por la falta de oxígeno, nuestras miradas no se despegaban pero ya esta tarde para él y tenía que irse a su casa.

Me dió un tierno beso en la frente y se fue.
Estaba tan emocionada que había olvidado lo que pasó en la mansión y decidí llamar a Yuli para contarle lo que había pasado.

Le marqué más de cuatro veces y no me contestaba. A la quinta contestó pero no era ella sino un hombre.
Pensé que era algún chico que pasaba un raro con ella, pero él me dijo que ese número ya no le pertenecía a esa tal Yuli.

Le agradecí por la Información pero yo estaba segura de que ella me había dado ese número.
Entonces que hacía un hombre con su celular. Después de un rato me acosté en mi cama a pensar en todo lo que había pasado y sin darme cuenta me quedé dormida.

La otro día...
Desperté por el sonido de un golpe en mi ventana, no quería salir a ver quién perturbaba mi sueño,  pero comenzaron a golpear más fuerte; así que fui a ver quién era.

Abrí la puerta y una cosa pesada se aventó hacia mí. Al parecer Suga ya le había contado lo que me dijo ayer por la noche. Conversamos toda la tarde y de pronto recordé que había llevado una mochila pequeña ayer a la mansión.

La verdad es que esa mochila es lo único que mis padre me dejaron antes de echarme de casasí que era muy valiosa para mi. Convencí a Yuli de que me acompañara de nuevo a la mansión pero ella se negó sin pensarlo.

Mi única opción era Suga. Yuli me hizo el favor de llamarlo a su celular y dijo que estaba en el parque donde habíamos tenido nuestra cita y que en unos minutos pasaba a verme en su auto.

Yuli se despidió y fue a su casa. A los pocos minutos llegó Suga en su auto y nos fuimos a ver mi mochila. Admito haber tenido miedo de volver a entrar a esa habitación de nuevo pero lo haría por mis padres.

Llegamos a la mansión y le dije que me acompañe a ese cuarto, solo asintió con la cabeza y me siguió a través de la oscura y siniestra estructura ya en ruinas.

Abrí la puerta y al entrar se cerró con fuerza como la primera vez. Subí las escaleras pero esta vez los susurros estaban ausentes.
Me volví a encontrar con la misma puerta blanca, con miedo giré la perilla y la abrí.

No podía creer lo que veía. Todo, absolutamete todo que lo estaba en ese cuarto había sido limpiado, no sé a donde, pero todas las paredes estaban pintadas de blanco y en el centro de la habitación había un gran....

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Gracias a las personas
Que leen esta historia

Espero que les esté
Gustando ^-^
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